INEXPERTO EN LA VIDA GAY Y ME COGIO MI MAESTRO MUY RICO
Relato
Esto sucedió hace ya algunos ayeres, yo era un muchacho de apenas 18 años, inexperto, pero sin atracción por la mujeres, no era obvio eso sí. Provenía de una familia de clase humilde, ser gay era impensable. Pero como tenía aspiraciones de no ser pobre de por vida, pues me fui a estudiar al D.F., mis padres me ayudaron unos meses con mis gastos, luego conseguí un trabajo de medio tiempo de lunes a viernes, pues conseguí una beca en una Universidad. Vivía cerca del Metro Balderas, en un cuarto sencillo, pero independiente de todo. Al poco tiempo me compre una Lap Top, y como a mí me fascinaban las películas, pues era lo que más compraba en aquellos tiempo, películas piratas y me ponía a ver todas aquellas que nunca pude ver. A mis 18 años yo aún era virgen, pues como les dije anteriormente, no me exhibía ni pregonaba a los cuatro vientos que me gustaban los hombres. Los fines de semana me ponía a ver películas encerrado en mi cuarto, únicamente en bóxer con unas botanitas y refrescos y esa era mi rutina. Luego en los puestos comencé a comprar películas porno heterosexuales, de todos colores y sabores, yo me imaginaba ser alguna de las actrices y que era penetrada por alguno de aquellos sementales que salían allí. También comencé a comprar películas de homosexualidad, pero no me atraían el que solo era penetración sin chiste, me gustaba ver como una mujer era cortejada y satisfecha por su hombre. Me dispuse a ser una mujer aunque fuera solo en el interior de mi cuarto.
En mis paseos que daba de vez en cuando por el centro de la ciudad, en los diversos puestos ambulantes, lo que más se veían eran prendas femeninas de diversos tipos, tangas, ligueros, minivestidos, faldas, en fin un menú extenso, aun con pena, me decidí a comprar todo lo necesario para transformarme en mi intimidad en una zorrita como las que aparecían en los videos. Me gasté una buena cantidad en todo aquello, un vestidito negro entallado, un liguero negro de encaje, una tanguita negra muy sexi, una peluca castaña de cabello natural, maquillaje y perfume. Ese fin de semana me la pasé viendo películas xxx y masturbándome, ya transformada en una zorrita. No es por presumir, pero como mi cuerpo es delgado y sin vellos, mi tez es blanca y mi cara perfilada, con unas nalguitas respingaditas y duritas, pues me veía fantástica con esa transformación. La peluca me quedó perfecta y ya maquillada pues daba el gatazo de ser una mujercita, me cae que si salía vestida así, hubiera podido pasar desapercibida para mucha gente. En fin, me gusto todo eso. Ya así me la pasé ideando mi siguiente paso, buscar a alguien que me desvirginara y me hiciera sentir una mujer. No pues no tenía ni idea de cómo hacerle. Así paso más de un mes y nada, me sentía desesperada, pero al fin, un día tan inesperado se presentó la ocasión. Uno de los profesores de mi clase pidió apoyo para la revisión de unos trabajos, que el que se apuntara iba a tener un punto extra en su clase. Como nadie se anotó yo levanté la mano y listo. Me dijo que al final de la clase lo viera. Nos pusimos de acuerdo, le di mi número celular, yo únicamente iba a revisar la ortografía, así que eran pan comido. Me dijo que el viernes al final de clases me daría los trabajos para su revisión. Llegó el viernes y nada, ya por la tarde me llamo y me dijo que andaba en unos asuntos y que si podría pasar a mi domicilio a dejarme los trabajos, le di mi dirección y a esperar, al igual que muchos fines de semana, no tenía nada que hacer, los demás cuartos estaban prácticamente sin gente, pues la mayoría se iban fuera. Eran cerca de las once de la noche cuando me llamó para decirme que estaba afuera, tenía como cinco minutos que había salido de la regadera, pues ya pensaba acostarme a dormir, me dijo que si podía pasar. Le abrí y para sorpresa mía, andaba medio tomado. Me entregó los trabajos y me indicó que revisar y me dijo que si le podía prestar mi baño para ir a orinar. Lo pasé al baño y ahí lo deje. Al salir se sentó en la única silla que tenía y me preguntó que, si vivía solo ahí o si compartía la habitación, le dije que vivía solo, que era de provincia, a lo cual el me comentó que, si mi novia se quedaba conmigo, yo me puse nervioso y le dije que actualmente no tenía novia. Me respondió que me preguntó porque en el baño vio una tanguita femenina y que pensó que era de ella. Yo me sonroje y al mismo tiempo me dije mentalmente pero que tonto estaba, pues no guardé la tanguita que había lavado en la mañana y que había dejado en el baño para que se secara. Luego me preguntó que si ya había cenado a lo que le contesté que ya había cenado desde temprano, me preguntó nuevamente que si le permitía comerse unos tacos que traía en su carro, para no comer en él. Yo le dije que sí, que no había problema, me dijo que enseguida volvía, regresó con una mochila y una bolsa en la mano. Colocó su cena en la pequeña mesita y la mochila en el suelo, de la cual saco unas latas de cerveza, también sacó un refresco de fresa y me lo ofreció. Comenzó a cenar y a beber, seguimos platicando de varios temas, hasta que entró el tema del sexo, yo le dije que aún no había tenido sexo (no le dije si con hombre o mujer), el me comentó que en sus muchos años de docente había tenido que ver con maestras, alumnas, mamás, en fin, que no pararía de contarme, de todo lo que les hacía, que el beso negro, que mamar sus tetitas, que había hecho de todo. Esa plática me comenzó a calentar, mientras él seguía bebiendo, se acabó sus primeras seis latas y ya casi bien briago se notaba, mi profesor de derecho estaba aquí en mi cuarto bien tomado, ni quien lo viera. Era un tipo de 55 años, un poquito más alto que yo, llenito, no muy gordo, pelo entrecano, con bigote, moreno, un cincuentón común, no muy atractivo. Me pidió nuevamente hacer uso del baño y lo acompañe nuevamente, pues el baño estaba en el cuarto que estaba en mi recamara, entró, dejó la puerta entreabierta, yo me senté en la cama y esperé a que saliera, pero luego de un par de minutos que esperé que saliera, no lo hizo y se me hizo raro, me asomé y cuál fue mi sorpresa, mi profesor estaba masturbándose con la tanguita que se me había olvidado en el baño. Esa acción me puso al mil. Me llevé inconscientemente la mano a mi entrepierna, sentí una excitación enorme, me regresé a mi cama con mil pensamientos en mi mente. Salió tres minutos después, nos dirigimos nuevamente al otro cuarto que era mi sala, cocina y comedor y él siguió bebiendo y continuamos platicando. Ya eran cerca de la una cuando me dijo que ya se retiraba, se quiso incorporar, pero casi se cae, para su suerte que estaba cerca de la pared y se sostuvo de ella. Yo le dije, maestro así usted no podría ni manejar, podría tener un accidente y pasarle algo o hasta amanecer en el torito, mejor quédese aquí dormido un rato en lo que se le pasa la borrachera, me dijo tienes razón, lo lleve a mi recamará y lo recosté en ella. Se quitó los zapatos y la camisa, quedó solo en pantalones y playera y se quedó dormido. Mientras yo me puse a hojear algunos trabajos. Eran como las dos y media de la madrugada y le fui a hablar para ver si ya se le había bajado y ya se pudiera ir. Balbuceo algunas palabras y me dijo recuestate si es que ya te quieres dormir. Yo creo que ni sabía dónde estaba. En fin, como ya tenía un poco de sueño me recosté y me cubrí con la sabana que tenía. Como no podía dormir como estaba, pues siempre duermo sin ropa interior o solo con alguna de las tanguitas que tengo, pues estaba incómodo. Solo me quite la playera y el pantalón y me tape. Me dio la sensación de que mi profesor tuviera frio y lo tape con mi misma sabana. Estaba nervioso, pues nunca había estado acostado con un hombre en la misma cama. Era raro. Me puse de lado e intenté dormir. Al poco rato siento como se mueve mi maestro y me pasa su brazo por encima de mí y la coloca por sobre mi cintura, no le di importancia, pues dije, esta borracho. Luego comenzó a acercarse más y más y cuando menos lo pensé, ya me tenía de cucharita abrazándome. Me excito eso mucho e instintivamente, como en las películas, arquee más la espalda, dejando mis nalgas paraditas pegadas a su miembro. Más me apretó y me repegó más su cuerpo. Sus manos comenzaron a deslizarse por sobre mis nalgas y me las estaba acariciando. Me dije, este ya no está dormido, le dije maestro, si sabe quién soy verdad, el me respondió si Alex, no quieres probar de una vez tu primera vez, sentirte penetrada, sentirte una mujercita, yo le respondí con un gemido, implorándole que por favor siguiera. Me bajo mi ropa interior y comenzó a masajearme las nalgas, ya con todo el descaro del mundo. Al poco rato se desabotono el pantalón y se lo quitó, yo continuaba en la misma posición. Me siguió repegando su cuerpo y ahora sentía lo duro de su miembro y el calor de alguien en mi espalda. Tomó mi mano y me hizo que le agarrara su pene. Estaba durísimo y bien grande, no lo alcanzaba a abarcar todo. Estaba también bien batido con sus fluidos. Lo empecé a masturbar y sentí que más duro se ponía. Me abrió las nalgas y comenzó a puntearme con su miembro, que rico se sentía, era algo único, con razón las mujeres caen rendidas ante un miembro de un hombre. Me batió todo mi hoyito y por ratos sentí que me quiso penetrar. Mi hoyito no se lo permitió, era virgen aún y se resistía a que lo profanaran. Me siguió besando la espalda y cuello y de pronto me volteo, me dijo que quería verme puesta la tanguita que tenía en el baño, le respondí que, sí solo con la tanguita o quería algo más, me respondió que quería ver que más tenia para él. Me incorporé, fui al baño y me puse la tanguita, regrese a la recamara y le dije que me diera diez minutos para sorprenderlo. Me asintió con la cabeza, saqué de mi cómoda mi vestimenta, accesorios y maquillaje y comenzó mi transformación.
Después de unos minutos de un chico común y corriente, me transforme en una putita en espera de ser poseída por ese hombre que podría ser su abuelo. Tulio no daba crédito a todo ese cambio, me tomo de la mano y me jalo bruscamente hacia él. Me tomo por el cuello y me comenzó a besar, sentí su aroma a tacos y cervezas, me dijo sabes a fresita (era por el refresco que me había bebido), a lamerme, a apretujarme las nalgas. Yo me sentía invadida por esa dicha al enloquecer de esa manera a un hombre. Me tomo por la cintura y me volteo, haciendo que me sentara encima de su miembro el cual estaba lleno de venas y bien gruesotote. Me punteaba como él quería, me apretaba las tetitas y de vez en cuando me las pellizcaba. Que rico se sentía. Me dijo al oído quiero que me des una mamada bien rica. Yo apreté los labios y gemí asintiendo, que eso era lo que más deseaba. Me voltee y me hinque enfrente de él, tomé su miembro y empecé a lamerlo lentamente pasando mi lengua por su cabeza llena de fluidos salados pero agradables, recorrí todo su miembro y sus bolas. Era una delicia hacerlo de verdad, mame y mame más de diez minutos y mi hombre solo aullaba de placer. Me dijo ven mamita te voy a dar una rica mamada en tu culito antes de penetrarte. Me puso de a perrito, me lamio la espalda y la mordisqueaba mientras bajaba lentamente, yo estaba que explotaba, al fin llego a mis glúteos y me bajo un poco la tanguita, me empezó a recorrer las nalgas con su lengua áspera y de pronto me comenzó a puntear con su lengua mi hoyito, que rico, que rico decía yo. Fue una mamada increíble. Al cabo de cinco minutos de mamada, se incorporó y me dijo, preparate que ahora si viene lo bueno. Mi culito estaba todo batido, me imagine que ese miembro iba a pasar sin dificultad y ahí es cuando inicio el suplicio de mi primera vez, me pasaba su miembro por en medio de mis nalgas, deteniéndose en la entrada de mi orificio. Intentó meter su miembro en mi hoyito pero nada más no pudo. Le daba fuerte empujones pero no podía, me acomodaba y reacomodaba, se escupía su miembro para intentar lubricar más pero no pudo. De pronto sentí como su dedo es el que estaba entrando en mi culito, me decía tienes un culito muy apretadito, ya vi que si es cierto que es virgen ese culito, deja te lo relajo un poquito con mis dedos, después de un minuto volvió otra vez a intentar introducirlo. Me abrió las nalgas con sus dos manos y me punteaba con más fuerza, de pronto sentí como cedió mi esfínter y esto me provocó un enorme dolor que hizo que me hiciera en automático hacia adelante. Me dijo, tranquila zorrita, te va a doler al principio, pero ya te acostumbrarás, me tomo otra vez por la cintura y me hizo a orilla de la cama. Me volvió a pasar su miembro nuevamente por entre mis nalgas jugando en mi hoyito. Me sujeto esta vez por la cintura y me volvió a meter la puntita, el dolor era intenso, me estaba matando de dolor, trate de aguantar pero el dolor era insoportable, de pronto sentí como entró la cabeza de ese enorme animal y me vine, las piernas se me aguadaron y me quise hacer para adelante nuevamente pero me tenía bien sujetada por la cintura, quería gritar pero no podía, quería disfrutar pero aún no lo hacía, le dije que me esperara que me dolía mucho, pero en lugar de soltarme, más fuerte me sujeto y empujo un poquito más, arquee más la espalda y levantando la colita, me dijo ya vez ya te está gustando, aflojé las piernas y en eso que me deja ir todo ese monstruo en mi interior, grite de dolor, ahhhhhhhhh, me estaba matando con ese fierro que se había metido hasta muy adentro de mi ser, quede completamente tendida en la cama y me comenzó a bombear más fuerte y más rápido, me dolía, yo solo mordía la almohada y sujetaba fuertemente las sabanas, me vineee nuevamente con ese terrible dolor. Profe ya sáquela que ya me vine, Tulio, por favor, ahhgggghh, creo que él pensaba que le pedía más, pues al contrario de parar, más fuerte me envestía. Me mordía la espalda, el cuello, me pellizcaba las tetitas, me estuvo bombeando sin parar más de quince minutos. Del dolor pase al gozo y comencé a disfrutar de ese hombre, ese mi primer hombre. Me sacó su fierro y sentí como se relajó mi colita, hasta sentía que palpitaba. Se acostó boca arriba e hizo que lo montara, me clave esa verga ya sin dificultad y gozaba como una autentica putita que necesitaba de fierro, lo cabalgue un buen rato, era increíble, me estaba dando mi maestro una lección de sexo y placer. Me levantó y colocándome frente al espejo de la pared, me comenzó a bombear en forma circular, de un lado para otro, sosteniéndose de mi cintura y de mis tetitas. Solo paraba las nalgas. De repente sentí que aceleró más el ritmo de sus clavadas, sus bolas rebotaban en mis nalgas, se escuchaba riquísimo, me dijo me vengooooo y comencé a sentir los movimientos de su pene dentro de mí, inundo todo mi interior con su semen, sentía claramente cómo se contraía dentro de mí. Nos tumbamos en la cama así con su miembro aun dentro mío. Me tuvo de cucharita hasta que se quedó dormido. Cuando sentí que estaba dormido, me levanté y me fui a limpiar al baño, me dolía, sentí como escurría su semen mezclado con un poco de sangre, me limpie y con una toalla le limpie su verga a mi hombre. Solo se volteó dejándola a la vista. La tome en mis manos y me la lleve a la boca, no quería desperdiciar ni un momento para seguir saboreando ese delicioso trozo de carne, lo mamé hasta que se puso duro nuevamente, yo quería más. Coloque a Tulio a la orilla de la cama y con su miembro ya parado, me comencé a ensartar yo solita a mi gusto y ritmo, no tardé mucho en venirme. Me di un baño y me acosté al lado de mi profe, únicamente con la tanguita puesta y una blusita, dejándome abrazar por mi maestro.
Nos despertamos a media mañana, envueltos en mi cama, me estuvo acariciando un rato, me repegaba su pene que estaba endureciéndose nuevamente, me volteó hacia él y me comenzó a besar mi cuello, me dejó el cuello lleno de chupetones, me decía que yo era su zorrita y que buen culito se había echado. Nos levantamos y nos fuimos a darnos un baño, me enjabonó las nalgas y mi hoyito y me comenzó nuevamente a penetrar, esa herramienta se abría paso sin piedad, me vine y él se vino también al mismo tiempo, después le lavé su miembro y le di una buena mamada. Nos salimos de bañar, se vistió, me dio un beso y una nalgada y me dijo, mañana nos vemos en la escuela, ya aprobaste mi materia putita.
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140474 veces
Aventuras en Paris
Jesús y Pablo marcharon a Paris para poder vender el video. Dejaron a sus tres amigos en una casa que habían alquilado en un pueblo muy pequeño en Huesca. Los dos habían quedado con Pierre, un ejecutivo muy interesado en esta clase de material.
Relato erótico enviado por mena55 el 24 de August de 2008 a las 13:55:00 - Relato porno leído 114107 veces
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fanylu23
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:35) dice:
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