La educación de una mujer separada, y recatada 1ª

Ya narré que soy asiduo concurrente a las página de Internet para encontrar pareja, así conocí a Liliana ,luego de algunos sondeos, coincidió que vivíamos en la misma ciudad, capital de nuestro país, luego congeniamos a través del chat, por nuestra forma de ser y por estar separados de nuestras anteriores parejas por el mismo motivo: (eso fue lo que le dije después que ella me contara) que le fueron infiel, ella narro que se enteró por unos amigos de que su marido le metía los cuernos con una amante, entonces yo invente, yo encontré al putón de mi mujer con dos amigos suyos que se la estaban pasando por la las armas en nuestra cama, un día que volví de improviso a casa, pero esa historia, era cuento mío, porque el pillado fui yo, y ella me dejo.
Liliana tenía 33 años y yo 36, como yo le seguía el relato, ella me decía que se reflejaba en mi como alma gemela, así estuvimos chateando unas tres semanas, hasta que le propuse dar el paso de conocernos en vivo, dudo bastante, hasta que me dijo que si, y quedamos una tarde de sábado en una plaza céntrica de la ciudad para vernos, cuando la vi llegar me quede gratamente impresionado, apareció ante mí una mujer alta, de unos 170 cm, bien proporcionada, de rostro atractivo con unos impresionantes ojos grises, labios carnosos y el cabello largo, de color castaño.
Vestía con una blusa casi sin escote, bajo la que aparecían, dos pechos bastantes voluminosos, calculo talla 100, su pantalón negro ajustado dibujaba un precioso y redondo culo de muy bien cuidado, unos muslos formados, como su culo y unas piernas largas calzadas con una botas de taco alto, que hacían bambolear su impresionante trasero al caminar.
No hace falta decir que a la vista quede prendado de esa hermosa dama a la que sólo conocía por su encantadora forma de ser a través del chat, la que sumaba mi impacto como impresionante mujer. Luego de un beso sencillo en la mejilla como saludo, estuvimos en una cafetería largo rato charlando, luego la invite a cenar, pudimos platicar mucho de nuestras cosas , de las que alguna acomode, para no arriesgar, sobre alguna mentirilla, luego cada uno se fue a su casa.
luego de este encuentro, seguimos conociéndonos y poco a poco fuimos estrechando lazos, todo muy protocolar, ella aparecía como una mujer con bastantes tabúes, y pruritos, pese a mis indirectas, sutiles, a las que contestaba con un silencio, y se cara enrojecida, una noche, habíamos cenado en un restorante, le dí el primer beso, al dejarla a la puerta de su casa. Todo era lento, y cansino, que me besara en la boca le costaba, mucho, solo al darnos el habitual beso de despedida nuestras bocas se encontraron, de una forma natural, sin buscarlo, pero también sin evitarlo nuestros labios se fundían en un beso, suave al principio, siempre sintiendo un ligero temblor en sus labios, pero de a poco llego el día en que acabo siendo largo, profundo y apasionado con nuestras lenguas en la boca del otro y fuertemente abrazados, pudiendo sentir su cuerpo pegado al mío y los voluminosos pechos, cuando nos separamos del abrazo y del beso, ella como una chiquilla, con miedo a ser vista entró en su casa corriendo sin decir nada, que me dejo completamente excitado y con una tremenda erección
En la cita siguiente ella casi avergonzada, y con la cara mirando el suelo, se disculpó, por su reacción, me dijo que hacía mucho tiempo que no besaba a nadie y no supo cómo actuar y manejarse, dojo que sintió una gran vergüenza, le dije que estaba todo bien, (apunte dar seguridad, sabía que al fin se había roto el hielo para comenzar el camino que había estada esperando)
A partir de aquella noche, afloro algo de pasión en ella, así que nuestro apretones, fueron siendo cada vez más prolongados y apasionados, con besos ardientes, abrazos, caricias, en la calle, y en los lugares, medio íntimos, donde con mis manos iban desapareciendo bajo la ropa, recorriendo su espalda, hasta buscar su sexo o acariciar su culo, y terminar en sus pechos, desliando mis dedos, en esos dos montículos suaves, aterciopelados, sintiendo la calidez y suavidad de su piel, yo cada día en ese punto estaba que estallaba, quería avanzar para poder poseerla. Pero al final ella siempre se resistía a dar el paso, que nos llevaría a la cama para devorarla por completo.
Un día me sorprendió, ella en una actitud, de apertura por lo menos me parecía, una noche me invitó a cenar en su casa, me prepare con todo yo esperaba que esa fuera la ocasión en la que pudiera hacer mío ese cuerpo.
Compre un ramo de rosas, Para acompañar, el momento, aunque cuando me recibió vestida con una blusa blanca abotona hasta por encima del escote y pantalones, estaba vestida como una monja de clausura, para mi no era una señal alentadora, no me hacía muchas ilusiones al respecto.
Lo que si demostró ser muy buena cocinera, La cena fue muy estupenda, vinieron los cafés, sentarnos a charlar y ver la tele.
Así fue pasando el tiempo, en una velada agradable, muy formal, y contracturada, que me parecía que no iba a acabar con nuestros cuerpos desnudos, entrelazados y fornicando locamente, cosa que estaba en mi mente, y deseaba locamente y que ya era una fijación. En esto Liliana se levantó para ir al servicio por lo que pude aprovechar a su vuelta para, detenerla, tomándole con suavidad una mano, para que se sentara a mi lado, cosa que hizo, desde ese momento, como que se soltó, incluso apoyó su cabeza en mi hombro. Así estuvimos por unos instantes, jugué con su cabello, despacio, rodee con un brazo, por detrás de su espalda, caricias, en su cara, jueguito en su cuello, algún que otro besito, incluso su orejita, hasta que dejando caer mi mano muy cerca de los botones del escote de su camisa, mientras mi otra mano sobre su muslo, estaba en posición de pulpo, para acechar, ella estaba distendida, mis besitos poco a poco, pasaron, a ser besos, que ella tiernamente fue asimilando, mientras ella cada vez mas, se ponía en estado, placidez, con un aumento de su respiración, una mano que puse sobre su blusa, acariciándola levemente, desabroche unos de sus botones, cuando ella estaba creo, ya en bastante efervescencia, con la mano pase a apresurar, y desabrochar todo.
Liliana reaccionaba bien, lentamente, estaba muy apasionada en sus besos, entrelazándolos en mi boca, me siguió en las entradas de mi lengua en su boca, se había pegado más a mí, pasando sus brazos por mi torso, nuestras lenguas siguieron jugando, se tocaban y se hundían en nuestras respectivas bocas y ella comenzó a apasionarse, a tal punto, que mis manos ya estaban en pleno, atacando sus dos senos, ni se molesto, cuando los saque de su sostén, acariciándolas, a sus tetas que estaban para que las comiera, buscaba los pezones para chuparlos y lamerlos, darle, pequeños mordisquitos, ella se dejaba hacer, entregada ya, se oían suspiros, y sus manos detrás de mi cabeza, como para que la siguiera sumiendo, en ese estado de placer, cuando mi mano, fue a su sexo. Por encima de su pantalón, separó sus piernas cuando mi mano comenzó a bajarle su cierre, ya mi mano entro decidida buscando sus tanguita uno de mis dedos, directo en su almeja, comenzó a acariciarle sus labios vaginales, quedo quieta, dejándome, que mis dedos, le frotaran, todo, el pantalón abierto, tanto arriba como abajo, se sentía, por como se retorcía, mostraba cada vez mas, el estallido de ansia contenida.
Desesperada, se alzo y sin que mis dedos, dejaran de masajear, su cosita, se bajo todo el pantalón, una pequeña interrupción para que se terminara de sacar todo, se volvio a sentar, ya con sus dos piernas, abiertas, mostrando us vagina,. Muy mojada, cuando, me arrodille, me miro, me dijo que haces, , sin contestarle, me sumí, con mi cabeza, en un ataque, directo, al centro, de su vagina, como queriéndome sacar, me daba que no entendía que le iba a lamer, su vagina, insistí, ya puso, menos resistencia, era mucha su estado de calentura, abrí bien apareció, esa rosada, vulva que ataque, con la fuerza y velocidad, que merecía para excitarla, a fondo, no tardo de entregarse a mis lengüetazos, bramaba, y clamaba me dedique a chupársela toda, lamiendo mientras en acto reflejo apretó con sus dos piernas, mi cabeza, estaba cada vez más empapada y sus gritos de gusto cada vez mas potentes, sus gemidos se transformaron en bramidos, mande una mano su teta ya combinado su excitación, su clítoris fue un toque especial, mino toda su pasión contenida, chuparlo, cuando mi boca entro en contacto, su cuerpo se puso tenso, hasta comenzar a corcovear, su pelvis, pegaba, pequeños, saltos, se escucho un Uhhh mmmm siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Cuando su caliente vagina exploto, había tenido un orgasmo, que para mi era una gloría, por que como acto seguido, a los instantes, ya la dominaba por completo, se levantó del sofá,, con vos laconica todavía en estado de desahogo dijo Vamos a la cama.
Me tomo de la mano, y casi corriendo, me llevo a su dormitorio, hizo punta yo contemplaba caminado, detrás de ella ese magnifico, culo bamboleándose. Ya en su cama de matrimonio donde había sido penetrada, por la única verga que había conocido hasta entonces me daba muchísimo morbo. Sin parar comencé a besarla para tumbarla en la cama, mis manos y mi boca volvieron a recorrerla por completo con deleite y pasión, arriba y abajo, ya no se resistía, mi cuerpo se refregaba sobre ella, ya en una postura totalmente abierta, nuevamente aumento su estado de calentura, respirando entrecortadamente y gimiendo levemente, sentía mi pedazo tieso deslizándose por encima de su mojado repollo, jugué en pincelito sin llegar a penetrarla.
Entro en estado, de querer mi pene dentro, me dijo, ponela, por favor, casi en estado de suplica, le dije, sin de dejar de frotar, su almejita, con la cabecita de mi pene, deseas, que entre si, si por favor, éntrala, ya quiero tenerte dentro ya muy ardiente hacia, movimientos de su pelvis, instando, mientras seguía frotando, cada vez mas fuerte, y un poquito mas adentro, en uno de sus embates, consiguió que mi verga entrara en su sexo húmedo y abierto, ella explosión, fue impresionante, Comencé a bombearla fuerte y duro, sintiendo como su cuerpo se abría y se dejaba ir por completo, sus brazos estirados en cruz, sus tetas estremeciéndose con cada embestida, el sudor que nos iba empapando, sus labios carnosos entreabiertos, exhalando suspiros y gemidos contenidos me tenían sumido en un paraíso de sensaciones y placer. Entonces sus piernas me rodearon y sus brazos me abrazaron, acompasando su concha con mi sable, se pego completamente a mí, sujetándome, su espalda se arqueó, de su boca sensual se escapó un prolongado y dulce gemido y su vagina aprisiono mi verga corriéndose por completo, se convulsionó en calientes oleadas mientras continuaba aferrada a mí, luego se relajó, satisfecha, soltando su presa, así yo pude redoblar mi ritmo, haciendo estremecer de nuevo su cuerpo hasta que mi pedazo explotó, vaciándome totalmente dentro de ella.
Los dos nos quedamos tendidos, entrelazados y exhaustos, intercambiamos unos besos y caricias, yo hubiera continuado así, abrazado a aquella maravillosa mujer, sin decir nada, solo acariciarnos, cada vez en forma, mas dilatada, nos dormimos, plenamente, me desperté muy temprano, allí la veía totalmente desnuda, con una postura, placentera, comprendí que, su cuerpo había gozado, la situación de tener a un hombre en su cama, le había echo romper así, creo un largo tiempo de frustración, me marche al baño a darme una ducha, saboreando algo esperado, por un tiempo, allí, me quede debajo de la ducha de agua caliente, en lo bello que significaba, que Liliana poco a poco accediera a todos, mis gustos sexuales, cosa que contare en el próximo, por lo extenso, del tema.-