Estaba caliente por sentirme su mujer, no pensé en nada y bajé mis calzones al tiempo que desnudaba de sus ropas inferiores a Leo, al hacerlo siento su pene erguido estimulado por las caricias que me daba, lo tomo entre mis manos y comienzo a sobarlo…
Relato
Pasa el tiempo y Chabela a sus 42 años fecundada por mis frecuentes eyaculaciones en su matriz tiene en su vientre un bebé que ya lleva cinco meses gestado en su cuerpo.
Casi a diario la busco para aparearme con ella, esta al principio era muy receptiva, pero luego con lo avanzado de su gestación es medio remolona y me frena mis penetraciones alejándolas a no más de cinco o menos en el mes. Me tiene en llamas, mi cuerpo necesita de sus caricias y entregas eróticas, ella trata de mantenerme alejado.
Esta le convence de que ella debe aprender adulaciones, zalamerías para así excitar a su marido, Iris dice no saber esas destrezas y Chabela le dice que le presentará un profesor en esos menesteres… y me están esperando.
Casi no conversamos directamente me llevan al dormitorio donde tiene a Iris y me incitan a poseerla, me desnudan y me excitan mi cuerpo antes de acomodarme en la cama donde está la cuñada.
Pasan los minutos y el sentir un cuerpo a mi lado me pone nerviosa, y sentir el calor de este me desespera, más cuando mi ardor comienza a pensar que hay un macho a mi lado, me estaba excitando y calentando con un chico de penas 19 años. Al moverse este roza mis piernas y me toca con sus manos mis piernas diciéndome esta usted sin vestido y tiene suave las piernas, están con medias por eso las sientes así le digo y tomando su mano la llevo a mis muslos donde no hay medias, este me manosea y me vuelve a decir son mas suaves que con las medias, tiene lindas piernas dice, apretándomelas, mi cuero se agita al sentirse apretado y mi vagina automáticamente se humedece… le escucho decir si hacia arriba es también suave y sube sus manos por mi cintura hacia arriba…, mi cuerpo se subleva excitándose al toque de este macho…, siento su mano en mi vientre acariciándolo.., estoy caliente por esos manoseos, mi vagina es una laguna…, mi atención ahora es a Leo, así se queda a mi lado…, su cuerpo es suave y me encanta acariciarlo ¿puedo seguir manoseandolo?..., si… si sigue digo ya desesperada por sentirme acariciada aunque sea por un macho en formación…, llega a mis senos y me dice me molestan estos sujetadores… sácatelos me ordena .., obedezco sin darme cuenta y los suelto de su cierre.., él los toma y los saca fuera de las tapas hmm, murmura son mas que suave… ¿puedo besarlos?, sus palabras enloquecen a mis hormonas y no pienso diciéndole tómalos, son tuyos…, siento sus labios sobre mis pezones que están tremendamente excitados y crecidos, sus labios se osan sobre ellos y los chupa…, mi cuerpo se sacude al tiempo que un orgasmo conmueve mis entrañas vaciando en mis calzones sus fluidos de pasión, este chico me estaba dando los mejores momentos de placer de mi vida, estaba agarrotada, activada y endurecida deseando ser apareada por este muchacho, estaba caliente por sentirme su mujer, no pensé en nada y bajé mis calzones al tiempo que desnudaba de sus ropas inferiores a Leo, al hacerlo siento su pene erguido estimulado por las caricias que me daba, lo tomo entre mis manos y comienzo a sobarlo…, Leo me dice mas rápido si señora mas rápido acaríciemelo, bajo mi cabeza hasta este pene y lo lamo, hacia años que no sorbía uno y lo encontré delicioso, Leo se contrae emocionado al sentirse estimulado en su pene, mas, reclama mas…, mis vagina palpitaba ansiosa necesitaba un miembro dentro de ella, tomo entre mis brazos a Leo y lo subo sobre mí, no sabe penetrarme por lo que lo acomodo en la cama y me subo sobre su cuerpo enfilándome yo misma su pene en mi vagina, comienzo mi vaivén suave en un comienzo locamente luego sacándome e introduciéndome su miembro entre los pliegues de mi vagina, excitada como estaba no fueron muchos minutos y nuevamente mis orgasmos se vacían en esta locura del apareamiento que le estaba dando…, no pare dice Leo siga…, no puedo caí extenuada a su lado, aprovecha este de subirse sobre mi cuerpo introducirme su pene en mi vagina y lo clava con desesperación hasta lograr llenarme de sus semen mi matriz en un arrebatador coito gritado con pasión por este y gemidos de placer por mi lado. Me había entregado a un muchacho, pero que muchacho. A mis 42 años fui de este macho, de solo 19 años le pregunto si se compensó bien con los enlaces sobre mi cuerpo, me dice…, nunca pensé que una mujer de la edad de mi madre me iba a recibir en sus entrañas y me iba a darme tanto placer como tú me los has dado.