Para ese entonces su excitación era tal que recostándome boca arriba y subiéndose encima de mi se ensarto mi verga en su hermosa cuca.
Relato
La madre de mi companierito
LA MADRE DE MI COMPAÑERITO
A finales de los años 80, ingrese al colegio, con apenas 12 años de edad, fue ahí donde conocí a Tetó (Roberto), era un muchacho de mirada triste e inocente, flaco y de apariencia anémica, vivíamos en el mismo barrio, que a pesar de ya vivir un buen tiempo ahí aun no le conocía, hasta encontrarnos en el colegio y después de un par de semanas como compañeros de clases, ambos nos dimos cuenta, Tetó no hablaba mucho con los otros chicos y parecía ser el chico tonto y sin amigos de la clase, en cambio yo, ya había montado mi grupo. Me daba pesar ver a Tetó siempre solo. - Tetó, veo que siempre estas solo, te gustaría que fuéramos amigos, estudiar o hacer la tarea juntos. - Siii!, me gustaría, te invito a mi casa. - Queda cerca de mi casa? Pregunte. - No te preocupes, yo se donde vives tú, y si esta cerca de mi casa. - Me parece bien, entonces a la salida nos vamos.
Cuando salíamos del colegio era alrededor de las 2:00 de la tarde, un poco hambrientos fuimos hasta su casa, en el camino el ya me había hablado un poco de su familia, su padre era obrero de una fabrica, su madre ama de casa, sus hermanos menores, que cuando les conocí me di cuenta que eran unos pillos que abusaban de su hermano mayor. Al llegar a su casa me presento con su madre. - Mama el es Eros. - Tetó me ha hablado mucho de ti, que eres un buen muchacho. eres bien alto y fornido para tu edad, estas bien guapetón. Las palabras de la señora me hicieron sonrojar y en ese momento aprecie bien a la mama de Tetó, una señora de 30 a 35 años, de tez trigueña, estatura baja y figura delgada. - Gracias señora, Usted es bien hermosa y joven. - Ve! Que muchacho tan halagador.
Luego me invitaron a comer, la señora me atendió espectacularmente, un guiso fabuloso y el postre fue de lo mejor, platicábamos y reíamos los tres de cosas sin importancia, los pilluelos hermanitos de tetó, de a poco comenzaban a joder, ellos no se daban cuenta pero yo estaba hipnotizado viendo los pequeños senos de aquella mujer, los que me imaginaba lamiendo, esa serie de pensamientos e imaginaciones hizo que me fuera a casa, al llegar me deleite con una paja a nombre de la mama de Tetó y con la ayuda de una revista, para ese entonces tenia una buena colección de revistas pornográficas y gozaba con el erotismo de las películas que transmitía un canal gringo, en las cuales solamente se veían los senos, el culo y la vulva de la mujer; al tiempo gracias al Betamax regalo de mi padre, podía contemplar otro tipo de películas, las cuales aceleraban mi palpitar y endurecían por completo mi miembro.
Cuando Tetó vino a casa quedo fascinado con la cantidad de videojuegos que yo poseía, a pesar de vivir en un barrio, los empleos de mi padre y madre eran ostentosos y generaban un buen ingreso familiar, por las tardes Tetó venia a jugar a casa, cosa que me estaba incomodando ya que no podía contemplar el culo de su madre, siempre llegaba temprano a mi casa y se iba hasta altas horas de la noche, cosa que remedie prestándole mis videojuegos, así seria yo quien tendría una excusa de pasar metido todo el día en su casa.
Poco a poco fuimos tomando confianza con la señora, ella ya me contaba acerca del ultrajo y las golpizas que le propinaba el papa de Tetó, que por ende no era de mi agrado, mientras mi flacucho amigo se divertía con sus hermanos jugando, yo me la pasaba platicando con su mama todas las tardes, mientras hacia algún que hacer, mi favorito era cuando ella lavaba ropa, ya que movía todo el culo, un culo pequeño que iba de acuerdo a sus medidas, pero bien formado, redondo y paradito, aquel vaivén de ir y venir, me paraban el miembro estrepitosamente y las duchas nocturnas eran mi consuelo.
Mis visitas ya no eran para el flaco, sino que para su madre, Una tarde al llegar a su casa, la encontré sola, se le notaba triste y acongojada. - Que le pasa, porque esta triste. - Hay hijo si te pudiera contar lo que me pasa. - Cuénteme, recuerde que somos amigos. - De verdad somos amigos, yo pensé que solo eras amigo de mi hijo, y yo simplemente la mama de tal. Esas palabras cambiaron mi semblante. - Jajá jajá! Cipote pone otra cara, claro que somos amigos, es mas, ves como me haces reír.
El solo hecho de hacerla sonreír me transformo de inmediato y al igual que ella comencé a sonreír, en la radio sonaba una canción, la cual era de su gusto, ya que me pidió que bailáramos, gracias a mi madre, yo era un experto bailarín, comenzamos a bailar despacio y bien pegaditos, éramos casi de la misma estatura, así quedamos cara a cara, ella se recostó sobre mi hombro, mi pija comenzó a revolverse al sentir tan cerca de si el cuerpo de aquella mujer, a lo que ella me aparto y sin decirme nada dejamos de bailar. Me contó lo que le sucedía. - Mira lo que te voy a contar resérvatelo por favor. - Claro. - Ya no aguanto a Roberto (era el papa de Tetó), creo que tiene otra mujer y por eso me golpea tan seguido. - Le pego. - Si me dejo unos moretones en la espalda.
Bajo su blusa un poco y me dejo ver sus moretones en la espalda - Que bárbaro. - No tienes idea lo que me duele. En ese momento y sin pensarlo mucho, comencé a acariciar aquellas heridas, no resentí ningún reproche así que no pare, mi verga estaba mucho mas dura, ya que veía el sostén que albergaba las tetas que me quería comer; - Que rico pero mejor para, que vendrán mis hijos y esto no esta bien. - Solo un poquito más, para que se sienta mejor. - Si el que se esta sintiendo mejor eres tu.
En ese momento se hecho a reír y señalo el bulto prominente que había en mi entre pierna, era mi pija dura como una roca y deseosa de expulsar aquella lava que la calentaba por dentro, sentí mucha vergüenza y me disculpe. - No te disculpes, me haces sentir viva y deseada. - Para mi usted es muy bonita. - De veras, si soy flaca y fea, todo el tiempo estoy despeinada y sin arreglar. - A mi no me importa, para mi es linda. - Y que te gusta de mí. - Me ehh, ehh, y. - Vamos cipote, ahora no tengas pena y habla. - Bueno, me gusta su culo y sus chichitas. - Mis CHICHES!!! Pero si parecen de gata, Roberto me pasa reprimiendo por ellas, dice que no le gustan y que por eso busca otras mujeres.
En ese momento mi amiguito llego, y lo que parecía mi primer momento con una mujer, se arruino, que desilusión, maldecía la hora en la que el cabron de Tetó había llegado. Al día siguiente el flaco me comento que para el sábado su madre le daría dinero para que el y sus hermanos fueran al cine. El sábado bien temprano me ubique esquina opuesta a la casa de Tetó y en cuanto vi que ya iba de salida junto a sus hermanos, me fui para su casa y fingiendo no saber de la ausencia de mi amigo, toque la puerta, enseguida salio su madre.
- Tetó acaba de irse, pasa adelante.
Sin decir más palabras regreso a su quehacer, lavaba la ropa; me fascino verla como nunca la había visto, con un camisoncito blanco, que por estar mojado me permitía ver sus calzones y su sostén, que rico se veía aquel culo, realizando una serie de movimientos de abajo hacia arriba, se veía completamente duro y firme, para ese entonces mi verga reventaba. Cuando se estiraba para tender la ropa, se le levantaba el camisón y podía deleitarme viendo aquel calzón grande y de color blanco, el cual dejaba entrever su peluda selva, que delicia, mi corazón palpitaba y la roca que tenia por pene se salía de mi pantaloncito corto. Sin dudarlo me acerque, ubicándome atrás del culo de Mariela, el vaivén de su culo frotaba mi dura verga, parecía no importarte, porque aceleraba sus movimientos, como disfrutando del roce de mi pija. - Te gusta. - Ah, si. - Que quieres que haga niñito.
En ese momento ella bajo mis pantaloncitos junto a mi calzoncillo y comenzó a jalarme el miembro, que con tan solo un par de jaladas di unas gran escupida de espermas, ella seguía, sentía dolor en mi glande y a la vez placer, cuando logro parar me di cuenta que mi miembro estaba de vuelta en pie, de lo nervioso que estaba no sabia que hacer y fue ella quien me instruyo, llevando mis manos hasta sus senos, los senos de mis sueños, los cuales de inmediato comencé a acariciar, para luego mamar como un cachorro hambriento, ella se retorcía de placer, por la falta de experiencia quise meter mi miembro en su cavidad de un solo, a lo que ella me reprimió. - No, así no. - Si me vas a cogerme, te voy a enseñar a hacerlo bien, A lo que asentí con mi cabeza.
Tomo mis manos y las llevo hasta su velluda vulva, por primera vez iba a tocar una de esas, mis manos temblaban como nunca y cuando se posesionaron sobre la cuca de aquella mujer, me extasié con un electrificante cosquilleo que bajo desde mi cabeza hasta mi culo, no paraba de lamer sus tetas, cuando mis dedos sintieron la humedad de aquel músculo, me di cuenta que ella los había metido dentro de su cuca, sentía sus jugos deslizarse por mis dedos, ella gemía como loca, quise besarle en ese momento, no lo permitió en ese momento y de a poco me llevo hasta su habitación donde termino de desnudarse y desnudarme a mi.
Para ese entonces su excitación era tal que recostándome boca arriba y subiéndose encima de mi se ensarto mi verga en su hermosa cuca. - Ah, que rico, doña Mariela. - Te gusta, Ahhh, Umhhh. - Si, rico, y a usted le gusta. - SI.Ajajajaja, Umhhh. Subía y bajaba, y de apoco el ritmo aumentaba, hasta contemplar como rebotaban aquellas pequeñas tetas, por el movimiento de su cuerpo, fue cuando tanta lujuria hizo explotarnos en un exquisito orgasmo. - Ahhh, Umhhh, Ajajajaja, Que pisada mas rica, pero con el tiempo serás mejor. - Lo cree. - Si, tu pene crecerá mas y tomaras mas experiencia.
A mis 12 años, con unas chavas de 12 13 y 14, algo nuevo para mi, mi iniciacion hacia el sexo, practicamente una orgia con ellas y con mis amigos, simplemente algo que recordare por el resto de mis dias.
Relato erótico enviado por Anonymous el 08 de June de 2004 a las 09:55:40 - Relato porno leído 465124 veces
La lleve a su recamara dentro los aposentos de la iglesia, ella repetía que era una locura pero también ya estaba caliente, lo note por su humedad que tenía ya en su vagina, ella me dijo que nunca había estado con un hombre y que no sabía ni como se hacía el sexo más yo le dije, “No te preocupes mamacita yo te guio” le subí totalmente su vestido y le abrí sus sexys piernas.
Relato erótico enviado por reycolegial el 07 de September de 2009 a las 16:44:00 - Relato porno leído 201082 veces