La Colegiala VII

La morena regresa al colegio después de faltar por casi una semana debido a un fuerte resfriado que la tuvo en cama, “parece que esta vez te destaparon bien en la noche” le dice Julia riéndose, a Susana el comentario no le hace gracia, estuvo bastante mal y en todo caso la verdad no esta muy alejada de la frase de Julia aunque la morena nunca lo va a admitir. Ahora ella debe ponerse al día con las materias y tareas que le faltan y ya se puso a trabajar con la ayuda de sus compañeros, todos hombres, que gustosos le entregan las tareas que ella no ha hecho.

Susana esta conversando con sus amigas cuando de pronto le llama la atención una chica que entra a la sala y se sienta cerca del escritorio del profesor en un rincón de la sala. “Y esa, ¿quién es?”, pregunta Susana. “Se llama Natalia” le contesta otra chica, “parece un verdadero gusano de biblioteca, sabe de todo es más inteligente que Julia” agrega después otra amiga. A Susana le llama la atención su forma de vestir, peinado anticuado, lentes grandes y gruesos, y un uniforme muy chapado a la antigua con una falda que le llega un poco más debajo de la rodilla que contrasta con la mini falda que usa Susana u otras chicas. “Casi no habla en clases, pero cuando habla apenas se escucha, tiene una voz muy débil y en todo caso solo habla para responder preguntas de los profes, hasta el momento no ha hecho amistad con nadie, siempre llega sola” le dice Julia.

A medida que transcurren las clases Susana se da cuenta de la actitud tan pasiva que Natalia tiene a pesar que en ocasiones los chicos del curso se ponen bastante pesados con ella, su actitud le recuerda la de su hermano anteriormente, cuando ella siempre lo hostigaba y él nunca le respondía, Susana a pesar de no conocerla mucho empieza a mostrar cierta simpatía con ella pero cuando trata de hablarle Natalia se aleja como si la estuviera evitando.

Un día a la salida del colegio Susana se topa con un cuadro que ya se le ha hecho tristemente familiar en el último tiempo. Un grupo de bravucones de esos que se dedican solo a fastidiar a otros por puro gusto esta nuevamente molestando a Natalia. Ella trata de alejarse pero ellos la siguen y uno le quita los lentes y se niega a entregárselos, la molestan hasta hacerla llorar, Susana ya ha visto suficiente y decide poner las cosas en su sitio. Rápidamente recupera los lentes de Natalia y al tipo que se los había quitado le da una bofetada de aquellas capaces de sacarle los dientes a cualquiera.

“Sécate esas lagrimas, si te vuelven a molestar solo me avisas” le dice a Natalia, ambas se alejan juntas a tomar el bus, curiosamente Natalia vive a solo un par de calles de Susana. “No deberías ser tan pasiva, he visto que los chicos te molestan en ocasiones, si les permites eso nunca te dejaran tranquila” le aconseja ella. “No puedo estarlos golpeando como lo haces tú” le contesta Natalia avergonzada por su actitud, “no se trata de eso, solo con responderles con firmeza es suficiente, si les demuestras eso te dejaran en paz y te trataran con respeto”, “por tu forma de hablar parece que tienes experiencia en tratar con ellos”, Susana sonríe ante ese comentario, ella tiene mucha experiencia tratando con hombres, “si supieras le dice ella”.

Mientras van en el bus Natalia le cuenta que su familia es muy conservadora, ella es hija única y hasta hace unos días estudiaba en un colegio de monjas solo con mujeres, nunca había compartido con hombres antes, además a ella nuca la dejan salir a una fiesta o con amistades, siempre sometida a un estricto control por parte de sus padres. Susana siente algo de lastima por ella y le ofrece su amistad y su ayuda para que aprenda a desenvolverse en el colegio, Natalia se lo agradece, es la primera persona que se le acerca por otra cosa que nos sea ayuda en tareas o pruebas. Susana la deja en la puerta de la casa, en ese momento sale la mama de Natalia que saluda a Susana desde lejos, “nos vemos mañana” le dice Susana.

Con el paso del tiempo ambas se hacen amigas, Natalia ciertamente admira a Susana por su forma de ser, tan liberal y decidida, incluso se puede decir que Natalia se siente atraída por la morena, mientras que Susana la ve como su hermana menor y siempre la aconseja sobre como entenderse con sus compañeros para evitar que estos se pasen de listos con ella.

Una tarde después de la clase de deportes quedaron de juntarse para ir a hacer un trabajo a la casa de Susana. A Natalia solo le dieron permiso por que Susana vive cerca de su casa. Como de costumbre Natalia espera a que sus compañeras salgan del camarín para poder ducharse y cambiarse de ropa, ella se avergüenza de que la vean desnuda y siempre viste ropas muy anchas y holgadas. Ocupa la ultima ducha disponible al fondo del camarín, de un casillero saca su ropa que siempre deja bien doblada y ordenada, al contrario de Susana que simplemente la tira dentro.

Bajo la ducha Natalia se relaja, ella piensa en todo y al cerrar sus ojos su cabeza se llena de imágenes de Susana, usando su uniforme, o usando ropa normal, ella se avergüenza de esas cosas pero simplemente no puede evitarlo, se siente muy atraída por la morena. En ese momento ella escucha voces en el camarín, ella se tranquiliza al escuchar la voz de Susana pero de pronto escucha otra, una voz de hombre mayor, de adulto. Natalia se queda ahí, escondida y cierra la llave del agua para no llamar la atención.

Se asoma a observar que ocurre, ella se queda helada al ver a Susana besándose con el profesor de deportes, un tipo de buena pinta y que siempre ha sido muy popular entre sus alumnas por ello y él ha sabido sacar partido de dicha situación, ahora tiene a Susana solo para él. Natalia casi no se convence de lo que ve, Susana besándose con él y a la vez Danilo corriéndole mano por todo su cuerpo, la morena viste una polera y un ajustado pantalón corto. Natalia trata de no mirar, pero no puede evitar hacerlo. Observa como a Susana le quitan la polera y aprecia sus impresionantes pechos, como el profesor se los besa y chupa, Natalia ya se imagina estando en su lugar, en el lugar de Danilo. Susana atrapa su grueso miembro entre sus pechos haciéndole una paja con los mismos y también mamando aquella gruesa verga, pero a Natalia solo le interesa Susana.

Tímidamente Natalia se frota su entrepierna, esforzándose por no gemir y evitar que la escuchen, sus pezones se erectan y ella se los acaricia suavemente, nunca se había sentido tan excitada como ahora, con sus ojos cerrados se acaricia a si misma como nunca antes lo había hecho, solo los ardientes gemidos de Susana la hacen reaccionar, Natalia la observa siendo empalada por el profesor, ella esta en cuatro sobre una banca y sus pechos se balancean al ritmo de cada embestida, Natalia ve el miembro del profesor entrar y salir del coño de la morena y la escucha gemir, Natalia ve como se la follan y le gustaría estar ahí, dándole con todo a Susana, haciéndola delirar. Finalmente Danilo acaba sobre ella, dejándola cubierta de semen, luego él se aleja y Susana se va a duchar.

Rápidamente Natalia se viste, se pone un vestido largo y holgado con botones y guarda sus cosas, quiere salir antes de toparse con Susana y esperarla afuera. Sin embargo cuando va saliendo del camarín Susana sale de la ducha, “¿estabas aquí?” le pregunta la morena, “no, solo venia a ver si tu estabas aquí todavía” le responde Natalia con algo de nerviosismo mientras observa el cuerpo de Susana que se seca con una toalla, “te espero afuera” le dice después.

Susana sale del camarín y se va junto a Natalia, “vámonos rápido tenemos mucho trabajo que hacer” dice la morena. Toman el bus y llegan a la casa de Susana, Natalia entra con timidez, “relájate si estamos solas, mis viejos van a llegar bien tarde y mi hermano esta en casa de un amigo y no vuelve hasta mañana”. Al entrar en la habitación de la morena Natalia se queda con la boca abierta por el desorden, “en mi casa me matarían si mi pieza estuviera así”, pero Susana no se hace problema, así que ambas se ponen a trabajar.

Mientras trabajan Susana le hace preguntas personales a Natalia que se muestra algo incomoda pero poco a poco comienza a hablar. Susana es mucho más suelta y no duda en contarle algunos detalles de su vida privada haciendo que Natalia se sonroje. “Y tu, ¿has tenido sexo alguna vez?”, Natalia se sonroja más aun ante la pregunta, pero Susana insiste, finalmente Natalia le cuenta que solo una vez, con un primo, aunque también le cuenta que él fue muy rudo con ella y que en realidad no disfruto de esa ocasión, “¿y con una mujer?”, esta pregunta descoloca totalmente a Natalia que mira a los ojos a Susana. La morena le quita los lentes y le acaricia su bello rostro. Natalia en realidad es bastante bonita aunque siempre oculta su belleza. Susana la empuja sobre la cama quedando sobre ella, Natalia no sabe que hacer ni decir, se esta excitando cada vez más, “sabes que yo soy bisexual, en ocasiones tengo sexo con mujeres” le dice Susana a los ojos.

Sobre la cama Natalia no reacciona, Susana le suelta el moño dejando libre pe hermoso cabello castaño, “se que me viste en el camarín cogiendo con el profesor”, Susana mientras le habla frota su cuerpo contra el de Natalia que cierra los ojos y deja escapar un profundo suspiro. Poco a poco Susana le abre el vestido, botón tras botón, uno a uno. Susana se impresiona al ver que esconde Natalia bajo esas ropas, un cuerpo delgado pero armonioso, bellas piernas y unos impresionantes pechos, casi tan grandes como los de ella. Susana se quita la polera y se apoya sobre Natalia que aun no sabe que hacer, aunque esta muy excitada. Susana le aparta el sostén, cada caricia cada roce que Susana le da a Natalia la hace simplemente estremecerse, es la primera que alguien la toca de esa manera y Susana quiere enseñarle algo nuevo.

Un ardiente beso de Susana casi derrite a Natalia, “solo déjate llevar y vas a gozar como nunca” le aconseja la morena, luego le da otro beso y Natalia le devuelve el favor, Susana mete su lengua en la boca de Natalia y ella le hace lo mismo. Susana comienza quitarle sostén y deslizar sus manos sobre los pechos de Natalia. La morena frota sus pechos con los de su amiga que esta totalmente entregada a ella. Susana desciende por el cuerpo de Natalia, usando hábilmente su lengua y sus labios, ella le devora ansiosamente los pechos, Natalia se retuerce en la cama, nunca antes le habían hecho algo así y ahora no quiere que Susana se detenga por nada y de hecho la morena no piensa hacerlo en absoluto.

Con suavidad Susana desnuda a Natalia, la morena observa detenidamente su delgado cuerpo y su rostro de niña inocente, Susana se desnuda también y frota incesantemente su cuerpo contra Natalia, besándola y acariciándola en medio de los ardientes gemidos de su amiga, Natalia se anima también y decide probar los pechos de Susana que ella le pone en su boca, “eso es, así se hace, aprendes rápido, chúpame mis pezones, oh si” le dice Susana. Sin embargo la morena decide darle algo más a Natalia, le separa ampliamente sus piernas y de una sola vez hunde su lengua en el coño de Natalia. Ella gime como loca, mueve sus caderas totalmente extasiada, su respiración se entrecorta por sus gemidos mientras siente la lengua de Susana moviéndose dentro de ella. Los dedos Susana siguen dándole a Natalia que se siente en el paraíso, con sensaciones nuevas que nunca antes había experimentado.

La morena esta encima de Natalia y frota su pubis contra el de ella, Natalia la envuelve con sus piernas y ambas se entregan en un ardiente abrazo lleno de besos y caricias. Susana le propone hacer un 69 en la cama, “¿¡un que!?” pregunta Natalia sin saber que ocurre, Susana se ríe de la ingenuidad de Natalia. De pronto Natalia se encuentra con el coño de Susana frente a ella, la morena se mete un dedo en su sexo buscando incentivar a Natalia. Ella siente a Susana nuevamente lamer su coño, follándola con los dedos, “vamos, que esperas” le dice Susana impaciente por sentirla en su sexo. Tímidamente Natalia usa sus dedos, recorre el coño de Susana provocándole un estremecimiento. Natalia al ver la reacción de Susana decide ir más lejos, ahora desliza la punta de su lengua sobre el sexo de Susana probando por primera el sabor de un coño.

Al cabo de un rato Natalia esta completamente dedicada a darle placer a Susana. Su lengua se mueve activa dentro del coño de la morena, Susana disfruta de las caricias y lamidas de esta “primeriza” y le responde devorando ansiosamente su sexo. Ambas se dan placer incesantemente, Natalia goza como nunca antes y se esmera en satisfacer a Susana que normalmente es insaciable en la cama.

De pronto Susana se pone de pie y va a buscar algo en su ropero, Natalia la mira extrañada, “en donde esta, se que lo deje por aquí, vamos, vamos” dice ella, “¡aha, aquí esta!”, Susana esconde algo tras ella y luego va hacia Natalia. “Abre tu boca y cierra los ojos”, Natalia no entiende nada pero le hace caso. Entonces siente algo frió y duro metiéndose en su boca, “¡oye!” exclama ella mientras Susana se ríe por su reacción. Susana le muestra su juguete, el mismo que Laura le regalo hace un tiempo, Natalia esta anonadada. “Ven vamos a divertirnos con esto”.

Susana decide darle otra “clase” a Natalia, le muestra como debe hacer una buena mamada, “esto enloquece a los hombres” le dice la morena con convicción mientras Susana le dice como mamarlo, “pero ahora me gustan más las mujeres” le responde Natalia. “Entonces úsalo conmigo” le dice Susana que se pone en cuatro sobre la cama. “Que esperas, fóllame con él, solo lubrícalo con tu saliva y después me das duro con él”, Natalia le obedece, se lo mete en su boca primero y después se lo empieza a enterrar a Susana. “¡Ahhhh, oh si, vamos, hazlo con más fuerza, esto me gusta mucho, dame con todo!” le dice Susana en medio de sus gemidos. Natalia cumple su fantasía de hacer delirar a Susana, con ambas manos empieza un furioso movimiento de mete y saca dándole bien duro a Susana. La morena gime como loca y se acaricia sus tetas que se mueven al ritmo de las embestidas que Natalia le da, Susana se sorprende cuando Natalia le mete un dedo en el culo, “¡eso es así se hace!” le dice Susana. Natalia se mete el otro extremo en su boca y lo chupa ansiosamente mientras folla a su amiga.

“Ahora es mi turno” le dice Susana” ella le da un beso y Natalia se acuesta en la cama con sus piernas abiertas, Susana lo pasa entre los grandes pechos de Natalia, “vamos, frótalo como si le estuvieras haciendo una paja a un hombre”, Natalia lo hace complaciendo a Susana. Después la morena lo desliza sobre el coño de Natalia, tocándole su clítoris y después se lo mete hasta el fondo. Los gemidos de la muchacha son intensos, Susana no le da respiro follándola con fuerza. Natalia se acaricia sus pechos mientras Susana le lame clítoris y la folla con aquel juguete, Natalia disfruta de un momento inolvidable, jamás pensó en que seria capaz hacer algo así.

“Probemos otra cosa” dice Susana que le enseña de todo a su amiga, “cruza tus piernas conmigo”, Natalia lo hace y observa a Susana meterse el otro extremo hasta hacerlo desaparecer en su coño. “Así es, ahora cárgate contra mi y yo haré lo mismo”, Susana se carga sobre Natalia metiéndole el consolador, ella al principio le cuesta tomarle el ritmo a Susana pero pronto lo hace y la toma de las piernas para hacerlo mejor. La habitación de Susana se llena con los gemidos de ambas que se follan mutuamente, Natalia se acaricia su clítoris mientras aquel juguete entra y sale de su coño. A veces se cargan tanto una contra la otra que sus sexos se tocan entre si, a Natalia le llega a faltar el aliento de lo excitada que esta, ella no quiere parar y Susana tampoco, pero finalmente ambas se corren entre si.

Sobre la cama ambas yacen abrazadas y agotadas. Natalia le agradece a Susana por darle el mejor momento de su vida, sin embargo al ver la hora se asusta, debe volver a su casa de inmediato o va a tener problemas, Susana la acompaña por si acaso. Al llegar a la casa de Natalia habla primero con su mama y después va a despedir a Susana, “espero ir a tu casa más seguido” le dice ella, “cuando quieras, así nos divertiremos juntas y te podría enseñar algo más”, Natalia se muere de ganas por besarla pero no se atreve. “No te preocupes, ya tendremos tiempo para eso, ahora ve a tu casa y en la noche remuérdame” le dice Susana que al despedirse le da un cariñoso beso en la mejilla derecha.

Por la noche, Natalia hace precisamente lo que Susana le dijo, la recuerda masturbándose fanáticamente y reviviendo cada caricia que Susana, su amiga y algo más, le dio aquella tarde en su cama.