La entrada de mi primita

Me llamo Alberto y les voy a contar lo que me pasó. Era una tarde de primavera, yo estaba a punto de terminar el 4to semestre en la preparatoria, como yo me mudé de ciudad para poder estudiar, yo vivía con mis tíos. En la casa éramos 6, mi tío, mi tía, mi prima de 12 años, mi primo de 6, un tipo de 21 años con el que yo compartía el cuarto, y yo de 17.

Yo llevaba casi dos años viviendo con ellos, y desde hacía tiempo mi prima, que se llama Sandra, me veía con unos ojos desgarradores, como si quisiera despojarme de mis ropas. Siempre me veía como si me quisiera comer. Ella, a pesar de su edad, tenía un buen cuerpo, un culito levantadito, unas piernas torneaditas, lo que le faltaba un poco era de adelante. Debido a sus miradas y a su cuerpo, yo la miraba mucho también, de hecho, me declaro culpable de haber tenido fantasías con ella, y en algunos casos, me hice pajas pensando en ella, en su culito y sus pequeñas tetas.

Un día yo iba llegando de la escuela, y al entrar a la casa vi a mi prima sentada en el comedor haciendo tarea, ella traía puesto un short de lycra azul y una camisetita, no traía zapatos. Yo le pregunté que si estaba su mamá, o sea mi tía, y me respondió que no, que no había nadie. Me dirigí a mi cuarto y deje mis cosas y me quite los zapatos. Salí un momento por un vaso de agua, y en ese momento ella estaba agachada buscando algo en su mochila, le vi sus nalgas y se me antojaron, de hecho se me empezó a poner dura la polla. Tomé el vaso de agua y regresé a mi cuarto.

Un rato después, como a los 5 minutos ella tocó a mi puerta, y me preguntó que si le podía ayudar con su tarea de la escuela, me dijo que eran matemáticas y que necesitaba mucha ayuda. Yo fui y le ayudé con lo que necesitaba, y como había mucho calor, me quedé ahí sentado junto a ella mientras ella seguía con su tarea. Ella terminó la tarea y se sentó de nuevo para platicar, y me preguntó que si yo era virgen; le pregunté que cual era su curiosidad y me dijo que ella quería saber que se sentía tener sexo. Yo le dije que no era virgen, pero que obviamente se siente diferente entre lo que siente un hombre y una mujer. Ella se me acercó y me pidió que le diera un beso, yo dudé un momento pero luego recordé lo que me excitaba ella y se lo di mientras le agarraba una pierna. Ella se levantó un poco la camiseta que llevaba y me puso una mano en su pequeño seno, yo le apreté un poco el pezón y ella se excitó mucho y me puso la mano entre las piernas agarrando mi verga, que se comenzó a poner un poco dura, ella me dijo que quería verme desnudo, y como yo ya estaba caliente, le dije que fuéramos a mi cuarto y que ahí le iba a mostrar lo que quisiera.

Estando ya en mi cuarto ella se apresuró y me bajó el pantalón junto con el boxer, y me agarró el fierro, que ya estaba muy duro. Lo tomó con sus dos manos y comenzó a hacerme una paja. Poco a poco ella se acercó a mi verga y se la metió en la boca, primero la cabeza y después, poco a poco, todo el tronco hasta que topó en su garganta, le pedí que usara su lengua y que lengüeteara la cabeza, ella obedeció al instante.

-Si primita, si putita, comete toda mi verga y ya veras como te compenso, cómetela, es tuya, no dejes nada, métetela hasta donde ya no entre- ella gemía al compás que la chupaba

Y después de un rato de que ella me hiciera la paja yo tuve un orgasmo en el cual solté toda mi leche, ella bebió lo que pudo, pues fueron varios disparos de leche, su cara estaba llena de mi semen, al igual que su boca, ella estaba muy excitada, y claramente vi como tenía mojada la conchita, y eso que ella aún tenía la ropa puesta.

Le dije que me tocaba hacerle el favor a ella, y le quité su blusa y su corpiño dejando sus pequeñas tetas al aire, se las mamé y se las mordí un poco.

-me gustan tus tetas prima mía, me gustan, chiquitas pero bonitas

-si, cómetelas, cómetelas como me comí tu verga

A ella le excitaba mucho y su coñito se mojaba mucho. Le quité el short y sus braguitas, la acosté en mi cama y comencé a chuparle el coñito, se lo chupe y le metí mi lengua, se la metí mucho, vi su clítoris durito y se lo comencé a acariciar con mi lengua y se lo mordí un poco, ella estaba muy excitada, tenía los pezones duros y su conchita bien mojadita.

-siiiiiii papi, si, comete mi conchita, métele la lengua, cómetela, dale duro con tu lengua, méteme los dedos papiiiiiiiii.

De repente vi como ella se arqueó y comenzó a tener un orgasmo en mi boca, me tome sus jugos y le seguí mamando el coño. Ella gemía de placer y se retorcía toda mientras tenía un segundo orgasmo.

-sigue, sigue, sigue, es toda tuya mi conchita, es para que te la comas, aaaaaahhhh, siiiii, ahhhh, siiiii, cómete mi coñito

Yo me volví a calentar y mi polla se puso dura otra vez. Me levanté y la comencé a besar mientras la masturbaba con mis dedos, pues yo quería saber que tanto se podía abrir y si mi dura y gruesa polla podía entrar.

Le metí primero un dedo, luego dos y ella comenzó a gemir un poco, estuve metiéndole dos dedos por un rato, y después fui con tres dedos. Si a ella le entraban tres dedos, entonces mi polla le iba a entrar.

-te gustan mis dedos, te gustan?

-si papi, mételos todos, hasta adentro

Me volví a bajar a su conchita y se la mamé un poco para lubricarla, ella se vino nuevamente en mi boca mientras me decía, “¡métemela, métemela!”, yo me volví a subir y le fui metiendo poco a poco mi dura verga; a ella le dolía, y gritaba de dolor, pero yo seguía empujando hasta que logré meter la cabeza de mi verga, ella dio un grito de dolor, pero después de un rato se le quitó y comenzó a disfrutar de mi verga en su interior.


-aaaaaaaaaaaahhhhhh, me duele pero me gusta papito, mete todo lo que tengas ahí, hasta el fondo, quiero que me rompas en dos, todita, métela!!!

-si putita, te le meteré toda hasta que no quepa mas, te la daré toda- ella gemía y gemía de placer

-si papiiiii, siiiii, me la quiero comer con mi conchita, ahhhhh!!!


Estábamos en la posición de misionero y le dije que quería que lo hiciéramos en la posición de perrito, la puse en 4 y la comencé a penetrar por su vagina, primero solo hacia el movimiento de adelante y atrás, pero después se la sacaba y se la volvía a meter. En un punto de mucha excitación, cambié de orificio y se la metí por el culo, ella gritó muy fuerte de dolor, pero no me importó y se la seguí metiendo hasta que se acostumbró. Comencé a cambiar de hoyo constantemente, vagina, culo, vagina, culo.

-te voy a romper el culo- le dije –te lo voy a romper, no te voy a dejar nada-

-si, si , si ,siiiiiii!!!! Dámelo todo!!!! ahhhhhhh

Me vine dentro de ella, dentro de su vagina, me la quedé pegada y sentí como mis chorros de leche salían de mi verga, ella gritó al tiempo que yo me venía, pues ella tuvo otro orgasmo y otro más, seguidos.

-aaaaaaaaahhhhh!!!! papi, lléname de tu leche, lléname todita, hasta el fondo, siiiii!!!

Le saqué la verga y el semen se le escurría por las piernas, la comencé a masturbar con mis dedos, y después le pedí que me chupara la verga y que me la limpiara con la boca. Ella obedeció y me la dejó otra vez bien limpia.

Ella se paró y se puso su ropa, yo me puse la mía y salimos de mi cuarto. Fuimos a la cocina por un poco de agua, pues los dos estábamos cansados. Mientras ella servía el agua, yo me acerqué por detrás y le tomé las dos nalgas con las manos, se las acaricié y luego metí mi mano por debajo de su short, yo me la quería follar de nuevo.

-tienes unas ricas nalgas putita, me gustan, son firmes, pero lo que mas me gusta es ese coñito tuyo, que esta chiquito y me come la verga como si fuera una paleta, y que decir de tu culito, te lo acabo de romper y te ha gustado- le decía al tiempo que le tocaba la concha

-si papi- me respondió –si, me gusta tu vergota dura y grande, me gusta en mi concha y en mi boca, en mi culo. Me gusta sentir tu leche caliente en mi conchita, correr por mis piernas, bañar mi culo, pasar mi garganta


La masturbé y ella gimió, sentía su conchita toda mojada de nuevo. Me saqué la verga del pantalón, le bajé el short y ahí en la cocina me la follé de nuevo.

-te gusta mi verga, te gusta?

-si papi, me gusta, ahhh, métemela toda, no la saques ni tantito, dame duro, dámelo toooooooodooooo!!!
Esta vez estábamos de pie, la follé y cuando estaba a punto de venirme de nuevo, la volteé y le metí la verga lo más al fondo que pude en su garganta y me vine en su boca de nuevo. Ella me la chupo un rato, pero en eso sonó que llegaba el coche y ella se paró rápido y me dijo que se iba a bañar para limpiarse, pues ella tenía un fuerte olor a sexo y su mamá se iba a dar cuenta. Yo me guardé la verga, le di una nalgada y me fui a mi cuarto, me bañé, y me vestí. Esa noche durante la, cena, ella me guiñó el ojo, y cuando se fue su mamá, me sobó la verga por encima de la ropa, y me dijo que si lo podíamos repetir, le dije que si, nos dimos un beso y nos fuimos a dormir cada quien en su cama.

Lo que pasó después, se los cuento en otra historia, ¡¡ciao!!