Todo esto que os voy a contar ocurrió el pasado 23 de Diciembre, cuando yo salí de trabajar y me dirigía con mi coche hacia mi casa. Al pasar por la entrada de unos almacenes de alimentación observe como una mujer estaba haciendo gestos con las manos, cuando estaba más cerca pude comprobar que esos gestos eran para mí y era la cuñada de mi tía (Rosa). Rosa es una mujer de 45 años, 1,68 y 60 Kg. aprox., morena y de ojos azules y con unas tetas y un culo de los que quitan el hipo. Es la típica mujer madura que desde que empecé a masturbarme ha sido el centro de mis historias y pasiones sexuales, no sólo por esa belleza física sino por los comentarios picantes que siempre tiene. Desde siempre y cada vez que me nos encontramos, siempre me tira algún que otro piropo lo que hace que me ponga cachondo y me monte la película para masturbarme. Es una mujer casada con dos hijas una de 16 y otra de 18 años.

Pues bien al ver que era ella paré el coche más adelante y ella se acercó y me preguntó que si iba para casa que la llevara, ya que hacía un rato que estaba allí y no pasaba ningún taxi. Yo vivo en el portal de al lado suyo. Cogimos las bolsas de la compra y las metimos en el maletero del coche. De camino a casa ella me dijo que su marido (Luis) estaba de viaje y que llegaría por la mañana y que se había llevada a su hija menor y que la mayor Elena estaba con unas amigas en la sierra y que regresaría mañana también.

Ella no paraba de hablar y yo apenas le hacía caso ya que estaba sólo preocupado en intentar captar las mejores situaciones para luego masturbarme a consta suya como tantas otras veces. Iba con un vestido estampado que le llegaba a la altura de las rodillas y con un escote de esos que siempre ella llevaba, y una cazadora de ante. Al sentarse en el coche, el vestido se le subió hasta la altura de los muslos por lo que yo no paraba de mirarlos disimuladamente a la vez que a través del escote intentaba averiguar el color de su sujetador, que era negro.

De camino a casa ella me dijo que donde había estado metido que hacía ya varios dias que no me veía por la calle y le comenté que había tenido algunos problemas en mi empresa (ya que soy empresario) y no había tenido tiempo para ir por casa, solo a dormir. Ella comenzó como siempre a decirme algunos piropos como que estaba muy bien, que la edad me sienta bien, que hay que ver como había crecido, que estaba muy elegante con los trajes, etc. Yo con todo eso me puse rojo y ella lo notó por lo que siguió diciéndomelo y riéndose a mi consta, yo sólo podía pensar en la paja que me iba a hacer nada más llegar a casa con esos comentarios suyos.

Cuando llegamos a casa le dije que la iba a ayudar a subir las bolsas y así los dos cargados para llevarlas todas de una vez, tiramos para su portal al entrar en el ascensor íbamos tan cargados que apenas pudimos entrar. Yo me coloque mirando para el espejo y ella se colocó detrás de mí con sus tetas en mi espalda, al percatarme de ello yo hice un poco más de fuerza hacia atrás.

Una vez en su casa le ayude a sacar y colocar toda la compra en los armarios y ella me dijo que si quería tomar un café, a lo cual yo conteste que si. Ella comenzó a preparar la cafetera y sacó un bizcocho de los que había comprado para comer algo.

Comenzamos a merendar y la tarde iba tan normal, yo hablándole de mi trabajo y ella hablándome de sus hijas, hasta que surgió el tema del sexo. Comenzamos o más bien comenzó ella hablándome que ella a sus hijas se lo había explicado todo abiertamente desde un principio para que así supieran lo que tenían que hacer en cada momento. Yo estaba allí un poco avergonzado, pero conforme pasó el tiempo me fuí introduciendo en la conversación ya que al principio sólo era un monólogo de ella hacia mí.

Tras unos cinco minutos hablando de ello, Rosa me sorprendió con una pregunta que me hizo ponerme rojo como un tomate:

-¿Un chico como tú con esa planta y en esta época tendrás a todas las chicas que quieras?

Al principio no supe que decir y ella comenzó a reírse de mi por lo rojo que me había puesto y lo vergonzoso que era. Yo le dije que no eran tantas que las chicas de hoy en día eran muy difíciles y que sólo querían relaciones serias sino chungo lo tenía.

Seguimos hablando sobre lo mismo un buen rato, que si estos tiempos había más libertad, que sus tiempos habían sido peores, etc. Hasta que de nuevo ella atacó con una pregunta que me dejó otra vez cao:

-¿Eres Virgen o ya te has estrenado?

Tras un breve silencio le conteste que no era virgen que hacía ya 8 años, con 16, había tenido mi primera experiencia sexual con penetración (ahora tengo 24). Ella sonrió y me dijo que había sido muy precoz. Yo ya un poco más lanzado le dije que por mes siempre procuraba mantener una o dos relaciones. Tras un tiempo hablando de mi, y yo totalmente alucinado que estaba, le pregunte que cuando había sido su primera vez a lo que ella sonriendo dijo que con 20 años y que desde que lo descubrió no puede pasar sin ello mucho tiempo. Yo no me lo podía creer estaba hablando con Rosa de sexo y no de sexo educativo como se suele decir sino de nuestras experiencias.

Seguíamos hablando de ello y yo ya tenía mi polla que me iba a estallar por lo que me apresuré en tomarme el resto de café para irme a mi casa a masturbarme pero cuando solté el vaso ella cogió la cafetera y me volvió a llenar la taza y diciéndome ahora vengo salió de la cocina. Por un lado yo ya me quería ir de allí porque estaba que iba a reventar pero por otro lado quería seguir allí hablando de esos temas con ella. Yo seguía allí sentado sin saber como colocarme mi polla para que ella no se diese cuenta que estaba tieso. Rosa llegó de nuevo a la cocina y se había cambiado de ropa colocándose una especie de bata-camisón negro de invierno que le llegaba hasta los pies. Me dijo que así estaba más cómoda y así poder sacarme más cosas mías. Yo le dije que iba a ir al baño que no podía aguantar más y que quería orinar. Así que me levanté y me fuí al baño no sólo para orinar sino también para masturbarme y asi se me bajara mi polla, no tarde ni dos minutos cuando me corrí y limpiándome salí de nuevo mucho más calmado.

Cuando llegué a la cocina Rosa estaba calentado leche y mirándome dijo:

- Venga siéntate que te enfrías y no sueltas ni prenda

Yo estaba alucinado porque seguíamos allí hablando de sexo como si fuera ella una chica de mi edad. Cuando ella me comentó que aún era bastante activa a pesar de sus años y dijo que de dos a tres a la semana caían yo me quedé completamente asombrado y tuve que quitarme hasta la chaqueta y corbata del sofocón que me recorrió el cuerpo.

Hasta ese momento no se me había pasado por la cabeza el intentar algo con ella pero fue la manera de mirarme cuando me dijo que ella aún dos o tres a la semana lo que me hizo de repente pensar en intentar algo, pero no sabía como y además tenía que estar seguro de ello porque no quería llevarme ningún palo. Así que comencé por preguntarle si esos dos o tres eran siempre con su marido, a lo cual ella riéndose me dijo que no pero que no pensara mal y mirándose las manos volvió a reírse. Yo lo entendí rápidamente y por sino me había quedado claro Rosa me dijo que Luis ya no tenía tanta fuerza como ella y que para eso tenía otras partes de su cuerpo.

Yo sonreí y comprendí que tras esa respuesta era la hora de intentarlo así que levantándome de la silla me puse de pie apoyado sobre la encimera y tras un minuto en esa postura y hablando con ella sin bajar el tono de la conversación me coloqué por detrás y cogí su cuello con mis manos al ver que ella no decía nada baje mi cabeza y le di un beso en el cuello ella se giró y tras decirme que ya era hora que había tardado mucho en decidirme se levantó y me besó en la boca. Yo me deje llevar y comencé a tocarles sus tetas y el culo mientras que ella seguía jugando con mi lengua.

Note como su mano se deslizó hasta mi polla y tras manosearla con la palma de su mano por el pantalón dejó de besarme y mirándome como una posesa a la vez que intentaba quitarme la correa y el botón del pantalón me decía valiente juguetito me pareces que tienes. Al desabrocharme todo y bajarme los slips mi polla salió como un resorte y ella dijo joder que polla y sin más se agachó y comenzó a lamérmela. Yo estaba totalmente extasiado, las chupadas que tantas veces había imaginado yo en mis fantasías estaba sucediendo en realidad. Ella seguía allí chupando, para dentro y para fuera era tanto mi placer que estaba ya a punto de correrme por lo que se lo dije y ella me dijo que me corriera que quería tener luego mi polla un buen rato dentro suya. Yo tras escuchar esto me corrí dentro de su boca, ella dejaba escapar mi semen a través de los laterales de su boca mientras que con sus ojos me miraba, cuando terminé de correrme ella se la sacó de la boca y tras limpiarme bien la polla con su boca me sentó en una de las banquetas de la cocina y se fue al fregadero para limpiarse la boca.

Yo estaba totalmente extasiado, ella se giró hacia mi y tirando hacia arriba de la bata-camisón que llevaba se la quitó quedándose ante mi en bragas y sujetador negro, ese que yo había visto anteriormente en el coche. Se desabrochó el sujetador y le cayeron dos enormes melones, ya no estaban tan bien puestos como cuando iba vestida pero al natural aún me ponían más cachondo que cuando me los imaginaba, puesto que como ya he dicho eran enormes (como pude comprobar mas tarde una 105 de sujetador) con unas aureolas y pezones negros y puntiagudos. Al verla así le dije que se quedara quieta un momento que quería observarla con detenimiento y ella ni corta ni perezosa me dijo que de eso nada que ahora yo la tenía que hacer disfrutar como ella me había echo a mí. Cogiéndome de la mano y tirando de mi me llevó hasta su cuarto donde se tumbó en la cama. Allí yo me tire encima de ella y tras besarla un rato comencé a deslizar mi cabeza hacia abajo chupándole sus tetas a la vez que le comía los pezones totalmente duros. Ella gemía, así que con una mano le toque las bragas por la parte del coño y estaban totalmente húmedas por lo que se las quite. Quedando ante mi un coño totalmente pelado sólo con un manojillo de pelos en mitad de su pubis y además rubio.

Yo tras esto agache la cabeza y comencé a comerle el coño, por sus palabras y gestos pude notar como hacia tiempo que nadie se lo había comido así, tras correrse dos veces ella misma me levantó la cabeza y tras ver y tocarme como estaba mi polla decidió que hiciésemos un 69, tras correrse de nuevo y lograr que mi polla se levantará de nuevo, y tumbado en la cama como estaba se colocó de espaldas a mi y comenzó a introducirse mi polla en su coño. Al principio le costó un poco entrar ya que fue con cuidado, estaba un poco asustada, por las dimensiones de mi polla, pero pronto fue engullida por su coño y comenzó a cabalgar como una posesa encima mía. Cuando se cansó se giró y ahora frente a mi volvió de nuevo a cabalgar sobre mi polla, esta vez yo veía como sus grandes tetas bailaban al son de su galopada y aunque intentaba parárselas con las manos no podía ya que estaba como una loca y sólo lograba pellizcarle los pezones así se volvió a correr. Sin darle respiro la tumbe en la cama y comencé a follármela, tanto ella como yo estábamos totalmente desinhibidos yo ya no podía más y le dije que me corría ella reaccionó en ese momento y me dijo que me la follara por el culo. Yo le conteste que nunca lo había hecho, ella se alegró y me dijo pues deja que tu puta te desvirge.

Yo estaba alucinado, por ser la primera vez ella me dijo que me tumbara en la cama y tras echarme y echarse ella una especie de líquido-aceite que saco de su armario comenzó a introducirse mi polla por su culo aquello costaba pero fue rápido. Al principio la cara de Rosa era de dolor pero ella no paraba ni un momento de introducírsela un poco más hasta que fue totalmente tragada por su culo. Cuando estuvo completamente dentro ella se quedó un rato parada (según me dijo era para que su culo dilatara y se acostumbrara a mi polla). Empezó a moverse con lentos movimientos que cada vez se fueron convirtiendo en más rápidos conforme aquello iba cediendo, hasta que follabamos como si aquello fuera su coño. Tras su primera corrida yo note como los músculos de su culo a la vez que ella se corría aprisionaban mi polla con espasmos, yo ya no podía aguantar más y tras advertirle ella siguió moviéndose y comencé a correrme ya estaba casi listo cuando ella empezó a correrse también y fue tan raro aquella sensación de que mientras me corría algo estrangulara de vez en cuando mi polla que me active de tal manera que fue la corrida más larga y gustosa de mi vida. Ella al ver lo bien que me lo estaba pasando siguió hasta que notó que mi polla se vino abajo.

Nos tumbamos el uno al lado del otro sin decirnos nada, estuvimos como media hora los dos desnudos encima de la cama. Yo de vez en cuando la miraba y la veía completamente extasiada con mi semen saliéndole del culo y me reía y le tocaba una teta de vez en cuando a modo de cosquillas. Yo no sabía como se tenía que terminar aquello pero fue ella la que tras descansar me dijo que si me quería duchar que ella lo iba a hacer. Nos duchamos los dos juntos y mientras nos duchamos estuvimos hablando de mi admiración hacia ella y de las pajas que me había hecho a consta suya. Ella me dijo que cuando yo tendría unos 20 años tuvo un sueño erótico conmigo en él cual yo me la follaba y que muchas veces cuando ella se masturbaba pensaba en ese sueño y que ya había intentado varias veces acercarse a mí. Tras esas palabras nos dimos un buen beso y comenzamos otra vez pero esta vez en la ducha y sólo tras lograr ponérmela tiesa de nuevo me dijo que me la follará sólo por el culo para que así aprendiera bien para darle placer, yo seguí su consejo y tras apollarse en la pared y colocándome su culo en pompas estuve al menos 15 minutos sacudiéndola por detrás.

Tras esto nos terminamos de duchar y cuando salí de su casa eran las 9 de la noche. Había estado allí desde las 5 y media. No sin antes decirnos que tendríamos que repetir la experiencia de nuevo y quedamos que ella me llamaría cuando estuviese disponible, eso sucedió días más tardes (30 de diciembre) cuando ella se presentó en la nave donde yo tengo el negocio a la hora de la salida y en la oficina no lo montamos. Ha habido una tercera vez que si esta historia me parecía maravillosa la que sucedió el 6 de Enero día de Reyes es espectacular, si es verdad que estos relatos se publican no dudaré en haceros participe de ella.

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