Los chicos y chicas de las dos despedidas de solteros entran en los coches para ir a follar a gusto y durante el camino las chicas cuentas sus mejores experiencias sexuales. Ana se lanza la primera.
Relato
Bueno salimos del pub y nos proponen ir a casa de Lucas y Emilio, que recordarán que compartían piso, a tomar la última, porque el que más y el que menos estaba pensando en terminar la noche con una gran orgía, pero Emilio dice que mejor vayamos al chalet que sus padres tienen en la sierra, que este fin de semana no iba a ir nadie. Aunque al principio hubo resistencia por lo lejos que estaba, al final aceptamos porque nos dimos cuenta que sería más amplio que el piso y con tantos como éramos iba a ser difícil arreglárselas para follar en el mismo, que es lo que todos estábamos deseando después de las corridas que tuvimos en el pub, además Ana nos dijo que el piso de Lucas y Emilio era un poco cutre.
Nosotras habíamos ido todas apretaditas en el coche de Miriam y los chicos habían venido en dos coches, pero uno de ellos era de esos grandes con dos filas de asientos trseros, que era el de Carlos, así que empezó el reparto de quien iba en cada coche, Ana y yo elegimos el grande y con nosotras se apuntaron Carlos, de conductor y Jorge de copiloto y detrás de nosotras entraron Martín y Lucas. En el coche de Miriam, se coló Emilio de copiloto y detrás Héctor y Esteban escoltando a Caridad que se situó en medio de ambos. En el otro coche que era el de Enrique, de copiloto se colocó Álvaro y Fran estuvo listo y se puso detrás en medio de Lucía y Laura.
Nos pusimos en camino, los tres coches en fila india y nos empezamos a llamar con los teléfonos móviles, conectamos un móvil en cada coche en manos libre y en modo conferencia, para poder oír todo lo que se hablaba en los coches y fue Martín quien propuso que contáramos alguna historia para hacer el viaje más agradable y Álvaro acotó que fueran historias eróticas para hacerlo más interesante y Laura dijo que si eran historias reales que todavía mejor y Carlos nos incitó a las chicas a que contáramos la mejor experiencia sexual que nos hubiera sucedido en nuestra vida, a lo que Jorge añadió: -¡hasta hoy!-. Pues fue Ana la primera que se lanzó.
“A los diecinueve años yo ya había hecho muchas cosas pero tenía una gran obsesión que era hacérmelo con un negro. Si, por supuesto había leído que la tenían muy grande y de la potencia que se gastaban y quería comprobarlo, además me daba mucho morbo el tema del color, como veis yo soy bien blanca, rubita y con un cuerpo, creo que bien formado pero sin exagerar demasiado, pechos y culo bien redonditos y duros pero no muy grandes. La oportunidad se presentó cuando en la facultad conocí a una chica negra sudafricana, nos hicimos amigas y con el tiempo le confesé mi gran deseo, ella al principio se hizo como que no iba con ella la cosa, pero un día me invitó a salir con su novio y un amigo de éste. Como su novio era negro supuse que el amigo también lo era. Bueno pues si lo era. Después de la consabida cena y de las copas, el novio de mi amiga nos dejó pues tenía que trabajar, parece que tenía turno de noche en una obra o algo así, nos quedamos con el otro. Nos fuimos al apartamento de los chicos pues lo compartían, bastante cutre la verdad, pero a mi lo que me interesaba era la polla del negro y no su apartamento. Bueno lo de siempre, pusimos música, nos servimos una copa y charla intrascendente. Yo estaba sentada en el sofá al lado del negro, que por cierto se llamaba Mamadou y era de Senegal y en el sillón de al lado mi amiga Zanele. Decidí ir al grano y le solté de repente al negro ¿Quieres follar? Evidentemente se quedó cortado sin saber si la cosa iba en serio o en broma. Pero yo no esperé su respuesta. Le espeté, sabes que llevo mucho tiempo queriendo saber si los negros tenéis la polla tan grande como dicen. Él seguía sin saber que decir. Bueno pues me lancé. Le metí mano a la bragueta y le besé. Le lamí bien la lengua y le bajé la cremallera del pantalón. Sentí que la polla rápidamente crecía, sin dejar de besarle y chupeterrearle introduje la mano en el calzoncillo y note la polla caliente y dura, que enseguida se desparramaba fuera del calzoncillo y ¡oh¡ sorpresa, era muy grande y negra, como yo había imaginado en mis sueños lúbricos. Una vez fuera la pajeé con la mano y la polla se puso totalmente tiesa. Después de un rato más de meneo arriba y abajo terminé metiéndomela en la boca, debía tener 25 cm por lo menos y yo me la tragaba hasta donde podía, me llegaba hasta el fondo de la garganta. La chupaba, la lamía, la mordisqueaba y le apretaba los huevos. También me comía los huevos mientras le masturbaba, me restregaba la polla por la cara, que delicia, estaba chorreando de placer cuando me fije que Zanele estaba en el sillón con las piernas abiertas, ya sin bragas y tocándose la concha, me fijé como abría su concha, y dejaba ver el interior rojizo que contrastaba con su color negro exterior. Se agarraba el clítoris con los dedos, lo masajeaba y pasaba el dedo corazón por su abertura, introduciéndolo a veces en la vagina, que calentón, la vista del chocho de Zanele me impresionó tanto como la de la polla de Mamadou. Así que me dio un pasmo y sin saber casi lo que hacía y sin dejar de agarrar la polla de Mamadou con una mano, me lancé a chuparle la concha a Zanele, lamí el clítoris, chupe los labios y metí mi lengua en su cavidad íntima, que placer, Zanele gemía de gusto. Mamadou por fin reaccionó y como yo estaba de rodillas chupando el coño de Zanele que estaba casi tumbada en el sillón con las piernas para arriba, se colocó detrás de mí, me bajo las bragas sin llegar a quitármelas del todo y me la endiñó en mi concha. No tardé mucho en correrme con Mamadou embistiendo y golpeando mi trasero y yo con la cara y la boca empotrada en la chucha de Zanele. Recuperada del orgasmo me di cuenta que Mamadou estaba ya por correrse dentro de mí, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de saborear la leche de negro, con lo que me la saqué y me senté en el suelo con él de rodillas delante de mí y su polla ante mi cara, se la meneó un poco y soltó un tremendo chorro de leche que me inundó mi boca abierta y se desparramó por toda mi cara. Saboreé la leche, le exprimí la polla chupándosela hasta que no le quedó nada dentro y con mi mano me hacía una paja. Volví mi cara otra vez a la concha de Zanele que se estaba pajeando y la chupé hasta que se corrió a la vez que yo que llegaba otra vez con la pajilla que me estaba haciendo.
Pues así estábamos, yo en el suelo con mi cara llena de leche, Zanele en el sillón con las piernas abiertas y la concha también con la leche que yo le había pegado y Mamadou de rodillas con la pija ya en caída pero todavía morcillona, cuando se abre la puerta del apartamento y entra Tinani que era el novio zimbabuense de Zanele, que por no sé qué razón no había tenido que trabajar esa noche. No sabe qué hacer, se queda como petrificado y al cabo de un rato avanza hacia nosotros. Se queda mirando a Zanele y ésta no sé bien porqué se quita la camisetilla de tirantes que tiene y el sujetador dejando ver un hermoso par de tetas. Tinani se agacha y comienza a tocarle las tetas, las aprieta bien con sus grandes manos y le da también alguna torta en la cara sin mucha fuerza. Le mete dos dedos en la boca y hace que se los chupe, le sigue dando tortitas en la cara y ahora en las tetas, le agarra también los pezones, tirando de ellos y Zanele se estremece, le agarra la cabeza y se la lleva a sus tetas obligándole a que se las chupe y le lama los pezones. A mí me vuelve a dar la calentura y me quito también la blusa, con la que me limpio la leche de la cara y el sujetador que todavía llevaba puesto, y me lanzo a chupar la otra teta de Zanele. Mientras yo chupo, Tinani se quita los pantalones y saca otra enorme polla negra de dentro de los calzoncillos ya suficientemente empinada. Me agarra del pelo y me lleva la boca hacia su polla que mete de un golpe hasta el fondo de mi garganta, me da unos cuantos empellones más y la saca de mi boca de golpe, se arrodilla y se la mete en la concha de Tinani sin soltarme el pelo. Allí empuja varias veces hasta el fondo y de repente la saca y la vuelve a meter en mi boca, así está un rato entre la concha de Zanele y mi boca, hasta que agarra de un brazo a Zanele y la hace que se ponga de rodillas a mi lado, así nos restriega a las dos su polla por las caras, la pone entre las dos bocas y nos hace que se la chupemos una por cada lado y que nos lameteemos nosotras también, a veces la mete en la boca de Zanele, otras en la mía, y así esta un buen rato disfrutando de nuestros labios y bocas. Yo creía que se iba a correr en nuestras caras, pero no, hace que nos levantemos y que nos pongamos de pie inclinándonos sobre el sillón cada una apoyándonos con las manos en los brazos del sillón. Se chupa los dedos y nos los mete a cada una los de una mano en nuestras conchas, abiertas las vulvas, introduce primero su pija en la de Zanele, sin sacar los dedos de la mía, para a continuación cambiar de concha y endiñármela a mi metiendo también sus dedos en la de Zanele. Así pasa el rato, cambiando de concha cuando le apetece, yo no aguanto más y me vuelvo a correr, veo que Zanele también se corre y ahora ya le vemos que va a descargar, a quién le llenará el agujerito con el semen, pues no, la desenvaina, nos da la vuelta y arrodilladas ante él de pie nos aprieta la cabeza contra sus huevos para que le chupemos cada una uno mientras él se masturba, nos comemos sus testículos y cuando está listo se separa y nos lanza a la cara toda su leche, Zanele y yo instintivamente abrimos la boca y recogemos en la misma y en la cara una cantidad enorme de esperma que nos rebosa los labios y cae sobre nuestras tetas, mientras cada una de nosotras disfruta de la mano de la otra en la concha. Zanele y yo nos chupeterreamos las bocas, nos lamemos las lenguas y las caras, nos besamos, nos intercambiamos la leche y es tal nuestro descontrol que no vemos como, ni nos acordábamos ya, Mamadou se acerca a nosotras y con la pija tiesa y meneándosela descarga también sobre nuestras caras y pechos una gran cantidad de leche. Bienvenida sea, seguimos con la pajilla mutua y mientras me corro una vez mas, le lamo las tetas a Zanele hasta limpiarle la leche, ella hace lo mismo con las mías y noto como se corre con mi mano entre sus piernas. Ahí terminó todo ese día.
Zanele fue muy amiga mía durante ese curso de facultad pero lamentablemente tuvo que volver a su país a final del curso, volvió con ella su novio Tinani y a Mamadou le volvimos a ver alguna otra vez pero le perdimos pronto la pista”.
Enterré mis uñas en la espalda de Carlos, era increíblemente doloroso. Las dos vergas lograron entrarme en la chucha pero no completamente.
- Aguanta zorra. Aguanta que te las vamos a meter las dos.
- No… me duele.. duele… no.. paren…
Relato erótico enviado por culona69 el 01 de February de 2012 a las 23:57:40 - Relato porno leído 203478 veces
mientras tanto los demás hicieron un circulo en mi con sus vergas y empecé a lamer cada una de ellas, eran muchos pero le di una buena mamada a todas esas vergas, las más ricas eran por supuesto la de mi suegro, el señor de barba larga y la del gordo
Relato erótico enviado por culona69 el 26 de October de 2011 a las 00:00:07 - Relato porno leído 156113 veces
Monté sobre el señor y él empezó a lamerme los pechos con muchas ganas, se veía que le gustaba. Todo el tiempo los señores me estuvieron diciendo cosas como: "Ah que rica jovencita", "Uy hace cuanto que no tocaba una piel así"
Relato erótico enviado por culona69 el 07 de March de 2012 a las 00:00:07 - Relato porno leído 135643 veces