Con sus piernas cruzadas, sus muslos, me incitaban, y el escote, que dejaba entrever ese profundo valle que se produce entre sus dos grandes senos, el que por ser tan amplio dejaba muy poco para la imaginación, lo que casi era normal en su forma de vestir, al rato le dio calor y se subió la remera descubriendo la pancita y trabándola por dentro y debajo del corpiño que traía y por consiguiente mi aparato, se comenzó a engrosar, endurecer e incomodarme, por miedo a que se note, demasiado evidente lo que estaba creciendo ahí, me concentré en mi tarea de manejar
Relato
Mi prima se mudaba, estaba en pareja y decidió separarse y seguir estudiando, así que fuimos a ayudar en la mudanza, todos, yo estrenaba mi licencia de conducir y papá prestó la camioneta para que carguemos las cosas, yo fui hasta su casa y los otros primos vendrían después.
Llegaron como para un picnic, heladera portátil con bebidas, frutas y sándwiches, ayudaron a cargar todo y terminamos de cargar pronto,las primas que vinieron con sus novios se fueron, mi primo ni se levanto porque anduvo de parranda, así que, una vez cargada la mudanza quedamos solos con Andrea, mi prima de 26 años que se mudaba a la capital a 200 km y había que ir. Fuimos solos, Ella y yo, un viaje de tres horas. Ella subió, acomodó en la cabina la heladera de picnic y el equipo de mate y nos pusimos en marcha la verdad ella estaba esplendorosa, una rubia de pelo ensortijado muy largo, no se peinó y no se notaba, siempre parecía una melena ordenada, un cuerpo trabajado con deporte, jugaba vóley, más de noventa de pecho, sesenta de cintura y noventa de cadera, todas las cualidades que me en varias oportunidades hicieron que me masturbe en su nombre.
Los primeros kilómetros fuimos en silencio, yo solo recorría de reojo, su figura, encajado en un ceñido mini shortde jean cortado a tijeretazos y una remera corta de escote redondo grande hasta los hombros, de esas que están de moda, manga cortita, pegada al cuerpo, y tan amplia al cuello que dejan ver los breteles de los corpiños.
Con sus piernas cruzadas, sus muslos, me incitaban, y el escote, que dejaba entrever ese profundo valle que se produce entre sus dos grandes senos, el que por ser tan amplio dejaba muy poco para la imaginación, lo que casi era normal en su forma de vestir, al rato le dio calor y se subió la remera descubriendo la pancita y trabándola por dentro y debajo del corpiño que traía y por consiguiente mi aparato, se comenzó a engrosar, endurecer e incomodarme, por miedo a que se note, demasiado evidente lo que estaba creciendo ahí, me concentré en mi tarea de manejar. Así recorrimos una buena parte del viaje, ella rompe el silencio, alternando preguntas por mis estudios, amigos, ocupaciones y unas cuantas cosas más, entre ellas si había alguna chica, le conteste que todo andaba bien, y que lo de las chicas, nada serio, porque tenía el objetivo de recibirme, entonces ella acoto de una manera, especial casi melancólica, ah que bien eso me gusta, lo primero es una carrera, y luego lo otro, está bien que pienses así, pero igual algo siempre hay, no? para distraerse un poco, yo vi la melancolía en la forma de decirlo no se me ocurrió que decirle, sabía que recién terminaba una relación y los comentarios que me llegaban del porqué no eran alentadores - no nada, por ahora no me voy a dejar de dedicar a estudiar, sabes? empiezan con que quieren salir a los bailes, lo boliches y todo eso , y no por ahora no, - ella como que se emocionó, me sonrío y pasó la mano por mi cara como en una caricia, y el viaje seguía, me cebaba Mate y aconsejaba las maniobras, hasta que llegamos, encontramos el lugar, menos mal tenia estacionamiento con lugar para la camioneta, estacionamos y a descargar.
Subimos al departamento, lo abrió y recorrió, acomodé la heladera de picnic en una mesa empotrada a la pared en la mini cocina, tenía un ambiente grande un baño bastante amplio y un dormitorio minúsculo que inmediatamente y entre risas bautizamos de "sarcófago" ni bien lo vimos, prendimos luces, abrimos ventanas, preparamos las cosas, bajamos al garaje y empezamos a descargar, cargar el ascensor y subir, yo caminaba detrás de ella y sola, sin proponérmelo, mi vista se clavaba en ver como se movía ese hermoso culo, que se ceñía en ese pantaloncito estrecho que más lo resaltaba, mi verga era un volcán por entrar en erupción, cuando pasamos la puerta, ella me hace pasar yo tratando de no mirar el valle entre esos dos espectaculares melones apresados entre las prendas anudadas y no tocar esa pancita expuesta. Me volaba la cabeza, dejé lo que traía y baje rápido sin esperarla para ir solo, pensar en otra cosa y calmarme un poco, así hice muchos viajes de bártulos, que cosa las mudanzas, cuantas cosas se juntan , no? Ella se quedaba arriba, estaba alegre, escuchaba música y bailaba mientras continuaba desembalando y acomodando sus cosas y yo acarreaba y acarreaba, hasta que se acabó lo chico. Y quedaron la cosas más pesadas y las más voluminosas, para mover de a dos.
Así le dije cuando llegué arriba con lo ultimo de paquetes chicos, ella estaba desembalando y en seguida se volvió a ayudarme con lo que quedaba.
Bajamos hasta la camioneta, cargamos una caja grande entre los dos, bastante incómoda de llevar, la levantábamos un poco y para que no se caiga la empujábamos uno contra otro, trabándola, y así logramos avanzar hasta el ascensor. Pero, a cada paso, aplastaba sus tetas contra la tapa de la caja, aunque no mostraba nada, yo estaba que volaba cada vez que esa carne se aplastaba y veía esa piel blanca, sin broncear balancearse y después deformarse para recuperarse y balancearse otra vez, ya se veía claramente el contraste de piel bronceada del cuello con la que la pudorosa ropa deja al resguardo del sol.
Descargamos la caja al fondo del ascensor y volvemos a buscar más, caminamos en silencio, ella sacudiéndose motas de polvo y planchado la ropa con enérgicas palmadas y movimientos de la mano, otro viaje y lo mismo, yo ya volaba, estaba acalorándome, me sentía hervir, dejamos el lavarropas y salí rápido para caminar delante de ella para que no note como creció mi bulto, que ya me incomodaba.
Quedaba la cama, me escondí detrás del colchón, llegó ella y entre los dos lo llevamos, volvimos a buscar el elástico de la cama, lo llevamos entre los dos y después los cabezales, que llevamos uno cada uno, lo acomodamos en el cubículo del ascensor, se llenó, subió Andrea, se aplastó contra la carga y después me subí yo, detrás de ella tratando de no tocarla cerré las puertas y quedamos trabados.
-tocá para subir - le dije
se estiró y no llegaba - no alcanzo, proba vos- me estiré por encima de ella y quedaba igual
-trepá en las cajas - me dijo
apoyé un pié contra la pared, la mano en la pared de enfrente, parecía que jugaba al twister, me recosté en la puerta, estiré mi brazo y llegué a la botonera apenas, balancee mi cuerpo y estirando los dedos apreté un botón.
El ascensor se sacudió empezando su viaje, yo perdí pié y caí sobre ella, de lleno aplastándola.
ufffff- resopló
-pará que me acomodo- respondí a modo de disculpa
-quedáte quieto hasta que lleguemos, apretaste cualquiera, vamos al tercero -
Miré la botonera y era así, le erre de botón. Ella se movió debajo mío para acomodarse y sentí como su cuerpo se contorneaba hacia los lados, acomodó los hombros, movió la cintura un poco y giró la cadera, siguió girando su cadera hasta que me sentí con toda claridad que mi pito endurecido estaba rozando sus nalgas hasta que cayó entre ellas, bien en la zanja del culo. - ahí esta mejor- dijo y acomodó la cara de costado resoplando tan suave que parecía un suspiro.
El ascensor se paró de pronto y en la sacudida se transmitió a nuestros cuerpos y lo único que sentía era como mi paquete se acomodaba enterrándose en ese culito de ensueño.
-fijate si llegas a los botones- suspiró
Me trepé, me estiré, apreté el botón correcto y nada.
-Tenés que abrir y cerrar la puerta para que vuelva a arrancar - dijo
-ahh- conteste y me moví. abrí y cerré la puerta del ascensor, me trepé y llegue al botón, lo apreté y el ascensor se movió. Volví a caer sobre ella, en esta ocasión, sin ninguna duda, mi pija directamente se clavó en la zanja de su culo, se calzó y juraría que ella me la apretó con las nalgas. Después apretaba y aflojaba sus nalgas.
-ahhhhh- suspiró con una risa - esto está para seguir, no? Parecía divertida
No me animé a responder, me quede callado
Llegamos al piso, abrimos y salí disparado, no sé porqué, Andrea, en cambio, se estiró como una gatita y me sonreía.
-bajemos todo- casi grité
En silencio desocupamos el ascensor dejando todo apilado en el palier, cerré las puertas del ascensor, ella abrió el departamento y seguimos entrando, solo que esta vez, al apretar los cuerpos contra las cajas, ella sonreía extrañamente pícara. Me sentía incomodo, lleve las piezas de la cama al minúsculo dormitorio y empecé a armar la cama, casi enseguida llegó ella arrastrando el colchón marcha atrás. Pasó la puerta y siguió hasta chocarme, me aprisionó con sus caderas. -upss- dijo sonriendo, - me choqué con algo- Sonreía abiertamente girando la cabeza, quedándose de espaldas a mi apoyándome su cadera, frotándola suavemente; estiró sus brazos a mis costados y recorrió mi cuerpo hacia abajo hasta el nivel de las caderas, donde nos tocábamos, ahí, con una mano recorrió entre ambos cuerpos donde se encontraban, por encima de la ropa y con la otra mano, decididamente la metió por dentro de mis bermudas, separando la ropa buscando la ingle directamente. Llegó a mi tranca que palpitaba, la rodeo con sus dedos y cerró la palma sobre ella
-ahhhhh- suspiró inclinando la cabeza hacia atrás, abriendo la boca un poco - con razón - y me miraba a los ojos.
Con un movimiento rápido como si lo hubiera ensayado cientos de veces, me bajo hasta la mitad de los muslos mi bermuda con calzoncillo y todo, haciendo saltar mi pene hacia arriba, sin demorarse nada calzó sus pulgares en su propio short, tirando hacia abajo balanceó sus caderas para descalzarlo de la cintura y se bajó la ropa hasta las rodillas, dejándome su espectacular trasero desnudo apoyado en mis piernas.
Me palpitaba el pito, la cabeza, las orejas, escuchaba mi corazón galopar y la sangre al fluir subiendo a mi cabeza retumbaba en un estruendo, se me nublaba hasta la visión. Se me aflojaban las rodillas, me recostaba contra la pared y me apoye con una mano en su espalda, que todavía tenía puesta la remera.
Ella se recostó hacia adelante sobre el colchón que trajo arrastrando, que estaba de canto, con la cara hacia un lado mirándome a mi estiró una mano cerrándola sobre mi verga tiraba con decisión hacia sí guiándola a su cadera, al acercarse y chocar sentí como se mojaba la cabecita con los jugos que chorreaban de su concha, buscó el orificio guiándome y tiro mas fuerte hacia sí.
-empujá - ordenó, yo seguía paralizado y ella se empezó a recostarse en contra mío enterrándose mi mástil apretándome contra la pared.
La veía que estaba con los ojos abiertos, en blanco, abriendo la boca exhalando en silencio, apretaba los dientes dejando los labios separados aspiraba entre los dientes, mientras se hamacaba suavemente, hasta que se mordió el labio inferior, cerró los ojos apretándolos. Se quedó un rato quieta, después abrió los ojos y me miraba. Sonrió y me dijo - hasta ahí entró bien,. .. . esperá que me acostumbre. Es que es grande la tuya...la más grande que probé hasta ahora - y sonreía con delicia, resoplando. Y sacudía suavemente sus caderas contra mí, a veces con un movimiento circular, a veces subiendo y bajando, arqueaba la espalda hacia abajo, la arqueaba hacia arriba. Yo junté un poco de coraje para tomarla de la cintura, a sus lados y acompañaba sus cadencias sobándola suavemente, ella tomo una de mis manos con una suya y la guió por debajo de su remera hasta los pechos. Tomé uno de sus pechos metiendo la mano dentro del sostén por debajo de él, el corpiño se deslizó hacia arriba, quedando como un collar de ella.
-Amasálas- me ordenó - a las dos- dijo tomado mi otra mano y ya entendí que era lo que debía hacer. Tomé una teta en cada mano y las sobaba con delicia manifiesta, creo que hasta babeaba, eso ya era un paraíso para mi, entonces me empecé a dar cuenta que se la estaba enterrando, me la estaba cogiendo, o ella me cogía a mí, no importa, delante mío se retorcía una hembra y estaba unida a mi cuerpo por los sexos, de no creer. Sentía la presión de las paredes de carne que aprisionaban mi verga con cada movimiento, sentía un calor que hervía piel y sangre, el roce era una sensación viscosa como resbalaban los cuerpos uno dentro del otro y mis manos con la delicada piel de los pechos cada vez que encontraban la protuberancia que formaban los pezones.
Ella se acomodó delante mío, se contorneó para sacarse el bollo de ropa de un pie y se volvió a erguir, levantando los talones y empezando un movimiento que parecía un baile, un galope suave donde veía como apenas se movía, la pija entraba y salía de su orificio, cada vez más profundo, la sacaba hasta que parecía que se iba a salir del todo, veía como brillaba, entonces la volvía a meter de un movimiento mas rápido, dejando que se resbale hacia su interior, a medida que ese movimiento se hacía mas continuo, se iba agachando hasta casi quedar reclinada sobre el colchón, con sus manos apoyadas a los lados de mi cadera, imponía el ritmo de las cadencias de entrada y salida, separaba sus rodillas un poco, las volvía a juntar, desde donde estaba, parado detrás de ella veía como se iba mojando todo, su trasero, mi cintura, las piernas de ambos. Yo miraba y jadeaba, solté uno de sus pechos para tomarla por la cintura para mantener equilibrio, se me secaba la boca, yo jadeaba con la boca abierta, resoplaba como un potro, de pronto sentí una incomodidad, fue como un reflejo, moví la cadera hacia adelante y atrás una vez, otra vez, una tercera y se salió el pito de ese agujero, inmediatamente lo buscó con la mano, lo guió estirándolo casi desesperada y lo volvió a meter - Bombeá fuerte - me ordenó y yo sacudí mi cuerpo enterrándole la verga como poseso, con el mismo ímpetu me hamaqué en un vaivén frenético hasta que se me aflojaron las rodillas, se me nublaba la vista, se me secó del todo la boca, mi cuerpo se tensó en un reflejo y yo seguía jadeando, me ardía la ingle, un ardor me recorrió desde los huevos, entro al pito y lo recorrió despacio hasta la punta, me aflojé y caí sobre su espalda, traspirado entero, mojado y con la sensación de haberme, no sé, meado.
Con mi peso sumado al suyo, el colchón se dobló y caímos al piso, separándonos apenas un poco.
Se incorporó, se dio vuelta para quedar delante mío y me sonrió muy dulcemente - que rico estuvo- dijo, y yo no le respondí nada porque solo jadeaba. Estaba acostada de costado y yo derrumbado sobre mis rodillas, me incorporé y quedé arrodillado y ella enfrente mío, hizo un movimiento rápido con los brazos y se sacó la remera en un santiamén, la dejó enrollada en su mano, sin soltarla, se sentó, levantó levemente las piernas y rápidamente se terminó de sacar el short, con tanga y todo, quedó totalmente desnuda, tenía un par de tetas que quedaba firmemente erguidas, bien blancas, contrastaba con el resto de su piel bronceada, con pezones bien rojos, vientre plano, y la marca de su bikini en piel más clara, bien depilada, no había un solo pelo en su pubis, con la remera enrollada se la pasó por la cara y cuello secándose, se arrodilló, repasó un poco su cuerpo y descartó la remera al piso, estiró una mano hasta mi paquete y lo acarició, lo tomo con firmeza y empezó unos movimientos lentos y largos de paja como para ordeñar el pito, lo miraba fijo y sonreía, su pelo rubio ensortijado caía desordenado porque se pegaba a su piel de la cara sudada, se inclinó mas hasta llegar con la boca para lamer mi verga, la apresó con ambas manos y pasaba su lengua desde su base hasta el capullo, cada vez que llegaba arriba metía la cabeza en su boca, chupaba y la sacaba de golpe para que haga un ruido -plop!!- y eso le causaba gracia, sonreía y me miraba abriendo grande sus ojos. preguntó si me gustaba haciendo mohines con la cara y encogiendo los hombros, - si... claro que si...- balbucee, ella se agachó y movió su cuerpo para quedar bien frente a mí, mejor dicho frente a mi verga, ya que la tomó con ambas manos, la sobó y la apretaba, después puso las manos una a continuación de la otra, la estaba midiendo, miró eso un rato y después me dijo -En serio que es la más grande que veo hasta ahora, es enorme,... la mediste??- -nooo- respondí temeroso de no saber si digo lo correcto - después la medimos bien - dijo - seguro son más de veinte centímetros, no la voy a poder tragar entera- dijo eso y abrió la boca y alineó la pija con su boca y se dejo caer tragándose mi polla, cuando llegó a la mano, corrió las manos una sobre otra. Yo escuchaba como jadeaba , tosía y hacia arcadas, resoplaba un poco, aflojaba, sacaba la cabeza un poco y volvía a arremeter, daba arcadas, tosía y resoplaba. Sorpresivamente tosió más fuerte, con brusquedad, escupió alrededor del tronco y de su nariz brotaron saliva y mocos, abrió mucho los ojos; fue retirándose lentamente hasta que salió toda afuera, me miró y estaba desencajada, toda la cara enrojecida, respiraba jadeando y le colgaba baba y mocos de la nariz que caían de ella sobre el mentón y seguía resbalando hacia abajo aterrizando en los pechos.
-No entró entera, es enorme- me miraba, ya se estaba tranquilizando, se iba irguiendo sin soltar la pija, caminaba de las rodillas, se acercaba a mí y me sonreía.Ya sentada me levantó la remera por los bordes y sacó por encima de mi cabeza, en vez de tirarla como la suya, la dejo en un rincón contra la pared.
-No estuviste con muchas, no?-
-noo- conteste con vergüenza
-No tengas miedo, no voy a decirte nada, sabes? Te voy a ir enseñando, así varias vamos a poder disfrutar de esa maravilla que tenés colgando- sonrió y me acariciaba la pija. Con las dos manos. -paráte - ordenó, yo me empecé a incorporar y ella quedó de cuclillas, a medida que me paraba tomaba los bordes de mi bermuda y la arrastró hasta mis pies y la sacó de mis piernas, la enderezó y la dejo sobre mi remera, yo miraba mis prendas y ella me dijo- dejálas ahí así las encontramos después- explicándome.
Se paró sobre el colchón doblado, se corrió a un costado, era fantástico verla estirar las piernas, abrirlas y dar un paso así, totalmente desnuda, sus tetas se balanceaban a cada movimiento y ella usaba una mano para apoyarse en la pared en busca de equilibrio y la otra para apartarse el pelo que se pegaba a la cara.
-Ayudáme- me pidió agachándose a un extremo del colchón -vamos a subirlo a la cama- lo subimos y puso una colcha liviana sobre él, la estiró y salió caminado al otro cuarto, - Vení - ordenó, yo la seguí, fuimos hasta la mesa, de la heladera de picnic sacó unas bebidas, agua con sabor a fruta, sirvió dos vasos generosos y me alcanzó uno, yo tomé la mitad de un solo sorbo, ella tomo un poco y recostó en mi cuerpo, el contacto directo de piel con piel me agradó mucho. Yo levanté el vaso y seguí tomando, alcé el codo e incliné mi cabeza un poco hacia atrás, ella dejó el vaso en la mesita y con los dedos recorrió mi cuello desde la barbilla hasta el esternón, tocándome con la yema de los dedos, aveces rozándome apenas con una o dos de sus uñas, levantó mi brazo desocupado y se lo pasó sobre su hombro y ahora apoyó sus pechos en mi torso y me apretaba hacia sí con los brazos desde mi cintura, yo dejé de tomar, apoyé el vaso y me aferré a la mesa con la mano, mirando para ver si podía adivinar sus movimientos. Creo que para no caernos.
Ella apartó su cabeza hacia atrás separando nuestros pechos, me miró fijo y dijo -Creciste, primito- y besó mi cuello con la boca abierta, sentía como me mordía suavemente con los labios, subió una mano hasta mi nuca y empujó mi cabeza hacia abajo, hasta que mi oído quedo a la altura de su boca.
- Ahora me vas a comer - dijo, quise girar mi cabeza para mirarla, ella lo impidió con un suave pero firme presión en el costado de la cara, que me dejó el oído cerca de su boca, entonces siguió susurrándome... -me vas a masticar las tetas, me vas a lamer la conchita y voy a dejar que me chupes el culito, eso me encanta- con la cintura acompañaba unos cortos y suaves movimientos pélvicos que rozaban su vulva contra mi muslo, acariciándose ella misma y yo sentía la humedad que me bajaba y enchastraba mi pierna. Instintivamente bajé mis manos recorriendo su espalda y sus glúteos y las dejé en la unión de los glúteos y las piernas, ahí las apreté acercándola a mí, ella se puso en puntas de pié, acompañé el movimiento y sin medir mi fuerza la levanté en vilo unos centímetros, ella suspiró y no pude parar, la seguí levantando hasta que quedaron las tetas a la altura de mi boca, di un pequeño paso al frente y descargué su peso sobre la mesa hundiendo mi cara entre sus tetas, ella tenía sus manos una a cada lado de mi cabeza y la hundía con más fuerza entre sus pechos, cruzó sus piernas por detrás de mi cintura trabándome contra ella, escuché como suspiraba inflando sus pulmones y desinflándolos me fregaba la cara, con sus manos guió mi cabeza hacia arriba, sacándola de donde no quería que la sacaran, quedamos cara a cara, de frente, la cara de ella más elevada que la mía, tenía los ojos entrecerrados, los labios entreabiertos parecía que colgaban mas lejos de sus dientes, brillaban húmedos, su rostro estaba enrojecido, me tomo el mentón y aplastó su boca contra la mía, yo tenía los labios cerrados y sentía como su lengua pasaba sobre ellos una y otra vez, hasta que se apartó un poco y me susurró - abrí la boquita y dame la lengüita- y abrió su boca y la acercaba a la mía, con algo de temor abrí un poco mi boca, ella tapó con sus labios mi boca y hundió su lengua en mi boca buscando la mía, se la cedí y haciendo unas maniobras sacó mi lengua de adentro de mi boca y la pasó a la suya y después la chupaba con esmero y lujuria, enchastrándola con su saliva, giraba la cabeza y se deleitaba guiando mi cabeza con sus manos a las más diversas posiciones hasta chuparme los ojos, mi nariz, mi mentón y hundir su legua en mis oídos, eso me hizo estremecer, arquearme hacia atrás y separarme, ella parecía totalmente encantada, revolvió mi pelo con una mano mientras me sonreía y en voz baja me dijo - no te olvides de mis tetas-
Dejó caer sus manos a los costados de mi cuerpo, las dejó en mi cintura y me acariciaba, sus codos estaban sobre sus piernas, que rodeaban por detrás y me trababan en una llave firme.
Busqué sus tetazas, una con cada mano y acerqué mi boca a ellas, no sabía por cual empezar, le daba un lametón a una, después a la otra, chupaba un pezón y sobaba el otro, empecé a mordisquear uno, ya se estaba mojando de mi baba y se me resbalaba entre los dedos, tomé uno de los pechos con ambas manos, lo sostuve como si fuera una hamburguesa doble, lo apreté un poco y lo zambullí en mi boca, entró el pezón entero, lo chupé con firmeza, hizo ruido de succión cuando se soltó, le pasé la lengua alrededor como su fuera un pincel y después mordisqué todo el pecho, apretándolo hacia arriba y hacia abajo, ella me tomó de la cabeza revolviéndome el pelo, después me apartó un poco y me dijo- no te olvides de la otra tetita, se va a poner celosa –hablaba soplando entre sus dientes, aspirando ruidosamente, guió mi cabeza hasta su otro pecho, repetí la maniobra como si fuera una segunda hamburguesa doble especial con condimento y todo y me dediqué a saborearla sin tapujos hasta que ella se estremeció, se sacudió y se derrumbó contra mí, me asusté, me aparté y ella estaba agitada. -Hijo de puta!- exclamó en voz alta - te dolió?- pregunté -no,no- dijo-me hiciste acabar, me hiciste acabar chupándome las tetas, hijo de puta, que bueno que estaba- se sonreía y abrazaba a mí y me acariciaba la espalda con las palmas de las manos y con las uñas a veces suave a veces más fuerte y daba gritos ahogados mirándome, -seguí , dale-
Yo la miraba y sonreía, la tome por su cintura para acercarla a mí, ella cerró más fuerte sus piernas y con sus brazos se colgó, yo me erguí y la levanté. Ella me miró y me dijo -lleváme así hasta la cama, que lindo, siempre me imaginé que me llevaban así- sonrió hasta el sarcófago, llegué hasta la cama me incliné hacia adelante y apoyé mis rodillas en la cama, ella miro alrededor y sacudió la cabeza señalando la cama, inclinándose hacia ella, se hamacó mas hasta hacerme caer, quedamos abrazados, ella abrazada a mí con brazos y piernas, giró para quedar debajo, aflojó la presión y me susurró - besáme la conchita- abrió brazos y piernas, apoyó sus manos en mis hombros y empujó hacia abajo, indicándome el camino, mi cara cruzó entre los montes de sus pechos, estiré los labios para llegar a ellos y me chistó y sacudió la cabeza negando y empujando con más firmeza hacia abajo, llegué al ombligo, le di beso, siguió empujando, pasamos por la suave y depilada piel de la ingle, donde el tono de la misma se aclaraba y el perfume de la vulva me indicó que llegamos le di unos suaves besitos con los labios arriba, donde termina la pancita y hacia los costados, donde nacen las piernas. Me sacudió los hombros tirando hacia arriba, se incorporó sentándose bruscamente hasta quedar frente a mi -Hacé así!- ordenó y sin preámbulos abrió la boca sacando la lengua cuan larga era y de un lametón barrió mi cara desde la pera hasta los ojos después presionó mis labios con su lengua haciéndola trabajar como un pincel, más bien una palanca para que abra mi boca y la hundió todo lo que pudo. -Dale, haceme así, cométela- y me empujó hacia abajo, cuando llegué donde ella quería,con sus dedos separó sus labios vaginales y la escuché decir -Dale- saqué la lengua con cuidado y me arrimé, tenía miedo o sensación que me daría asco, apoyé despacio la lengua sobre uno de los labios y lo recorrí hacia arriba, me gustó el sabor, como a peras, algo más fuerte, pero así, Andrea suspiró fuerte, levantó una rodilla, arqueó la espalda y apretó mi cabeza haciendo que mi lengua la penetre y que mi nariz se clave dentro de su concha, yo estiré la lengua lo mas que pude y apoyé mi mentón, ahora tenía mi nariz y mi boca dentro de su vulva, estiraba la lengua moviéndola, ella se retorcía levantando las piernas, pasó las piernas hacia arriba, sobre mis hombros hasta que sus rodillas llegaron a sus hombros y sus brazos entre sus piernas apretaban mi cara con sus pies contra su ingle. Yo tenía mis manos libres pero debajo de mi pecho, así que, lentamente fui buscando de tocarla, llegaba a sus glúteos, desde abajo, los recorría y mis dedos pasaban entre mi boca y su raja, me pareció agradable esa sensación, la repetí un par de veces mojando ya no mis dedos sino las manos de esa viscosa sopa que se juntaba, en un movimiento, una mano la deslicé hacia abajo entre sus glúteos, queriendo recorrer la zanja, lo hice una vez, lo repetí y un dedo se trabó en un orificio, lo moví un poco y resbaló hacia adentro rápidamente, ella ahogó un grito y estiró sus piernas apartándome de su ingle, se incorporó y me dijo que vaya despacio, que duele. Como tenía todo el dedo adentro me quede quieto, me pidió que lo saque despacito, en vez de sacarlo, giré la mano como si tuviera un destornillador en ella, media vuelta a un lado y media al otro. -Asiiishshshshshhhhh- suspiró, levanté la cara y me incorporé sobre mis codos mirándola al rostro, se retorcía alrededor de mi dedo como una lombriz en un anzuelo, soplando saliva entre los dientes apretados, -seguí despacio, seguí así- y me miraba tomándose detrás de las rodillas con sus manos, exponiéndome más sus intimidades, me dijo que lo mueva despacio hasta que se acostumbre.
Seguí girando la mano y agregué un movimiento de entre y sale, muy corto, de un centímetro o dos, después lo fui aumentando hasta sacar el dedo, subí la mano remojándola en la sopa viscosa otra vez y volví al agujerito del culo, apoyé dos dedos y esperé, se fue dilatando al compas de los suspiros hasta que entraron suavemente ambos dedos, ella movía las piernas abriendo y cerrando, se soltó las rodillas, se sentó casi con brusquedad, calzó sus manos debajo de mis axilas tirándome hacia arriba y gritó -Dame pija- me subió sobre ella, atrapó con la mano mi pito y lo estiraba a que entre en su concha, yo iba acomodándome a sus requerimientos y estaba apoyado en mis brazos estirados, uno a cada lado de ella, sus pies a la altura de mis orejas movía mis rodillas avanzando hasta que llegó a la altura que mi pija fue entrando, ella estaba con la cabeza totalmente doblada hacia abajo mirando, con una mano metía mi pija en su concha y con la otra me empujaba desde atrás para que entre más adentro. -Sssiiiiiiiii- suspiró, aflojando su cabeza hacia atrás, mirándome y sonreía con satisfacción.-Estas aprendiendo rápido, pillín- y tomó mi cabeza por los costados, apretando mis orejas bajándola hasta su boca, me esperó con su boca abierta, me besó retorciéndome la cara y después buscó con su lengua para meterla en mi oreja y cerraba sus pies en mi cintura apretándose contra mí. Yo me aparté como pude, ella aflojo las piernas apoyándolas a los costados y yo me hamacaba en un suave vaivén de mete y saca apoyado en mis brazos estirados, me deleitaba viendo como entraba y salía mi pija, como se balanceaban sus tetas, se movían los hombros y la cabeza, ella se puso a acariciar mis brazos, se irguió apoyándose en sus codos y me soplaba suave a la cara. Yo trataba de atrapar con mis labios los saltarines pezones que bailaban con voluntad propia. Estuvimos un rato largo así. Viéndonos sonreír.
-Sabes queee??- me dijo despertándome de la hipnosis - ya que te estrené el pitito, puedo dejar que me estrenes el culito, sería justo, no?- y se retorció con picardía, sonriéndome amenazadora, erguida sobre los codos -probamos?- preguntó; le dije que sí, que podíamos probar, dijo que tenía que hacerle caso, que si le dolía me avisaba para que la saque, que tenía un poco de miedo, le dije que no era necesario, que lo dejábamos, insistió en probar, durante toda esa charla yo seguía hamacándome en un vaivén acompasado al que me había acostumbrado y no tenía ganas que me interrumpan, pero estiró la mano frenando un envión hacia adelante y subió mas las piernas, quedo toda expuesta, se fregó el hoyito con la pija mojada, movió la pija para mojarla otra vez en sus jugos y volvió a untar los bordes de su hoyito, después dejo la punta de la pija cubriendo el hoyito y me dijo que vaya apretando despacio y espere a que se abra, eso hice, estábamos ambos concentrados en una tarea en común, era casi irreal, pero la intimidad que sentía en ese momento se parecía mas a complicidad y experiencia, no me pareció un sentimiento sucio, prohibido, -se abreeeee- escuche y me despabilé, de la emoción, volví a sentir el torrente de sangre que subía a mi cabeza y golpeaba desde la nuca hasta detrás de los ojos, ya me nublaba la vista, me concentre en si me daba una señal, pero hacia fuerza hacia adelante, para penetrarla más.
Me cubrió la cara con ambas manos y me pidió que espere quieto, me quede quieto y ella empezó a moverse muy lentamente y me indicó que me mueva un poco también, traté de ver y solo había entrado la cabeza, estaba toda la pija afuera y sentía como me la apretaba, parecía que la iba a cortar, aflojé para atrás un poco, la piel alrededor del hoyo acompaño la cabecita del pito un trayecto corto y después se despegó con un ruido.
- Esperá- dijo, se levantó y salió de la pieza, buscó algo en el baño, parece que no lo encontró volvió y revolvió en su equipaje hasta que encontró un neceser, lo hurgó, sacó algo, no lo vi enseguida, pero hizo unas maniobra de untarse una mano y después la llevó a su cola y caminó hacia la cama sobándose el culito, en la mano traía un pomo como de dentífrico color ámbar, sacó una pomada amarillenta casi traslucida, dejo un trozo de unos cuatro centímetros en su mano, cerro el pomo y lo dejó, con la mano empomada buscó mi verga y la untó de esa crema aceitosa, muy suave y se hincó delante mío dándome la espalda, bajo los hombros hasta el colchón dejando el culo en pompa, con sus manos separó los glúteos, su traste brillaba por la aceitosa crema, con un dedo se estiraba el hoyo y estiraba los cachetes hacia afuera. - probá- eso me sonó a una orden, me acerque caminando de rodillas con una mano enrollada en la pija como apuntando hasta que quedó cerca, apoyé la punta bien alineada con el agujerito y le hice presión, ella frenaba mi presión hacia adelante y al tacto sentía como se estiraba la piel que rodeaba la entrada, aflojé y empujé, aflojé y volví a empujar, aflojé otra vez y empujé, y cedió la piel estirándose y se deslizó casi media pija adentro hasta que ella se adelantó y dejo de entrar. -uffffff- exclamó, vamos despacio, dijo, yo me empecé a mover muy lento y poco, en un momento ella hizo fuerza hacia atrás y se enterró otro poco.
Casi que me dolía la pija por cómo me la apretaban las paredes de ese culito, seguía hamacándome para placar la presión y cada tanto entraba un poquito más, me gustaba y me quede hamacándome y ella dejaba que así fuera, dijo que hasta ahí estaba bien, seguimos así e iba aumentando el ritmo, ella sacudía la cabeza y sacudía su pelo como un látigo contra la pared, contra la cama, contra su espalda, se daba vuelta y me miraba, se quedaba bien en cuatro patas, o se bajaba los hombros, me empujaba hacia atrás y se volvía hacia adelante, puso la cabeza de costado y me dijo - dale hasta acabarme adentro, dale, acabáme en el culooo!- no estaba seguro de lo que hacía pero seguí en lo que estaba un poco mas rápido, me aceleré un poco mas y no me dijo nada, entonces aumente el ritmo y el recorrido, ya movía mas de media pija para adentro y para afuera, yo miraba como eso ocurría y... otra vez ese ardor, ya sabía que era mi eyaculación, seguí serruchándola obligando a toda mi leche a abandonar mi cuerpo y entrar al de ella. Ocurrió en varios espasmos, con el último perdí apoyo y me derrumbé sobre su espalda aplastándola -ufffff- resoplé. Ella se giro haciéndome caer a su lado y quedamos en cucharita, pero ensartados, no la saqué y así seguimos un rato recuperando alientoy mi verga se deshinchaba escurriéndose fuera de ella en un charco de jugos.
Nos dimos cuenta que estaba sonando un teléfono y se levantó de golpe, asustada, fue a buscarlo y atendió. Era mi mama, que no sabía nada de nosotros, ella la tranquilizó y le dijo que estaba ayudándola, que si, que llegamos bien sin ningún problema, que no escuchábamos el teléfono, estábamos subiendo las cosas, y que si, que me estaba cuidando y que no andaba dando vueltas, estaba con ella, le estaba ayudando en el departamento, hablaba y caminaba totalmente desnuda y se apoyó en el marco de la puerta mirándome sonriente señalaba el celular, seguía la conversación asegurándole que iba a volver bien a casa, pero que no quería que vuelva hoy, se va a hacer tarde y más vale me quede y le ayude y volvemos mañana y me acompaña de vuelta para que no viaje solo, que si, que estaba bien y no era molestia, que sí, que tenía lugar para mi, que nos acomodaríamos bien, y que si, que estaba comiendo bien, reía y se dio vuelta mostrándome el trasero lo sacudió para mí y se cacheteaba una nalga y me hacía señas de comer. Y que bueno, pero que no esperen temprano mañana porque por ser domingo y prefería salir a la tarde para allá, que si que no, bueno, un beso y otro al tío y cortó. Me miró sonriendo y me dijo, - Te tengo para mí solita hasta mañana a la tarde- caminó hacia mi sacudiendo los hombros estirando los brazos hacia arriba, bamboleando sus tetas en una parodia de baile triunfal.