Diana iba a bañarse. Se quitó el jersey. Antes de desnudarse por completo, se contempló en el espejo. Estaba buenísima, ni aquel horrendo sujetador podía disimular que tenía las mejores tetas de todo el instituto. Pero solo las probaría el gran amor de su vida y cuando ya estuvieran casados. Ni siquiera se dejaría poseer por el tal Dani, al que apodaban "follaman" y con el que tenía sueños eróticos cada noche. Ese chico era un desviado y era una autentica lástima, porque se había fijado y tenía un bulto en el pantalón y unos abdóminales y ¡estaba ahí detrás a punto de hacerle una foto con el móvil.
-¿Qué haces tu ahí?
Y así, sin poder ver ese par de melones, Dani se escapó corriendo por la ventana. Pero Diana no iba a dormir tranquila hasta que no hablara con los padres de ese desvergonzado y le pusiera la cara colorada. Averiguó su dirección y fue allí.¡Se iba a enterar!Pero quién le abrió la puerta fue un chico de cabellos oscuros, ni guapo ni feo, con entradas(a pesar de ser joven) y con una incipiente barriguita. Resulto ser el hermano del "follaman" y ´le demostró a Diana durante sus años de noviazgo que era muy diferente a su hermano, pues jamás insistió en que hicieran el amor antes del matrimonio.
Dani decidió olvidarse de Diana, ya que ésta era ahora la novia de su hermano y siguió su lista de conquistas. Mientras, Alfredo y Diana se casaron cinco años después de haberse conocido. El "follaman" no asistió a la boda, pues por ese entonces era conocido como el doctor cachas, pues esa era su profesión en el culebrón que protagonizaba.
Vivía en Madrid y visitaba muy pocas veces el pueblo, por lo que su familia sabía de él y sus romances con famosas por las revistas del corazón.
A los 25 años dió el salto al cine(con películas en las que siempre salía sin camisa y algunas veces enseñaba el culo) y era uno de los hombres mas deseados de España. Con 27 años consumía drogas y se transladó a Miami para probar suerte en Hollywood, perdiendo todo contacto con su familia(aunque sus padres ya habían muerto). Se follaba a todas las mujeres que quería, pero seguía pajeandose pensando en "la monja", que tras tener dos hijos con su hermano ya no era la más deseada del pueblo ni mucho menos. Lo último que supo de ellos es que su hermano era albañil, pues a pesar de sus impecables notas no encontraba trabajo en lo suyo.
La carrera hollywoodiense de Dani no despegaba cuando una noche conoció en un casino a Juliet, una despampanante chica playboy con la que esa misma noche se casó en Las Vegas. Y, aunque parezca mentira, durante los tres años siguientes le fue fiel a su esposa, una alcohólica ninfómana con la que follaba unas cinco veces al día. Pero el día en el que Dani cumplió 32 años, sin trabajo y medio en la ruina, Juliet le anunció que se quería divorciar, que lo dejaba por un joven actor de 18 años que tenía la polla más grande que él(si eso era cierto el muchacho debía ser superdotado, pues la de Dani medía 28cm).
Medio en la ruina y sin la única mujer a la que había amado, Dani le hizo una visita a su hermano y a su esposa, que se sorprendieron mucho de verle. Dani conoció a sus dos sobrinos, que tenían pinta de ser tan fracasados como su padre. Pero tras unos días allí, Dani se dió cuenta de que envidiaba a du hermano. Quería tener una vida tranquila y feliz con dos mocosos y, sobre todo, con una mujer, que aunque a sus 34 años había engordado un poco y se le habían caído un pelín las tetas, seguía teniendo un polvo increíble.
Un día, Diana fue a la playa con los niños y Dani les acompañó. Allí pudo comprobar que su deseo por Diana seguía vigente y que quería poseer esas tetas enormes que parecían querer salir por el bikini. Dios, que buena estaba esa hembra. Por la noche no pudo dormir. Tenía que follarsela. Siendo un adolescente no se había atrevido, pero ahora se la tenía que follar a cualquier precio.
Lo primero que pensó fue en matar a su hermano, pero conociendo a Diana seguro que iba a querer guardarle el luto de por vida.¿Violarla?No, se lo contaría a Alfredo y ese hijo de puta, con la envidia que le debía tener, seguro que lo denunciaba. Lo primero que tenía que hacer era averiguar si Diana no era de piedra. Por la mañana, cuando su hermano estaba trabajando, se duchó y desde allí, llamó a su víctima.
-¡Diana, traeme una toalla!
-Toma, ahí tie...
Diana se quedó petrificada al entrar al baño. Dani estaba totalmente desnudo. Sus cortos cabellos castaños estaban mojados. Las gotas recorrían su rostro, con sus ojos claros, su pequeña nariz aguileña, su boca sensual con sus dientes blancos y perfectos. El agua bañaba su cuerpo perfecto: sus abdominales que parecían de cartón, sus musculosos y fuertes brazos terminaba en unas manos grandes perfectas para moldear los enormes pechos de Diana, sus torneadas piernas, su bellísimo culo y el pene más grande(nada que ver con el de Alfredo), grueso, bien formado e incluso bonitoi que había visto en si vida(solo había visto el de Alfredo y en pantalla los de Nacho Vidal y Rocco Sifredi).
Durante medio minuto, Diana no pudo dejar de contemplar ese cuerpo, especialmente, ese miembro viril que debía de doler o al menos de dar más placer que esos polvos rápidos que echaba con el micropene de Alfredo. Parecía mentira que fuesen hermanos. De pronto reaccionó. Estaba en un cuarto de baño contemplando embobada al hermano de su marido. Le tiró la toalla y salió corriendo, intercambiando los papeles de aquel día diecisiete años atrás. Dani sonrió mientras se hizó la paja más brutal de su vida. Diana siempre lo había deseado. Ahora lo sabía y si lo hubiera sabido antes no hubiera permitido que se casara con el calzonazos de su hermano, se la habría llevado a Miami y habría convertido a "la monja" en su puta particular. Pero nunca era demasiado tarde. Ahora, el paso definitivo era conseguir que su hermano se la prestase.
Alfredo volvió contento de trabajar, pues aunque el día había sido una mierda ardía en deseos de ver a su esposa. Muchas veces había envidiado a su hermano, pero ya hubiera querido él casarse con una mujer como Diana.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513554 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299794 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:21) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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