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La historia de las tres hermanas 3: la señora Brenda

carlosq618 Relato enviado por : carlosq618 el 23/01/2013. Lecturas: 14502

etiquetas relato La historia de las tres hermanas 3: la señora Brenda   Infidelidades .
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Resumen
Ultima parte de la serie sobre las tres hermanas.


Relato
Esta es la tercera y ultima parte de la historia de las hermanas. Esta parte se sitúa algunos años después de que empecé mi relación con Janet y Nadia. Unos años después de los eventos que narre Janet se había casado con un sujeto de buena posición y se había ido a vivir en otro estado, de cuando en cuando chateamos y recordamos buenos tiempos, llevamos buena relación y cuando viene por la ciudad nos damos una cogida o dos para recordar buenos tiempos, dice que ha cumplido su promesa y que su culo sigue siendo solo mío, aunque su esposo se lo ha pedido en alguna ocasión, yo en lo personal tiendo a creerle, ya que cuando viene, lo trae muy cerrado jeje. En la actualidad Nadia también esta casada y tiene un par de niños, ella vive en la ciudad, aunque ya no nos vemos, porque decidimos que sería mejor así. En la época en que ocurrió el relato yo estaba en el último año de la preparatoria, debido a las constantes quejas sobre mi comportamiento decidí que era tiempo de dejar las tonterías adolescentes a un lado y centrarme. Al menos dejar de comportare como idiota en la escuela, estudiar un poco y divertirme pero sin cometer idioteces. Sin quererlo mi esfuerzo rindió sus frutos y mi padre me regalo una camioneta…usada pero camioneta al final. Era un vehiculo en buen estado, cumplió muy bien con su propósito. Un día me encontraba en un centro comercial muy concurrido de la ciudad, perdiendo el tiempo y después de haber hecho algunas compras absurdas y haber comido, comida chatarra, decidí irme. Me dirijo al estacionamiento, y cuando voy subiendo por el estacionamiento al lugar donde deje mi humilde vehiculo, veo una persona muy familiar renegando y girando la llave de su autor furiosamente. La persona era Brenda, la hermana mayor de Nadia y Janet. Brenda es una señora alta, unos 34 años algo rellenita, cabello lacio y muy negro, con unas tetas gigantes. Brenda es muy amiga de mi madre, así que al verla forcejear con el auto y escuchar los sonidos familiares que parecen decir, estoy muerto, no insistas, no arrancare. Decidí acercarme, Hola señora Brenda, le dije, Hola Adriancito, que bueno que te veo mi auto no arranca. Bueno le dije ese sonido me indica claramente que necesita un mecánico. No la chinges, es serio? Sí esa falla debe ser algo del motor, aceite o las bujías han muerto. En todo caso le recomiendo que deje el auto aquí y vuelva con un mecánico. La señora Brenda con resignación saco la llave del arranque y salio del vehiculo. Supongo que tendré que irme en un taxi. De ningún modo señora, aun cuando no somos vecinos, yo me ofrezco a llevarla hasta su casa, dentro de mi pensé que esto haría que mi madre me diera un premio. Adriancito no quisiera molestarte, seguro tienes mejores cosas que hacer. No es ninguna molestia señora Brenda, en verdad. Brenda pensó por un momento y finalmente accedió, saco algunas bolsas del asiento trasero de su auto y me siguió a mi camioneta. Salimos rumbo a su casa que esta a unos 10 minutos de la mía y mientras hablábamos de cosas intrascendentes mayormente del clima, yo veía de reojo sus grandes senos, eran como un par de sandias maduras y gordas, que de algún modo sobrenatural se mantenían erguidos.

Mi intención era llevarla a su casa y dejarla ahí para volver luego a la mía. Sin embargo Brenda me invito a pasar y decidí entrar, pues jamás había estado en su casa, aunque ella si había visitado varias veces la mía. Brenda vivía con su esposo y su hijo, razón por la cual se me hizo extraño que llegáramos y no hubiera nadie en casa. Brenda me ofreció un refresco y pidió que me sentara en la sala mientras lo traía. Se fue a la cocina dejándome cómodamente instalado en un sillón junto a todas las bolsas. Sin mucho que hacer mientras volví me puse a ver de qué tiendas eran las bolsas. Una era de una boutique, otra de un par de lugares de moda, una tienda de perfumes, una de ropa para caballero, que imagine seria para su esposo, pero había una cuyo loco me pareció muy familiar, un logo rosa con negro inconfundible de una famosa tienda de lencería fina. Vaya con la señora Brenda, pensé, algún modelito coqueto para lucir por la noche frente a su maridito. Cuando estaba entretenido pensando en que habría comprado, Brenda regreso con una coca cola en un vaso con hielo. Aquí tienes me dijo sonriendo, muchas gracias le dije con una sonrisa, mientras me imaginaba a la señora en tanga o negligé. Muchas gracias por traerme Adriancito, en serio. No tiene que agradecerme señora Brenda, usted es muy amiga de mi madre y estoy seguro que me reprendería si no la ayudara cuando necesita ayuda. Además no es propio de un caballero el dejar sin asistencia a una dama. Eso último la hizo reír, era obvio que pensar en el chiquillo que solía ser como un caballero era una idea en el menor de los casos, rara. A mira tu muy caballero ahora, si bien que recuerdo lo desmadrozo que eras, no se me olvida. Sí le dije a mi tampoco, solo que ahora creo que debo corregirme, la universidad esta a la vuelta de la esquina y es mejor que me ponga más serio, aunque sea un poco. Haces bien créeme, permíteme un segundo llamare a mi esposo. Brenda salio rumbo a la cocina de nuevo y note como se llevaba la mano a la base de la espalda y caminaba con algo de dolor. Recordé las conversaciones que había escuchado, entre Brenda y mi madre, sobre los dolores de espalda y las dificultades para encontrar un sostén de su talla. Pasado un minuto en el que no hice realmente nada Brenda regreso y se sentó junto a mí. Ya esta me dijo, lo que pasa es que mi esposo y mi hijo fueron con mi suegra por el fin de semana y quería llamarles para ver como estaba todo y avisarle a mi esposo sobre el auto. Muy bien señora Brenda, le dije.

Adriancito te puedo pedir un favor me dijo muy seria, por supuesto le dije. Deja de llamarme señora, por favor, me haces sentir más vieja de lo que estoy. Discúlpeme usted Brenda, lo que pasa es que estoy acostumbrado a llamarla así. Bueno, mira solo llámame Brenda por favor. Esta bien Brenda, si así lo prefieres, aunque no debiera preocuparte por su edad, usted aun es muy joven. Sí? Y por eso me hablas de usted? Esta bien, Brendita, como tú quieras. Eso hice reír a la Brenda, que al ser una mujer con un cuerpo grande y con carnes generosas, no había escuchado que alguien le llamara Brendita en muchos años. Bueno Adriancito, muchas gracias. De nada Brendita, pero cuéntame, que tanto compraste en el centro comercial. Compre algunas cositas, ropa para mi y para mi esposo, cremas y unos perfumes. Que bien, le dije, un día muy productivo, sí me dijo, aunque no pude medirme la ropa y no se como me quedara. Apuesto a que muy bien, Brenda puso una cara muy seria y me dijo, ya no puedo estar segura de si la ropa me quedara o no. Porque lo dices Brendita, no has engordado nada, desde la última vez que te vi, no me salgas con esa tontería de que estas gorda, las mujeres se obsesionan mucho con el peso y la mayoría de las veces ni siquiera están rellenitas. Muchas gracias Adriancito pero no es por mi peso es otra cosa lo que hace que no encuentre ropa de mi talla. Era obvio que se refería a su par de sandias, pero como siempre decidí hacerme el tonto y le dije que no entendía a que se refería, Brenda me dijo que lo olvidara, que no quería aburrirme con esas cosas de mujeres. Me dijo que no quería quitarme mucho mi tiempo y que si lo deseaba podía retirarme.

Entonces me dije a mi mismo, ok me voy a casa, me puse de pie, le di las gracias por el refresco y Brenda trato de ponerse en pie, pero se dejo caer de nuevo en el sillón con una mueca de dolor en la cara. Le pregunte si le pasaba algo, me dijo que no era nada, solo un dolor de espalda, que ya se le pasaría, que le diera un segundo para acompañarme a la puerta. Entonces le dije, si te duele mucho quizás pueda darte un masaje, pensé que Brenda se negaría, pero parece que el dolor fue más fuerte y me pidió que la ayudara a recostarse en el sofá grande, la ayude a ponerse de pie y luego a tenderse boca abajo en el sofá. Entonces empecé a masajear su espalda con movimientos circulares muy firmes, su espalda estaba muy tensa, sobretodo sus hombros. Adriancito no se ni como agradecerte esto, de verdad que lo haces muy bien, pareciera que tienes mucha practica. Y así era, a veces cuando las chicas no estaban de humor para coger, la mejor manera era darles un masaje, así que con el tiempo me había aprendido unos cuantos trucos. Al estar Brenda boca abajo en el sillón yo pude observar bien sus nalgas. Eran unas buenas nalgas, aunque no eran mejores que las de Janet, si eran muy decentes, aun para una mujer de la edad de Brenda. Entonces pensé en una idea algo picara, con la que me podía ganar una buena cachetada, pero pensé que valía la pena intentar. Le dije a Brenda, donde te duele, y ella respondió justo lo que pensé, más abajo, y entonces le dije te duele aquí y coloque mis dos manos de lleno en sus nalgas y se las acaricie y ella me dijo Adriancito niño travieso, suéltame ahí, bueno le dije. Y continuamos el masaje como si no pasara nada. A los cinco minutos Brenda se levanto y me dio una palmada en el hombro riéndose y diciendo que eso que toque no era su espalda. Perdón le dije con una sonrisa picara, imagine que una mujer con evidentes problemas de autoestima como Brenda se sentiría halagada de provocar a un joven como yo. Te sientes mejor de la espalda Brendita? Sí muchas gracias. Oye Adriancito te puedo pedir una ultima cosa? Claro que sí Brendita, lo que tú quieras. Bueno me dice, es que compre algo de ropa y quisiera que me ayudaras un poco. Claro que sí Brenda.

Vamos a mi habitación me dijo, y yo pensé, a lo mejor tenemos algo aquí. Brenda tomo las bolsas de ropa y me guío hasta su habitación; una vez ahí me hizo sentarme en su cama y entro al baño con las bolsas, espere muy ansioso a que saliera. Al salir llevaba un vestido nada favorecedor de una pieza largo hasta las rodillas, me pregunto que te parece? Le dije que personalmente no me gustaba, era un vestido como para una señora mayor y ella aun era muy joven. Brenda sonrío y me dije ok, entonces lo devolveré y entro nuevamente al baño. Salio esta vez con una blusa azul con un generoso escote y una falda volada negra, eso ya esta mejor le dije, me gusta la blusa. A si? Sí le dije y te gusta la blusa o lo que hay a dentro me dijo, pues la blusa es bonita pero lo de adentro es lo importante le dije. Brenda dio una vuelta como de modelo y luego se metió al baño de nuevo. Esta vez salio vestida con la ropa con que la recogí y me dio las gracias por asistir a la sesión de modelaje. Le dije espera un poco, entraste con tres bolsas y solo modelaste dos cosas. Me dijo que la otra bolsa contenía algo que le daba pena mostrar, yo sabia que la otra bolsa era de la tienda de lencería. Le dije que no tuviera pena, que teníamos confianza y que yo la ayudaría a decidir si debía conservar o no la prenda. Entonces Brenda me dijo que seria de mucha ayuda, pero que era algo muy personal y le daba pena conmigo, que no sabia que opinión me llevaría de ella. Le dije que si era algún traje de baño o algo así, ella me dijo que era algo así, pero no era un traje de baño. Entonces le dije, es algún tipo de ropa interior sexy? Y entonces ella me dijo riéndose que sí, que había comprado un juego de ropa interior y un negligé, para recibir a su esposo, pero no estaba segura de se le vería sexy o no, por su tipo de cuerpo. Yo le dije que eso eran tonterías y que ella era un mujer muy sensual y que si quería estar segura, solo tenia que modelarlo por un momento y para mayor seguridad podía ponerse una toalla o una bata de baño, de ese modo solo tendría que verla por un segundo y yo le diría con total sinceridad si era o no adecuado. Para ese momento mi erección era notoria y formaba un bulto de buen tamaño, note como Brenda me lo miraba de reojo cuando creía que no estaba mirándola a los ojos.

Bueno, pero júrame por tu madre que no le contaras nada a nadie, por supuesto que no Brendita, te lo juro. Muy bien entonces dame un momento, tomo una bata de un cajón y entro al baño. Espere unos minutos, acariciándome la verga sobre el pantalón para asegurarme de que tuviera todo su tamaño. Estoy lista, dijo finalmente, la puerta del baño se abrió, Brenda salio envuelta en su bata de baño, se había descalzado y se había soltado el pelo. Muy bien ahora, abre bien los ojos, porque esto solo lo haré una vez. Entonces Brenda abrió la bata, lo que había comprado era un conjunto de tres piezas, en negro con rojo, semitransparente, un sostén que a simple vista le quedaba muy ajustado y un tanga diminuto que me imagine se perdería en su culo, algunos bellos saltaban por la parte superior, haciendo evidente el hecho de que necesitaba depilarse. Sus senos eran impresionantes, grandes y firmes, eran unos senos de los que una mujer podía estar orgullosa. Brenda solo dejo que la viera unos cinco segundos, pero note muchos detalles, entonces cerró la bata y me dijo, y bien ¿que te parece? No se vale le dije, la vi por poco tiempo, entonces Brenda fijo su vista en mi bulto y me dijo, creo que viste por el tiempo suficiente. No es verdad, le dije, déjame ver solo una vez más Brendita, le dije mientras me paraba frente a ella. Esta bien pero pon atención, se descubrió nuevamente y cuando llevaba unos segundos me dije, ahora o nunca y le dije, wow tu cuerpo es impresionante y lleve rápidamente mi mano a uno de sus senos y se lo toque. Brenda no hizo nada para detenerme, estaba como choqueada. Cualquier hombre se pondría caliente al verte así, le dije, entonces reacciono y se saco y me empujo diciéndome que si que creía que estaba haciendo. Entonces le pedí perdón y le dije que mi cuerpo reacciono por instinto. Ella me pidió que me fuera, que eso había sido un error y que no quería que le contara a nadie sobre lo ocurrido. Entonces pensé rápidamente, pensé que Brenda era una mujer con un carácter más o menos pasivo agresivo, no me había abofeteado pero en cambio me había pedido que me fuera sin levantar la voz ni armar gran escándalo, así que decidí probar mi suerte. Me acerque sin decir nada la mire a los ojos y la tome de la barbilla y la bese a la fuerza; El beso la tomo por completo por sorpresa, no consiguió reaccionar hasta que habían pasado casi treinta segundos, durante los cuales no deje de tocar sus senos. Entonces Brenda trato de retomar el control al apartarme un poco, cuando lo hizo me dio la espalda e intento entrar al baño, pero antes de que lo lograra, la aborde abrazándola desde atrás y le dije al oído eres toda una mujer, quiero hacerte mía. Adriancito, ¿que estas diciendo? Me vuelve loco tu cuerpo, le dije amasando sus pechos desde atrás y asegurándome que mi verga se le pegara lo más posible al culo. Suéltame por favor, soy una mujer casada y amo a mi esposo. Yo no te digo que no lo ames o lo abandones, solo te digo que nos divirtamos un rato, te garantizo que te voy a hacer sentir cosas nuevas, le dije mientras besaba su cuello.

Mmmm no decía Brenda, cada vez con menor convicción, en ese momento la gire de modo quedamos frente a frente, lo cual provoco que me mirara y en ese momento la bese de nuevo. Fue un beso largo, no hizo nada por empujarme y poco a poco empezó a responder el beso, mi lengua pudo pasar por completo a su boca y empezó a moverse dentro de ella. En ese momento, baje mi zipper y saque mi verga, tome su mano y la lleve a mi miembro. Brenda que durante todo el beso había tenido los ojos abiertos, los abrió de inmediato y acaricio mi pene con avidez entonces me separe de ella y le dije, mira bien como me pones. Brenda bajo la vista mi verga y de inmediato de arrodillo ante mi y empezó a ver mi reata con total incredulidad y posteriormente comenzó a besarlo y luego a mamarlo. Brenda mamaba como una experta, usaba su lengua mucho mejor que sus otras hermanas, supongo que los años de matrimonio le habían servido para practicar. Eso Brendita mama bien lo que te vas a comer. ¿Te gusta mi reata Brendita? Me encanta me dijo, es como tres veces más gruesa que la de mi esposo, esto no puede ser normal, me dijo. Me reí y le dije, no, tus hermanas me dijeron lo mismo cuando me las empecé a coger, me dijeron que era la reata más gorda que nunca se habían cogido. Brenda se quedo con la boca abierta al escuchar esto y finalmente me dijo, eres un cabrón, te cogiste a mis hermanas? Sí, de hecho aun tengo una muy buena relación con Janet. Nadia me dijo que lo mejor para ella era dejar de verme, así que ya no cogemos, pero si te digo que por un tiempo me las estuve cogiendo a las dos, y ahora te llego el turno a ti putita. La puse de pie, le quite la bata y el negligé y le dije, tienes las tetas más gordas que jamás he visto putita, me senté en la cama y le dije, desnúdate por completo y ven a hacerme una puñeta con tus melones mamacita. Brenda obedeció, se quito el bra y la tanga, revelando sus dos sandias maduras, grandes y de un color blanco pálido, con un pezón y una aureola rosados, además de una panocha velluda y salvaje. Luego se puso en cuatro patas y gateo hasta la orilla de la cama, tomando sus dos enormes pechos cubrió mi reata con ellos y empezó a subir y bajar diciendo, ¿así te gusta, Adriancito? Uff le dije, tus tetas son geniales, están suavecitas y calientes, espero que tu panochita sea igual putita. Después de estar un rato así le dije es tiempo de que me dejes mamar tu panocha, vieja puta. Me pone bien caliente que me trates así Adriancito, dijo mientras se subía a la cama y abría sus piernas. Es porque eres una puta mamacita, solo que no te habías dado cuenta, le dije mientras me desnudaba, tus hermanas también lo son yo les saque lo putas a punta de vergazós. Brenda estaba perdida te caliente, se retorcía en la cama, así que no la hice esperar, me coloque ante su panochita y empecé a comérsela. Por el modo en que subía sus caderas y presionaba mi cabeza contra su vagina supe que estaba gozando de lo lindo. Que rico lo haces cabrón, siento que me da vueltas la cabeza, me vas a volver loca, HIJO DE TU PUTA MADREEE ME CORROOOOOOOOOOOO AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!! El grito de la corrida de Brenda reboto por toda la casa. Su panocha vibraba como pocas veces había visto y no dejaba de soltar flujo continúe hasta que ya no salió más. Entonces le dije, gracias por la bebida, estaba sediento, ahora yo te voy a invitar a comer le dije, con mi reata en la mano ya bien parada y lista para entrar. Brenda dijo, hazme lo que quieras papacito, soy tuya. Entonces empecé a metérsela, al ser Brenda una señora ya casada, su vagina era mucho menos estrecha que la de sus hermanas, sin embargo ella misma la apretaba dándome una sensación asombrosa. Como se siente mi reata en tu panocha señora Brenda le dije, crees que tu esposo sienta como le están saliendo los cuernos? Adrián hijo de puta como me calienta que me digas esa cochinadas, cabrón, cojéeme más fuerte, que se joda mi esposo, por hoy tu eres mi macho. Entonces acelere la cogida mientras le mama una de sus chichotas y sentí como ella me apretaba con sus piernas. Le dije, me voy a correr señora Brenda, mmmmmmm córrete dentro de mi, hazme un hijo de puta igual que tu cabrón!!!!! Eso me puso a muy caliente y corri como pocas veces me he corrido. Sin sacarle el pene, me quede chupando y besando las tetas de Brenda un buen rato, Adrián eso fue increíble, nunca habia sentido que me llenaran como lo has hecho tu. Es lo mismo que me dijeron tus hermanas le dije riéndome entre sus tetas. Claro tu tienes las tetas más ricas, eres un cabrón bien hecho Adrián, mira que cogerte a mis hermanas y para colmo a mi que soy diez años mayor que tu.

No eres la primer mujer que me cojo que es diez años mayor que yo, le dije. Mmmm si se nota, tienes mucha experiencia, siento como se te para otra vez, sí señora Brenda pero ahora quiero probar algo diferente. ¿Que será? Dijo ella, quiero tu culo Brendita, mmmm niño travieso, mi esposo me lo hizo una vez y fue muy doloroso, pero como me hiciste gozar y se ve que sabes lo que haces, te voy a dejar que intentes, pero si me lastimas, vas a ver. Te juro que tratare a ese culo como se lo merece. Está bien confío en ti. Dijo esto y se puso en cuatro patas de un modo que nunca había visto, levanto todo el culo y bajo el resto de su cuerpo, me dijo que así se cansaría menos. Por alguna razón, ver su trasero tan arriba me encendió muchísimo, asi que me lance como loco a besar sus nalgas, que estaban brillantes por el sudor. Mientras las acariciaba y le decía cosas como, mira que rico culo me voy a coger y cosas así, empecé a besar y lamer su culito. También le pasaba los dedos por la vagina, ya que había visto que con el flujo vaginal te ahorras muchas lamidas. Brenda no dijo nada relevante mientras le lubricaba y le dilataba el culo, asi que le di dos sonoras nalgadas y le dije, esta lista señora Brenda, sii Adriancito, dijo mientras meneaba las nalgas y le dije ok aquí voy. Me puse de pie sobre la cama y empece a empujar la cabeza de mi verga en su culo. La lubricación y el hecho de que Brenda dilata muy bien, me facilitaron mucho el trabajo, y solo tube que esforzarme un poco para que entrara el glande. SUUUUUUUU PUTAAAA MADREEEEEEEE dijo Brenda al sentirme entrar, siento como si me estuvieran metiendo una manzana por la cola, ve más despacito Adrián. Aguante señora Brenda ya va el resto de mi verga, empuje con fuerza y toda mi reata entro, el culo de Brenda era más amable que el de sus hermanas, ignoro si porque ella es mayor o que, pero me recibió como si fuéramos amigos. Mmmm Brendita tu culito se siente delicioso, esta hecho justo a la medida de mi reata putita. Adriannnnnnn mi vida, que rico sientoooooooo, muévete más rápido, por lo que más quieras cabrón! Empecé a moverme, pero como estaba disfrutando tanto, hice hasta lo imposible por no correr me, creo que pasarían veinte minutos, durante los cuales Brenda acabo dos veces; hasta que sentí que me iba a correr. Ahora si señora Brenda aquí le va toda mi leche, directa para su culo. Nooooo Adrián, córrete en mi cara, por favor. Entonces Brenda se me adelanto, se soltó y se dio la vuelta rápidamente. Agarro mi verga y sin importarle donde había estado la empezó a mamar y a chupar y la apunto directo a su cara, correteé en mi cara y mis tetas Adrián me dijo poniendo una cara de puta que jamás le había visto hasta ese día. Justo en ese momento me corrí, los últimos dos chorros de leche que me quedaban en los huevos fueron directamente a su cara y a su cabello, Brenda estaba cubierta de sudor y semen, el olor a sexo que tenia el cuarto era increíble.

Brenda y yo tomamos un baño juntos, pero ya no tuvimos sexo, solo estuvimos fajando en la regadera un rato, después salimos y nos vestimos. Estuvimos conversando sobre la situación, me dijo que ella no quería poner en peligro su matrimonio, así que no podía esperar que ella estuviera disponible siempre que yo quisiera, pero si no había riesgos podíamos tener relaciones. Le dije que por mi no habría problemas, yo no estaba enamorado de ella ni nada, solo me gustaba coger y si ella quería, solo tenia que avisarme.

Después de ese día Brenda y yo nos volvimos amantes ocasionales, nos encontrábamos en mi casa o en la suya con cualquier pretexto. Brenda también fue la primer mujer a la que embarace, fue tal y como dijo: le hice un hijo de puta igual que yo, bueno en realidad fue una niña, con lo que Brenda cumplió su sueño de tener una niña, que gracias al cielo salio a su madre, solo se parece a mi un poco en el cabello, pero eso solo lo sabemos Brenda y yo. Con Brenda la relación continúa y de vez en cuando todavía me visita, al igual que Janet, ambas saben que me he cogido a las tres hermanas, pero ninguna de las dos hace que eso sea un problema. Al día de hoy la historia de las hermanas continúa.
Esta es la tercera y ultima parte de la historia de las hermanas. Esta parte se sitúa algunos años después de que empecé mi relación con Janet y Nadia. Unos años después de los eventos que narre Janet se había casado con un sujeto de buena posición y se había ido a vivir en otro estado, de cuando en cuando chateamos y recordamos buenos tiempos, llevamos buena relación y cuando viene por la ciudad nos damos una cogida o dos para recordar buenos tiempos, dice que ha cumplido su promesa y que su culo sigue siendo solo mío, aunque su esposo se lo ha pedido en alguna ocasión, yo en lo personal tiendo a creerle, ya que cuando viene, lo trae muy cerrado jeje. En la actualidad Nadia también esta casada y tiene un par de niños, ella vive en la ciudad, aunque ya no nos vemos, porque decidimos que sería mejor así. En la época en que ocurrió el relato yo estaba en el último año de la preparatoria, debido a las constantes quejas sobre mi comportamiento decidí que era tiempo de dejar las tonterías adolescentes a un lado y centrarme. Al menos dejar de comportare como idiota en la escuela, estudiar un poco y divertirme pero sin cometer idioteces. Sin quererlo mi esfuerzo rindió sus frutos y mi padre me regalo una camioneta…usada pero camioneta al final. Era un vehiculo en buen estado, cumplió muy bien con su propósito. Un día me encontraba en un centro comercial muy concurrido de la ciudad, perdiendo el tiempo y después de haber hecho algunas compras absurdas y haber comido, comida chatarra, decidí irme. Me dirijo al estacionamiento, y cuando voy subiendo por el estacionamiento al lugar donde deje mi humilde vehiculo, veo una persona muy familiar renegando y girando la llave de su autor furiosamente. La persona era Brenda, la hermana mayor de Nadia y Janet. Brenda es una señora alta, unos 34 años algo rellenita, cabello lacio y muy negro, con unas tetas gigantes. Brenda es muy amiga de mi madre, así que al verla forcejear con el auto y escuchar los sonidos familiares que parecen decir, estoy muerto, no insistas, no arrancare. Decidí acercarme, Hola señora Brenda, le dije, Hola Adriancito, que bueno que te veo mi auto no arranca. Bueno le dije ese sonido me indica claramente que necesita un mecánico. No la chinges, es serio? Sí esa falla debe ser algo del motor, aceite o las bujías han muerto. En todo caso le recomiendo que deje el auto aquí y vuelva con un mecánico. La señora Brenda con resignación saco la llave del arranque y salio del vehiculo. Supongo que tendré que irme en un taxi. De ningún modo señora, aun cuando no somos vecinos, yo me ofrezco a llevarla hasta su casa, dentro de mi pensé que esto haría que mi madre me diera un premio. Adriancito no quisiera molestarte, seguro tienes mejores cosas que hacer. No es ninguna molestia señora Brenda, en verdad. Brenda pensó por un momento y finalmente accedió, saco algunas bolsas del asiento trasero de su auto y me siguió a mi camioneta. Salimos rumbo a su casa que esta a unos 10 minutos de la mía y mientras hablábamos de cosas intrascendentes mayormente del clima, yo veía de reojo sus grandes senos, eran como un par de sandias maduras y gordas, que de algún modo sobrenatural se mantenían erguidos.

Mi intención era llevarla a su casa y dejarla ahí para volver luego a la mía. Sin embargo Brenda me invito a pasar y decidí entrar, pues jamás había estado en su casa, aunque ella si había visitado varias veces la mía. Brenda vivía con su esposo y su hijo, razón por la cual se me hizo extraño que llegáramos y no hubiera nadie en casa. Brenda me ofreció un refresco y pidió que me sentara en la sala mientras lo traía. Se fue a la cocina dejándome cómodamente instalado en un sillón junto a todas las bolsas. Sin mucho que hacer mientras volví me puse a ver de qué tiendas eran las bolsas. Una era de una boutique, otra de un par de lugares de moda, una tienda de perfumes, una de ropa para caballero, que imagine seria para su esposo, pero había una cuyo loco me pareció muy familiar, un logo rosa con negro inconfundible de una famosa tienda de lencería fina. Vaya con la señora Brenda, pensé, algún modelito coqueto para lucir por la noche frente a su maridito. Cuando estaba entretenido pensando en que habría comprado, Brenda regreso con una coca cola en un vaso con hielo. Aquí tienes me dijo sonriendo, muchas gracias le dije con una sonrisa, mientras me imaginaba a la señora en tanga o negligé. Muchas gracias por traerme Adriancito, en serio. No tiene que agradecerme señora Brenda, usted es muy amiga de mi madre y estoy seguro que me reprendería si no la ayudara cuando necesita ayuda. Además no es propio de un caballero el dejar sin asistencia a una dama. Eso último la hizo reír, era obvio que pensar en el chiquillo que solía ser como un caballero era una idea en el menor de los casos, rara. A mira tu muy caballero ahora, si bien que recuerdo lo desmadrozo que eras, no se me olvida. Sí le dije a mi tampoco, solo que ahora creo que debo corregirme, la universidad esta a la vuelta de la esquina y es mejor que me ponga más serio, aunque sea un poco. Haces bien créeme, permíteme un segundo llamare a mi esposo. Brenda salio rumbo a la cocina de nuevo y note como se llevaba la mano a la base de la espalda y caminaba con algo de dolor. Recordé las conversaciones que había escuchado, entre Brenda y mi madre, sobre los dolores de espalda y las dificultades para encontrar un sostén de su talla. Pasado un minuto en el que no hice realmente nada Brenda regreso y se sentó junto a mí. Ya esta me dijo, lo que pasa es que mi esposo y mi hijo fueron con mi suegra por el fin de semana y quería llamarles para ver como estaba todo y avisarle a mi esposo sobre el auto. Muy bien señora Brenda, le dije.

Adriancito te puedo pedir un favor me dijo muy seria, por supuesto le dije. Deja de llamarme señora, por favor, me haces sentir más vieja de lo que estoy. Discúlpeme usted Brenda, lo que pasa es que estoy acostumbrado a llamarla así. Bueno, mira solo llámame Brenda por favor. Esta bien Brenda, si así lo prefieres, aunque no debiera preocuparte por su edad, usted aun es muy joven. Sí? Y por eso me hablas de usted? Esta bien, Brendita, como tú quieras. Eso hice reír a la Brenda, que al ser una mujer con un cuerpo grande y con carnes generosas, no había escuchado que alguien le llamara Brendita en muchos años. Bueno Adriancito, muchas gracias. De nada Brendita, pero cuéntame, que tanto compraste en el centro comercial. Compre algunas cositas, ropa para mi y para mi esposo, cremas y unos perfumes. Que bien, le dije, un día muy productivo, sí me dijo, aunque no pude medirme la ropa y no se como me quedara. Apuesto a que muy bien, Brenda puso una cara muy seria y me dijo, ya no puedo estar segura de si la ropa me quedara o no. Porque lo dices Brendita, no has engordado nada, desde la última vez que te vi, no me salgas con esa tontería de que estas gorda, las mujeres se obsesionan mucho con el peso y la mayoría de las veces ni siquiera están rellenitas. Muchas gracias Adriancito pero no es por mi peso es otra cosa lo que hace que no encuentre ropa de mi talla. Era obvio que se refería a su par de sandias, pero como siempre decidí hacerme el tonto y le dije que no entendía a que se refería, Brenda me dijo que lo olvidara, que no quería aburrirme con esas cosas de mujeres. Me dijo que no quería quitarme mucho mi tiempo y que si lo deseaba podía retirarme.

Entonces me dije a mi mismo, ok me voy a casa, me puse de pie, le di las gracias por el refresco y Brenda trato de ponerse en pie, pero se dejo caer de nuevo en el sillón con una mueca de dolor en la cara. Le pregunte si le pasaba algo, me dijo que no era nada, solo un dolor de espalda, que ya se le pasaría, que le diera un segundo para acompañarme a la puerta. Entonces le dije, si te duele mucho quizás pueda darte un masaje, pensé que Brenda se negaría, pero parece que el dolor fue más fuerte y me pidió que la ayudara a recostarse en el sofá grande, la ayude a ponerse de pie y luego a tenderse boca abajo en el sofá. Entonces empecé a masajear su espalda con movimientos circulares muy firmes, su espalda estaba muy tensa, sobretodo sus hombros. Adriancito no se ni como agradecerte esto, de verdad que lo haces muy bien, pareciera que tienes mucha practica. Y así era, a veces cuando las chicas no estaban de humor para coger, la mejor manera era darles un masaje, así que con el tiempo me había aprendido unos cuantos trucos. Al estar Brenda boca abajo en el sillón yo pude observar bien sus nalgas. Eran unas buenas nalgas, aunque no eran mejores que las de Janet, si eran muy decentes, aun para una mujer de la edad de Brenda. Entonces pensé en una idea algo picara, con la que me podía ganar una buena cachetada, pero pensé que valía la pena intentar. Le dije a Brenda, donde te duele, y ella respondió justo lo que pensé, más abajo, y entonces le dije te duele aquí y coloque mis dos manos de lleno en sus nalgas y se las acaricie y ella me dijo Adriancito niño travieso, suéltame ahí, bueno le dije. Y continuamos el masaje como si no pasara nada. A los cinco minutos Brenda se levanto y me dio una palmada en el hombro riéndose y diciendo que eso que toque no era su espalda. Perdón le dije con una sonrisa picara, imagine que una mujer con evidentes problemas de autoestima como Brenda se sentiría halagada de provocar a un joven como yo. Te sientes mejor de la espalda Brendita? Sí muchas gracias. Oye Adriancito te puedo pedir una ultima cosa? Claro que sí Brendita, lo que tú quieras. Bueno me dice, es que compre algo de ropa y quisiera que me ayudaras un poco. Claro que sí Brenda.

Vamos a mi habitación me dijo, y yo pensé, a lo mejor tenemos algo aquí. Brenda tomo las bolsas de ropa y me guío hasta su habitación; una vez ahí me hizo sentarme en su cama y entro al baño con las bolsas, espere muy ansioso a que saliera. Al salir llevaba un vestido nada favorecedor de una pieza largo hasta las rodillas, me pregunto que te parece? Le dije que personalmente no me gustaba, era un vestido como para una señora mayor y ella aun era muy joven. Brenda sonrío y me dije ok, entonces lo devolveré y entro nuevamente al baño. Salio esta vez con una blusa azul con un generoso escote y una falda volada negra, eso ya esta mejor le dije, me gusta la blusa. A si? Sí le dije y te gusta la blusa o lo que hay a dentro me dijo, pues la blusa es bonita pero lo de adentro es lo importante le dije. Brenda dio una vuelta como de modelo y luego se metió al baño de nuevo. Esta vez salio vestida con la ropa con que la recogí y me dio las gracias por asistir a la sesión de modelaje. Le dije espera un poco, entraste con tres bolsas y solo modelaste dos cosas. Me dijo que la otra bolsa contenía algo que le daba pena mostrar, yo sabia que la otra bolsa era de la tienda de lencería. Le dije que no tuviera pena, que teníamos confianza y que yo la ayudaría a decidir si debía conservar o no la prenda. Entonces Brenda me dijo que seria de mucha ayuda, pero que era algo muy personal y le daba pena conmigo, que no sabia que opinión me llevaría de ella. Le dije que si era algún traje de baño o algo así, ella me dijo que era algo así, pero no era un traje de baño. Entonces le dije, es algún tipo de ropa interior sexy? Y entonces ella me dijo riéndose que sí, que había comprado un juego de ropa interior y un negligé, para recibir a su esposo, pero no estaba segura de se le vería sexy o no, por su tipo de cuerpo. Yo le dije que eso eran tonterías y que ella era un mujer muy sensual y que si quería estar segura, solo tenia que modelarlo por un momento y para mayor seguridad podía ponerse una toalla o una bata de baño, de ese modo solo tendría que verla por un segundo y yo le diría con total sinceridad si era o no adecuado. Para ese momento mi erección era notoria y formaba un bulto de buen tamaño, note como Brenda me lo miraba de reojo cuando creía que no estaba mirándola a los ojos.

Bueno, pero júrame por tu madre que no le contaras nada a nadie, por supuesto que no Brendita, te lo juro. Muy bien entonces dame un momento, tomo una bata de un cajón y entro al baño. Espere unos minutos, acariciándome la verga sobre el pantalón para asegurarme de que tuviera todo su tamaño. Estoy lista, dijo finalmente, la puerta del baño se abrió, Brenda salio envuelta en su bata de baño, se había descalzado y se había soltado el pelo. Muy bien ahora, abre bien los ojos, porque esto solo lo haré una vez. Entonces Brenda abrió la bata, lo que había comprado era un conjunto de tres piezas, en negro con rojo, semitransparente, un sostén que a simple vista le quedaba muy ajustado y un tanga diminuto que me imagine se perdería en su culo, algunos bellos saltaban por la parte superior, haciendo evidente el hecho de que necesitaba depilarse. Sus senos eran impresionantes, grandes y firmes, eran unos senos de los que una mujer podía estar orgullosa. Brenda solo dejo que la viera unos cinco segundos, pero note muchos detalles, entonces cerró la bata y me dijo, y bien ¿que te parece? No se vale le dije, la vi por poco tiempo, entonces Brenda fijo su vista en mi bulto y me dijo, creo que viste por el tiempo suficiente. No es verdad, le dije, déjame ver solo una vez más Brendita, le dije mientras me paraba frente a ella. Esta bien pero pon atención, se descubrió nuevamente y cuando llevaba unos segundos me dije, ahora o nunca y le dije, wow tu cuerpo es impresionante y lleve rápidamente mi mano a uno de sus senos y se lo toque. Brenda no hizo nada para detenerme, estaba como choqueada. Cualquier hombre se pondría caliente al verte así, le dije, entonces reacciono y se saco y me empujo diciéndome que si que creía que estaba haciendo. Entonces le pedí perdón y le dije que mi cuerpo reacciono por instinto. Ella me pidió que me fuera, que eso había sido un error y que no quería que le contara a nadie sobre lo ocurrido. Entonces pensé rápidamente, pensé que Brenda era una mujer con un carácter más o menos pasivo agresivo, no me había abofeteado pero en cambio me había pedido que me fuera sin levantar la voz ni armar gran escándalo, así que decidí probar mi suerte. Me acerque sin decir nada la mire a los ojos y la tome de la barbilla y la bese a la fuerza; El beso la tomo por completo por sorpresa, no consiguió reaccionar hasta que habían pasado casi treinta segundos, durante los cuales no deje de tocar sus senos. Entonces Brenda trato de retomar el control al apartarme un poco, cuando lo hizo me dio la espalda e intento entrar al baño, pero antes de que lo lograra, la aborde abrazándola desde atrás y le dije al oído eres toda una mujer, quiero hacerte mía. Adriancito, ¿que estas diciendo? Me vuelve loco tu cuerpo, le dije amasando sus pechos desde atrás y asegurándome que mi verga se le pegara lo más posible al culo. Suéltame por favor, soy una mujer casada y amo a mi esposo. Yo no te digo que no lo ames o lo abandones, solo te digo que nos divirtamos un rato, te garantizo que te voy a hacer sentir cosas nuevas, le dije mientras besaba su cuello.

Mmmm no decía Brenda, cada vez con menor convicción, en ese momento la gire de modo quedamos frente a frente, lo cual provoco que me mirara y en ese momento la bese de nuevo. Fue un beso largo, no hizo nada por empujarme y poco a poco empezó a responder el beso, mi lengua pudo pasar por completo a su boca y empezó a moverse dentro de ella. En ese momento, baje mi zipper y saque mi verga, tome su mano y la lleve a mi miembro. Brenda que durante todo el beso había tenido los ojos abiertos, los abrió de inmediato y acaricio mi pene con avidez entonces me separe de ella y le dije, mira bien como me pones. Brenda bajo la vista mi verga y de inmediato de arrodillo ante mi y empezó a ver mi reata con total incredulidad y posteriormente comenzó a besarlo y luego a mamarlo. Brenda mamaba como una experta, usaba su lengua mucho mejor que sus otras hermanas, supongo que los años de matrimonio le habían servido para practicar. Eso Brendita mama bien lo que te vas a comer. ¿Te gusta mi reata Brendita? Me encanta me dijo, es como tres veces más gruesa que la de mi esposo, esto no puede ser normal, me dijo. Me reí y le dije, no, tus hermanas me dijeron lo mismo cuando me las empecé a coger, me dijeron que era la reata más gorda que nunca se habían cogido. Brenda se quedo con la boca abierta al escuchar esto y finalmente me dijo, eres un cabrón, te cogiste a mis hermanas? Sí, de hecho aun tengo una muy buena relación con Janet. Nadia me dijo que lo mejor para ella era dejar de verme, así que ya no cogemos, pero si te digo que por un tiempo me las estuve cogiendo a las dos, y ahora te llego el turno a ti putita. La puse de pie, le quite la bata y el negligé y le dije, tienes las tetas más gordas que jamás he visto putita, me senté en la cama y le dije, desnúdate por completo y ven a hacerme una puñeta con tus melones mamacita. Brenda obedeció, se quito el bra y la tanga, revelando sus dos sandias maduras, grandes y de un color blanco pálido, con un pezón y una aureola rosados, además de una panocha velluda y salvaje. Luego se puso en cuatro patas y gateo hasta la orilla de la cama, tomando sus dos enormes pechos cubrió mi reata con ellos y empezó a subir y bajar diciendo, ¿así te gusta, Adriancito? Uff le dije, tus tetas son geniales, están suavecitas y calientes, espero que tu panochita sea igual putita. Después de estar un rato así le dije es tiempo de que me dejes mamar tu panocha, vieja puta. Me pone bien caliente que me trates así Adriancito, dijo mientras se subía a la cama y abría sus piernas. Es porque eres una puta mamacita, solo que no te habías dado cuenta, le dije mientras me desnudaba, tus hermanas también lo son yo les saque lo putas a punta de vergazós. Brenda estaba perdida te caliente, se retorcía en la cama, así que no la hice esperar, me coloque ante su panochita y empecé a comérsela. Por el modo en que subía sus caderas y presionaba mi cabeza contra su vagina supe que estaba gozando de lo lindo. Que rico lo haces cabrón, siento que me da vueltas la cabeza, me vas a volver loca, HIJO DE TU PUTA MADREEE ME CORROOOOOOOOOOOO AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!! El grito de la corrida de Brenda reboto por toda la casa. Su panocha vibraba como pocas veces había visto y no dejaba de soltar flujo continúe hasta que ya no salió más. Entonces le dije, gracias por la bebida, estaba sediento, ahora yo te voy a invitar a comer le dije, con mi reata en la mano ya bien parada y lista para entrar. Brenda dijo, hazme lo que quieras papacito, soy tuya. Entonces empecé a metérsela, al ser Brenda una señora ya casada, su vagina era mucho menos estrecha que la de sus hermanas, sin embargo ella misma la apretaba dándome una sensación asombrosa. Como se siente mi reata en tu panocha señora Brenda le dije, crees que tu esposo sienta como le están saliendo los cuernos? Adrián hijo de puta como me calienta que me digas esa cochinadas, cabrón, cojéeme más fuerte, que se joda mi esposo, por hoy tu eres mi macho. Entonces acelere la cogida mientras le mama una de sus chichotas y sentí como ella me apretaba con sus piernas. Le dije, me voy a correr señora Brenda, mmmmmmm córrete dentro de mi, hazme un hijo de puta igual que tu cabrón!!!!! Eso me puso a muy caliente y corri como pocas veces me he corrido. Sin sacarle el pene, me quede chupando y besando las tetas de Brenda un buen rato, Adrián eso fue increíble, nunca habia sentido que me llenaran como lo has hecho tu. Es lo mismo que me dijeron tus hermanas le dije riéndome entre sus tetas. Claro tu tienes las tetas más ricas, eres un cabrón bien hecho Adrián, mira que cogerte a mis hermanas y para colmo a mi que soy diez años mayor que tu.

No eres la primer mujer que me cojo que es diez años mayor que yo, le dije. Mmmm si se nota, tienes mucha experiencia, siento como se te para otra vez, sí señora Brenda pero ahora quiero probar algo diferente. ¿Que será? Dijo ella, quiero tu culo Brendita, mmmm niño travieso, mi esposo me lo hizo una vez y fue muy doloroso, pero como me hiciste gozar y se ve que sabes lo que haces, te voy a dejar que intentes, pero si me lastimas, vas a ver. Te juro que tratare a ese culo como se lo merece. Está bien confío en ti. Dijo esto y se puso en cuatro patas de un modo que nunca había visto, levanto todo el culo y bajo el resto de su cuerpo, me dijo que así se cansaría menos. Por alguna razón, ver su trasero tan arriba me encendió muchísimo, asi que me lance como loco a besar sus nalgas, que estaban brillantes por el sudor. Mientras las acariciaba y le decía cosas como, mira que rico culo me voy a coger y cosas así, empecé a besar y lamer su culito. También le pasaba los dedos por la vagina, ya que había visto que con el flujo vaginal te ahorras muchas lamidas. Brenda no dijo nada relevante mientras le lubricaba y le dilataba el culo, asi que le di dos sonoras nalgadas y le dije, esta lista señora Brenda, sii Adriancito, dijo mientras meneaba las nalgas y le dije ok aquí voy. Me puse de pie sobre la cama y empece a empujar la cabeza de mi verga en su culo. La lubricación y el hecho de que Brenda dilata muy bien, me facilitaron mucho el trabajo, y solo tube que esforzarme un poco para que entrara el glande. SUUUUUUUU PUTAAAA MADREEEEEEEE dijo Brenda al sentirme entrar, siento como si me estuvieran metiendo una manzana por la cola, ve más despacito Adrián. Aguante señora Brenda ya va el resto de mi verga, empuje con fuerza y toda mi reata entro, el culo de Brenda era más amable que el de sus hermanas, ignoro si porque ella es mayor o que, pero me recibió como si fuéramos amigos. Mmmm Brendita tu culito se siente delicioso, esta hecho justo a la medida de mi reata putita. Adriannnnnnn mi vida, que rico sientoooooooo, muévete más rápido, por lo que más quieras cabrón! Empecé a moverme, pero como estaba disfrutando tanto, hice hasta lo imposible por no correr me, creo que pasarían veinte minutos, durante los cuales Brenda acabo dos veces; hasta que sentí que me iba a correr. Ahora si señora Brenda aquí le va toda mi leche, directa para su culo. Nooooo Adrián, córrete en mi cara, por favor. Entonces Brenda se me adelanto, se soltó y se dio la vuelta rápidamente. Agarro mi verga y sin importarle donde había estado la empezó a mamar y a chupar y la apunto directo a su cara, correteé en mi cara y mis tetas Adrián me dijo poniendo una cara de puta que jamás le había visto hasta ese día. Justo en ese momento me corrí, los últimos dos chorros de leche que me quedaban en los huevos fueron directamente a su cara y a su cabello, Brenda estaba cubierta de sudor y semen, el olor a sexo que tenia el cuarto era increíble.

Brenda y yo tomamos un baño juntos, pero ya no tuvimos sexo, solo estuvimos fajando en la regadera un rato, después salimos y nos vestimos. Estuvimos conversando sobre la situación, me dijo que ella no quería poner en peligro su matrimonio, así que no podía esperar que ella estuviera disponible siempre que yo quisiera, pero si no había riesgos podíamos tener relaciones. Le dije que por mi no habría problemas, yo no estaba enamorado de ella ni nada, solo me gustaba coger y si ella quería, solo tenia que avisarme.

Después de ese día Brenda y yo nos volvimos amantes ocasionales, nos encontrábamos en mi casa o en la suya con cualquier pretexto. Brenda también fue la primer mujer a la que embarace, fue tal y como dijo: le hice un hijo de puta igual que yo, bueno en realidad fue una niña, con lo que Brenda cumplió su sueño de tener una niña, que gracias al cielo salio a su madre, solo se parece a mi un poco en el cabello, pero eso solo lo sabemos Brenda y yo. Con Brenda la relación continúa y de vez en cuando todavía me visita, al igual que Janet, ambas saben que me he cogido a las tres hermanas, pero ninguna de las dos hace que eso sea un problema. Al día de hoy la historia de las hermanas continúa.

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Comentarios enviados para este relato
carlosq618 (23 de January de 2013 a las 07:58) dice: Gracias por comentar Tim, sí lo que pasa es que me gusta mucho abundar en los detalles, creo que logra un mejor efecto de inmersión.

tim_drake11 (23 de January de 2013 a las 07:15) dice: exageradamente lleno de detalles, pero interesante, gracias por el relato

pelado45 (2 de March de 2013 a las 17:44) dice: Me gustaron muchisimo tus relatos de las tres hermanas Siempre vuelvo un poco a mi adolescencia Las mayorcitas mal atendidas que un pibe con buenas armas y mucho aguante les puede cambiar la vida Un abrazo y felicitaciones

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:35) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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