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La Alianza (2: Te puede pasar a ti)

Relato enviado por : ElCatman el 07/09/2005. Lecturas: 3314

etiquetas relato La Alianza (2: Te puede pasar a ti) .
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Resumen
Vive la vida, porque 2 veces no se repite, lo importante es gozarla y ser feliz a tope, sino te puede pasar a ti.


Relato
A veces, nos sentimos en el derecho de que la vida continua siempre con nosotros, una realidad que nos aterraría pensar, que así no es, contamos lo que vamos a hacer mañana, el mes que viene, el año siguiente, sin pararnos a pensar que el destino es un juez inflexible que cuando menos lo imaginamos nos destierra al otro mundo, yo también pensaba como la mayoría de las personas hasta que hace 885 días, 14 horas y 15 minutos, la vida me dio una lección que jamás olvidaré, mi alianza siempre en mi puño me recuerda lo que fui ayer, las manos descuidadas y sucias, me muestran lo que soy hoy, así comienza mi historia:


Un día de otoño, un parque silencioso, las hojas de los árboles se han teñido de marrón, mientras el viento hace una de sus bromitas extrañas, intentando que pierda la serenidad y el sentido mientras leo el periódico en un oscuro rincón, soledad, soledad, es lo que dibuja mi cara, mi mirada perdida entre tantos renglones, que nos recuerdan lo que ayer sucedió y sucederá mañana, el optimismo de unos niños paseando a su mascota felices y contentos, mientras saltan sobres sus propios pasos queriendo volar como Peter Pan, quien les dirá entonces que este duendecillo verde no existe, y que la imaginación es la única virtud que olvidaran, con el paso del tiempo, mientras sus heridas afilan sus débiles cuerpecitos hasta convertirlos en seres inmunes a casi todo, y a todos. El café estaba cerca, era un café nada sofisticado, sencillo, unas mesas cuadradas acompañadas de unos taburetes estratégicamente colocados, y ese olor a café recién hecho mezclado con tabaco perfumaba el ambiente, pero ese sitio me gustaba porque me sentía más indiferente a todo el mundo, me tome mi cortado de siempre mientras pasaba largas horas de monotonía, de silencio, mis pensamientos se confundían con el humo del ambiente, mi mirada en un momento se puso en la página de anuncios y allí estabas tú, mi queridísima amiga, que tanto y tanto me había hecho gozar, cogí el teléfono y me dispuse a marcar, charle con ella levemente y como cada mes quedamos en vernos en el hotel de siempre.


Llevaba mi traje de siempre, aquel que era tan viejo ya, pero lleno de tantos y tantos recuerdos, mi vida tenía un sentido a veces ilógico, pero tan lleno de sensaciones, que para mí, resultaba indigno desprenderme de este amuleto de dolor, en mi mano izquierda como siempre suelo hacer, mi alianza apretándola con el puño en mi pecho, era el momento de recordar, de volver a sentir, ya estaba dispuesto, vivo, dinámico y sensual.


Entre en aquel hotel y le pedí la habitación de siempre, entonces el botones se acercó a mí comentándome al oído, que mi amiga me estaba esperando desde hace un rato, le di su propina y sus instrucciones, aunque ya las sabía, me gustaba aparentar que era siempre la primera vez, subí a la habitación, la puerta estaba entornada, habitación 525, mis ojos en ese momento se quedaron anonadados divisando tanta belleza, un vestido blanco con purpurina, sus tacones a juego y por supuesto un pañuelo que anudaba su melena, sus pechos los sentía explotar, como diciéndome cogedme, sois vos a quien espero, me acerque a ella sin meditar una sola palabra, mi mente estaba en blanco, su conjunto acostado en la cama sobre unas sabanas rosa satén que, me impedían acercarme más, para no estropear tanta belleza, su perfume era caliente, fogoso, su mirada desprendida, era fuego todo lo que se respiraba en ese momento, hay estaba parado como tonto y pensando en voz alta,, toda una dama para mí, ella me pidió que me acercase y la abrazara, mis ojos descompuestos, no podían dirigirse en otro sentido que no fuesen sus labios, unos labios carnosos bronceados con rojo carmín, sus pechos me invitaban a pasar sus fronteras, a dibujar mis dedos en su piel artificial, mientras los tocaba se iban endureciendo poco a poco, hasta llegar a un estado que parecía como si fuesen a atravesar esa bella indumentaria, poco a poco, mis manos fueron deslizándose por su cintura, su espalda hasta desabrochar aquel maldito invento que escondía tanta hermosura, sus pieles fueron disolviéndose poco a poco, entre rasguños y besos nuestros sexos parecían buscarse, mientras ella me desnudaba con paciencia y sabiduría, quería sentir nuestros cuerpos libres, desnudos, como nos vieron nacer, ella se echa sobre mí con una astuta artimaña y agarró mis manos apresándolas sobre mi cabeza, quería jugar conmigo, yo solo debía obedecer sus crueles intenciones, sus serpenteantes movimientos me hacían sudar, su volcán se posaba sobre mí estomago mientras mi sexo, se derretía por penetrarla, pero solo tenía un leve roce de su trasero, por ahora era suficiente, sus labios se encontraban con los míos con una perfecta armonía, ofreciéndome su néctar prohibido, fundiéndolo con los perfumes que me hacían respirar con su aliento, y así fundirme en su ser, con un solo beso, pero de tal intensidad, nadie sabía besar como ella, quien la probaba, no deseaba soltarla, aunque no era lo mejor que podía ofrecerme.

Mientras esa suave lengua, jugaba con la mía, penetrando mi ser, para luego salir y explorar el resto de mi cuerpo, mi cuello, con deliciosos bocados de placer, era grandioso, mientras seguía y seguía bajando, mis pezones se erizaban tanto que me dolían, mientras como bella sirena seguía sumergiéndose hasta llegar a su postre favorito, aquel en el que le gustaba deleitarse, fundirse y comerlo, con mucho ingenio y ahínco, me sorprendía, con posturas increíbles y llenas de sensualidad, todo ello lo hacíamos con todo el tiempo del mundo sin prisas, entonces la botella de champagne la dejo rodar por mi pecho, mientras sentía ese frío que me hacía arquear mi figura hacia el infinito, y gozar de mi piel erizada, bebimos de ese jugo de ceremonia, y seguimos bebiendo, ella me lo daba de sus labios, de sus dedos, de su pelo, nos estábamos sumergiendo en todo el preámbulo que tantas veces agradecíamos, y que no todo el mundo sabía entender, una vez empapados; mezcla de sudor y champagne, me dejo que la penetrase, fue una sacudida fuerte al principio, para después, irla retardando más y más, sus mejillas estaban dilatadas, sus manos retorcían sus pechos, y yo seguía atado a esas esposas imaginarias, con muchas ganas de cogerla, arañarlas, y dilapidar todo su cuerpo en el mío, pero ella seguía haciéndome sufrir, sus movimientos acallaban los míos, sus quiebros de cintura me rompían de placer, sus orgasmos se confundían con sus movimientos, cada vez más violentos, mas salvajes, hasta que por fin rompí mis esposas, la agarré con fuerza y la penetré salvajemente por detrás, a ella le gustaba así, con poder, con fuerza, haciéndola mía, manejando sus riendas para no soltarlas hasta que desfalleciese de placer, el placer fue tal que caímos de la cama al suelo y nos quedamos recostados hasta que pasó el shock, nos vestimos y la invite a que me dejase solo, necesitaba soledad, mi soledad.


Me recosté sobre la cama y cogí pluma y papel, debía plasmar lo que sería mi testamento.


Hola Amigo:


Sobre esta cama yace inerte y sin vida, ese ser que aburrido en espera a que mi destino me lleve a los brazos de mi amada, se halla cansado de esperar, de sentir, de mal vivir, de ser la sombra de mi vida, rota en un espacio de tiempo inerte, por eso yo con mis virtudes, y mis defectos, con mis alegrías y mis penurias, he decidido dar por finalizado mi capitulo, ¿porque?, Porque estoy cansado de esperar mi dichosa muerte, y ver que esta se burla de mí, día tras día, porque ya me duele tanto sentir, porque estoy desconsolado, porque soy un anónimo en esta historia que yo no escribí, pero que me ha tocado vivir, por eso me despido con un beso, amigos, amantes, compañeros, viandantes, os esperare en el otro lado del infierno.


Juan


Cogí el frasco de pastillas que tenía y con parsimonia, tome 33, no necesité más, sentí que mis parpados se apagaban, mi vista se nublaba, sentía hasta mi sangre queriendo salir, mientras el pom pom de mi corazón se hizo mas y más lento, mis recuerdos pasaban como una película, pero mucho más rápido, mucho más, sentí una oscuridad total, y una pequeña luz al final, muy pequeña, que se acercaba poco a poco a mí, en el fondo, pude divisar, amigos, padres, hermanos, y como no, mi gran amor, la quise fundir en un abrazo eterno, pero...


Me desperté en un hospital, me dijeron que tuve suerte, que burle de milagro a la muerte, y yo sentí que la muerte se había burlado otra vez de mí, desde entonces hasta ahora muero cada día en un mundo de vivos, esperando que ese ángel caprichoso se apiade de mí y me deje por fin abrazar a mi amada.


COMENTARIOS:


Esta historia esta llena de todo lo que la vida nos puede ofrecer, tristeza, felicidad, dolor, amor, ¿infidelidad?, y como toda historia tiene su paradoja "esta vida es muy corta, para mal vivirla, disfrutadla, sentidla y gozadla, pues ese destino que nos corta todas nuestras ideas, nos acecha y no sabemos cuando tocara nuestra puerta", no os pase como al protagonista de mi historia, ese pobre Juan.


Autor: ElCatman

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:18) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:52) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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