La niña preciosa de la universidad 3

Llevaba ya varios días con Stefany, desde que comenzó mi relación con ella nos vimos envueltos en encuentros sexuales intensos, con la “variabilidad” de que no llegamos al contacto genital pleno. Pues Stefany era aún virgen y quería que el momento de hacerlo sea especial, ya que los dos acercamientos más intensos fueron, uno al calor del alcohol y el otro en plena universidad.
Luego de ese encuentro, precisamente en la universidad, ella me había dejado en claro que le estaba por venir la regla y al día siguiente ocurrió. Lo interesante era que me prometió que ni bien saldría de esos “días difíciles” iba a llegar el momento de por fin ser mía.
Como Stefany me dejó en claro que la iniciativa debía ser mía en cuanto al lugar y los detalles de su “primera vez”, aproveché esos días que restaban en planificar.
Hace algún tiempo tuve una relación con una mujer mayor que yo con más de 15 años, con quien tuve una vivencia cargada de emociones en todo aspecto, especialmente en lo sexual. Aventura que contaré en futuros relatos. De esa relación me quedó el antecedente de haber ido a uno de los mejores moteles de la ciudad, uno que tenía habitaciones de tres categorías y con excelente ambiente. Decidí que ahí tendría Stefany su primera vez, en un ambiente romántico.
Arreglé con el encargado que prepare para ese día una de las camas en forma de corazón con pétalos de flores encima; tal vez algo trillado, pero que no deja de tener su encanto. Elegí una habitación normal, pues la económica no tenía muchas comodidades y la V.I.P. se salía de mi presupuesto.
Para mi felicidad Stefany no tenía muchos malestares en los días de menstruación, de manera que continuábamos calentándonos en ellos. Solamente unos dolorcitos leves cuando acariciaba sus senos, pero siempre encendiéndonos mientras llegaba el momento “decisivo”.
Stefany me comentaba que estaba feliz de que haya llegado a su vida y de que sea conmigo con quien pierda la virginidad, que de apoco me estaba metiendo más y más en su corazón.
Confieso que me estaba enamorando de mucho tiempo y me emocionaba la idea de tener a Stefany y de que sea yo quien la haga mujer.
La noche antes de que pase, por poco y nos adelantamos en su casa. Pues fui a “estudiar” con ella, nos dejaron solos y de un rato a otro estábamos besándonos apasionadamente. Stefany me empezó a tocar el pene por encima del pantalón hasta que se puso durísimo. Con delicadeza por los días “difíciles” le acaricié los senos y le decía:
-“¿Será que voy a poder tomar mi lechecita?”.
-“Mmmmm, tal vez, pero si te portas bien”.-Me respondió Stefany-.
De pronto me hizo poner mi cabeza en sus muslos, se suspendió la chompa que llevaba puesta y, vaya sorpresa; Stefany llevaba un brassier que se abrochaba por delante. Que genialidad, se hizo más fácil todo. Se Lo desabroché liberando sus senos y empecé a chupárselos uno por uno delicadamente. Primero pasaba mis labios envolviendo su lindo pezoncito rosado, luego lo lamía y otra vez lo metía a mi boca; luego pasaba mi lengua por su areola y empezaba a meter todo su seno en mi boca, hasta donde entre y no le lastime.
Vaya, estaba tan excitante, y podía ver en Stefany la cara de excitación y placer que le daba que le chupe las tetas.
-“Que rico mi amor, me re-contra excitas”. –Me dijo-.
De repente con su mano, me desabrochó la cremallera y metió su mano encontrando mi pene erecto; empezó a sobarlo y lo dejó libre; sí, sacó mi pene que salía por la abertura del cierre abierto.
No se cómo, pero me incorporé, miré a los ojos de Stefany, la hice acostar en el sillón y le empecé a “punzar” con mi pene libre sobre la licra negra que tenía puesta. Pucha que estaba excitante, sentir que solo el grosor de esas prendas me separaban de su deliciosa vagina virginal. Le seguí comiendo las tetas, de pronto metí mi mano dentro de la licra pretendiendo tocar su húmedo agujero, cuando sentí el borde de una toalla higiénica, no se por qué pero quité mi mano; Stefany se dio cuenta:
-“Ey, ya no tengo la regla, hoy me bajó lo último”.
-“Perdona mi amor, es que creí que te incomodarías”.-Le contesté-.
Tuve suerte de haberme detenido ahí, porque en ese mismo momento llegó inesperadamente su hermana. No se cómo pero entró rapidísimo como sospechando algo. Por fortuna nosotros fuimos más rápidos para incorporarnos. Stefany se fue en un santiamén al baño y yo me arreglé la camisa.
-“Hola, ¿estudiando?”. –Me saludó al entrar su hermana.
-“Si, Stefany entró un rato al baño”.-Le contesté-.
-“Aaaaa, justo cuando llego. Que raro”.- Dijo en tono de sospecha.
Su hermana estaba un poco más linda que ella, era un poco mayor y lucía “más mujer” por eso. AL principio le caí muy mal y no lo podía disimular, pero con el tiempo me la fui ganando hasta que pasó algo re – contra inesperado, algo de lo que me arrepiento por Stefany, pero que debo confesar abiertamente, fue deliciosísimo. Historia que también contaré luego.
-“Lourdes, ¿habías estado ya?”.-Entró diciendo Stefany, hecha a la loca.
-“Tengo trabajo hermanita, pero continúen, no los interrumpiré en sus es – tu – di – os”.-Respondió su hermana.
Obviamente Lourdes se dio cuenta de todo, pues no nos percatamos que el forro del sillón estaba desacomodado y hasta creo que con alguna mancha de humedad. Bueno, el hecho es que se quedó ahí hasta la hora de irme. Ya en la puerta, a la que me acompañó Stefany me dijo.
-“Mi amor, ya no resisto, quiero que mañana después de clases sea el día”.
-“Mi vida, será como quieras. Verás la sorpresa que te tengo”.-Le respondí antes de besarla de despedida-.
-“Yo también mi amor, te tengo una sorpresa”.-Me dijo luego del beso antes que empiece a irme.
Vaya, mil cosas habían en mi cabeza. Mientras me iba a casa pensaba solamente en Stefany y en lo que iba a pasar al día siguiente. Me entré a un punto de llamadas, llamé al encargado del motel y le confirmé mi reserva para el día siguiente a las 8 P.M.
Esa noche casi no dormí, estaba emocionado y a media noche le llamé a Stefany. Ella me dijo que también estaba algo ansiosa; pero feliz, y que estaba segura de que había decidido bien.
Al día siguiente, tenía clases temprano. Luego volví a medio día a casa a hacer un trabajo; me duché, me puse mis calzoncillos licra más sexys, mi mejor colonia, y me fui a recoger a Stefany.
Ella salió a las 19:00, tardó un poco, pero me pareció un siglo. En ese lapso, se me acercó un compañero, Germán es su nombre:
-“Hermano, la Tefy ya va salir, se la ve bien emocionada. La traes loquita, ¿verdad?”.
-“Eso intento viejito, jejejejeje”.-Le respondí.
Luego salió ella, y vaya, sería por la emoción y la ansiedad. La veía más linda que siempre. Estaba con el cabello suelto, blusa, pantalón de tela negro, zapatos de taco alfiler y una chamarra negra. En si lucía muy linda con sus lentes de niña estudiosa.
Se acercó a mí y me dio un beso en la boca:
-“Hola mi cielo, mi vida. ¿Cómo estás?, ¿me tardé mucho?”.
-“No muñequita mía. Pero valió la pena la corta espera, te ves preciosa”.-Le contesté-.
Le tomé de la mano y fuimos hacia la puerta. En el camino estaban algunos amigos, los saludamos y luego de despedirnos estábamos en la calle. Tomamos un taxi. Y nos dirigimos al lugar reservado para la ocasión.
En el trayecto Stefany apoyó su cabeza en mi hombro y me dio su mano. No nos dijimos nada hasta llegar al lugar.
Una vez en la puerta, le dije:
-“Mi amor, esta es tu sorpresa. Un lugar digno de la reina de mi corazón. Adelante”.
Abrí la puerta y Stefany entró. Encendí la luz y su cara se llenó de alegría y emoción.
-“Mi vida, es lindo. Gracias, te amo”.
El lugar estaba genial, una cama en forma de corazones, pétalos de rosas encima. Un aroma delicioso. Baño con yacusi. Música ambiental, un frigo con refrescos, tragos, chocolates.
Stefany me dijo:
-“Amor acóstate en la cama, que me toca darte tu sorpresa”.
Me metí en la cama, puse música suave y saqué dos refrescos. Bueno lo clásico es hacerlo con champaña, pero no quería que esa noche haya ni lo mínimo de alcohol en esa experiencia maravillosa.
Luego de un rato salió Stefany y vaya… Estaba con un juego de lencería lindísimo de color azul eléctrico. Encima un “baby doll” que le hacían resaltar sus lindos senos y la ponían muy sensual, unos ligueros con medias a la rodilla espectaculares. No se de cómo pero se dejó los lentes y los zapatos de tacos altos. Estaba divina, preciosa, hermosa, deseable. Caminó sensualmente hasta el borde de la cama, se subió en ella y empezó a bailar.
Yo estaba como hipnotizado, y no sabía cómo empezar. Stefany, colocó un memory flash en el aparato de música y tocó un tema que había ensayado para bailarlo.
Empezó a bailar y a moverse alucinantemente. Y fue ahí que me di cuenta que su lencería tenía unos guatitos que amarraban unas aberturas en los dos pezones y en su vagina. Vaya detalle, era cuestión de desatarlos y se podía acceder a sus deliciosos atributos.
Mientras Stefany bailaba, sólo atiné a bajarme el pantalón y quedar con el calzoncillo y una malla encima. Me incorporé, me paré en la cama y le dije a Stefany que me usara como tubo para su baile. Fue una buena idea y se empezó a mover alrededor mío simulando que era un poste frotándome a cada rato sus senos, su entrepierna y vaya… nos empezamos a excitar.
Stefany, luego de que acabó la canción se tendió en la cama y me dijo que me tocaba bailarle.
Así lo hice, me empecé a mover y aunque solo tenía la malla y el calzoncillo, lo hice bien hasta quedar totalmente desnudo y con mi erección al aire, la que no pude evitar.
Cuando dejé de moverme, Stefany se levantó y los dos parados sobre la cama, empezamos a besarnos. Stefany de pronto se dio la vuelta, apoyó su espalda contra mí, se hizo a un lado el cabello y empecé a besarle el cuello. Puse mis manos en su abdomen y empecé a subirlas por su cintura, su costilla y por fin… llegué a sus senos, se los toqué sobre la fina tela de encaje y desabrochando los guatos de las aberturas de los pezones, se los liberé y los empecé a acariciar.
Stefany se encendió a mil con los besos en su cuello, la acariciada en sus senos y pues a esas alturas tenía frotándome el pene erecto con una de sus manos.
Dejé una de mis manos libre de acariciarle un seno y descendí hasta su entrepierna. Desabroché el guato de la lencería en la entrada de su vagina y pude sentir su humedad.
De pronto Stefany cayó de rodillas en la cama, y yo detrás de ella. Inmediatamente se dio la vuelta y se recostó de espaldas. Ahí tuve una imagen que me llevaré a la tumba de ella. Estaba fantástica, son los zapatos de tacos puestos, bella y con una expresión de hembra en celo lista para entregarse a su macho.
Me le fui encima, la empecé a besar apasionadamente, luego bajé mi cabeza hasta sus pezones y se los empecé a chupar por las aberturitas. Stefany me dijo que le libere de una vez de ese brassier, pues el baby doll se lo quitó en el baile. Para mi fortuna ese brassier tenía el broche adelante también y al fin, liberé sus lindas tetas, que a mi parecer estaban más lindas que antes. Obviamente era la excitación, pero tenía esa impresión; aparte que el perfume que se puso era realmente delicioso.
Poco a poco le besé los senos centímetro a centímetro, les pasé la lengua y se los mordisqueé despacito. Eso la estaba encendiendo más y más. De ahí me deslicé por todo su cuerpo, besándole el abdomen hasta llegar a su tanga. Antes que me diga nada por la aberturita que dejaron los guatos empecé a lamerle el clítoris y sus húmedos labios vaginales. Stefany enloqueció, me tomó de la cabeza y se retorció de placer con cada pasada. Ahí la oí gemir locamente y pues terminó mojando totalmente la tanga y para qué decir, me tomé buena cantidad de sus jugos.
Cuando Stefany alcanzó su tercer orgasmo, me puso de espaldas y se subió.
-“Amor mío, me toca”.-Me dijo.
Empezó a besarme todo el cuerpo y empezó a chuparme el pene con la maestría de antes. Me hizo tener unas sensaciones alucinantes pero le dije:
-“Amor, no quiero esta vez terminar antes de sentir por primera vez tu vagina, quiero tener toda mi potencia para ese momento”.
-“Está bien amor, pero por favor no me hagas doler mucho”.-Me dijo-.
-“Confía en mí mi vida, no te va doler”.-Le contesté.
Ahí volvimos a cambiar de posición Stefany se puso de espaldas en la cama, le desabroché el liguero, le quité la tanga y me acomodé entre sus piernas.
-“Mi amor, confío tanto en ti, que quiero que me lo hagas sin condón. Además como sabes no estoy en días de riesgo. Por favor hazlo despacio que tengo un poquito de miedo”.-Dijo Stefany.
Bueno, solo atiné a decirle una vez más que confíe en mí y no tenga miedo. Me acerqué a sus labios y la empecé a besar. De pronto acerqué mi glande a la entrada de su vagina húmeda y pues ya era cuestión de empujar despacio.
-“Mi amor, dobla un poco las rodillas, será más fácil”. –Le dije.
Stefany así lo hizo, flexionó sus rodillas, yo la volví a besar y despacio empecé a introducir mi erección en su virginidad, entró la punta entera y ella un poquito se retorció, pero me siguió besando; seguí empujando, y sentía que me remangaba bien su estrecha vagina. De pronto, Stefany dio un pequeño grito de placer y dolor como señal de que la había desvirgado por completo. Se sentía riquísimo estar dentro de ella, su vagina estaba calientita y estrechita.
-“Amor, estás bien”. –Le dije-.
-“Si mi vida, no te detengas ahora por favor”- Me respondió con un tono de éxtasis.
De a poco saqué mi pene y lo miré. Evidentemente estaba con sangre por la desvirgada de Stefany, pero no me hice de problemas y empecé a “bombearla”, primero de a poco y luego más rápidamente. Los que han experimentado con una virgen, deben saber que es un gustito aparte. La expresión de Stefany convirtiéndose en mujer era algo sin igual, de pronto tuvo su primer orgasmo por penetración de su vida.
-“Amor lo tengo, lo tengo….”- Gritaba envuelta en éxtasis.
No se, pero sentí como su vagina apretaba rítmicamente mi pene en su orgasmo.
-“Vamos, dame tu leche, eyacula mis entrañas, mójame hasta el fondo”.. –Gritó ella presa de la excitación-.
No pude aguantar más y sentí mi pene estallar, si, sentí que eyaculé un chorro enorme primero, seguido de otros varios bien cargados. Llené la vagina virgen de Stefany con mi semen a cantidades. Ambos empapados en sudor, con la sonrisa en la cara nos abrazamos y recuerdo sus palabras:
-“Amor, por lo que ha pasado, siempre serás mi hombre, esta sangre que salió de mí es nuestro pacto no lo olvides”… Luego me besó los labios.
Cogimos papel del baño, limpiamos algunas manchitas de su sangre en las sábanas y nos metimos al yacusi.
Luego de que nos bañamos, la volví a hacer mía en posición de perrito, la cual disfrutamos al extremo otra vez.
Al salir del motel, que me costó buena plata, la cual valió la pena, Stefany estaba contenta y se sentía más mía que nunca y pues amigos yo también la sentía muy mía y estaba feliz por ello.
Esa noche me llamó a media noche y me decía que mi semen se seguía saliendo de su vagina, y que temía manchar su ropa.
Simplemente le dije que era la primera vez, que ya se acostumbraría, porque pensaba hacerle eso muchas veces más.
-“Más vale que así sea. Te amo”. –Respondió y colgó.
Me dormí muy feliz por la dicha que tuve de vivir esa experiencia. Luego con Stefany nos volvimos muy activos sexualmente, pues la juventud y energía para disfrutar en pleno de las delicias de la vida hay que aprovecharlas al máximo :)
Pronto les contaré cómo me convertí en el primer hombre de Stefany en hacerle sexo anal también. Tomó un tiempo pero igualmente fue divino… Y la aventurita que tuve con su hermana mientras ella viajó, algo de lo que no me siento orgulloso, pero que tuvo un sabor exquisito. Esas se las quedo debiendo…