La Colegiala XI

- ¿Entonces tenemos un trato?
- Esta bien, será mejor que cumplas con tu parte y olvídate del resto, aquí tienes un adelanto, lo que me pediste - Un sobre es entregado.

- Perfecto, ahora déjame todo a mi y listo.

A la llegada al colegio Susana y Francisca vienen discutiendo otra vez, Natalia y Julia las observan en silencio y mueven la cabeza. La rubia aun se lamenta por la apuesta que perdió con Susana acerca del resultado de un partido de fútbol y exige una revancha, revancha que Susana no esta dispuesta a darle. Francisca esta furiosa tras haber perdido un espectacular vestido rojo que le regalaron el año pasado y de todos modos trata de hacer que Susana vuelva a apostarlo para tenerlo de vuelta, sin embargo la morena se rehúsa a toda costa.

- Admítelo perdiste, no tengo por que darte una revancha - le dice Susana.

Pero Francisca insiste:
- ¿Y tú por qué no admites que tienes miedo a perder y que eres una cobarde? - replica la rubia.

- ¡Te apuesto a que me saco mejor nota que tu en matemáticas! - dice Francisca
- Sigue soñando mejor será - contesta Susana

- Lo que ocurre es que eres una gran gallina, sabes que te voy a dejar en ridículo por eso no quieres arriesgarte a apostar, además como tu hermanito no está para ayudarte ahora tienes miedo que los demás se den cuenta que no sabes nada de nada y que solo gracias a Andrés te has sacado buenas notas - insiste Francisca.

Para Susana que la llamen gallina es demasiado:
- Si quieres seguir perdiendo es tu decisión, que estas dispuesta a apostar - en ese momento ambas entran a la sala.

Ya en el recreo las dos siguen discutiendo acerca de que apostar, Francisca exige el vestido rojo pero Susana se niega rotundamente, la discusión entre ellas continua y en ese instante un compañero de curso de ellas pasa cerca. El mira a Susana de arriba para abajo de forma directa, esto provoca la inmediata reacción de la morena:

- ¿Qué miras imbecil? - le dice Susana.
- Realmente eres bien maleducada - le reclama Francisca.

- Es un idiota y no voy a tolerar que me mire así.

Eso le da una idea a Francisca:
- Te propongo una penitencia, la que se saque la nota más baja en el examen, deberá pasar un rato agradable con Gerardo.
- Estas chiflada, es lo más ridículo que he escuchado en mi vida - Contesta Susana indignada.

- ¡Ah, lo sabía, eres una gran gallina, solo abres el pico para cacarear pero nada más! - Le enrostró Francisca.

Al escuchar estas burlas Susana en un arranque de furia acepta.
- Trato hecho, será mejor que te prepares para coger con ese baboso.
- Tengo el presentimiento de que te vas a arrepentir - le dice Natalia.

- ¡Cierra el pico ave de mal agüero! - le contesta la morena.

Al volver a la sala ambas ven a Gerardo sentado en el fondo de la misma.

- Ahí esta tu amante - le dice Francisca a Susana
- Al contrario es todo tuyo.

El chico en cuestión es Gerardo, no es un mal chico, tiene la misma edad que Susana, es un buen estudiante sobre todo en computación, muy malo en deportes y por lo demás no es ningún adonis. Algo bajo de estatura y un poco pasado de kilos, siempre anda despeinado, usa gruesos lentes y su boca de labios anchos no le da muy buen aspecto, ciertamente las chicas no se muere por él. Más encima en una ocasión fue sorprendido leyendo revistas pornográficas en un baño y desde entonces lo molestan por ello, continuamente es el objeto de las burlas de los demás y Susana también le ha hecho pasar más de un mal rato.

Con este panorama enfrente, Susana se pone a estudiar como nunca, no esta dispuesta a caer tan bajo como para terminar en los brazos de Gerardo y “recluta” a Natalia para que le ayude. Natalia esta impresionada al ver estudiar a Susana de manera tan dedicada y también ve que la morena comienza a arrepentirse de la apuesta, pero Natalia se encarga de recordarle que ya es tarde para ello:
- Eso te pasa por habladora.

El día de la prueba Susana luce confiada y Francisca esta algo inquieta. El profesor entrega las pruebas y todo el mundo a trabajar. El silencio en la sala es digno de un cementerio, no se oye ni una mosca volando, Susana esta muy concentrada respondiendo el examen y Francisca también esta en lo suyo, la morena mira de reojo a su amiga como haciéndole burla al verla algo complicada con unos ejercicios. Susana termina antes y casi una hora más tarde sale Francisca.

- Aquí tienes esto, lo vas a necesitar - Susana le tira un paquete a Francisca.

Al abrirlo se encuentra con varios condones o preservativos, a Francisca no le hizo ninguna gracia:
- La que ríe último ríe mejor - responde la rubia.

Una semana más tarde se entregan los resultados, Julia y Natalia un 6,8 lo que era esperable, Gerardo un 4,0 lo que también era esperable, Susana un 6,5 lo que no se esperaba nadie menos aún Francisca que se ve bastante preocupada. Susana se mece en su silla jactándose de su nota y haciéndole burlas a la rubia.

- Francisca un 6,8 - Se le oye decir al profesor.

Al escuchar esta nota Susana pierde el equilibrio de su silla y se va de espaldas cayendo como un verdadero saco de cemento, los chicos son los más encantados ya que la falda se le subió bastante permitiendo apreciar sus partes íntimas. Sin embargo esto es el menor problema para la morena. La sonrisa en la cara de Francisca va de oreja a oreja.

En el recreo ya con algo más de compostura y tras haber amenazado de muerte a quienes le alcanzaron a ver su ropa interior cuando se cayó, Susana confronta a Francisca que le devuelve el paquete de condones:
- No lo voy a hacer, no voy a coger con ese renacuajo no importa lo que hayamos apostado - dice Susana.
- Ahora no vas a salir con esa, cuando yo aposte mi vestido rojo te lo entregué tal como habíamos acordado aunque me llego a doler el estomago hacerlo

- Pero esto es distinto, aquí hablamos de mi persona teniendo que coger con ese tipo.
- ¿y que? Mi vestido vale más que tu. - Y la discusión continúa.

Viendo que Susana no va a cumplir su penitencia Francisca decide recurrir a otros métodos para convencerla:
- Está bien, si no cumples con la apuesta yo le diré a todo el mundo lo que apostamos.

Susana abre los ojos de par en par y se pone frente Francisca mirándola directamente:
- No te atreverías - le dice Susana.

La morena mira fijamente a los ojos a Francisca:
- ¡Maldita yegua si te atreverías!.

Susana piensa un momento:
- ¡Esta bien lo haré, lo haré, pero si alguna de ustedes dice algo acerca de esto las asesinare una a una, escucharon!.

Muy ofuscada Susana se aleja:
- ¿Y a ti por que te importa tanto que Susana pague esta apuesta? - pregunta Natalia algo suspicaz
- Bueno es lo justo no, a mi me toco darle mi vestido rojo además yo no la obligué a aceptar. Corresponde que pague - insiste Francisca.

Al día siguiente Susana esta llegando al colegio, se topa de improviso con Gerardo. El de inmediato pone distancia con Susana. Tras lo ocurrido el otro día ciertamente no quiere más insultos.

- Hola - le dice ella con una sonrisa.
- Hola - responde él algo nervioso.

Susana saludándolo es toda una novedad. De lejos Francisca la vigila, para asegurarse que su amiga no va a intentar escaparse.

Ese día tiene clases de computación, donde Gerardo se maneja bastante bien. Él toma un equipo del fondo del laboratorio y a pesar que estos cuentan con filtros, firewall, protección contra páginas indebidas y otros bloqueos, Gerardo los desactiva fácilmente y se pone a ver paginas pornográficas ahí mismo. Está en eso, cuando para su total desconcierto Susana aparece a su lado.

Ella lo sorprende cuando observa un video porno y discretamente se masajea su bulto. A ella le parece cómico haberlo sorprendido así, aunque se aguanta la risa, lo encuentra sumamente tonto e inmaduro.

- Quería pedirte que me dieras una mano, pero al parecer estás ocupado - le dice ella en un tono delicado y se sienta junto a él.

Gerardo esta totalmente sonrojado.

- Vaya pero que tenemos aquí - dice Susana y hace correr el video donde sale una pareja follando en un baño - se nota que lo están pasando bien.

Ella observa con toda atención y sin inmutarse ni mucho menos.

El profesor se acerca en ese instante y Susana cierra el video:
- ¿Algún problema?.
- No señor solo le venia a pedir ayuda a Gerardo - le responde ella.

A Gerardo no le sale palabra alguna, el profesor se aleja y Susana lo mira:
- Me debes una - le dice y luego le hace varias consultas poniéndolo más tenso aun.

Susana tiene la capacidad de intimidar a los chicos con su carácter y su gran belleza. Gerardo en todo caso la ayuda en todo lo que puede y siempre la trata de forma amable y respetuosa. Al contrario de la mayoría de sus compañeros, que la consideran una chica fácil. Susana solo a fuerza de amenazas los mantiene a raya.

Decidida a terminar este asunto tan rápido como sea posible ella lo espera a la salida del colegio cerca del baño de mujeres que esta en el fondo del patio. Susana sabe que Gerardo es siempre el ultimo en irse. La idea de cogerlo no le agrada en absoluto pero sabe que será la única manera de que Francisca la deje en paz.

“Mi bocota y yo” se lamenta a cada instante. Susana se mira frente al espejo “bueno, terminemos con esto de una vez”. Luego ella se asoma a la puerta del baño a la espera de Gerardo. Susana piensa en lo soso que será coger con él. “Tendré hacer todo el trabajo” piensa ella viendo lo tímido y tonto que es.

Gerardo va saliendo del laboratorio, se va para su casa cuando al pasar frente al baño de mujeres alguien lo coge del brazo y lo jala con fuerza hacia adentro. Fue tan sorpresivo el tirón que le dio que llegó a caerse pesadamente. Susana de inmediato lo ayuda a ponerse de pie.

- Si querías hablar conmigo solo tenias que decirlo no era necesaria tanta rudeza - le reclama él mientras aun se soba las costillas a causa de la fuerte caída.

Susana se avergüenza consigo misma por esto y tras darle las disculpas del caso ella comienza con lo suyo.

- Te quería dar las gracias por tu ayuda en la clase de computación - le dice ella que se pone directamente frente a él.
- Bueno, no es n... - Antes que Gerardo termine de decirle algo ella le sella los labios con los suyos, dándole un besa tan ardiente y apasionado que Gerardo se queda sin reaccionar, tal como ella esperaba.

Susana lo coge de la mano y lo mete dentro de un cubículo del baño. Ella lo hace sentarse sobre la taza del baño y después se le monta encima besándolo apasionadamente. Gerardo apenas reacciona como si esto fuera un sueño.

Susana se mueve sobre él frotando su voluptuoso cuerpo contra el de Gerardo que poco a poco la va abrazando y la morena pronto siente como le agarra el culo por debajo de su falda. Gerardo la besa en el cuello y mete con más insistencia sus manos bajo la falda acariciando sus nalgas de forma cada vez más insistente. Susana pronto siente además como le va abriendo su blusa, de hecho ella empieza a perder el control, el tímido y tonto resulta ser bastante más despierto y vivo de lo que ella imaginaba.

Pronto Susana se encuentra con sus pechos al descubierto por encima del sostén, sus pezones están erectos y pronto son envueltos por los gruesos labios de Gerardo que se los chupa de una manera que la deja desconcertada, demuestra una habilidad increíble y Susana esta sumamente excitada. Las manos de Gerardo no paran de masajear el culo de Susana, ella siente sus dedos metiéndose entre sus nalgas y llegando hasta su coño, sus gemidos se van haciendo fuertes y Gerardo no deja de lamer sus pechos. Ella carga su rostro contra sus tetas y en medio de sus gemidos le pide que no pare de lamerlas y chuparlas.

Susana sorprendida por la forma en que Gerardo se ocupa de sus pechos, decide devolverle el favor y rápidamente le abre sus pantalones hasta sacar su verga, el bastante gruesa aunque no muy larga. Susana la coge entre sus manos y se la frota con mucha fuerza, le pone algo de saliva encima para lubricarla y pasa su mano de arriba abajo envolviendo su roja cabeza que esta bien dura.

Susana le unas lamidas rápidas para ponerlo más cachondo aún, Gerardo luego observa su miembro perderse entre los carnosos labios de la morena. Susana sube y baja por encima de aquel miembro chupándolo con la misma intensidad con la que Gerardo le chupo sus pechos. Él la guía en el moviendo que ella hace. Susana disfruta como nunca de mamar una polla así y en realidad ella esta disfrutando de coger al “baboso” de Gerardo.

Sorpresivamente Gerardo se pone de pie y empuja a Susana contra la pared besándola y manoseándola continuamente. Susana separa sus piernas cuando Gerardo mete una mano entre ellas. El acaricia y frota su coño por encima de su calzón y él nuevamente se ocupa de lamerle sus grandes tetas. La morena cierra sus ojos y levanta sus brazos por encima de su cabeza para dejar que él haga lo que quiera con ella.

- Separa tus piernas - le dice él.

Susana lo ve ahora hincado y siente como hunde su rostro entre sus muslos. Suavemente Gerardo aparta el calzón de Susana y aprecia su precioso coño cubierto con una pequeña mata de vello pubico.

- ¡Ahhh! - exclama Susana de forma agitada cuando siente la respiración de Gerardo sobre su sexo.

El la roza con sus dedos mientras acaricia sus gruesos muslos y sus esplendidas piernas, apenas toca su coño y de esta forma la mantiene en ascuas. Gerardo toma la pierna derecha de Susana y la pone sobre sus hombros. El estira sus manos y acaricia sus pechos otra vez mientras pasa la punta de su lengua por sus muslos y roza su coño.

Susana esta impaciente:
- ¡Vamos que esperas devora mi coño por favor que ya no doy más! - le suplica ella.

En ese momento Susana siente como su coño es invadido por la lengua de Gerardo que se mueve dentro de su sexo. Ella deja escapar un profundo suspiro de alivio al sentir su sexo siendo devorado. Con sus gruesos labios, que antes eran el motivo de burlas por parte de Susana y otros, ahora envuelve el coño de la morena que ya no da más de caliente. Ella lo carga con fuerza contra su sexo, Susana mueve su pelvis de un lado para otro haciendo que Gerardo le devore el coño de mejor manera aun.

Pronto su sexo es invadido por los dedos de él. Se los entierra hasta el fondo de su coño y después siente lo mismo en su culo:

- ¡Oh si, más dentro, no pares vamos. Eso es! - dice ella a cada momento.

Gerardo voltea a Susana poniendo de guata contra la pared, por detrás le toma sus pechos y se los masajea, Susana se sorprende más aun cuando Gerardo pasa su verga entre los muslos de la morena y se frota con ella pero sin penetrarla. El es quien controla la situación, no Susana, algo que excita mucho a la morena.

Ella cierra sus piernas y atrapa el miembro de Gerardo que es un poco más bajo en estatura que Susana. Nuevamente él se inclina y separa las nalgas de Susana metiendo la punta de su lengua entre ellas.

- ¡Vaya, tu si sabes usar tu lengua! - le dice la excitada morena a Gerardo que lo toma como un cumplido.

A Susana le encantan que le devoren el culo, que se lo chupen y le meten la lengua en su estrecho ano y Gerardo ciertamente le esta dando todo eso a la morena.

- Saca tu culo más acá - le dice con una sorpresiva voz de mando.

Susana sigue apoyada contra la pared y observa hacia atrás viendo la verga de Gerardo en posición amenazante hacia su coño. La morena casi se derrite cuando él la penetra, se la mete bien adentro de su coño, él no la tiene muy larga pero si bien gruesa. Con firmeza la sujeta de sus anchas caderas y comienza a bombearla con todo.

Susana gime como una loca, su cuerpo y en especial sus pechos se agitan de forma salvaje. Gerardo la coge de tal manera que la deja sin aliento. Sin soltarla de sus caderas Gerardo se vuelve a sentar en la taza del baño con Susana firmemente empalada. Una vez allí hace que la ardiente morena cabalgue sobre su miembro, Susana estira sus manos apoyándose en las paredes del baño mientras le da bien duro. La hace estremecerse con cada acometida, la idea de Susana era la de cogerse a Gerardo pero ahora resulta ser todo lo contrario, es él el que se esta tirando a la morena.

Susana se da media vuelta, se vuelve a montar sobre él y le restriega sus tetas en la cara. Gerardo atrapa los pezones con su boca y hunde sus dedos en el culo de Susana que esta totalmente extasiada. La morena se agita sobre él y Gerardo la hace mover sus caderas para penetrarla mejor. Susana lo besa sin parar y lo único que desea es tenerlo dentro de si.

- Ven acá - le ordena a Susana.

Gerardo la hace ponerse contra la taza con su culo bien parado. Tras meterle los dedos de forma tan seguida aprecia que el ano de Susana esta bien dilatado. Él le pasa la lengua nuevamente para lubricarle el culo. Susana esta expectante por lo que viene ahora. Trata de mirara pero Gerardo no la deja, la toma del pelo y la obliga a tener la vista fija al frente.

Susana siente como él le abre sus nalgas con la punta de su verga. La apoya contra ano pero después la saca, se la pasa por el culo y por su coño sin penetrarla. La mantiene ansiosa. Ella se mueve para tratar de atrapar aquel miembro pero Gerardo no la deja. Durante unos instantes la tortura así, se la entierra un poco y después la saca dejando a su Susana con todas las ganas.

Gerardo no la suelta por nada del mundo.

- ¡Maldito seas rómpeme el culo de una buena vez o te rompo la cara oíste! - le grita Susana furiosa de tanto esperar y tanto juego.

Esta vez Gerardo obedece a la morena y le entierra su verga en el culo de una sola vez.

- ¡Siii, esto es lo que quiero. Vamos no seas malo dámela toda! - le suplica ella.

Gerardo la tiene tomada del pelo y de las caderas, la penetra de forma incesante por su estrecho culo. Susana se acaricia sus tetas, mientras él la coge. Su cuerpo se agita con vigor y ella gime como una potra en celo. Ella observa hacia atrás y aprecia la verga de Gerardo perdiéndose entre sus nalgas. Ella se carga con más fuerza sobre él para acoger mejor su miembro.

- ¡Córrete en mi culo por favor! - le suplica Susana con un hilo de voz y él la complace.

Un calor intenso llena el culo de Susana, ella siente la verga de Gerardo salir de su culo. Susana respira hondo recuperando el aliento y después se vuelve hacia él.

- Espera un poco, te haré una paja con mis tetas para que te corras de nuevo sobre mí.

Ella se hinca frente a Gerardo y tras hacerle una mamada atrapa su miembro entre sus pechos. Con fuerza Susana le hace una paja, ella mueve sus senos envolviendo completamente el miembro de Gerardo, él disfruta como nunca de tan intensa caricia. Susana siente su miembro palpitar y de pronto él se corre de forma muy abundante salpicándole la cara y cubriendo sus tetas con espeso semen. Ella le pasa la lengua a su verga y le saca todo lo que puede.

Rápidamente ambos se arreglan la ropa.

- Estuviste increíble - le dice Susana muy satisfecha - jamás se me paso por la mente que pudieras coger así.
- No es bueno subestimar a los demás - le contesta él.

Susana luego se disculpa por haberlo tratado tan mal antes y admite que fue muy prejuiciosa.

- Uno de estos días tal vez volvamos a este sitio - le dice ella y le da un beso.
- Será mejor que te vayas, si alguien te ve aquí conmigo no te van a dejar en paz - le dice Gerardo.

- Pero ¿y si te ven aquí? - se pregunta ella.
- ¿Qué importa?. Me molestan por tantas cosas que ya ni me importa una más - responde él.

Susana recoge sus cosas y se va tras darle las gracias por tan intenso momento.

Gerardo sigue arreglándose cuando alguien entra al baño. Es una chica y Gerardo la mira a los ojos.

- ¿Y bien, como estuvo? - pregunta Francisca.
- Increíble, Susana es más fogosa de lo que me imaginaba - responde él.

- Te lo dije yo la conozco muy bien - contesta la rubia.

Gerardo la mira y sonríe ante el significado de esa respuesta:
- Debo admitir que cuando me dijiste que ibas a hacer que Susana cogiera conmigo me estabas tomando el pelo.
- No que va, conozco a Susana, es predecible, un poco de psicología por aquí y algo de chantaje por allá y listo.

- Toma, aquí esta el resto de la información. Conseguí acceder a la base de datos del colegio y obtuve las próximas pruebas de ciencias y matemáticas los ramos donde estas más complicada.

Francisca los guarda en su mochila:
- Por un momento pensé que me iba a ir mal en la prueba del otro día, Susana sacó mejor nota de lo que esperaba.
- En ese caso tu ibas a tener que tomar su lugar.

- Es posible, aunque en vista de lo ocurrido aquí y de los alaridos de Susana no estuviste tan mal.
- ¿Quieres probar?. Aun me queda fuerza - le propone Gerardo.

- No gracias, al menos no por ahora - Francisca sale del baño.

- Con esto Susanita, estamos a mano por mi vestido - se dice a si misma la rubia al ver a Susana mientras sale del colegio.