Después de que cumplí mis treinta y tantos, me hicieron una evaluación, como maestra de primaria. En la que salí tan, y tan mal, que la verdad es que no me votaron porque soy sobrina de la Directora Regional. Pero que puede hacer una, si a los niños de hoy en día, los padres no los motivan a estudiar. En lugar de reprenderlos o corregirlos en la casa, lo que hacen es regalarle o una Tablet, o algún teléfono inteligente, con lo que se la pasan jugando todo el día, y para colmo, una no se los puede quitar, porque son capaces de decir que era para robárselos. Por suerte mi tía, me ofreció un cambio para la escuela nocturna para adultos. Pero como al mes de comenzar a dar las clases, de los treinta estudiantes que tenía, se me habían dado de baja unos quince, por lo que mi tía me llamó, y me puso sobre aviso, diciéndome. Que si por lo menos no se graduaban diez, de esos estudiantes, me fuera a buscar trabajo como maestra en una cárcel. Por lo que al hablar del tema con mi marido que es profesor de pedagogía, lo único que saqué en claro, es que mis clases eran muy aburridas, y no motivaba a los estudiantes. Yo estaba sumamente frustrada, tanto que ni ganas de ir a dar clases tenía. Por lo que llamé a mi tía, para decirle que renunciaba. Pero ella insistió tanto, en que fuera a dar clases, que no me quedó más remedio que ponerme lo primero que encontré, e irme a la escuela nocturna
Relato
. Esa noche contrario a otras ocasiones mis estudiantes, estuvieron bien pendientes a todo lo que yo decía, y participaron como nunca antes lo habían hecho. Por lo que al regresar a casa, no salía de mi sorpresa, y me preguntaba qué era lo que había pasado, cuando al mirarme al espejo de nuestro dormitorio, me di cuenta de que la blusa que me había puesto, como que me quedaba muy pequeña, tanto que mis tetas parecían que se fueran a salir en cualquier momento. Al principio no creí que eso fuera a influir en la atención de mis alumnos, pero al siguiente día a manera de prueba, no tan solo me puse una ajustada blusa, sino que también me puse una minifalda, sumamente corta. Y el milagro se volvió a repetir, durante toda la clase, los ojos de mis estudiantes, estaban clavados en mí. Por lo que poco a poco, ocasionalmente a manera de premio. Distraídamente les dejaba ver más de lo que debían. Tal fue el cambió en todos ellos, que al llegar el examen final, todos habían aprendido no tan solo a leer, sino que también a escribir. Es verdad que no leen de corrido, y que nada más escriben en letra de molde. Pero la cosa es que lo hacen, que es lo que importa. Por lo que yo estaba tan, y tan agradecida, que le dije a mi esposo que iba a darles una fiesta en casa. Lo cierto es que desde que antes de que comenzara la fiesta, mi marido comenzó a beber, y bebió tanto, que en cierto momento se quedó dormido de la gran borrachera que agarró. Por lo que no me quedó más remedio, después de que me ayudaron a llevarlo a la cama, que seguir compartiendo con todos mis quince alumnos. Los que después de un buen rato de estar bebiendo, y haciendo chistes, unos seis se marcharon. Ya era cerca de la media noche, cuando quizás por lo mucho que había bebido, sentí un calor increíble. Ya que a cada rato, apenas se vaciaba mi trago, de inmediato alguno de ellos me servía otro. Además en esos momentos varios de ellos me sacaron a bailar, y como era la única mujer de todo el grupo, prácticamente tuve que ponerme a bailar como con todos, cosa que a medida que lo iba haciendo, podía sentir sus manos de manera atrevida y vulgar, agarrándome las nalgas, hasta que comencé a quejarme por el mucho calor que sentía, fue cuando más de uno de ellos me dijo, que si quería me quitase la ropa, ya que como estaba en mi casa podía hacer lo que me diera la gana. Y quizás por eso al escucharlos, no lo pensé mucho, y me decidí a quitarme casi todo, para seguir bailando. Ya que al fin, y al cabo como ellos me dijeron, estaba en mi casa. No sé cuántos tragos llegué a tomarme, lo que si se fue que después de un rato, ya estaba casi del todo desnuda frente a ellos, moviendo mis nalgas, y mis tetas, dejando que me agarrasen por donde les diera la gana. Hasta que, pienso yo, que por lo borracha, o drogada que estaba, me dieron una tremendas ganas de tener sexo con todos ellos. Así que frente a todos, terminé por quitarme el sostén y las bragas, mostrando a todos ellos, mi abierto coño. Como quien dice, en agradecimiento por haberse esforzado tanto en aprender. Esa noche, no hubo que no me hicieran. Y lo que yo jamás había soñado sucedió, ya que mientras alguno de ellos, me dieron sabrosamente por el coño, mientras que yo no dejaba de moverme, y de disfrutar del placer que sentía, al mismo tiempo algunos otros me dieron por el culo, mientras que a otros les llegué a mamar sus verga, incluso hasta me tragué en más de una ocasión su semen cuando los hice venirse dentro de mi boca y garganta. Durante el resto de la noche, o mejor dicho de la madrugada, me convertí en la puta de todos esos nueve alumnos. Al siguiente día cuando me desperté, estaba tirada sobre el sofá de la sala, llena de leche por todas partes, incluso hasta en mi cabello. T a medida que me recordaba de todo lo sucedido, fui dando tumbos hasta el baño, donde me asee tanto mi coño como mi culo, y me di una buena ducha, luego fui a la cama junto a mi esposo, quien al despertarse, y encontrarme desnuda a su lado, no lo pensó dos veces para aprovechar el momento. Después me puse a pensar en todo lo sucedido, y llegué a la conclusión de que lo más seguro fue que me dieron algo para que yo me comportase de esa manera. Lo que realmente no me importó mucho, ya que mi marido no se enteró de nada de lo sucedido entre mis alumnos y yo. Ahora me preparó para el próximo curso nocturno, comprándome algo de ropa menos encubridora.
...-“Espera”.-Le dije. Me terminé de quitar la blusa, me desabroché el sujetador y liberé mis senos.
Él ni corto ni perezoso acercó los labios y me los empezó a chupar uno a uno. Yo ya no daba, mi vagina se humedecía anhelando tener su erección dentro. Sergio me acariciaba y me chupaba las tetas y pronto puso su mano por encima del pantalón en mi vagina, lo que me hizo soltar un gemido de excitación...
Relato erótico enviado por charly_bo el 19 de February de 2013 a las 00:00:03 - Relato porno leído 150895 veces