La madre de Jose (30 años despues) (bis)

A raíz de nuestra aventura en la cochera de su casa Rafaela volvia a sentirse una mujer plena que a pesar de su edad resultaba atractiva, solia vestir vaqueros que le mostraban un culito todavía redondo y apetecible y sus enormes tetas como por arte de magia volvían a verse poderosas y grandes debajo de las camisetas. Su semblante parecía juvenil a pesar de sus arrugas (luego me comento que se masturbaba recordadndo mi follada sobre el coche un par de veces al dia por lo menos porque aunque ella lo intentaba de todas maneras su marido ya no respondia).

El primer dia de caza, como todas las mañanas fui a tomar el café en la terraza frente a su casa, antes de sentarme la vi en su ventana señalándome una taza invitándome a tomarlo con ella, a través del trasparente camisón se le apreciaban las oscuras aureolas que coronaban sus tetas.

Su marido se había ido a cazar y no habia peligro de que regresara de imprevisto. Una vez en su casa vi que debajo del camisón no llevaba nada, el bosque de vello que cubria su coño lucia debajo de la fina tela, una vez en la cocina y antes de servirme el café me bajo los pantalones y me pidió que me apoyara en la mesa, se sento frente a mi y con la boca termino de poner tiesa mi polla, a continuación se bajo los tirantes del camisón y puso mi pija entre sus enormes tetas con sus manos las apretó y me hizo una paja, me corri sobre ellas pringandola, no dejo que derramar toda la leche y con la mano termino depositando la poca lefa que me quedaba en un vaso en el que se sirvió un poco de cafe, el camisón resbalo y quedo desnuda, mientras bebia el café con semen me miraba lujuriosamente y se acariciaba el chocho yo volvi a ponerme en guardia, me hizo sentarme en la silla que ella había estado, mi verga apuntaba al techo y Rafaela se sento clavándosela de golpe, empezó a cabalgar despacio poco a poco fue aumentando la intensidad mientras yo me volvia loco entre sus tetazas apollando sus manos en mis rodillas gritaba como una loca corriéndose mientras sus enormes pechos rebotaban de su barriga a su cara.

Se abrazo a mi extasiada, me levante con ella en brazos y la lleve al dormitorio, la tumbe sobre la cama i le pedi que se pusiese a cuatro patas, ella abrió los muslos esperando que le follara el chocho, pero su culito apetitoso me decía que le perforara apunte mi capullo en la entrada y despacio fue entrando en la estrecha cueva, ella no se quejo hasta que la tuvo toda dentro y comencé a bombear, me corri en sus entrañas y me desplome sobre Rafaela que se dejo caer sobre la cama, estuvimos asi un tiempo hasta que nos fuimos a la ducha.