Sábado por la mañana en el chalet de la Sierra. Ana y sus amigas continúan follando.
Relato
Por la mañana me despertaron las charlas y las risas de unos y otras. Debían ser como las 10 o las 11, o sea que tampoco había dormido tanto, pero eso si lo había hecho profundamente. Amanecí tirada en el suelo del salón encima de unas mantas y cubierta por un edredón. Observé como algunos estaban desayunando ya bañaditos y otros parecía que se encontraban en el baño, pero la mayoría estaba a medio vestir. Me incorporé sin que se diera cuenta nadie pues ni los de la cocina, ni los del baño me podían ver, me encaminé hacia el baño y efectivamente allí estaba Ana desnuda, cepillándose los dientes y con Martín detrás de ella tocándole el culo, en la ducha Lucía compartía el baño con Lucas, a quien agarraba de la polla mientras él le sujetaba las tetas. Me fui al otro baño justo cuando salían de él Miriam, Carlos y Héctor, la primera con una toalla agarrada a la cintura pero con la abertura a un lado por donde metía la mano Carlos para tocarle el culo mientras Héctor le levantaba la toalla por delante para tocarle la concha sin problemas, claro que ella iba agarrada con las dos manos a ambas pollas y los tres muy divertidos se besuqueaban sin parar. Al verme Héctor quiso entrar conmigo al baño pero le dije que no, que tenía que hacer caca y que no me gustaba que me miraran mientras lo hacía, no puso mucho empeño, la verdad.
Hice lo que tenía que hacer, me bañé, salí del baño y fui a la cocina a desayunar. Era ya la última. Me acogieron con gritos de ¡por fin! ¡por fin! Emilio empezó a decir que por ser la última tenía que pagar prenda. Yo ya un poco cansadita de estos juegos le mandé a la mierda. Pero la verdad es que los ánimos seguían álgidos porque Ana estaba con los pechos al aire y todo el que pasaba a su lado se los tocaba.
En un momento en que Lucas le estaba chupando un pezón y Carlos dándole un morreo sonó el móvil de Ana. Era Luis, su novio, preguntando donde estaba. Le dijo que se había quedado a dormir en mi casa. Al poco oí que sonó el móvil de Carlos, que seguía tocándole el culo a Miriam, era Marta, su novia, también preguntando donde estaba, con Jorge le dijo.
Otra con las tetas al aire era Miriam, sentada en el banco del comedor de la cocina, a su lado Jorge y Alvaro le masajeaban una teta cada uno, mientras ella agarraba sus miembros por encima de los calzoncillos que era lo único que llevaban. Lucía y Laura llevaban puestas unas camisetas que cubrían sus pechos que se adivinaban sin sujetador pero estaban en bragas.
Lucía sentada en el sofá del salón, se despatarraba para que Martín arrodillado ante ella se agachara para posar sus labios en la tela de las bragas a la altura del sexo, que besaba y lamía como si fuese la misma carne. En eso que sonó su móvil, era su jefe, el de ella y el de Laura y Ana. Quería unos archivos que necesitaba urgentemente. Lucía le dijo que los tenía en una memoria y que si los quería que tendría que venir porque ella no podía enviárselos ya que no había ordenador en la casa, cosa que no sabía y que además no tenía ninguna gana de trabajar en ese momento, espatarrada tal como estaba. Le dio la dirección y se quedó tan ancha suponiendo que por supuesto no se le iba a ocurrir venir.
Pues ahora el móvil que sonaba era el de Martín que tuvo que dejar el besuqueo de bragas para contestar, era su amiga Susana, de la que ya hablamos en el segundo relato, preguntando también donde estaba y qué tal lo habían pasado en la despedida de soltero de Carlos. Martín se explayó más que Lucía y le contó que se habían encontrado con nosotras, que nos habíamos ido todos al chalet de los padres de Emilio y que habíamos follado toda la noche. Susana le dijo que era un cabrón y que la podía haber invitado.
-Es que las cosas se han dado así, no había nada preparado; se excusó Martín.
-Bueno pues voy para allá, a los postres; contestó Susana.
Mientras tanto Laura también en bragas se sentaba encima de Fran, que estaba en el sofá al lado de Lucía en calzoncillos y camiseta, y friccionaba su sexo contra el de él. Por detrás del sofá aparecía Héctor para que Lucía metiese su mano por la bragueta del pantalón y se la menease un poco. A la que no veía era a Caridad que parece ser que primero desayunó y después se fue a lavar, pero con ella estaban, como después comprobé, Esteban y Enrique, en la ducha los tres desnudos claro y enjabonándose mutuamente, magreándose todo lo que podían, y restregándose ambos chicos contra el cuerpo de Caridad. Al rato salieron del baño, Caridad con una toalla alrededor del cuerpo agarrada por encima de las tetas, Esteban en calzoncillos y Enrique con un pantalón corto, los tres con el pelo mojado y con cara de depravados. No tardó mucho Emilio en acercárseme por detrás y sacarse la pija erecta del pantalón para enseñármela poniéndola a la altura de mis ojos. Bueno tuve una debilidad y le di algún que otro lametón mientras terminaba el café y las tostadas.
Mientras Emilio me pegaba pollazos en la cara. Jorge, quien sino, se levantó y dijo que aquello había que organizarlo que como parecía que todavía estábamos con ganas, antes de irnos hiciéramos algo organizado, no como en la noche que había sido muy anárquico y no todos habían hecho de todo ni se habían follado a todas las chicas o las chicas a todos los chicos. Bueno creo que estaba equivocado porque a mi me la metieron todos pero no se si alguien no había probado a alguien, pero en definitiva la propuesta de Jorge fue que los chicos iban a hacer un pasillo, es decir se iban a poner en dos filas y las chicas teníamos que pasar entre ellos por ese pasillo, así nos irían haciendo todo lo que se les ocurriera. Pero Ana terció exigiendo también un pasillo de chicas por el que pasaran los chicos para poderles hacer lo que nos gustase. Aceptaron sin rechistar la propuesta y nos pusimos manos a la obra.
El pasillo lo conformaron rápidamente los chicos, en la cabecera de cada fila Jorge y Carlos, detrás de cada uno de ellos Esteban y Enrique, detrás de ellos Martín y Álvaro, detrás Lucas y Emilio y al final Fran y Héctor. Bueno las chicas nos pusimos también en fila dispuestas a pasar por ese pasillo de hombres, abriendo la fila Ana, claro la de la despedida de soltera, después Lucía, Laura, Caridad, Miriam y cerrando la fila yo. Primero nos desnudamos totalmente aquellos que teníamos algo de ropa, despelote general para quedarse totalmente en porretas. Las pollas ya estaban a media asta y los chuminos lubricándose. Los chicos se ponen de frente dos a dos para dejar el pasillo por el que tenemos que pasar, Ana tiene que llegar hasta la última pareja de chicos es decir Fran y Héctor para que cada una de las demás se sitúe entre las siguientes parejas de chicos. Bueno ahí va Ana se yergue y estira sobre las puntillas y contoneándose enfila el pasillo hasta la última dupla de chicos, por el camino recibe algún azote en el culo y algún manotazo en las tetas. La sigue Lucía que va dando saltitos para que sus tetas reboten y encandilen a los chicos, la tercera es Laura ya con menos camino por recorrer y con dos saltos se sitúa en mitad del pasillo, Caridad solo tiene que dar un salto y Miriam un paso. Yo me quedo fuera de momento. Inmediatamente que Miriam da ese último paso la voz de Jorge da la orden para que comiencen las hostilidades. Los chicos se lanzan como poseídos o magrear, manosear y palmear nalgas, tetas y conchas de las chicas que tienen delante. También se pelean por besar y lamer la boca y la lengua de quien está en el pasillo. Las chicas les agarran las pollas, una con cada mano y las menean. A la siguiente voz de Jorge, Ana sale del pasillo y cada una de las chicas avanza un lugar, yo entro en la primera etapa del pasillo flanqueada por Jorge y Carlos y Ana ocupa mi lugar de espectadora. Me manosean como a las demás, les agarro de las pollas y se las sacudo a conciencia. Me tocan las tetas, el culo, el chocho, la lengua de Carlos me llega hasta la garganta, después Jorge me da la suya y me agarra el clítoris con los dedos, disfruto y veo a las demás chicas también sobadas y penetradas por los dedos de los chicos estirando también sus clítoris. Voz de Jorge y segunda dupla de chicos Esteban y Enrique, igual, manoseo general y lengüeteadas en la boca, pero esta vez siento unos dedos introducirse por mis agujeros, uno en el coño y otro en el culo, me gusta, disfruto, las pollas de estos están bien duras y firmes. Veo como a Miriam, que tengo delante, le agarran de la lengua y también le penetran culo y concha con los dedos. Otra voz y avanzo a la tercera casilla, más de lo mismo, estos me dan palmaditas en el culo y en la concha, también me zurran las tetas, son Martín y Álvaro. Les agarro de los huevos y aprieto, Ana que va detrás y lo ve hace lo propio con los suyos. Veo como a Caridad que va primera ahora le agarran de los labios y estiran, también le meten un dedo por el culo. Avanzamos, estoy con Lucas y Emilio que se esmeran en hacerme la pajilla. Finalizamos la primera ronda, yo con Fran y Héctor con tratamiento similar. Me voy a esperar al principio del pasillo. Ahora toca chupar tetas, todos los chicos chupan las tetas de las chicas, cada una en un lugar del pasillo con sus pezones enhiestos dentro de las bocas de los chicos, Ana la primera con sus tetas comidas a bocados por Fran y Héctor, las demás igual. Me toca, paso al pasillo, Ana fuera detrás de mí me toca el culo, mientras Jorge y Carlos se meten mis tetas en sus bocas y me mordisquean los pezones, veo como 10 bocas de hombre chupan 10 tetas de mujeres. Avanzo por el pasillo y me van chupando las tetas todos los chicos, como a las demás, yo también toco el culo de Miriam, mientras Ana me lo sigue tocando a mí, las chicas seguimos repasando las pollas de los chicos con meneos y palmadas.
Se acaba esta ronda, estoy otra vez fuera del pasillo esperando, ahora las chicas se arrodillan y empiezan a chupar la pollas de los chicos que las flanquean, chupan una, chupan la otra y chupan las dos a la vez, puedo ver como las cinco a la vez engullen 10 pollas, dos pollas en cada boca. Me toca, también yo recibo los pollazos de los chicos, me las como, me meto las dos primeras pollas a la vez y también me como los huevos. Avanzo otro puesto, Ana detrás, Miriam delante agarra la polla de Martín y de un solo golpe se la mete hasta los huevos, la saca y hace lo mismo con la Álvaro. Repite otra vez. Jorge dice que así como estamos nos chupemos los coños, lo hacemos, en fila todas de rodillas Laura la primera, Lucía fuera del pasillo, agachamos la cabeza y sin soltar las pollas de las manos acercamos nuestra lengua a la concha abierta de nuestra compañera de delante para chupársela. Las pollas de los chicos se endurecen más todavía. Avanzamos, veo como a Caridad le dan golpecitos en la cara las dos pollas de Lucas y Emilio y como a Laura le frotan la cara las pollas de Fran y Héctor que se la dejan sobre la misma con los huevos sobre la boca y el glande en los ojos. Avanzamos un puesto, el tratamiento a Caridad es inverso, Fran le tapa la boca con la polla y Héctor coloca la suya sobre los dos ojos dejándole solo a la vista la nariz. Avanzamos y seguimos lamiendo y chupando pollas, Lucía chupa las pollas de Esteban y Enrique, una tras otra, las deja en la boca un rato, se llena y moflete con una y con la otra se da golpecitos. Último turno, veo a Ana chupar lentamente arriba y abajo la polla de Lucas, que casi no le cabe en su boquita de piñón, para después pasarse a l de Emilio con más determinación. Termina esta ronda y me coloco otra vez al final de la fila de chicas encabezada por Ana.
-¿Qué toca ahora?, pregunta Laura.
–Pasillo de chicas, contesta Ana.
Tal como estamos en fila, las chicas nos ponemos de pie y abrimos las piernas para que puedan pasar por debajo los chicos, o sea seis chicas de pie, seis chicos metidos debajo de las piernas en cruz de las chicas y chupando sus coños, cuatro chicos esperando turno. El primero que me chupa es Álvaro, después vendrían todos los demás, que se van arrastrando debajo de nuestras piernas dándonos lametazos y metiendo su lengua en nuestras vaginas. Me corro cuando me está chupando Fran, que creo que es el sexto que pasa por debajo de mis piernas y que la verdad es el que mejor chupa, qué bárbaro. Veo que también Lucía y Caridad se corren y aúllan de placer. Yo le obsequió a Fran con una gran cantidad de fluido vaginal y que todavía puede beber Héctor que viene detrás. En ese momento veo que Ana también descarga una buena cantidad de líquido en la boca de Esteban. Lucas me abre bien los labios e introduce todo lo que puede la lengua en mi vagina, lo mismo veo que hace Héctor con Miriam y Carlos con Laura pero este además tira del clítoris todo lo que puede con sus dedos. Por su parte Jorge se entretiene en tironear de los grandes labios de Lucía dejando un gran agujero donde mete la lengua. El último que me chupa es Martín.
-Siguiente ronda chupada de culo, ordena Ana.
Esta vez tal como estamos en fila nos inclinamos y de cara al respaldo del sofá apoyamos los brazos en el mismo y abrimos bien las piernas enseñando nuestros culos para que los chicos vayan pasando uno por uno lamiendo nuestro agujero de atrás, no sé decir quien lo hizo mejor, tal vez Martín que fue el que me pegó los mejores lametones, aunque para Ana fue Enrique que con sus labios absorbía mientras con la lengua penetraba el ojete.
Volvemos al pasillo de chicos y ahora toca meter según Jorge. Así que las chicas nos colocamos de rodillas a cuatro en nuestro lugar del pasillo, dejamos los sofás y sillones sin cojines, y ofrecemos el coño a uno y la boca a otro de los dos compañeros de pasillo. Como siempre me toca esperar mi turno. Ana es follada por Fran y se la chupa a Héctor en la primera posición del pasillo, a cada una de las chicas se la mete uno y ella se la chupa a otro. A Miriam que tengo al lado la ensarta por detrás Martín y la boca es para Fran. Veo como disfrutan todos, las pollas entran y salen de coños y bocas, cada uno lleva un ritmo diferente pero la visión de los 15 moviendo las caderas y penetrando agujeros me pone calientísima y ya quiero que me toque a mí. Por fin Jorge da la voz, los chicos se mueven en dirección contraria a las agujas del reloj, es decir Carlos pasa a follarme y todos se mueven un lugar con lo que yo sigo sin nadie a quien chupársela y Miriam también se queda sin chupa chups pero con la polla de Enrique en su coño. Cambiamos otra vez y ahora si ya tengo mis dos pollas, la de Carlos en la boca y la de Enrique en el coño. Se quedan sin chupar esta vez Miriam y Caridad. Disfruto de los empellones que me dan mis dos compañeros de follada. Me trago todo lo que puedo la polla de la boca, la succiono, la aprieto y hasta la mordisqueo, la otra entra y sale a gran velocidad. Nuevo cambio y ahora Enrique en la boca y Álvaro en el coño. Me fijo en las demás. Veo como se mueven todos y tal vez los más agresivos son los del trío Jorge, Lucía, Lucas, Lucía se traga la polla de Jorge hasta los huevos y por detrás también le entra hasta el fondo la de Lucas. Su ritmo es que los dos le meten a la vez hasta el fondo de garganta y coño, esperan unos segundos y retroceden despacio para volver a empujar hasta el fondo, así una y otra vez, Lucía parece encantada. Esteban y Martín copian este proceder con Ana, aunque no con la misma intensidad. Sin embargo a Mirian y a mí nos trabajan diferente, uno mete y el otro saca, es decir cuando Enrique empuja la polla hacia mi garganta, Álvaro retrocede y la saca y cuando Álvaro empuja su polla hacia las profundidades de mi vagina, Enrique retrocede y la va sacando despacio de mi boca siempre eso si dejando la punta dentro. Me gusta este vaivén. Pero también pruebo de la otra forma en el siguiente turno con Emilio por detrás y Álvaro en la boca. Bueno Jorge se da cuenta y lo reglamenta en el siguiente cambio.
–Todos a una; que quiere decir los dos a la vez, los cuatro tríos con pollas en boca y coño empujan a la vez. Al siguiente cambio será al contrario.
–Ahora con retroceso; que quiere decir uno arremete y el otro retrocede. Me corro en el último turno en que me folla el coño Jorge y la boca Esteban. He visto correrse a todas las chicas, unas antes y otras después, incluso Ana me parece que se corrió dos veces. Los chicos aguantan. La ronda llega a su fin. Termino igual que Miriam, sin polla en el coño pero chupando la de Jorge. Pero los chicos no pueden aguantar más. Emilio derrama su leche en el coño de Ana, Álvaro hace lo mismo en el de Lucía, Lucas se corre en la boca de Laura y Caridad recibe esperma en los dos sitios, en la concha Carlos y en la boca Martín. Como Laura y Caridad están una al lado de la otra, acercan sus bocas y se intercambian el semen con sus lenguas, esto que lo ve Esteban hace que se excite y no pueda aguantar más y expulse una gran cantidad de leche sobre la cara de Miriam, que le ha pillado por sorpresa la erupción. Arrastro mis dedos por los chorros de semen de su cara y se los restriego hasta la boca. Una última gota que tiene en la comisura de los labios se la lamo y me la como.
Hubo que darles un poco de descanso a los chicos así que nos fuimos a lavar un poco, nos echamos agua y jabón y nos perfumamos. Ellos también se enjuagaron, no todos, ya que alguno decía que le bajaba la excitación. Pero los ánimos seguían encendidos.
Después de unos minutos volvemos a las andadas. Ana coloca a los chicos en el suelo del salón boca arriba en rueda con las cabezas pegadas y las pollas ya levantadas y allí que vamos las chicas y les montamos. Aunque había pollas para todas no me quise quedar la última y me abalancé sobre Lucas que ya lo he insinuado era el que la tenía más grande. Ana se colocó a mi derecha encima de Enrique y a mi izquierda Laura montando a Emilio. El círculo lo completaban mirando a la izquierda de Laura, Lucía sobre Álvaro, Miriam sobre Carlos, Caridad encima de Esteban y sin amazona todavía estaban Jorge, Fran, Martín y Héctor que estaba al lado de Enrique. Todas ya sentadas encima de nuestras monturas, mirándoles a la cara y con la polla en la mano esperábamos la señal de Ana para incrustarlas en nuestras vaginas, cosa que hicimos en el momento que Ana dio la orden. Las cabalgamos un buen rato apoyando las dos manos sobre sus pechos y moviendo el culo arriba y abajo, Ana daba saltos como loca, Miriam también saltaba lo suyo, Laura más bien se restregaba, Lucía llevaba un ritmo más lento y Caridad parecía desencajada con sus golpes secos y rápidos sobre la polla de Esteban. Yo por mi parte me lo tomaba con calma y subía y bajaba por la enorme polla de Lucas con suavidad y delicadeza. Bueno tocó el turno de cambiar y ahora si dimos vuelta según las agujas del reloj. Me subí en Emilio, Ana en Lucas y Caridad en Jorge que entraba en juego. Con las rodillas pegadas al suelo y empaladas por las pollas seguíamos saltando sobre ellas con los chicos tocándonos las tetas. Otras veces nos inclinábamos sobre ellos y abrazándoles les frotábamos el pecho con las tetas o se las poníamos en la boca para que nos chuparan los pezones. También les besábamos y lamíamos la lengua. Fuimos haciendo la rueda y pasando de polla en polla. Cuando estaba sobre Esteban me fijé en Ana que apoyando los pies y las manos en el suelo empezaba a darle enormes sacudidas a Carlos. Levantaba el culo hasta que solo le quedaba la punta de la polla dentro de su raja y de repente se dejaba caer de golpe, así una y otra vez. Me apunté e hice lo mismo y las otras cuatro nos imitaron. Nos compenetramos bien y las seis lo hacíamos a la vez, lenta subida, polla casi fuera y bajada de golpe. Vi como con esta práctica se corrían Ana y Miriam. Cuando tocó cambiar de polla Ana ordenó que nos pusiéramos de espaldas a los chicos, yo me ensarté en Jorge y ella en Esteban, igual hicieron las demás con quien les tocaba en ese turno. Apoyando las manos y los pies en el suelo dábamos fuertes culadas sobre sus pollas y ellos nos frotaban el clítoris con sus dedos. También elevábamos las piernas y dejábamos que ellos fueran los que hicieran el trabajo de atizarnos pollazos. La ronda la cerraba yo con Enrique y Ana con Héctor. Para esta última cabalgada nos dimos la vuelta y lo volvimos a hacer de frente. A Ana todavía se le antojó hacer una última ronda con los chicos postrados a nuestros coños y decidió que les pasáramos las conchas por la boca una vez más. Así lo hicimos pero en forma de 69, es decir que tumbadas a la inversa sobre ellos también les chupábamos las pollas. La ronda fue rápida dándoles el coño a todos uno por uno y recibiendo sus lamidas y chupetones a la vez que nos comíamos sus pollas una tras otra.
Bueno ronda de ellos, es decir nueva propuesta de Jorge. No podía faltar, enculada. Ahora el círculo lo formábamos nosotras, de pie e inclinadas, con las cabezas juntas y agarrándonos unas a otras por los hombros con los brazos para soportar las acometidas de los chicos. Las piernas abiertas y los agujeros ya bastante dilatados. Los chicos se sitúan detrás y se deleitan con la visión de seis bien formados culos, seis vaginas abiertas y seis ojetes tiritando, se pajean y nos abren más concha y culo con los dedos para su disfrute.
-A meter; grita Jorge, que es el primero que se la endiña a Laura por el culo. Los demás envainan donde pueden. A mi izquierda Ana y a mi derecha Laura y a la derecha de ella Lucía, Caridad y Miriam que cierra el círculo abrazándose a Ana. Carlos me encula sin contemplaciones, el ojete está bien dilatado y lubricado, entra sin dificultad. Enrique y Esteban tampoco encuentran ningún obstáculo para penetrar los anos de Lucía y Caridad. Héctor con un golpe seco y profundo tapona la puerta de atrás de Miriam y golpea con sus huevos las nalgas de ella. A la espera quedan Emilio, Martín, Lucas y Fran. Tres o cuatro golpes duros y secos deja Jorge que nos den los chicos y ordena el cambio. Sale Héctor del rosco y entra Emilio a encular a Ana y a mí me la mete Álvaro. Nuevo cambio Martín enculando a Ana y Emilio dándome por culo a mí. Buena técnica la de este tengo que reconocer. Después tengo detrás a Martín y ¡ay! le oigo gritar a Ana, es Lucas que le ha metido su enorme pollón por el culo y duele, pero al momento grita otra vez, pero esta parece de placer. Me preparo para recibir a Lucas y Fran entra en acción penetrando a Ana. Las seis chicas estamos recibiendo por el culo, los chicos entusiasmados bombean a placer, nos tiemblan las piernas. La polla de Lucas me desgarra el ano, propongo a las chicas arrodillarnos porque los embates de los chicos hacen que nos tambaleemos. Seguimos agarradas por los hombros pero ahora con mejor equilibrio. Los chicos se arrodillan o en cuclillas nos dan por el culo, por el mío terminan de pasar los que faltan Fran, Héctor, Esteban, Enrique y Jorge. Pero antes de que todos me pasen por la piedra veo como se corre Ana cuando se la mete Héctor, yo me corro con la polla de Esteban taladrándome, a la vez que Lucía no puede aguantar cuando es Lucas el que se la cepilla. En el último turno los chicos no aguantan más. Siento como Jorge inunda mi trasero de leche caliente. Enrique aúlla y descarga dentro de Laura, a mi lado, una copiosa corrida que veo como rebosa por el ojete una vez que Enrique saca la polla del mismo. Esteban saca la polla del agujero de Lucía y expulsa gran cantidad de chorros de esperma sobre el trasero y la espalda de ella. Héctor se aferra al culo de Caridad y descarga bien dentro del mismo, cuando saca la polla mete un dedo por el ojete y lo saca lleno de leche que se limpia en los glúteos de nuestra amiga. Por último Fran aunque quiere aguantarse no puede y al sacar la polla la leche se desparrama por la abertura anal y se desliza como un torrente por los muslos de Miriam. Carlos que cerraba el círculo enculando a Ana aguantó el envite y los otros cuatro que ya habían hecho todo el recorrido también se contuvieron ya que estaban menos cargados debido a las corridas anteriores.
Jorge inventó una última prueba, se trataba de volver a hacer el pasillo y que nos dieran por delante y por detrás a la vez. Los chicos se situaron en las dos filas como al principio pero nosotras variamos un poco. Esta vez Ana se quedó detrás de mí, fuera en principio del pasillo, es decir que en cabeza iba Lucía y después Laura, Caridad, Miriam, yo y Ana.
–Ya verás porqué; me dijo. Me di cuenta al instante, íbamos a ser las dos únicas que no tendríamos descanso en la follada. Lo que no tenía claro era como íbamos a ponernos. Jorge lo resolvió rápido.
–Vamos a subirlas, si alzadlas; y lo demostró conmigo que estaba precisamente entre Jorge y Carlos. Me alzó agarrándome por los muslos y después de restregarme la polla por el vientre me la metió de golpe, yo me agarré bien a sus caderas con las piernas y Carlos no se hizo esperar y me ensalivó un poco y me la metió por el culo. Los demás hicieron lo mismo. Delante de mi Miriam, a quien Enrique se la enchufó por delante y Esteban por detrás. Vi como Caridad, a la voz de Jorge, se agarró al cuello de Martín y saltó apresándolo con sus piernas, este por delante y Álvaro por detrás se la metieron a la vez y de golpe por ambos agujeros. En cambio Laura recibió antes por detrás la polla de Emilio, que en cuanto la vio en posición se la endiñó, que la de Lucas por delante ya que este tuvo que acomodársela y guiar a su polla con la mano hasta la entrada de la concha de la chica. Lucía también se dio prisa pues se agarró con las manos de los hombros de Héctor y con las piernas de su cadera, midió la distancia y ella misma se introdujo la polla por delante sin necesidad de que nadie la guiara con la mano, por su parte Fran completaba el cuadro y se la endosaba por detrás. Allí subidas las cinco, nos movíamos arriba y abajo, nos apretábamos contra quien nos daba por delante y el de detrás bombeaba nuestro culo. Disfruté este tratamiento hasta que Jorge mandó cambiar pero sin bajarnos. A Lucía que estaba la primera si la bajaron, desenterraron sus pollas de los dos agujeros y la dejaron libre. A continuación Lucas sacó su polla del coño de Laura y la dejó sujeta por Emilio que la agarraba con las manos por debajo de los muslos, el coño bien abierto para ofrecérselo a Fran que se la metió por delante y la agarró para que Emilio la sacara del culo dejando paso a Héctor que no tardó en taponárselo otra vez. La siguiente fue Caridad que pasó de los brazos de Martín a los de Emilio quien la penetró por delante y de ser enculada por Álvaro a ser enculada por Lucas, con su polla enorme. A Miriam también la cambiaron de jinetes y me llegó el turno a mí. Carlos la sacó de detrás para que Enrique me endiñara la suya y sujetada bien por este, Jorge desenvainó y ofreció mi raja a Esteban que me la ensartó sin más dilaciones. Ana se incorporó al grupo de un salto y quedó atrapada por Jorge y Carlos en culo y coño respectivamente. Otra vez el vaivén y nuevo cambio, fuimos pasando de pollas en pollas, siempre por los aires sin tocar tierra, me corrí en la tercera o cuarta estación creo y disfrutaba con aquella inmensa jodienda que nos estaban dando. Ana estaba también poseída y gritaba y aullaba a cada embestida que le daban o a cada cambio de pollas que hacía. Exagerado fue cuando se la follaron Martín por detrás y Álvaro por delante, ya que los dos embestían a la vez, la subían haciendo retroceder sus pollas hacia abajo y después ella se dejaba caer de golpe mientras ellos empujaban hacia arriba y ella se apretaba y restregaba por unos instantes hasta que volvía a subir. Lucas y Emilio seguían otra técnica. El primero empujaba y el segundo retrocedía para a continuación Lucas replegarse y Emilio acometer. El cambio de pollas en los agujeros era bien reconfortante, por un lado sentías la relajación del esfínter anal con la salida de la polla y casi enseguida la sensación otra vez de atoramiento con el nuevo miembro introducido, aire para la vagina con la retirada de la polla y regocijo con la penetración de una nueva. Así sin tocar el suelo recorrimos las diez pollas de los chicos, unas entraron por delante y otras por detrás y al unísono tuvimos dos dentro salvo en los cambios. Tuve algún minuto para descansar ya que quedaba libre para el último turno pero efectivamente solo Ana y yo recibimos el tratamiento de las diez pollas sin poner un pie en el suelo.
Unos y otras estábamos que no aguantábamos más, nosotras nos habíamos corrido varias veces pero queríamos una corrida final y liberadora de tensiones y ellos tenían la leche lista para ser ordeñada.
Las chicas nos colocamos en círculo sentadas de rodillas y dándonos la espalda para ver como los chicos se colocaban a nuestro alrededor de frente a nosotras y se meneaban con frenesí las pollas, esperando el momento de la erupción. Como siempre Ana a mi lado, ahora a mí izquierda y Miriam a mi derecha, tenía enfrente a Martín, Carlos estaba entre Ana y yo, Jorge apuntaba solo a Ana y a la derecha de ella Lucas, los tres parecía que querían arrojar sobre ella la leche, aunque a Carlos se le veía indeciso entre Ana y yo. Completando el círculo por mi izquierda estaban Caridad, Laura y Lucía. Todas teníamos una mano en la entrepierna y nos frotábamos el clítoris con los dedos para corrernos no bien empezarán las explosiones. El pajeo de los chicos se hizo más intenso y el primero que descargó fue Álvaro que enfrente de Caridad le hecho toda la leche en la cara, Enrique a la derecha de ella, también explosionó y apuntó directo a la boca que la tenía abierta. El chorro de semen se coló en la boca y se derramaba por las comisuras de los labios de Caridad, a la vez que el de la cara resbalaba hacia la barbilla. Caridad chupó los dos miembros ya flácidos. Casi a la vez Enrique derramaba toda su leche sobre la cara de Miriam, que con la boca abierta se bebía las gotas que le iban cayendo. Unos lametazos le limpiaron la polla. Por el otro lado Emilio y Fran apuntaban sobre Laura que recibió también en cara y boca el esperma acumulado de los dos, lo saboreó y lamió las pollas de los dos chicos para no dejar ni una gota desperdiciarse. A su lado Lucía recibía el chorro de semen de Héctor también en la boca, y un segundo chorro se fue directo a su mejilla. Laura le lamió la leche de la cara y le pidió la que tenía en la boca que Lucía le traspasó generosa. Una vez con la leche de Lucía y la que había recibido de Emilio y Fran se la tragó toda, relamiéndose después. Nos llegó el turno a Ana y a mí. De repente Lucas, Jorge y Carlos empezaron a convulsionar y a arrojar gran cantidad de chorros de esperma sobre cara y boca de Ana, Lucas le acertó de lleno dentro de la boca, Jorge la repartió entre boca y cara y Carlos descargó un primer chorro sobre su nariz, un segundo chorro me lo dirigió a mí, acertándome en mitad de la cara y todavía pudo dirigir un tercero a los labios de Ana, Martín por su parte me llenó la boca de gran cantidad de líquido. Mientras Ana chupó las pollas de Lucas y Jorge, yo me concentré en las de Martín y Carlos. Después Ana acercó su lengua a la mía y me lamió. Ello originó que yo la besara y relamiera sus labios y boca e intercambiáramos el semen que teníamos cada una, al final se lo di todo y se lo tragó. Miriam también quiso probar mi lengua y me chupeterreó, Ana se nos unió y nuestras tres lenguas se lamían a la vez que nuestros dedos pajeaban nuestros coños. En el otro lado pasaba lo mismo Caridad, Laura y Lucía se enzarzaban en otro chupeteo de labios y lenguas e igual se pajeaban. Al final decidimos acelerar el orgasmo y nos tumbamos todas en el suelo haciendo círculo y con las bocas en las vaginas. Ana boca arriba, yo boca abajo chupando su coño y dándole el mío a Miriam que boca arriba me lo chupaba. Caridad boca abajo chupaba el coño de Miriam y era lamida por la boca de Laura que boca arriba se dejaba chupar por Lucía que boca abajo restregaba su concha contra la cara, labios y lengua de Ana completando el círculo. Así llegamos las seis al orgasmo que parecía definitivo.
Ya era tiempo de terminar aquello pero un breve descanso era necesario antes de ponernos en marcha, por eso continuamos un rato tumbadas en el suelo.
Enterré mis uñas en la espalda de Carlos, era increíblemente doloroso. Las dos vergas lograron entrarme en la chucha pero no completamente.
- Aguanta zorra. Aguanta que te las vamos a meter las dos.
- No… me duele.. duele… no.. paren…
Relato erótico enviado por culona69 el 01 de February de 2012 a las 23:57:40 - Relato porno leído 203473 veces
mientras tanto los demás hicieron un circulo en mi con sus vergas y empecé a lamer cada una de ellas, eran muchos pero le di una buena mamada a todas esas vergas, las más ricas eran por supuesto la de mi suegro, el señor de barba larga y la del gordo
Relato erótico enviado por culona69 el 26 de October de 2011 a las 00:00:07 - Relato porno leído 156105 veces
Monté sobre el señor y él empezó a lamerme los pechos con muchas ganas, se veía que le gustaba. Todo el tiempo los señores me estuvieron diciendo cosas como: "Ah que rica jovencita", "Uy hace cuanto que no tocaba una piel así"
Relato erótico enviado por culona69 el 07 de March de 2012 a las 00:00:07 - Relato porno leído 135643 veces