Si eso es la mujer casada con la que salgo ocasionalmente, no tiene una, sino varias lindas cabelleras. Al principio no me había dado cuenta, pero un día salió conmigo llevando una larga cabellera negra, en otra ocasión pensé que se había cortado y pintado el pelo, ya que tenía un corte que le dicen paje, de color castaño claro. Pero a la semana volvimos a salir, y llegó con una abundante y larga cabellera rojiza.
Relato
Yo la verdad comencé a sospechar que Ingrid usaba pelucas, cuando salía conmigo, por dos razones, una era para que no la reconocieran, y la otra porque es sumamente coqueta.
Ya en esa tercera ocasión cuando nos estábamos besando en la cama del motel, en el que acostumbramos encontrarnos, a medida que comencé a penetrar su depilado coño, le dije que se veía espectacular con esa cabellera rojiza.
Ella no me dijo nada, y bien yo realmente estaba más interesado en seguir cogiéndomela, que hablar de su nuevo peinado. Pero al rato en medio de sus fuertes gemidos de placer, justo cuando estamos en medio de ese sabroso clímax. Ingrid agarró puso sus manos en su cabellera, y de un solo tirón, y ante mis ojos vi con asombro como quedó completamente calva.
Yo la verdad es que jamás me hubiera esperado que algo así me sucediera, es más cuando ella se dio cuenta de que se había quitado la hermosa peluca roja que tenía puesta, de inmediato se puso a llorar. Con un sentimiento, como si estuviera sumamente avergonzada, por lo sucedido.
Yo por mi parte, aunque me impactó lo que vi, quizás más me impactó, el ver completamente pelada su cabeza. Bien redondita, lisa, es más hasta brillaba bajo el reflejo de las luces. Por lo que procuré calmarla, y no sé de momento me provocó besarla.
No es que yo sea un sentimental, pero el verla así, y llorando de vergüenza, me aflojó el corazón. Yo comencé decirle lo linda que ella era, lo bien que se veía, y un sinfín de cosas más. Cosas que por lo visto, hicieron eco en ella, ya que su manera de actuar fue cambiando, al punto que de momento, quizás por agradecimiento, o quien sabe el por qué, dirigió su rostro hasta mi verga.
Con sus manos comenzó acariciarla, y a los pocos segundos ya le tenía dentro de su boca, mamándomela y chupándola divinamente. Yo por mi parte, a medida que Ingrid continuaba mama que mama, yo comencé a pasar mis manos por su pelada cabeza. En mi vida ninguna otra mujer me había dado una mamada como la que Ingrid en esos momentos me estaba dando.
Mi excitación fue tal, que para no venirme dentro de su boca, saqué mi verga y la volví a dirigir a su coño. Esa noche Ingrid me volvió a mamar mi verga, hasta que hizo que yo me viniera dentro de su boca, y garganta. Tragándose el poco semen que ya me quedaba.
Ambos permanecimos en la cama, y fue cuando me dijo que hacía ya tiempo había sufrido de un tipo de infección que le hizo perder todo vello y cabello de su cuerpo. Incluso hasta los de sus cejas, y pestañas, por los que usa pestañas postizas, y sus cejas las delinea. Pero al parecer fue tan y tan fuerte el tratamiento que ni su médico tiene idea de cuándo volverá a crecerle el pelo.
Pero mientras tanto, yo sigo disfrutando de sus favores, ya que su marido, aunque ella no me lo ha dicho de manera clara, parece que el verla completamente calva le impide expresarle todo su amor….
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 515280 veces