La amiga de mi cuñada

Mi cuñada me hizo gran promoción con su amiga y comadre Jessica, esta era una mujer cinco años mayor que ella, esta hembra de 32 años casada, con dos hijos de 8 y 6 años no estaba conforme con su vida amorosa sensual voluptuosa de su marido, deseaba que sus pasiones fueran apagadas con eficaces y feroces penetraciones en su matriz, deseaba sentirse mujer codiciada y su marido era un elegante macho que la saciaba con gentileza sin violencias de pasión.
Necesitaba un macho ambicioso y gozador envidiable, uno que la desease con energía y pasión. Llevaba casi nueve años sin sentirse codiciada con ímpetu por un macho. Necesitaba un semental violento en sus pasiones y su amiga decía que su cuñado era una fiera en la cama.
Jessica deseaba, necesitaba y ambicionaba a apararse con este macho, era joven con sus 19 años, pero hacia el amor como ella deseaba, con ímpetus voraz.
Por eso cuando un día de compras en el supermercado lo vio, no titubeo en saludarlo, como no la reconoció ella le recuerda quien es y este amorosamente la saluda con un beso, el iba a dárselo en su mejilla, pero Jessica ya estaba alterada excitada y desesperada por atraerlo a su lado por lo que gira en esos instante su cabeza y el beso es dado en la fisura de sus labios entreabierto y le sonríe con cortesía esperando que este macho s de cuenta que lo apetece.
No es un novato con las mujeres y observa el detalle y le pregunta si vino en su coche, ella responde no es tan pudiente y vine en autobús, si deseas cuando termines te voy a dejar a casa…, si le dice Jessica sería un agrado por los bolsos… te estaré esperando le dice… Jessica ya sentía en su entrepiernas un cosquilleo con solo conversar con este semental, estar a solas en su camioneta le humedecería su vulva…., compra apurada y en quince minutos esta a su lado.
Este caballerosamente le ayuda con las bolsas y suben a la camioneta… ahora Jessica estaba mas que excitada estaba apeteciéndolo, era su oportunidad para atraerlo a su lado. Se sentó lo más próximo a él y cada vez que hacia un cambio la mano rozaba su pierna entonces ella se ubica con la palanca entre sus piernas y al próximo cambio el macho siente que ambas piernas se juntan acariciando a esta, mira sorprendido a la mujer, esta deseosamente le sonríe…
No es el macho un inocente y ya sabe de mujeres por lo que nuevamente con picardía realiza la maniobra del cambio con el mismo resultado, pero ahora con sus dedos recorre los muslos al dejar la palanca camino a su entrepierna, siente la humedad de sus calzones, retira la mano, cambia el camino y al pasar por un motel le dice, ¿entramos?, Jessica contesta con un movimiento de cabeza asintiendo y mirándolo ardiente de deseos de ser pertenecer a este macho.
Entran a una cabaña y Jessica desesperada sin decir ni una palabra más, se abalanzó sobre el cuerpo del cuñado de Betty. Le chupaba como desesperada su oreja, besaba la garganta. Cada tanto la miraba y admiraba a este semental mientras lo desnudaba.
Jessica gemía como nunca. Luego se acomodó sobre la cama y mi pene se la puso en la vagina, estaba loca de placer, gemía y gritaba. Mi pene se lo ponía y sacaba todo, luego bombeaba un rato. Mientras tanto, mi desesperada hembra estaba totalmente entregada.
Sin perder tiempo le ensarto mi gran pene a mi entregada mujer, ella pego unos gritos desgarradores al principio, pero luego con las envestidas, esos gritos se transformaron en gemidos de placer. Su vagina estaba cediendo y ella se acostumbraba al placer. Ya no paraban de menearse, como la penetraban con tanta potencia. Jessica siseaba jadeante y agitada ante tan duras y deliciosas penetraciones comenzaba a mover su trasero degeneradamente ante las clavadas del pene, movía su culo con desesperación. El macho se aprovecha para empotrarme salvajemente mis entrañas mi cuerpo se sacudía y estremecías desvergonzadamente, escandalosamente, como me meneaba, me apareaba desesperadamente con todas mis fuerzas, mis caderas se agitaban lujuriosamente, estaba loca de placer, gemía y gritaba, me acariciaba, besaba, pero yo estaba activadísima, de pronto me atieso, me calmo y exploto en un orgasmo asombroso quedando entre sus brazos mas muerta que viva… este semental sabe que me entregue a él sin condiciones y me aprovecha me gira acostándome de espalda me ubica una almohada bajo mi vientre y aprovecha para empotrarme salvajemente mis entrañas vaginales a lo perrito, al rato de penetrarme a su deleite, me vacía rebosándome mi matriz de su tibia leche, semen y espermas. Sentía esos líquidos deslizarse por mis muslos, nalgas y caer sobre las sabanas, mi joven semental me tenia agarrada de mis caderas en cada eyaculación mas fuerte me apretaba a su cuerpo, yo casi inconciente por placer que le había dado en este apareamiento gemía, jadeaba, chillaba recompensada por mi adolescente amo y desde hoy dueño de mi cuerpo.

Descansamos nunca espere gozar tanto como me había satisfecho este joven semental… casi desmayada le consulto su nombre Leo me dice, me quedo abrazada por sus brazos en un soñoliento relajo, este aprovecha de examinarme, descubre mi cuerpo y mira mi cuerpo solo cubierto por un par de medias oscuras sostenidas por un liguero rojo, me acaricia las piernas y besa mi mojada vagina, lame mi entrepiernas y acaricia mi sexo hasta el orificio anal me castiga mis nalgas con cariñosos azotes, luego besa y mete un dedo en mi oscuro orificio, lo menea, lo entra y saca me esta preparando para darme por mi culo… no le digo ese orificio esta virgen ningún macho lo ha usado… seré el primero me dice y me ensarta su pene en la entrada de mi orto. Sin perder tiempo mi amante me ensartó su gran pene en el culo, pegue unos gritos desgarradores al principio, pero luego con las envestidas de mi Leo, esos gritos se transformaron en gemidos de placer. Mi ano estaba cediendo y me acostumbraba al placer. Ya no era virgen de mi culito, me penetraban mi culo hasta los intestinos con tanta potencia que sentía ese pene en mi estomago.
Luego descansamos yo adolorida de mis dos cavidades penetradas con potencia y salvajemente, eso deseaba y así me habían dado. Ahora pertenecía a dos hombres, Ricardo mi marido, que tendrá que compartirme con este joven semental que desgarra a su mujer de sus cavidades gozadoras haciéndola gritar y satisfacerse como él no sabe hacerlo. Si pertenecía a ambos macho y estos machos me despedazarían penetrándome sobre todo mi joven amante… ya lo había realizado por los dos agujeros, solo le faltaba mi boca otro día se la chuparía. Estaba agotada.