La mujer de mi hijo fue mi amante

Mi nombre es Eladio, me dicen Don Layo, me he vuelto lector asiduo de relatos eróticos y quiero contar una historia real que hace poco (un año) me sucedió, tengo 42 años y todo empezó con el matrimonio de mi hijo Leonardo (nombre cambiado) con una chica que llamaremos Alexis.

Ellos se casaron muy jóvenes, bien dicen que este tipo de matrimonios no duran ni son buenos. Mi hijo tenía 19 y ella 18 cuando se casaron; mi hijo ha sido muy rebelde de unos años para acá y muy despierto para lo sexual. Mi esposa falleció cuando él tenía 14 de cáncer en los senos, no cabe duda que la figura materna hizo falta en el hogar. Leonardo se casó porque Alexis resultó embarazada y todo el casamiento se hizo sin mucha ponpa. La relación matrimonial se deterioró más cuando Alexis tuvo que abortar de forma natural al bebe, dos semanas después de haberse casado.

Como Leonardo consiguió un trabajo que apenas les daba para vivir, ellos decidieron vivir conmigo en la misma casa, al fin también yo acepté para no quedarme solo. Y como iba contando, mi hijo y Alexis vivían peleando continuamente. De alguna forma Leonardo comenzó de nuevo una vida de parranda, como antes de casarse, sin ninguna responsabilidad. Al principio me mantuve alejado de sus problemas, pero poco a poco me di cuenta que Alexis sufría mucho, ella venía de una familia con solvencia económica, pero que le quitó bastante apoyo cuando supieron que estaba embarazada y que se casaría.

Alexis, es una chica morena, muy delgada y alta, de cara bonita, pelo negro azabache y piernas largas y delgadas. Le encanta el sexo y lo vive intensamente. Por mi parte, a pesar de mi edad, me conservó bien, no tengo estomago y mi cuerpo es semi-atletico, debido al ejercicio que hice en mi juventud.

Al principio solo veía a Alexis como mi nuera, esposa de mi hijo. Pero en cierta ocasión, estaba en mi habitación y escuché ruidos en la sala que está en el primer piso, creí que podían ser amigos de lo ajeno, salí sigilosamente, y desde las barandas de las gradas que van al segundo piso, pude ver a mi hijo Leonardo follando duro a Alexis, en la posición perruna, ella estaba hincada sobre el sofa aferrada al respaldo y él dándole duro en su panochita (de las pocas veces que no estaban peleando), Alexis gemía sonoramente como loca, sus gemidos podían oírse en toda la casa. Ellos habían ido a una discoteca y estaban regresando en horas de la madrugada.

Lo que más me impresionó, además de la escena tan caliente, fue ver a Alexis desnuda, a pesar de su delgadez, su cuerpo era bien definido, su trasero moreno era casi perfecto para su cuerpo, dos lindos globos y con curvas, sus muslos no eran huesudos, sino bien torneados, sus tetas que parecían pequeñas en los atuendos que ella vestía, se veían colosales, bien rectas simulando volcanes con un pezón oscuro en el centro. Realmente era muy atractiva, después de esa noche ya no pude ver a Alexis con los mismos ojos, la comencé a ver con deseo y lujuria. Si antes ni siquiera como estaba vestida, ahora esperaba impaciente el día para ver que combinación vestía.

Los meses pasaron y los problemas entre mi hijo y Alexis iban de mal en peor. Habían semanas completas que no se dirigían la palabra, Leonardo salía casi diariamente con sus amigos y Alexis la pasaba sola. Asi que ella estaba solitaria y yo tenía una vida también casi igual. Alli fue donde congeniamos finalmente, comenzamos a platicar de temas comunes, luego la llevaba a algún centro comercial, al cine cuando había una película buena para ver, o simplemente salir a tomar un cafecito a algún restaurante. Me empecé a ganar a Alexis con pequeños detalles, los que realmente debía haber tenido mi hijo.

Cierto fin de semana, mi hijo dispuso irse con sus amigos a una playa, sin consultar o invitar a Alexis, yo me di cuenta cuando regresé de trabajar y la ví con los ojos hinchados de llorar, la contemplé y le dije que él estaba perdiendo. Asi que para que quitara la tristeza de su carita, la llevé a bailar ese día, la pasamos muy bien, bebimos algunas cervezas para refrescarnos y cerca de la media noche regresamos a la casa.

Cuando nos despedimos para dormir, Alexis se acercó a mi y me dijo que quería dormir conmigo, al principio no entendí el mensaje. Llegamos a mi habitación y me fui al baño a cambiarme, me dejé solo una camiseta y mis boxers, luego ella se paró frente a mi y se desvistió allí mismo, me hizo casi un streaptease, se quedó toda desnuda frente a mi, mi verga se erectó en segundos, me preguntó si me gustaba su cuerpo, la jalé de la mano y la llevé a mis brazos, la besé en la boca y le dije que era la criatura más bella que había visto. Le mamé sus lindas tetas con todo el tiempo del mundo, las recorrí varias veces, sus pezones erectos eran deliciosos, luego la acosté y ella abrió sus piernas ofreciéndome su fruta prohibida, me sumergí entre sus muslos y devoré su rajita lampiña, lamí entre sus labios vaginales y ella gimió pidiéndome que lo siguiera haciendo, lo repetí las veces que ella quiso, la llevé a un rico orgasmo, cuando lo tuvo me jaló fuerte de los cabellos y casi restregó mi cara contra su concha, mientras la mamaba no pude evitar tragar un poco de sus jugos vaginales que ella había eyaculado en su orgasmo, los cuales eran amarguitos.

Luego me preparé y me puse entre sus piernas y la clavé suavemente, ella me aruñó cuando se la metí en su rajita, luego la empecé a follar con rapidez y con fuerza, ella jadeo todo el rato que la cogí, me pedía más fuerte o simplemente me decía que le gustaba lo que le estaba haciendo, los dos estabamos muy excitados, con sus largas piernas me rodeo la cintura indicándome que quería más penetración profunda, y yo la complací con un vaivén que hacía casi frotar mi verga con su vagina. Alexis era una chica muy caliente. Yo no quería aún terminar, quería seguirme cogiendo a la mujer de mi hijo, no sabía en ese momento si esto se repetiría, por lo que la puse en cuatro, tal como la había visto coger con mi hijo aquella noche, se la metí, no sin antes frotarle mi verga en su culo y sus labios vaginales. La penetré hasta que mis huevos rebotaron contra sus lindas nalgas. Ella siguió chillando pidiendo más verga, su respiración aumentó y luego tuvo otro orgasmo, su concha estaba realmente mojadísima. Le seguí martillando mi verga tomándola por la cintura para hundírsela bien profundo en cada golpe.

Finalmente estaba por llegar a mi clímax, asi que la tomé de los hombros y le metí lo más adentro que pude mi verga, estallé y le solté mi leche hasta los ovarios. Había sido una follada buenísima.

Ese fue él inicio de nuestra aventura, durante el amanecer volvimos a coger, ahora ella se montó sobre mi y me cabalgó la verga con furia y deseo, nos venimos entre quejidos de placer.

Lo que siguió a continuación fue un verdadero sueño erótico. Mi hijo salía con sus amigos (inclusive oí una conversación por teléfono en donde entendí que mi hijo tenía un su romance con otra chica), yo estaba feliz por eso, ya que teníamos con Alexis todo el tiempo para coger rico y sin prisa. Empezó a existir un lazo fuerte entre Alexis y yo, nos entendíamos muy bien en la cama.

Una de esas noches, me puso bote de gel en las manos y me dijo que quería que le estrenar su culito, en mi época casi nunca se hablaba de las penetraciones anales, pero en estos años se ha vuelto tan normal, para no parecer anticuado, le coloqué el gel en su ano y también le metí un dedo para untárselo por dentro, luego la penetré lentamente, ella me iba guiando como hacerlo, nos deteníamos cada vez que mi verga iba metiéndose en su recto, al cabo de unos minutos se la tuve toda adentro. A continuación fue un gozo tremendo para mi, su ano era más estrecho que su vagina y me daba mayor placer cuando la culiaba, Alexis también gemía de placer, se veía que la gozaba allí trabada por culo. Llego a un orgasmo antes que yo, luego le vacié una buena cantidad de esperma en su recto. La penetración anal estuvo siempre en nuestro menú de posiciones después de ese día.

Al pasar los días me di cuenta que Alexis casi había olvidado a mi hijo, solo le importaba estar conmigo y realmente la pasábamos muy bien, queríamos coger a cada rato y por todos lados, en cierta ocasión me dijo que no le había bajado la regla, me preocupó un poco, pero al final solo fue un pequeño retraso.

Alexis al pasar el tiempo decidió terminar con mi hijo y se fue de la casa, se pasó a vivir a un apartamento que yo le ayudaba a pagar, claro que yo la visitaba frecuentemente para tener relaciones sexuales con ella, ahora ya no teníamos pena que mi hijo nos encontrara y vivimos varios meses más cogiendo rico, le daba duro por su vagina y por su delicioso ano. Esto duró hasta que Alexis me dijo que tenía novio en donde trabajaba, pero que a ella no le importaba tenernos a los dos, al principio como estaba casi loco por ella, acepté tal condición, es decir, que cogía con los dos, pero después de un tiempo decidí mejor retirarme. Ahora ocasionalmente la llamo para saber como está.

Bueno espero que les haya calentado un poco..