La mujer de mi hermano(LA TRILOGÍA) 3.El desenlace

Sin duda, era más afortunado que su hermano. Eso pensaba Alfredo mientras abría la puerta del cuarto de baño justo antes de ver a su hermano desnudo, tirado en el suelo, borracho y a punto de cortarse las venas.
-¿Cómo has estado a punto de cometer esa locura?
-Porque soy un desgraciado. Y me voy a suicida.Solo hay una cosa que pueda hacerme cambiar de idea.
-¿Qué? Hermano, haré lo que sea, lo que me pidas.
-Quiero a tu mujer.¿Me la prestas por una noche hermano? Solo por una noche.
-No seas gilipollas. Deja de decir tonterias.
-Venga, solo por una noche, porfi.Te doy hasta mañana por la noche para pensartelo.
Alfredo lo pensó y, aunque le dolía en el alma, su amor de hermano venció.
-Pero, Dani¿no te das cuenta de que Diana jamás aceptará?
-Lo hará si tu se lo pides.¿No te das cuenta de que ella te ama?
Diana puso el grito en el cielo. No podía creer lo quer le pedía su esposo. Se lo esperaba del sinverguenza de su hermano, pero no de él. Alfredo insistió en que era por su bien, que de lo contrario se suicidaría. Pero Diana no era una puta y no daría su brazo a torcer.
-Hazlo por mi. Si de verdad me amas, acuestate con mi hermano. Mañana él volverá a Miami y jamás volverá. Solo será un polvo. Le daras tu cuerpo, no tu mente.
-No hables como Demi Moore en "Una proposición indecente".
-Diana, por favor. Si no lo haces, me divorció.
Al fin, al borde de las lagrimas, Diana se levanto de la cama y tocó en la puerta de Dani.
-¿Sí?
-Soy yo, Dani. Vengo a hacerte un poco de compañía.
-Pasa.
Diana entró. Al igual que ella, Dani estaba en pijama, leyendo un libro. Destapó la cama y la invitó a tumbarse junto a él. La besó en la mejilla y la abrazó como si fuesen marido y mujer. Diana se tranquilizó al darse cuenta de que solo quería dormir abrazado a ella. Que equivocada estaba. Dani encendió la tele. Se emitía una peli porno. Una chica de tetas descomunales era sodomizada por un mulato.
-¿Te has masturbado alguna vez viendo porno a escondidas de mi hermano?
-Alguna.
-Yo no. Yo siempre me pajeo pensando en ti. En tus tetas. Me da igual que las de esa tia sean mas grandes. Quiero ver las tuyas. ¿Me las podrías enseñar?
Con lagrimas en los ojos, Diana se sentó sobre Dani y se desabrochó los botones del pijama. Mientras se desabrochaba el sujetador, Dani se relamía. Por fin, tras tantos años, Dani vió las mejores tetas del mundo. Con los pezones rosados y grandes. Muy grandes.
-¿Te las puedo tocar, verdad?
Comenzó poco a poco, por los pezones, suavemente. Las masajeó, rápido y despacio, fuerte y suave, de todas las maneras posibles, cumpliendo su sueño al fin. Diana no quería sentir placer, pero era inevitable, las manos el "follaman" eran expertas en sobar tetas.
Cuando se cansó de tocarlas, las lamió, las chupó. Le succiónó los pezones y se los mordió. Iba al ritmo de un bebe tomando la leche. Si las mamas de Diana hubiesen albergado leche, esa noche Dani se las habría dejado secas. En un momento dado, se volvió loco:chupaba, mordía, lamía, succionaba, besaba y tocaba, todo al mismo tiempo y a una velocidad de vertigo, haciendo que Diana soltase un gemido, tocase la cabeza de Dani y la aplastara contra sus tetas, guiandolas. Quería que se las comiera enteras. Una hora mas tarde, Dani paró y besó a Diana haciendo que esta se desatara: no sabía que se podía sentir tanto con un beso, que apasionado y dulce al mismo tiempo. Bebían de las bocas del otro sacando completamente sus lenguas. Diana desnudó a Dani y recorrió todo su cuerpo, tocando sus abominales, sus músculos, sus núcleos. Repitió el recorrido, pero esta vez con la lengua hasta llegar a ese pedazo de polla.
Nunca le había chupado la polla a Alfredo, pero recordó las películas y le realizó a Dani una mamada magistral. La lamía desde la punta hasta los huevos. Una y otra vez. Se la comía con ansía. Finalmente, Dani se la cabó follando con la boca hasta corrersele dentro. Diana se tragó toda la leche. Que rica y que calentita estaba.
De forma brusca, Dani le dió la vuelta a la mujer de su hermano, poniendose encima de ella y siendo ahora él el que recorría su cuerpo(especialmente de nuevo sus espectaculares tetas) con los dedos y con la lengua. Fue bajando. Le quitó las bragas y le chupo el coño de una manera sublime. Ni el mejor actor porno, ni el mejor gigolo, tiene tanta experiencia en chupar coños como esta máquina de follar. Tres veces se corrió "la monja" mientras Dani le introducía la lengua en el coño como si fuese la polla. Y entonces le metió la polla. El placer que sintió Diana fue espectacular, inimaginable, indescriptible. Dani era un maestro del arte del sexo y se la metió de todas las formas posibles por ese coño peludo que estaba disfrutando esa noche como nunca en su vida.
El chillido de Diana al llegar al primero de los orgasmos fue la gota que colmó el vaso para Alfredo. Una cosa es prestarle tu mujer a tu hermano y otra es estar en la habitación de al lado escuchando como la puritana de Diana, gemía como la zorra más guarra del planeta, cuando con él solo había dado un pequeño gemido una vez cuando se acababan de casar. Debía ser el mayor cornudo del mundo. Salió de la casa y fue a darse una vuelta con el coche, ya que no aguantaba más el sufrimiento de tener que escuchar semejante show pornográfico.
Diana ya había perdido la cuenta de los orgasmos quellevaba cuando Dani le dio la vuelta para desvirgarla por el culo. Se lo lubricó un poco con saliva y se la metió de cuajo. La mujer dió un grito desgarrador y le pidió que parase, pero Dani siguió con sus fuertes embestidas, como un toro salvaje. Mientras, le tocaba las tetas de una forma mucho mas bruta. Fue bajando la mano hasta el coño y,mientras la seguia enculando,le metió dos dedos por el coño, mientras le chupaba el cuello como un adolescente. El chupetón y la masturbación que le hizo correrse una vez más, suavizó el dolor, que poco a poco se fue convirtiendo en placer. Dani se corrió y Diana le reprochó que no lo hubiera hecho en su cara. Para compensarla le hizó una cubana. Con esas tetas, fue un autentico paraiso. Dani se corrió en la cara de ella, que pudo sentir otra vez su leche calentita
Luego, hicieron un 69. El sentir como Dani le chupaba el coño hizo que la mamada le saliera a Diana mejor aún que la primera. Ambos se corrieron. Se tumbaron abrazados en silencio. Diana pensó en Alfredo y se dió cuenta de lo que estaba hacien do. No se reconocía a si misma. Había pasado de monja a puta. Y su pobre esposo lo estaría escuchando todo en la habitación de al lado. Pero los pensamientos se desvanecieron cuando Dani volvió a chuparle los pechos con maestría. Esas tetas lo volvían locos. Podría pasarse toda la noche(y varios días) chupandolos, tocandolos y jugando con ellas sin cansarse. Mientras él besaba con pasión las enormes tetas de ella, ella jugaba con el descomunal pene de él. Enseguida tuvo una enorme erección y ella estaba más caliente que un volcán. Su coño ardía en deseos de volver a ser penetrado y el deseo le fue3 concedido de inmediato. Los gemidos se escucharon por todo el pueblo.
Follaron una y otra vez hasta el amanecer, cuando se durmieron. Diana se despertó casi al mediodía abrazada a ese maromo. Se avergonzaba de lo de anoche, pero no había disfrutado tanto en toda su vida. Tení un mensaje en el contestador del teléfono. Alfredo había muerto en un accidente de coche. Diana lloro hasta secarse sintiendose como la mayor mierda del mundo por lo que había hecho. Dani, sin embargo, apenas se inmutó. Conseguido su sueño de follarse a Diana, se instaló en Madrid, donde recuperó algo de la fama perdida protagonizando una nueva telenovela. Mientras, Diana que siempre había sido ama de casa, no encontraba trabajo y ella y los niños pasaron penurias económicas. Esto ablandó el corazón de Dani que los instaló en su nueva mansión(había recuperado su fortuna) en Madrid. El "follaman" había resurgido y recuperado la fama, el dinero y la capacidad de follarse a la que le diera la gana, especialmente a la que por fin había convertido en su puta particular:"la monja", la chica más guapa del instituto, la mujer con las mejores tetas del mundo, la viuda de su hermano.