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La Casa de la Playa (final)

Relato enviado por : toledano el 09/05/2011. Lecturas: 4806

etiquetas relato La Casa de la Playa (final)   Amor filial .
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Resumen
puso dos cubos de hielo a la entrada de mi vagina y me los introdujo empujándolos con ese inmenso pedazo de carne que tenía, me atracò contra la pared que senti me raspaba la espalda pero la sensacion de los hielos derritiéndose dentro mio me llevaban a un éxtasis y comencé a irme delante de todos. Perdí la apuesta y tube que pagar permitiéndoles hacer lo peor que puede hacer una mujer, ser convertida en una perra.


Relato
(continuación)
- Quieres algo Princesa?.
- La hora, saber la hora.
- Para qué Princesa, mañana no hay misa, asi que para que te preocupas
- Agua entonces.
- Un vinito blanco con soda mejor?
- O un whisky con soda, lo has tomado?
- No, solo agua que se me seca la boca, y aun estoy algo mareada.
Y mientras iba a buscarme agua el chico Juan, como le decían, por detrás del sillón se agachó como para darme un beso, yo abrí mis labios y me dejó en la boca un largo trago de licor, dio la vuelta y me tomó de la mano y me intentó parar pero las piernas me tiritaban por el esfuerzo anterior. Entonces me dirigió a la mesa del comedor, me subió sentándome en una esquina. El se tomó un trago de whisky y luego tomó otro que no se tragó y me volvió a traspasar a mi boca. Los demás estaban sentados y desnudos unos y con traje de baño otros, solo Viento frío tenía puesta una camiseta corta que dejaba a la vista su inmensa presa colgando floja pero aun asi imponente. Abri las piernas y apreté contra mi al Chico Juan, pero se separó, miró mis pechos y me dijo “vamos a comerte Princesa”, y puso su mano en mi hombro y me empujo despacio hacia atrás hasta dejarme tendida en la mesa, luego tomó una botella de salsa de pickles y la apretó dejando una estela sobre mis pechos y bajándola por el estómago, a mi la pieza me daba vueltas y me sujete con ambas manos de los bordes.
Se acercó el guatón que me había dado por detrás y me echó un hilo de aceite en el estómago y lo bajo por mis vellos hasta una pierna, se acercó entonces el moreno con una fuente de ensalada que quedara y me la desparramó encima, luego me enderezó y me dio un beso y traspasándome el licor que tenía en la boca. Estaba todo helado y la mesa me daba vuelta. Uno tomó el salero y me esparció sal.
Hay que darla vuelta, dijo el Chico Juan y unas manos de todas las que me recorrían me levantó de la cadera y me dio vuelta mientras yo me volvía a afirmar de ambos lados de la mesa pero aplastaba la ensalada bajo mio encharcándome en ella. Sentí que abrían el refrigerador.
- Papas mayo, dijo alguien que pense era Viento frío y sentí que en la cintura y mi espalda caían y refregaban las papas resfalosas. Tenía hojas de lechuga en el cuello restos de tomates en la spiernas.
- Servicio dijo otra voz y escuche que repartián tenedores y cuchillos que comenzaron a pasar por mi cuerpo, se reían mientras sus diez manos me refregaban la ensalada por mi nuca, mi cuello, otros la apretaban tomates contra mi vagina y sentía que la exitaciòn no me abandonaba. Dejaron caer un hilo de aceite en mi ano y me dieron a chupar una zanahoria delgada y larga como una vela, luego comenaron a introducirmela lentamente mientras me seguían restregando los restos de mayonesa por la espalda, otros pasaban hojas de lechuga por la nuca y restos de pepinos por las piernas. Un tenedor paso raspando los labios de mi vagina y la rugosidad de la zanahoria terminó por hacerme jadear como perra allì arriba de la meza, de espaldas a las diez manos que se entretenían conmigo. Alguien jugaba con la zanahoria y yo levantaba mi caderas buscando la penetraciòn cuando la retiraba. Entonces el mismo chico me puso ahora en la boca una zanhoria mas ancha y larga, yo la moje con mi saliba porque sabía adonde iba a esa, abrí las piernas y levanté las caderas esperando que me la ensartarán.
- No, un pepino mejor.
- La zanahoria no mas viejito
- Un pepino, es mas ancho, veamos que tanto le gusta.
- Preguntemosle, Princesa, que te gustan mas, las zanahorias o los pepinos?. Pensé que el pepino es mas grande, pero mas suave. Mis pechos y mi estómago apretaban lo que quedaba de verdura entre yo y la mesa y sus diez manos seguian jugando con mi piel, era imposible abstraerse de la sensaciòn de roce, de placer que dejaban en mi cuerpo.
- el pepino dije, y se rieron todos.
Entre risas me sobaban con restos de tomates y paltas y choclos y pedazos de papas cocidas hasta que el gordo me tomó de la cintura y me dio vuelta dejándome boca arriba mientras me besaba llenándome la boca de whisky, y comenzaron a chuparme la salsa de encima y reírse, yo sentía en medio de mi borrachera como me sorbían, como sus dientes y sus lenguas uno a cada lado de la mesa me recorrían, me mordisqueaban y me dejaban caliente como hacia meses no recordaba estarlo. Continuaba agarrada a los bordes de la mesa y no se cuantos de ellos sobre mi cuerpo bañado en ketchum, restos del cebiche, salsas me lamian y sorbeteaban. Cerré los ojos y movía la cintura y levantaba mis caderas, alguien soltó mi mano de la meza y me la puso en su pene duro como palo, desde donde estaba comenzé a menearselo, me costaba mantener el ritmo pero apreté fuerte desde su base hasta que lo hice terminar. Eran muy locos. Uno trajo ahora un pepino de la cocina largo y curvo, me la paseó por las piernas y me la comenzò a introducir en mi vagina mientras otro con un tenedor trataba de pinchar algo de sobre mi pezón. Sentía que comenzaba a irme en un orgasmo pero me lo aguante. Seguían mordiendo cada vez mas violentos mis pezones, lamiendo salsa de mi cuello, o raspando con la cuchara el interior de mis piernas, hasta que la punta del pepino presionó mi fondo y no pude evitar un grito de dolor. Lo sacó y quedé vacía, entonces alguien me abrió y tiro de las piernas resbalandome hacia el borde de la mesa, los demás reclamaron con bromas pero me dejó alli se sacó su fierro duro y rosado casi humeante y me lo metió sin contemplaciones, me dio duro y sin hasco hasta que termninó. El otro había regresado con un pepino mas corto y ancho que me lo puso por mi boca primero, me obligó a chuparlo como si fuera un pene y luego me lo fue introduciendo, era muy ancho y con el aceite me abría entera mientras sentia como en la disancia que apostaban a si me entraría o no. Nuevamente estaba a mil, sintiendo como me introducìan ese pepino y otro jugando con mi cuello y con un tenedor rascándome mi clitoris. Cuando metió casi todo el pepino y yo sentía que mi entrepierna se alzaba sola buscando con que refregarse me dio vuelta. Quedé boca abajo nuevamente descansando mi cara sobre mis manos y mi cuerpo sobre los restos de salsa, mayonesa y vodka que me habian puesto. Tendida asi sobre la resbalosa mesa del comedor senti con un escalofrío un hilillo de salsa nuevamente bajar por mi espalda, el pepino comenzaba a escapárseme de mi vagina pero la calentura hacia que quisiera metérmela de nuevo. Sin embargo el hilillo no se detenía y se metia entre mis muslos y se acercaba peligrosamente a mi ano. El chico era el que ahora mas se entretenía conmigo, dejo el lugar que tenia a mis pies y me mostró nuevamente la zanahoria larga, delgada y brillante de aceite. A mi se me daba vuelta la pieza y veía dos y tres zanahorias iguales en sus dos y tres manos bailando a mi lado. Yo le sonreí desde mi mareo y la apuntó a mi hoyito y apenas lo rozó. Otro de ellos, no se cuál, sentí que volvió a introducirme suavemente el pepino por mi vagina pero yo buscaba la zanahoria y levanté las caderas ansiosa al mismo tiempo que me metió la zanahoria delgada en mi ano resbalando hacia dentro peligrosamente aceitada. Sentía que estaba manoseada arriba de la mesa por esos cinco, totalmente ensartada y caliente que ya no me aguantaba. Me olvidé de donde estaba, y cuando comenzaba a irme me metieron una naranja que me impedia cerrar la boca. Quedé boca abajo refregándome contra la mesa llena de algo salivoso y resbaladizo abriendo y cerrando las piernas y buscando presionar mi clítoris para comenzar mi orgasmo al tiempo que el otro metia y sacaba de mi ano lentamente su maldita zanahoria provocándome un roce que me volvió loca. Creo que me golpee la cabeza mientras terminaba porque me quedó un dolor en un lado de ella al sentir que amainaba mi placer. Me saqué la naranja de la boca y en algo me bajaron las revoluciones. El pepino había salido por completo de mi vagina. Continuaba mareada pero me relajé un poco mientras me daba vuelta, recogía y doblaba mis piernas y me sentaba en la mesa.

Me pasaron una toalla con la que me limpie y me acerqué al borde de la mesa para bajarme
- Pero acá quedamos nosotros me dijo el chico que me habia puesto arriba de la mesa, y se bajó el pantalón de baño y le saltó afuera su pene duro y estirado.
- Abrete, me ordenó y yo abrí las piernas y dejé que me lo metiera. Metió sus dedos entre mi cabello subièndolos por mi nuca me atrajo hacia si y me llenó la boca de licor y luego se dedicó a metermelo y sacarmelo hasta que me empujó hacia atrás dejandome tendida, me tomó las piernas me las levantó dejando mis tobillos sobre sus hombros y me lo metió muy profundo.

Dime, realmente te hubiera gustado haberme visto allì, culiada por todos, sucia, borracha, mientras los otros ya ni miraban como me lo mandaban a guardar y como el chico me llenaba una vez mas de semen?. Te hubiera gustado verme jadear arriba de la mesa revolcándome como perra caliente?, solita alli, sin que nadie me obligara, buscando la punta de la zanahoria para que alguien me de el gusto de metermela por el atrás? te hubiera gustado?. Pero ahora me importa poco, total me dejaste no? y yo me lo pasé chancho. Pero esto no termina acá deja que te cuente lo que falta

Cuando me acercaba a donde estaban los sillones para sentarme mi admirador, el moreno de ojos verdes me tomó con su mano del cuello por atrás, me guió hasta la mitad de la sala y me hizo subir a la mesa de centro arrodillada dandole la espalda a él.
- Me duelen las rodillas le dije
- Ta dura la mesa Guachito, le dijo el moreno y le alcanzó un cojín que me lo puso abajo de las rodillas, me volvio a tomar con fuerza con su mano por la nuca y me dobló la cabeza hasta abajo, dejándome acuclillada con mi trasero justo a la altura de su entrepierna. Supe que me iba a sodomizar alli delante de todos. La posibilidad de decir a algo que no habia quedado muy atrás.

Los demás se sentaron en los sillones con un trago en la mano. El Moreno fue y encendió las luces y yo me preparé, sabía que no iba a tener compasión conmigo, había esperado por mucho tiempo este momento y lo iba a disfrutar. Con mis manos apreté el cojín bajé la cabeza y esperé. Asi puesta era el plato de postre, la champaña de la fiesta.
- Ya esta aguachadita, escuche decír cerca mio.
- y que querís si le han dado...
- Pero le gusta, quietita, calladita mordiendo el cojín no más
- si le metimos como media botella en la boca
- con o sin trago a esta mina se le entra igual. Es mina.
- el guacho se está dando el gusto, un año atrás de la mina, ya se la echó encima y ahora le va a dar por atrás.

Era verdad entonces lo que me dijo, que hasta habia guardado una foto mia, les escuchaba con la cabeza metida en el cojín expectante, esperando que me abriera.
- prueba con esta guachito, no tiene alcohol, y le tiraron un pomo de algo que supuse era vaselina.
Giré la cabeza que tenía metida entre mis brazos y voltee. Estaba de pie detrás mío con los pantalones abajo y se masturbaba buscando su maxima erección, era lampiño de piernas gruesas, biceps anchos y un cuello grueso... y unos ojos verdes preciosos, como para calentar a cualquiera. volvì a meter mi cabeza en el cojin y esperé, sentí que una masa helada embadurnaba mis nalgas y chorreaba por mi vagina hasta caer a la mesita, baje mi mano y toqué mi clitoris que con el hielo se endureció, estaba hinchado, lo rodee con mi dedo y me lo pellizque cuando senti que dos dedos me resbalaban hacia dentro de mi hollito sin resistencia, entraron y salieron dejando vaselina por dentró mientras me masturbaba mirando desde alli abajo como se les iban parando los penes a los que estaban sentados. Me tomó de los huesos de mis caderas, la punta de su pene la senti en mi ano y sin aviso me llevó hacia el clavándomelo sin asco hasta el fondo. No sentí dolor, sino sometimiento, dominada... y me gustó. Lo demás se echaron hacia adelante, con mi cabeza alla abajo solo podia ver sus piernas y las manos que se sobaban sus penes que se volvían duros. El se retiró de dentro mio pero no del todo y comenzó el mete y saca de mi ano mientras los demás miraban cada detalle de mi penetraciòn, estaba en una posicion que me dejaba a su antojo, me lo metio tantas veces que comenzaba dolerme pero la exitaciòn que habia vuelto hacia que le siguiera el juego, aunque no quisiera mis caderas se iban tras su pene, hasta que me lo metió hasta el fondo y lo dejó allí. Me tenía clavada delante de todos y vi que con un cordón de la cortina se amarró su pene por la base y este comenzó a hincharse aún mas dentro mio, si lo tenía inmenso, ahora la falta de sangre se lo endurecia e hinchaba mas, cuando me tomó de la caderas y comenzó a masturbarse conmigo porque eso era lo que hacia el dolor y el placer me traspasaban, estaba traspirando, las gotas me caían por la frente y las axilas se me humedecían, mordía el cojin para no gritar de dolor y de placer, alguien se montó en la mesa delante de mi cara para que se lo chupara, sentia que me jalaba el pelo dolorosamente levantandome la cabeza pero me dejó, así, lo otros se agachaban a mirarme, tenía los ojos blancos, exhalaba con ronquidos y la baba me caía por la comisura de los labios, por atras me lo metia y sacaba con una fuerza y violencia que hacia que yo pareciera una muñeca rebotando sobre la mesa de centro. Se me adormecio la mano refregandome mi clitoris y no podia terminar, el ano parecía que se iba a salir arrasrado por ese pene duro como un fierro, hasta que se lo desató y un chorro de semen me rebalsó dejándome con una sonrisa tirada alli, babeando y el pelo pegotedo de sudor y semen porque alguien habia eyaculado en mi frente y no me percaté. Sentí que se le achicaba y salia de mi. Cuando se despegó totalmente me soltó y me fui hacia adelante quedando tendida en la mesa. Luego de un momento me di media vuelta, bajé los pies y me senté en la mesa, el guacho como le decia se fue al baño y el moreno se paró frente a mi y me puso su sexo delante de la cara. Yo entendí e intenté menearselo pero mi mano tiritaba y no podía, entonces lo puso entre mis labios y comenzó a masturbarse, luego me lo metió totalmente en mi boca y eyaculó dentro de ella, pero no lo sacó, lo dejó dentro, exprimio hasta la ultima gota dentro mio y luego me lo restregó por la frente y los ojos mientras los otros dos desde el sillón me miraban. Viento Frío vino y se sentó a mi lado.
- No pudiste terminar, me dijo. Estabamos los dos sentados sobre la mesita en que me habian sodomizado y encharcado en semen la cara dos de ellos.
- Te propogo un juego, una apuesta, para terminar bien la noche.
- Pero no me vas a pedir que te baile el caño a estas alturas. Se rió y me contestó
- No Princesa, mira, no terminase, no?
- Termine como tres veces, cuatro, o mas no sé, a los veinte recien casada alguna noche quizás lo hice como hoy, pero ya no puedo mas.
- Te apuesto que te hago terminar, me dijo, si te gano nos cumples un deseo. Y si no terminas despues de un rato, tu pides un deseo y nosotros te lo cumplimos.
- Difícil que me hagas terminar, yo recién no pude, y con algo de traguito mas difícil.
- Apuesta entonces, puedes pedir que hagamos lo que quieras. Me tentó, me tentó la idea de pedirles que me cumplieran un deseo, y yo habia descubierto que podia tener dos o tres o como hoy hasta cuatro orgasmos en un rato, pero cinco, no, no me lo sacaba nadie.
- Bien, probemos, le dije
- Es una apuesta?
- Es.
Se paró y trajo un pañuelo, me tapó los ojos y me levantó por mi cintura y me puso encima de él que se había sentado en el sillón grande. Vi por debajo del pañuelo que se comenzó a masturbar, yo estaba a horcajdas sobre él con mis piernas abiertas y su sexo muy cerca del mio y sentía de repente sus golpes entre mis piernas. Alguien de pie detras mio me abrazó y comenzó a jugar con mis pezones, los resregaba, los pellizcaba los tiraba a hacia afuera y me los soltaba, eran dos manos distintas que me hacían doler pero los hinchaban y endurecían, alguie dijo "prueba con esto" y senti que algo como un colgador de ropa me los atrapaba, y los tiraban hasta que estaban duros, por debajo aun sentía que se masturbaba pero ya estaba hinchado, se lo tome con las dos manos y me lo acerqué a mi vagina. Era tan grueso y largo que no me lo imaginaba dentro, estaba mojada de nuevo y me levantaron y me fueron bajando sobre él hasta que me lo ensartaron hasta el fondo, yo estab muy caliente relmente, clavada alli mientras me manoseaban revolvian mi pelo ediondo a semen metian sus dedos por mi hollito acariciaban mis piernas o besaban mi cuello que con gusto hubiera terminado, pero el pensar que quería pedir yo el deseo me controlaba. Sin embargo estaba acesando nuevamente, apretaba mis mandibulas con fuerza y respiraba tratando de aguantarme, Viento Frio comenzó a levantarse y clavarme a su gusto y yo cada vez ofrecìa menos resistencia, lo abrace por su cuello y dejaba descnazar mi cabeza sobre sus hombros, entones se paró como lo habia echo antes tomandome de abajo de mis piernas y en el aire me lo sacaba y luego me dejaba caer clavándome hasta el dolor. Realmente quería pedir ese deseo. Yo no soportaba ese juego y me tenía a su disposiciòn, hasta que me sentó en la orila de la mesa frente a él, se retiró y senti un hielo sobre mi clìtoris que reaccionó endureciendose bruscamente y luego que entraba en mi vagina, y otros y otros mas que con su pene los comenzó a empujar hacia el fondo hasta metérmelos totalmente, me tomó de nuevo como koala y me lo metia y sacaba en el aire con los hielos dentro que se iban derritiendo y sentía como giraban dentro de mi utero, la sensacion de calentura y el hielo dentro era brutal. Me atracó contra la pared que sentí en mi espalda y me apretaba contra ella mientras me clavaba y movia los que iba quedando de los hielos dentro mio, la sensación era insoportable, tiritaba, mis dientes castañeteaban y de mi garganta solo salían gemidos hasta que comenzaron mis espasos, clave mis uñas en su espalda y ante la vista de todos sin ya un minimo verguenza me entregue, dejé que mi cuerpo hiciera lo que quisiera y se escapara mi orgasmo sobre sus hombros mentras chorreabamos el agua entre nuestras piernas, habia valido perder, realemente había valido. Quedé ida, casi desmayada sobre sus hombros por el esfuerzo, y sin bajame ni sacarmelo me llevo hasta donde habia estado antes la mesa de centro, me lo sacó y me bajó, luego me puso de espaldas a él y hizo lo que a los hombres mas les gusta hacer conmigo, me tomó de la nuca y me hizo agacharme hasta dejarme arrodillada, en cuatro patas en el suelo, en la tipica pose del arabe que reza a la Meca. Mi cuerpo aun convulsionaba por el orgasmo y tenia los ojos cerrados cuando sentí que se habría la puerta del fondo de la Casa, pero no senti nada mas, solo Sultán que entraba seguro a mirar, pensé que si entraba una mujer diria que no, que eso no, aunque se enojaran conmigo, aunque no pudiera volver mas, aunque me amenzaran. Abri los ojos y todos estaban mirándome, curiosos, se sentìan expectantes, tensos, algunos entados en el sillon otros apoyados en el un poco mas lejos, la puerta del fondo se había cerrado y solo Sultán entraba timido olisqueando curioso. Me acorde de mi perro que cuando llegaba de encontrarme contigo me olía y que alguna vez en su época en celo habia saltado confundiendo mi pierna con una perra. Sultán se acercó hacia mi que le daba la espalda y como un masazo en mi espalda comprendí cual era el deseo de ellos.
En ese momento se me pasó toda mi cura.
- No!, grité, no!.
- Si no quieres, no pagas la apuesta no mas dijo Viento Frío con su peor sonrisa.
- No... nunca.
- Y yo pensé que me habia eqivocado dijo el chico Juan de voz desagradable, arrugo al final no mas. Todas estas que son tan bonitas de cara, tan elegantitas, finas, les falta la chaucha pal peso para ser mujeres de verdad.
- La rubia se lo tira y hasta se la corre al Sultan y esta arrugo al puro verlo dijo el gordo.
Sultan se había ido acercando y me olfateó y me lamió la vagina y me hizo avanzar en cuatro pies por la sala, reconozco que si hubiera querido pararme mis piernas no me habrían soportado, pero su lengua áspera y húmeda en contacto con los labios de mi vagina me estremeció.
- No, volvi a decir pero no me podía mover mas y sabía que en cualquier momento el perro saltaria sobre mi espalda.
- Por favor no me hagan hacer esto, les supliquè en voz alta y metì mi cabeza entre mis brazos sin darme cuenta que exponia aun mas mi sexo a Sultán.
- Si alguien supiera, susurré
- Nadie lo va a saber, dijo Viento Frío, seco, si alguien hablara de esta noche no vuelve a pisar esta casa, y si depende de mi no vuelve a pisar la mina tampoco.
Sentí la nariz fria de Sultán en mi sexo y luego el salto sobre mi espalda atrapàndome con sus patas delanteras por la cintura, era pesado asi que me tiró hacía abajo y sentia como se sexo duro como hueso punzaba enre mis piernas. Eran golpes que muy luego iban a dar con mi vagina mojada, pero uno de ellos no vi quien por mi posición me embadurnó con vaselina mi vagina, Sultan se acomodó encima mio atrapándome mejor con sus patas que me abrazaban sin rasguñarme y de una embestida me clavó su sexo que con la vaselina resbalo hasta el fondo.
Quedé en el piso en medio del salòn en cuatro patas montada por ese inmenso perro mientras me miraban satisfechs y curiosos. No muchos han visto como un perro se cruza con una mujer, no? o como a mi de falda y taco alto en la semana me convierten en una perra. Y comenzó a clavarmelo a un ritmo cada vez mas ràpido y violento, era un pene deforme como nunca había sentido dentro mio con rugosidades que me producian sensaciones desconocidas, me daba con una fuerza de animal a una velocidad que aumentaba cada vez y comencé a sentir que se hinchaba dentro mio como un globo. Intenté moverme pero solo logré gatear con el pegado atrás mientras me cargaba aferrado a mi cintura, me lo metia y sacaba una cantidad increible de veces y con la fuerza y potencia de una besta en la que se había convertido. Había pasado de Princesa a Perra, en cuatro patas montada por una bestia de mas de 80 kilos. Las rodillas me ardían y el jadeo del animal en mi nuca que no olvidare jamás, me hizo hundir mi cabeza en el piso, estaba tan hinchado su sexo dentro mio que estaba perfectamente acoplado como si mi cuerpo fuera parte, como si continuara en ese animal que me poseia convirtiendome en una perra callejera como entretenciòn final para esos hombres. Hundí mis dientes en mi mano para confundir el dolor y me dejé llevar por él que me inmovilizaba poniendo toda su fuerza en el meterme y sacarme su verga que me encajaba y sentia hasta en mis mandibulas.
- se lo encajo hasta el cogote a la Princesa
- creis que se lo este gozando, pregunto uno
- para mi que se lo esta bancando no mas.
Tirada en medio de la sala la fuerza de las arremetidas de Sultán hicieron que las piernas no me sustuvieron mas y me fui abajo desacoplandome por la vaselina que chorreaba, quede tendida de guatita en el piso, desecha, alguien le tiro en ese momento agua o algo parecido a Sultán el que se dio vuelta y se retiro. Yo no podia enderesarme de ese charco de vaselina y semen y me abandone alli por unos instantes. Varios de ellos se fueron para adentro y al salir apagaron algunas luces. Viento Frío se agachó a mi lado.
- Soy mujer derecha, Princesa, o debería llamarte perrita ahora?
- Lo del Sultan con las otras, no es cierto...?
- Claro que no, lo dijo para provocarte.
- Si lo pensé, era para dejarle claro que soy mas que ellas.
- mas que?
- mas osada
Me tomo de bajo los brazos y me arrastró hasa el sillón donde me recostó, yo no sentía mi cuerpo.
- LLéname la tina de agua bien caliente le pedi.
Volvió al rato, me ayudó a levatarme pero terminó tomándome en brazos y dejándome en el agua que me devolvió le sensibilidad de mi piel y mis piernas. Me quedé allì hasta que el agua estuvo helada y salí a buscar una cama donde me tiré a tratar de dormir. Al día siguiente el Guachito de ojos verdes me ofreció traerme, le dije que bueno mas que nada para evitar la conversa con Maria Soledad. En el camino me preguntó cual hubiera sido mi deseo.
- Que Viento Frío te lo metiera a ti le dije como en broma y se rió.
Me dejó cerca de mi casa, no me gustaba que supieran donde vivía, y decidí llamarte para contarte, pero nunca me has contestado, asi que lo publico no mas. Para que te enteres..., la que te perdiste.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:30) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:53) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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