Luego de mostrarse ante el vigilante local, la chica se paró frente a él y dijo:
–Le dije que necesitaba un cambio; algo que reflejara mi paso a la adultez. ¿Acaso se ve mal?
–Si, te vez más…adulta. –Dijo Winters, eligiendo ciudadosamente sus palabras. Ser seducido por la única sobrina de un celoso dios guerrero es algo peligroso, después de todo.
–¿Solo eso, o quieres ver algo más…osado?
Relato
Bueno; este es mi segundo trabajo en esta página, y aqui voy a experimentar el hacer un relato erótico con el el género superheróico, o mejor dicho, de las relaciones entre los seres con poderes y los humanos disfraxados. Comentarios, dudas, criticas y sigerencias son bienvenidas. Saludos y los dejo con:
¡¡La Mayor Victoria de Black Eagle!!
Es una oscura noche de verano en DarkTown City, oportunidad perfecta para que los llamados “”super-heroes“ y “super-villanos” se enreden en otro clásico baile de golpes, rayos y posturas en calles y techos de la ciudad. Esta vez “Black Eagle”, el autoproclamado “protector oscuro de DarkTown City” estaba con las manos llenas defendendo un complejo de desarrollo tecnológico de Industrias Winters de un grupo de pscopatas que se hacian llamar “Freak Show”, deseosos de hacerse un nombre en el mundo de los criminales disfrazados. El vigilante, cuya identidad civil era la del treinteañero Brian Winters, esquivaba y se defendia con la técnica adquirida con años de entrenamiento y práctica, utilizado todo tipo de artilugios además de su propio cuerpo como un arma viviente, y aún asi no era suficiente. Sin embargo Winters era un hombre precavido, y la ayuda no se hizo esperar.
“Divinity”, la joven sobrina del dios justiciero llamado “Celestial”, llegó desde el cielo y no demoró en en embestir con supervelocidad al grupo criminal, moviendose despreocupadoa y ligera alrededor de estos sujetos, liberando energia de sus puños que iban a parar contrar las armas de los malhechores quienes, al cabo de unos segundos corrian despavoridos hacia la salida del edificio, solo para encontrarse con el amargo sabor de los puños recubiertos de cuero del vigilante oscuro. En la cornisa de un edificio cercano, Winters y Jennisse (el nombre civil de “Divinity”) vigilaban el encarcelamiento de los perdedores de la jornada, de manos de la policia local.
–Gracias por venir, Divinity.Un rato más y era pajaro muerto. –Dijo Winters sonriendo, con su pierna derecha sobre el borde del edificio donde se encontraba, en una pose que resaltaba su atletico y fornido cuerpo, envuelto en un ajustado traje gris y negro de cuero, kevlar modificado y metal. Erguido contra el viento su estilizada capa negra ondeaba en el oscuro cielo de la ciudad.
–¡No debe agradecermelo, señor! –Dijo la chica con torpe animosidad, a lo que Winters respondió sacudiendole su rojo cabello como si de un chico se tratase.
–¿Desde cuando me tratas de señor, eh? –Preguntó “Black Eagle” a la joven heroína, qujien solo reia mientras cubria su cabeza. “Divinity” es una chica de recien cumplidos 18 años, dotada de un cuerpo digno de supermodelo, cubierto por un ajustado traje dorado y una corta capa del mismo color con lineas blancas en los bordes, el que por acción del viento se fue hacia atrás y reveló un provocativo circulo que dejaba al aire la zona intermedia de su pecho, justo donde se juntaban sus generosos pechos.
Brian se dio cuenta de esto, y trato de que sus ojos no se quedaran fijos en el coqueto circulo de Jennise, que sonreia nerviosa celebrando que su plan estuviese funcionando.
–¿Cómo es que Claude te permitió eso? –Preguntó Brian a la joven, que sonriente dio una vuelta y le mostró todos los cambios que habia realizado en él además de ese circulo en su pecho. Habia quitado la falda blanca que llevaba, dejando sus bellas nalgas desnudas, además de alargar sus botas hasta sus muslos, igual que sus guantes que ahora cubrian sus brazos casi por completo. Luego de mostrarse ante el vigilante local, la chica se paró frente a él y dijo:
–Le dije que necesitaba un cambio; algo que reflejara mi paso a la adultez. ¿Acaso se ve mal?
–Si, te vez más…adulta. –Dijo Winters, eligiendo ciudadosamente sus palabras. Ser seducido por la única sobrina de un celoso dios guerrero es algo peligroso, después de todo.
–¿Solo eso, o quieres ver algo más…osado?
La chica se acercó aún más al enmascarado, apoyando sus suaves pechos contra el torso de Brian. Sus dedos comenzaron entonces a deslizarse sensualmente sobre el simbolo de águila en el pecho del héroe, mientras con sus ojos dorados invitaba a Winters a rendirse a sus bajos instintos. Este trataba de contener sus ganas de abalanzarse sobre ella y calmar su apetito sexual, pero entonces una llamada del Comisario Gardner lo sacó del apuro.
Era lo mismo de siempre; felicitaciones, agradecimientos e indicaciones entre el justiciero oscuro y el uniformado, salvo que este último notó que por alguna razón el vigilante estaba más hablador que de costumbre. Ella, lo miraba desde el extremo de la azotea donde estaban con tristesa y frustración, mientras Winters aprovechaba estos minutos para alejarse y pensar en como sacarse a la coqueta heroína de encima. Fuerza, velocidad y sentidos más allá de lo humanamente posiblemente, puede volar y encima descarga energia desde sus manos, además de su belleza que combinaba inocencia y sensualidad. La chica estaba bien armada ante cualquier eventualidad, pero imaginar a un dios iracundo en su contra era lo que realmente le aterrorizaba. Fue en ese momento cuando tuvo que soltar su comunicador antes de que se derritiera en sus manos.
Al dar la vuelta la vio con la punta del dedo indice izquierdo aún humeante, y su rostro de niña caprichosa enojada; “Divinity” acortó la distancia que Brian habia conseguido hacer entre ambos en un segundo, ensimismada en obtener lo que queria. “¿E-estás bien, Di-Divinity?” preguntó Winters nervioso, pero entonces Jennisse lo tomó de la cintura sin decir ni una sola palabra y se lo llevó volando hacia Manhattan, el lugar donde ella vive.
Llegando a la terraza del condominio Brian encontró una gabardina junto a un bolso deportivo, donde guardo su traje de vigilante salvo la malla que suele llevar bajo su armadura. En la chaqueta estaba un papel con el número del apartamento de la chica, al que llegó sin muchos contra tiempos. Ella lo recibió con una blusa rosada, pantalones de buso negro, el cabello tomado tras la nuca y unos lentes de marcos rojos, hablandole como si de un amigo se tratase. Pero una vez Brian cerró la puerta tras él la joven heroína se lanzó sobre él y lo besó apasionadamente mientras le arrancaba la ropa.
–¡Calma—hum—tu tio me va a matar! –Dijo apenas Winters, mientras ella terminaba de arrancar a jirones la polera que traia puesta el vigilante.
–Beauty America dijo que tenias un fetiche con los trajes. ¿Eso es cierto? –Preguntó entre besos Jennise, mientras arrodillada luchaba para quitarle el ajustado pantalón a Winters.
–¡E-escúchame Divinity, piensa en—un segundo; ¿Caroline dijo eso? –Contestó Winters, distraido ante la idea que la asistente del viejo USArge pudo haber dicho eso..Jennise lo miró con el seño fruncido y lo besó con rabia.
–No lo dijo, pero queria saberlo.-Respondió la chica pelirroja, para luego terminar rompiendo el pantalón de Winters, quien aprovechó un descuido de “Divinity” para saltar por sobre ella y caer de pie en el pasillo que conducia a dos habitaciones y el cuarto de baño. Este corrió a encerrarse en el último, sabiendo que la chica no se arriesgaria a usar sus poderes contra su propio hogar y revelar su identidad secreta,
Brian tenia todas las de perder; estaba desarmado, lejos de su “nido”, vestido apenas con un calzoncillo negro y calcetas del mismo color, encerrado en el baño de una chica que podia partirlo en dos sin el menor esfuerzo, obsesionada con tener sexo con él. “Risible…risible, ridiculo y peligroso” pensaba de espaldas a la puerta, cuando escuchó las pisadas de la chica, acercandose al cuarto donde él se encontraba.
–No puedes escapar de mi, Brian Arthur Williams III. Yo no quiero hacerte daño, solo quiero que juguemos un rato. –Dijo la chica al otro lado de la puerta, vigilando la posición del vigilante.
–¡Te-tengo J-jadarita violeta, y-y no dudaré en usarlo! –Respondió asustado el oriundo de DarkTown City, esperando que su mentira hiciese retroceder a la chica. Después de eso, reinó el silencio.
“Black Eagle” suspiró aliviado, pero luego le pareció oir sollozos desde el otro lado de la puerta. Preocupado, la abrió para encontrar a Jennisse, de pie frente a él, a punto de llorar.
–No llores, pequeña… –Dijo Brian rodeandola con sus brazos, tratando de tranquilizar a la chica que largó a llorar. Se mantuvieron asi por un par de minutos, para que después ella suavamente lo alejase de si.
–¡No soy una niña! Soy una mujer adulta y lista para…para… –Respondió la joven pelirroja entre lágrimas. Brian no pudo evitar sentirse culpable por hacerla llorar, pero entonces algo cambió en él; suavemente tomó a la chica de los hombros y la besó en la frente . “Divinity” levantó su cabeza y lo miró sorprendida, sollozando aún con lagrimas en sus ojos azules,
–¿Ves que todavia eres una niña? –Dijo Winters, mientras sus dedos se deslizaban en los largos cabellos de la chica.
–¿Entonces no te gusto? –Preguntó ella con la voz en un hilo. Él sonrió, acercó su rostro al de ella y la besó en la boca. Era un beso suave, tierno y nervioso, haciendo que los latidos de ambos se incrementacen al instante. Cuando sus labios se separaron Jennisse bajó la mirada ocultando su rostro enrojecido, mientras Winters la abrazó y dio otro beso en la cabeza.
–¿Cómo puedo resistirme a ti? –Contestó Brian Winters, sonriendo a la chica, qe volvió a levantar la mirada. Cuando sus ojos se encontraron, el rostro de “Divinity ” se iluminó con una sonrisa traviesa, pero nerviosa.
–¿Me das otro? –Dijo la chica, antes de que ambos labios se juntasen una vez, y otra vez, y otra vez…
Un par de segundos bastaron para que llegaran a la habitación de la pelirroja. Ella se quitó la ropa sobre su provocativo disfraz de super-heroína, mientras Brian dejaba que sus manos recorriesen el cuerpo de la joven.
–Creo que tenias razón con lo de los trajes, Jennisse. –Dijo Winters, mientras besaba el cuello de la chica. Ella sonrió y dejo salr un gemido de sus labios rojo.
–¿Qué vamos a hacer con mi tio? –Preguntó Jennisse, sentada sobre las piernas del vigilante.
– El ya lo debe saber. “Superoido”, ¿Recuerdas? –Contestó el treinteañero vigilante, con sus labios y lengua jugueteando entre los senos de “Divinity”, la que ya no podia aguantar sus gemidos. Brian metió su mano bajo la capa de la chica y deabrochó el cierre de su traje en su espalda, mientras el acotaba; -Además ya tienes edad para elegir…
En ese momento ella apagó su voz con sus labios, para luego declarar sonriente:
–Y yo te elegí a ti, Brian Winters.
En ese momento ambos liberar sus deseos más fogosos. El traje de ”Divinity” quedó a un costado de la cama, mientras las manos de Brian acariciaban intensamente los pechos desnudos de la chica y su lengua jugueteaba entre las piernas de la chica. Jennisse disfrutaba el momento; esto era lo que deseaba en silencio por los casi dos años desde que sus caminos se cruzaron, lo que ocupaba su mente en incontables noches de caricias y sueños humedos. Ella luego le pidió que se pusiera de pie sobre la cama, para luego remover la última prenda de vestir que le quedaba a Brian; sus suaves manos tomaron los extremos del slip para develar el miembro viril que ya estaba listo para jugar. Deslizó la punta de sus dedos hasta que tocaron sus testiculos y luego sujetó con ambas manos el grueso y largo pene del vigilante.
–Trátalo con cariño, ¿quieres? –Dijo Brian con dificultad, preocupado porque Jennisse aún no controla del todo su superfuerza.
–No te preocupes. Tengo jadarita blanca bajo la cama, asi que mientras estemos aquí, sere una buena chica común y corriente. –Respondió la heroína risueña, mientras daba rapidas lamidas y besos al miembro de su amado..
–¿Pensaste en todo, eh? –Preguntó Winters, agradado por la actitud osada de Jennisse, y los estimulantes masajes que ella le daba en sus genitales con la yema de sus dedos.
–Llevo meses planeando. –Respondió ella, para luego meter el pene de Winters en su boca. Le costó al principio por el grosor y el largo de este, pero comenzó a succionarlo con rapidos movimientos, como si de una adicta se tratase. Brian sujetó su cabeza con ambas manos, al tope de la gloria. Ella siguió chupandome mientras él se recostaba sobre la cama, tomandola de la cadera para devolverle el favor. Jennisse recibió gustosa la lengua de su amante en su entrepierna, que jugueteaba entre sus labios vaginales. Brian lamia besaba y succionaba la jugosa entrepierna de la chica, con la misma energia que ella ponia con su endurecido miembro. Los ojos de la chica delataban su grado de excitación, cuando sintió como su cuerpo liberaba cálidos fluidos desde su vagina, casi al mismo tiempo que el su boca se llenaba de un espeso liquido
Jennisse se sentó sobre sus piernas, tratando de tragarse todo el semen de Winters, que respiraba cansado sobre la cama. Al no poder hacerlo dejó caer un poco sobre sus generosos pechos, el que se deslizó lentamente sobre su torso hasta caer en la sabana. La mente de “Divinity” estaba por las nubes, como si estuviese en uno de sus largos sueños. Deslizó sus dedos por el pegajozo fluido blanco y se lo llevó a su lengua, hasta que no quedaba rastro de él. El vigilante la miraba hipnotizado, incredulo del grado de erotismo que esta chica despertaba en él. Cuando ella volteó a mirarlo, sus ojos se quedaron clavados en la entrepierna de Winters, cuyo falo estaba más endurecido que nunca antes.
–Ahora es tu turno de hacerme sentir bien. –Murmuró la chica, gateando sobre la cama hasta ponerse justo frente a su amado. Ella se recostó de espalda sobre la cama tomó sus muslos con sus manos, para asi dejar su humeda entre pierna lista para la acción. Brian se mostró reacio a hacerlo sin condón, pero cuando ella sacó del velador al lado izquierdo de la cama un paquete de condones.
–Realmente si piensas en todo. –Dijo Winters mientras se ponia el plástico protector.
–Te dije que llevo meses planeando esto. –Respondió la chica con voz coqueta.
–¿Meses, eh? ¿Qué más hacias en esos meses, golosa? –Preguntó Brian mientras se ponia lentamente sobre la chica, rosando la vagina de Jennisse con su mienbro, sin llegar a penetrarlo.
–Noche a noche me tocaba imaginando este momento, cada detalle en mi mente. –Dijo la chica,colorada y totalmente fuera de si. Luego gritó al tope del calor que gobernaba su mente por completo; –¡Ya no puedo más; Brian; quiero ese grande y grueso roble en mi vagina!
Brian hacia que la punta de su pene separase los labios vaginales de la chica sin llegar a penetrarla, aumentando el extasis de Jennisse. Pero entonces élla puso sus manos en las mejillas del vigilante, lo miró sonrojada y dijo con dulzura:
–Este…solo quiero que sepas…esta es mi primera vez..asi que, por favor; sé gentil, ¿está bien?
En ese momento Brian Winters perdió el poco de auto control que le quedaba. La vagina de Jennisse era suave y apretada, por lo que la chica no pudo evitar el dejar salir un gemido de dolor cuando intentó entrar el miembro de su amado. Brian pujó más hasta que finalmente más de la mitad entró a la rosada entrepierna de “Divinity”, de cuya boca salió un terrible grito de dolor.
–¿E-estás bien Jennisse? –Preguntó preocupado el vigilante.
–S-si…solo que…es grande…y duro…–Dijo a duras penas la chica sudando por el esfuerzo, pero segundos después fueron sus propias caderas las que empezaron a moverse con el pene de Winters dentro de su vagina, mientras un hilillo de sangre bajaba por su vagina hacia las sabanas.
Brian continuó tratando de regular la potencia de los embistes, acompañando los gemidos de la chica con rapidos movimientos. La entrepierna de la chica sonaba cada vez que el pene de Winters entraba y salia de ella, mientras las manos de su amado acariciaban su cuerpo y sus labios se aventuraban en su boca y cuello. .Winters se puso de espadas sobre la cama y ella lo montó, para que luego ella saltase una y otra vez sobre él con la gracia que la caracterizaba. Sus grandes senos se balanceaban mientras Winters la agarraba de sus bien dotadas nalgas, probando el mejor sexo que haya tenido en su vida. No era su primera vez, pero si era la mejor; Jennisse gemia alegre, mientras sus cuerpos se unian en rapidos movimientos.
Ella entonces dio la vuelta y ambos quedaron arrodillados sobre la cama, para luego continuar con cada vez más fuerza. Las nalgas de la chica chocaban una y otra vez con el pelvis de Winters, mientras que con sus manos se sujetaba del torso del vigilante, quien de los senos la sostenia para darle con todas sus energias. Ya no le importaba “El Celestial”. Su mente ahora le pertenecia ella.
Jennisse se recostó de estomago a la cama y juntó sus piernas, mientras que las manos de Winters agarraban sus grandes nalgas y volvia a insertar su pene en la entrepierna de la chica, ahora más estrecha. Amobs estaban cerca del limite, pero entonces Brian decidió probar el virgen ano de la chica. “Divinity” sintió como iun intenso placer mezclado con dolor recorria su cuerpo, cayendo desplomada sobre la cama mientras el vigilante le regalaba suaves sacudidas con su miembro.
–Biran yo…estoy…me vengo… -Dijo la chica, casi al limite..
–¡Yo…ah…también! –Respondió Brian Winters con dificultad. La tomó de las caderas y volvieron a quedar cara a cara, ella de espaldas a la cama y con sus piernas alrededor de su amado. Sus labios se juntaron por ultima vez antes el coito, trataban de contenerse, pero el calor en sus cuerpos era demaciado. Un rápido espasmo siguió a la erección de Winters, que llenó el condón dentró de la vagina, mientras sus voces se unian en un agotado gemido de placer.
Por largos segundos solo se podia oir la agitada respiración de ambos. “Te amo”, dijo Jennisse mientras Brian sacaba su miembro de la mojada entrepierna de la chica. Brian quiso responderle, pero luego notó que la chica yacia placidamente dormida, con una amplia sonrisa en su rostro.
Le tomó 2 horas que su nave llegase de DarkTown City a Manhattan para volver a su “Nido”, una impresionante sala llena de computadoras e instrumentos de criminologia, ubicada en la parte alta de su Penthouse, un enorme edificio ubicado en la costa de la ciudad. La chica no solo le habia dado el mejor sexo de su vida, si no que tambien lo habia dejado exhausto. Tanto asi que apenas tenia fuerzas cuando entró a su mansión, y encontró a el “Celestial”, esperandolo furioso.
–Se lo que hiciste con mi sobrina, Winters. –Bramó el llamado “dios justiciero” vestido con un traje que despedia tanta luz como el mismisimo sol, del cual obtenia sus poderes. Este cubria casi todo su cuerpo salvo guantes botas, capa y dos lineas que atravesaban su traje, todos de inmaculado blanco. Su rostro era lo unico que iba al descubierto, cuyo largo cabello y barba le hacian ver como un guerrero vikingo, o una estrella de rock.
–Ella quiso. Es mayor de edad, por si no te habias percatado. –Respondió el vigilante, convencido que lo unico que le quedaba era aceptar las consecuencias. Claude, nombre civil del “Celestial”, iluminó su cuerpo con aún más potencia, para luego quedar frente a frente al vigilante en una fracción de segundo, con el seño fruncido y ojos listos para freir a Winters.
–Si le haces daño, hombrecito, haré que seas conocido por ser el único humano en llegar a los confines del úniverso. EN PEDACITOS. –Añadió el enfurecido Claude.
–Confia en mi, Claude; ella va a estar bien ¿Cuándo te he fallado? –Contestó “Black Eagle”, pero antes de que Claude pronunciase una palabra, replicó; -Salvo lo de mis bovedas con Gimancio alrededor del mundo…y el asunto de la pistola anti-dioses, y el nulificador de poderes..
–¡Te burlas de mi, Winters! –Gritó Claude, emitiendo un resplandor que mantuvo la sala iluminada por varios segundos como si fuese mediodia, aún cuando recién eran las 4 de la madrugada.
Brian sabia que de querer, el “Celestial” ya lo habria asesinado con total facilidad. Sin embargo, este solo bramó algo inentendible y alzó el vuelo a través del techo, dejando una estela anaranjada hasta perderse en el horizonte, además de los escombros que cayeron del techo.
Luego de ello, Brian no tenia ningún otro interés en volver al patrullaje por el resto de la noche. “No estoy ni estaré para nadie, Adolf” dijo a su mayordomo mientras se quitaba su oscura armadura.
–¿Entónces aprovechará lo que queda de noche para hacer ejercicio, señor? –Preguntó el servicial anciano, a través de una pantalla en el ascensor donde Winters descendia a su enrme habitación.
–No hoy, Adolf. Lo único que quiero es-- –Dijo Brian por un auricular, pero su voz se detuvo una vez que abrió la puerta de entrada a su cuarto. Las cortinas ondeaban por la suave brisa que entraba desde la ventana abierta, una pared de vidrio que daba al horizonte. En su cama lo esperaba ella, recostada en el borde de la cama, vestida apenas con un camisón trasparente y medias blancas. Sus delicadas manos sostenian sus piernas para dejarlo ver su húmeda entrepierna, lista para volver a jugar.
–Intenté conterme, pero creo que me he vuelto una chica mala, Brian Winters. ¿Puedes ayudarme? –Dijo la chica, con su rostro encandilado y mirada coqueta, deslizando su dedo indice izquierdo entre sus labios, para luego agregar; –Pero est vez nada de plastico. ¿Te parece?
Brian Winters sonrió nervioso, para luego cerrar la puerta, y decir por el auricular a su mayordomo:
–Quizas esto del ejercicio no sea mala idea.
Le dije ¡esto! He inmediatamente le subí la falda metiendo mi mano entre sus piernas tocando su zona vaginal, puso resistencia y trato de gritar pero yo le dije severamente que o me entregaba su cuerpo o la denunciaba.
Relato erótico enviado por reycolegial el 30 de July de 2009 a las 12:08:52 - Relato porno leído 100018 veces