LA FIESTA Y EL TAXI (MI SEGUNDA AVENTURA)

Me llamo Erika y este es el relato de mi segunda experiencia…

Hola de nuevo a todos, después de mi primera experiencia en el metro (mi relato anterior), algo paso en mi, a mis 18 años me volví adicta a los encuentros con desconocidos, los excesos y las fiestas, pero este relato es uno de los que nunca podré olvidar.

Era fin del semestre en el colegio e inicio del verano, asi que todos esperamos con ansias el ultimo día de clases por que al terminar habíamos preparado una gran fiesta, había alcohol de sobra y todo un dia entero para olvidarnos del estrés del colegio, de nuestros padres y de todo lo que no tenia que ver con diversión. Al sonar la campana mis amigas y yo no esperamos mas para salir de ahí, Paula nos subió a su auto y fuimos a su casa a cambiarnos y prepararnos para ir a casa del tío de Antonio (mi novio), era una gran oportunidad ya que la casa se encontraba a afueras de la ciudad y su tio no llegaría hasta el Lunes próximo.

Debo decir que para ese gran día me puse unos leggings negros ajustados (que realzaban mis piernas y mi cola), zapatos de tacon, una blusita blanca de tirantes y el cabello recogido, asi que mas provocativa no me podía ver. Cuando llegamos a la fiesta Antonio y sus amigos ya habían empezado con el vodka y la música, nosotras no esperamos más y les hicimos compañía.

Y así comenzaron a pasar las horas entre juegos, risas, baile y sobretodo alcohol…

Después de un rato Antonio ya estaba un poco ebrio y junto con dos amigos salieron a las 11 de la noche a buscar más hielo así que tomaron el auto y se fueron, dejándonos a las chicas y a cuatro amigos más (por que estábamos más ebrios).

La fiesta continuaba y por efecto del alcohol me sentí bastante mareada, me dirigí al segundo piso con bastante torpeza, llegué al baño y me recargue sobre la puerta, todo se movia a mi alrededor, en ese momento no me había dado cuenta que Adrian (uno de los chicos que se quedo) no había perdido el mas mínimo detalle de mi estado y se encamino detrás de mi, con la firme idea de sacarme provecho, así que me tomo del brazo, me metió al baño y me lanzo con fuerza hacia la pared, comenzó a besarme y a presionarme las nalgas con energía, sus manos me tocaban con firmeza cada centímetro de mi indefenso cuerpo, no puedo negar que en ese instante sus toscas caricias no me provocaron, sentí como mi cuerpo reaccionaba a sus manoseos y empezaba a corresponderle.

Metió la mano debajo de mis leggings acariciando mi cuca de manera dulce sobre mi tanga que ya estaba humedecida de mis jugos, al sentir eso no dijo absolutamente nada, se limito a bajarme los pantalones y la tanga hasta las rodillas, me dijo que siempre había tenido ganas de lamerme, de probarme y que esta oportunidad no la dejaría pasar, que seria suya pasara lo que pasara, inmediatamente me sento sobre el W.C. se arrodillo frente a mi y comenzó a lamer mi cuca, lo hacia de una manera magistral, no dejaba un solo rincón de mi intimidad, lo veía saciar su morbo en mi depilada entrepierna, yo solo pude sostenerme fuertemente del lavabo cuando vino mi primer orgasmo al mismo tiempo que deje escapar un gemido de placer, aun sentía mi cuca temblar cuando Adrian hurgaba con su lengua mi interior…

Por un momento me dejo ahí, sentada, mojada y caliente, en seguida me levanto y me recargo en el lavabo, escuche el caer de su pantalón al piso, yo sabia lo que me esperaba, lo que venia y estaba ansiosa por ello! Se repego en mi espalda y me dijo:

-Se que a tu noviecito no lo dejas que te la clave sin condón, pero hoy te enseñare algo nuevo puta

Pude sentir la punta de su miembro en la entrada de mi húmeda entrepierna, yo ya no era dueña de mis actos, el alcohol no me daba oportunidad de defenderme y Adrian no era un caballero, fue entonces cuando de un solo golpe me penetro, mi lubricada vagina permitió con facilidad la entrada de su trozo de carne, que centímetro a centímetro se clavo en mi cuerpo, su pene era un poco mas largo que el de mi novio y eso me tenia como loca, a cada embestida sentía que me llenaba toda, me sujeto de los senos y me la encajaba fuertemente hasta podía sentir sus testículos golpeando mi entrepierna cada vez que me introducía su falo, Adrian gemía como un animal enloquecido mientras me poseía, no paso mucho tiempo cuando se salió de mi y eyaculo sobre mi trasero, pude sentir su semen caliente escurrir sobre mis nalgas, pensé que ya había terminado todo pero en ese instante, al voltear, lo pude ver embarrando su propio semen que me había dejado en las nalgas en todo su pene solo con la intención de volverme a penetrar así, cuando entro en mi pude sentirlo mas caliente, fue algo único y especial el sentir sus fuertes embestidas con su pene mojado de su propio semen entrando y saliendo de mi cuca, finalmente me sujeto de la cadera para repagarme mas a el y volvió a venirse pero esta vez si lo hizo dentro de mi, estaba sorprendida al sentir la cantidad de leche tibia que me dejo dentro a pesar de que la primera vez que lo hizo fue abundantemente, inmediatamente me saco su miembro y pude sentir como escurría un poco de semen de mi cuquita y eso me encanto ya que sabia que la mayoría de toda esa leche había quedado muy dentro de mi, y como si yo fuera cualquier puta, Adrian se subió los pantalones y se marcho dejándome en el baño con la tanga en las rodillas, mi cuca llena de su semen y un ligero sentimiento de remordimiento por haberme dejado coger por alguien que no era mi novio.

Me subi la tanga, el pantalón y baje a la sala con los demás chicos como si nada, Adrian estaba bebiendo en el sillón con los demás y yo me fui a buscar a mis amigas, no fue hasta después de un rato que comenzaba a sentir como el semen de Adrian empezaba a salir de mi cuca mojando mi pantalón y tan solo de recordarlo me ponía nerviosa, asi que para estar mas tranquila seguí bebiendo con las chicas, pero lo peor estaba por ocurrir…

Antonio llego mal encarado por la distancia que tuvieron que recorrer para encontrar hielo pero siguió riendo y bebiendo cuando recibió un mensaje de su tio, que había tenido unas dificultades y que venia en camino de regreso, asi que no tuvimos mas remedio que irnos, mi novio se quedaría a limpiar antes de que llegara su tio y nos tuvimos que ir en taxis cada quien, todos estábamos ya bastante ebrios, yo apenas podía hablar y caminar bien.

Cuando llego mi taxi mi novio y yo nos despedimos y como pude me subí al taxi, apenas si tenia control sobre mi cuerpo y tratando de hablar lo mas normal le pedí al taxista que me llevara a mi casa.

El taxista (un hombre ya mayor, y robusto) no paraba de comerme con la mirada por el retrovisor, al mismo tiempo que me trataba de hacer platica diciendo cosas como: buena fiesta no? es un poco tarde para que una niña como tu ande sola… mientras tanto yo trataba de hacer un esfuerzo por mantenerme con los ojos abiertos, hasta que no me di cuenta que perdí totalmente la noción del tiempo, me había quedado dormida….
No se cuanto tiempo había pasado desde que me quede dormida, solo recuerdo sentir un poco de frio y un cosquilleo muy extraño, cuando pude abrir un poco los ojos note que me encontraba recostada sobre el asiento trasero del taxi, con los pantalones y mi tanga hasta los tobillos y mis piernas encogidas sobre mi pecho, los tacones de mis zapatos tocaban el techo del taxi, cuando me percate que ese cosquilleo era el taxista haciéndome sexo oral, no sabia cuanto tiempo tenia haciéndomelo pero una parte de mi sentía placer al sentir esa lengua bien entrenada para lamer, aun me daba vueltas todo y estaba desorientada, en un instante después el taxista me tomo de las piernas, las coloco sobre el asiento delantero y pude ver como se encontraba ya sin ropa de la cintura para abajo, fue entonces cuando el muy maldito me miro con ojos desaforados y me dijo:

-Vaya ya estas despertando!, siempre he tenido ganas de tirarme a una putita como tu.

Yo solo trate de moverme pero mi intento fue en vano, el taxista se acomodo en el asiento conmigo y pude ver su miembro que ya estaba totalmente erguido, era enorme y grueso, al verlo intente moverme, zafarme y escapar de ahí por que era demasiado grande para entrar en mi pequeña concha pero solo alcance a moverme un poco sin lograr nada, el taxista me tomo de las piernas con una mano y con la otra coloco su enorme miembro en mi entrepierna, me perforo lentamente y sentía como si me partiera por la mitad, jamás había sentido un falo tan grande dentro de mi, al meterme la mitad el taxista se olvido de las sutilezas y de un solo tiron su enorme verga se abrió paso dentro de mi haciéndome escapar un gemido, sentía ese gran trozo de carne abrirse paso hasta mis entrañas desgarrándome por dentro, al mismo tiempo que el taxista me quitaba la blusita y mi sosten, dejando al aire mis senos con los que se dio gusto besando y apretando, el hijo de puta comenzó a acelerar sus metidas mientras me tomaba de los tobillos con ambas manos, ya en ese instante mi entrepierna con semejante castigo ya se había acostumbrado al ancho del falo que me estaba clavando y yo ya me encontraba sujetándome de donde podía al mismo tiempo que mis ojos dejaban escapar lagrimas de dolor, culpa y placer, un placer que un viejo asqueroso me estaba dando.

El taxista estaba como poseído clavándome hasta el fondo, me quito el pantalón y la tanga, quedándome únicamente con las zapatillas, yo mansamente le abrí lo mas que pude las piernas para que se tirara encima de mi y así lo hizo, se abalanzo sobre mi y me penetro con furia mientras nos besábamos, me estaba dejando llevar por ese inmenso trozo de carne que me taladraba, lo abrase y un nuevo orgasmo llego a mi, me perdí y ya solo era una muñeca de trapo dejándose penetrar, no paso mucho tiempo cuando el taxista se corrió dentro de mi, pude sentir las descargas de su pene llenarme toda por completo, el taxista no dejaba de moverse, me continuo bombeando por un buen rato sintiendo como salia su semen de mi vagina a cada embestida, fue hasta que su pene empezó a perder dureza que se detuvo dejándomela adentro durante un tiempo, cuando la saco me hizo que se la chupara para dejársela limpia y valla que a pesar de estar flácida casi no me cabía en la boca, después nos vestimos y sin decir palabra alguna me llevo directo a mi casa. Al llegar me dio un abrazo, me entrego una tarjeta diciéndome que era la mejor putita que se había jodido y que cuando quisiera un viaje gratis ya sabía a quien recurrir, tome la tarjeta y entre a mi casa.

Al recostarme en mi cama recordé a Adrian y al taxista viniéndose dentro de mi, aunque algo preocupada por no quedar preñada de alguno de ellos, sólo me quedaba esperar a ver que pasaba, lleve mi mano a mi maltratada entrepierna aun húmeda por el semen de dos hombres diferentes y sonreí, entonces supe que no había retorno, me gustaba sentirme llena de semen, era adicta a que se vinieran dentro de mi y que esto no pararía.

Esperen nuevos relatos.
Erika.