A los cinco minutos y comenzó a respirar agitadamente como un animal jadeante
Relato
Vive al lado del departamento de Mª Angélica, es una verdadera mujer mundana, liviana de genio y le gusta que los hombres la piropeen en sus trayectos a las compras..., en verdad es bonita y tiene un cuerpo espectacular, grandes senos, bonito su trasero parado, buen par de piernas, pelo largo y ojos miel. Aurora así se llama ha de tener unos 30 o mas años, es casada con un Ingeniero Minero que pasa mas ausente que en casa y esta hembra me cuenta su amiga Mª Angélica es ardiente y por eso en cinco años de matrimonio tiene dos hijos de 5 y casi 3 años.
Hoy enferma con temperatura, llama a su amiga vecina para que le recete algo para mejorar, desperté así y son las once de la mañana y me muero, esta le dice te receto un buen medico, y me llama... oye me dice ¿Qué tiene? No se le digo déjame revisarla y te digo...la ausculte y le diagnostique una fuerte gripe... solución tres días de cama y antigripales, reclamo, pero estaba tan débil por la temperatura sobre 38 grados que obedeció, en cuarenta y ocho horas la vengo a visitar, le digo, en la noche tipo 10 horas un pequeño de niño me trae una carta es de ella que me llama urgente..., en que lío me metí por mi amiga amante, pienso..., voy a verla..., está mejor, pero me dice que le duele su espalda al respirar... le digo que la examinaré, pero que los niños se vayan a sus camas o los contagiará, como puede se levanta e invita a los niños a su dormitorios, mañana viene la abuela y se los va a llevar mientras dure enferma, oye me dice necesito estar sana para este sábado y estamos a martes, viene mi marido y hay una comida bailable y eso no me las pierdo me dice gesticulándome con su cuerpo como bailando... loca pienso dentro de mí... vuelve y le digo sácate la ropa necesito auscultarte por todo tu cuerpo..., me mira mimosa con picardía, ¿toda mi ropa? me dice, desnudándose y queda como Dios la trajo al mundo, sin ser cubierta por ninguna prenda ¡que cuerpo!, se notaba firmeza en esas carnes y ella se retorcía como una culebra mirándome con unos ojos que mataban, tengo 24 años y mis hormonas se revolucionan y ante sus meneos de cuerpo me excita..., me siento en la cama y le digo acércate para revisarte..., y me siento en tus rodillas me dice muy maliciosa, con una voz desfallecerte..., oye le digo soy médico... y que medico me dice, cierro mis ojos muevo mi cabeza y esta hembra se sienta en mis piernas excitándome al acariciar mi pelo cariñosamente, no la ausculto, pero si la recorro por todas sus partes y sobre todo por su entrepiernas, unos diez minutos después esta gimiendo, sollozando y diciéndome excitada... inyéctame doctor, inyéctame para mejorar de este mal... mientras metía su mano en mi bata que venía cubriendo mi cuerpo y atrapaba mi pene manoseándolo y apresándolo con enajenación.
La recuesto atravesada en su cama y me retiro mis ropas desnudándome y acariciándola ubico mi pene en su vagina la abre de tal manera que se devora mi pene de un golpe gritando entusiasmada al ser embutida de un golpe, después fue locura meneaba su cuerpo esta adorable hembra de exuberante cuerpazo, alta, pelo largo, tetas enormes y un culazo tremendo que dan ganas de tocarlo nada más verlo, por desgracia para ella mal comprendida y saciada por su marido, llevándola a un cataclismo carnal en sus excitaciones, arrebatos y frenesíes sensuales, en sus sacudidas y estremecimientos que eran desvergonzados, escandalosos, como e meneaba, se apareaba desesperadamente con todas sus fuerzas, a mí, agitando sus caderas lujuriosamente, estaba loca de placer, gemía y gritaba, me acariciaba, besaba y finalmente termina extenuada en la cama al llegarle no uno, sino una orgía de orgasmos y en cada uno me abrazaba, besaba y susurraba, soy tu puta , soy tuya... eres mi macho..., hasta que solté con desesperación en su matriz mis efluvios de leche tibia llena de espermios y quedo al igual que ella, agotado encima de su cuerpo.
La visite a diario cuando no estaban sus hijos y en cada visita me decía, inyéctame..., esa inyección me mejora.
Le daba en el gusto y esos tres días fue mía, en verdad era una mujer ligera y caprichosa solo deseaba lo que a ella le convenía y no le importaba el precio, excitada hembra feliz se entregaba a los brazos de este macho, como gozaba, cogía sus pechos llenándolos de saliva y sudor, y una erección escandalosa que lo acusa por el bulto en mis pantalones y la presión que siente en su entrepierna. Intenta sacarse su camisola para entusiasmarme pero mi excitado miembro, pero no se aparta de su entrepiernas. No quería que me tocara aun mi miembro, porque estaba segura que al más mínimo contacto con su vagina o sus manos se entregarían y explotaría en un charco de emisiones carnales.
A los cinco minutos y comenzó a respirar agitadamente como un animal jadeante. Subieron su camisola con ansias y prisa, fui acercando mi rostro a su erótica comisura sexual cubierta por rubios rizos sedosos; sus labios vaginales que como pétalos comenzó a abrir con delicadeza admirando el interior de vulva rosada, su conducto vaginal y el capuchón de su ardiente clítoris mientras me acariciaba cariñosamente su cabellera empujaba mi cabeza a su trémula intimidad guiándome en todo momento como tenia que acariciármela, con la punta de mi lengua tenia que lamerme justo sus labios vaginales externos con pases largos y uno a la vez, moviéndome directo en cada labio desde el fondo de mi vagina hacia fuera en busca de mi ardiente clítoris; el cual abriéndole con los dedos sus pliegues vaginales en círculos comencé a lamerlo, a chupar, a darle suaves apretoncitos con mis labios, soplando su vagina provocándome que se corriera, de placer gemía, jadeaba y aullaba con lujuria, recibe mi masa de carne en busca de sus puntos libidinosos él cual gracias a sus sabios consejos comenzaba a estimular provocándole potentes contracciones que venían desde lo más profundo de su ser que la obligaban a arquearme con sensualidad ante mi apetecido cuerpo; que con los con los ojos entre abiertos que parecía que se le iban a voltear, recibí como si me orinara la descargaba de un abundante chorro mojándome su matriz, deja pasar algunos segundos y comienzo a decirle. ¡Hmm...! ¡Ah! ¡Oh! Cariño; papito hermoso, mi amor, pero que feliz me haces; estoy acabando oh ¡Oh! ¡Ah! ¡Hmm! Eres un goloso, pero que bien lo haces, hmm..., eres mi dueño, ah, Oh, que papito mas delicioso tengo, me voy. Sigue papito dame tus duras clavadas siento que me muero al entregarme con toda mi pasión y complacencia a mi amo y señor, hoy mi amante, Ah, Oh, Hmm..., amor estoy quedando embarazada de ti que placer.
Por motivos de trabajo y de practica deje de verla por un mes, al volver me dice pensé que te asustaste por estar embarazada de ti, no le contesto por motivos profesionales a veces desaparezco, y es tarde la lleve a mi cuarto mientras su marido paseaba los niños por la ciudad ya se imaginaran lo que hicimos y no una sino varias veces asegurando el feto en su matriz, en verdad era una mujer ardiente acercándome a su sexo se lo rozo varias veces con mi pene y cada vez ella se agita y suspira…, apetece ser manoseada por un macho, su respiración cada vez es mas irregular y agitada, al acomodar su almohada estoy sobre sus labios y los besos con delicadeza y firmeza. No dice nada permitiéndome besarla nuevamente y ahora aprovecho acomodar en su sexo a mi pene, abriéndole su camisa saco uno de sus senos chupándolo con fervor y complacencia mientras me acomodo en la cama tratando de sacar mi ropa, y adentro mi pene en su vagina, como chilla por varios minutos mientras nos estamos apareándonos gozosamente hasta que la riego con mi semen, recibe cualquier cantidad de semen que entra en su matriz en las tres copulas dadas por esa tarde.
Al tener el bebé me ignora y debo quedarme solo con mi enfermera, Mª Angélica era una golosa insaciable y no me fallaba, si yo no iba a su cama ella venía a la mía, pero uno de cada tres días era seguro nuestro apareamiento. Llevamos casi el año siendo amantes y ella está enviciada y siempre deseosa de mi cuerpo, yo solo la complazco y cuando tuvo que operarse por esos tres meses de inactividad trajo a su cuñada una mujer casada con el hermano de su marido, esta mujer era una santurrona, puritana a pesar de sus 4o años y casi la obligo a satisfacerse de sus aprensiones carnales conmigo cuando estaba ansiosa por ser poseída en sus activadas excitaciones por estar próxima a sus días de extrema pasión por llegarle sus días fértiles, como se entrego, parecía una escolar en días de pasión, movía su culo con desesperación, sus caderas danzaban el placer de ser penetradas, se menea de tal forma que casi me desmontaba y cuando entregaba sus orgasmos gritaba roncamente al macho que la poseía que lo cruzaba con sus piernas por su trasero y abrazaba enterrando sus uñas como una fiera en cacería desgarrándome mi espalda. A continuación se desmayaba y uno podía hacer con ella lo que quisiera, yo solo la llenaba de semen en sus entrañas y luego la giraba y llenaba sus intestinos de semen y ella solo gemía jubilosa de placer. Al segundo mes la tenía fecundada y ella solo solicitaba sexo cada semana, pero yo le exigía sexo cada tres días y ella me lo daba. Cuando volvió a casa de su marido iba preñada y con su vagina desgarrada de tanto sexo, por que el marido la utilizaba una o dos veces al mes. Y su amante la gozaba a lo menos tres veces a la semana, y ella estaba acostumbrada a esta dieta por lo que me visitaba seguido para saciar sus empachos corporales de sus estímulos carnales
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces