Cuando mi mujer falleció, casi de inmediato sus hijas las que ayudé a criar, tal como si fuera su padre. El mismo día del funeral, y entierro de la difunta, desaparecieron. No porque estuvieran bravas, o molestas conmigo. Sencillamente como había que pagar parte de los servicios funerarios, no volví a saber nada de ellas. Hasta que una de las nietas de mi mujer, pasó por mi casa, en ese momento pensé que su visita se debía a un genuino interés familiar.
Relato
Pero al poco rato, por la conversación que trajo, sobre la propiedad de la casa, y el dinero que yo tengo en el banco, me di cuenta de que lo que realmente la movía, era su genuino interés por mi dinero. No es que yo sea millonario, ni mucho menos, pero si tengo mi dinero muy bien invertido. La cara que puso cuando le dije que en lo único que yo gastaba parte de mi fortuna, era en mujeres. Honradamente cuando le dije eso, pensé que no la volvería a ver, por lo menos durante un buen tiempo. Pero me equivoqué, ya que como a la semana, sin avisarme, se presentó a mi casa, y como desde que la difunta vivía, ella tenía llave de nuestra casa. Entró procurando no hacer ruido, por lo que me encontró acostado aun en la cama. Yo desde hace muchos años, más de los que quisiera recordar, acostumbro a dormir sin ropa. Cosa que toda la familia lo sabe, ya que en ocasiones era tema de discusión entre la difunta y yo, primero frente a sus hijas, y posteriormente también frente a sus nietas, y nietos. Así que cuando me desperté esa mañana y me encuentro con la nieta de mi mujer, la verdad es que me sorprendí. No tanto por su presencia, sino más bien por el hecho de que estuviera de pie al lado de mi cama, completamente desnuda. Al principio, hasta pensé que estaba soñando, pero cuando Angélica, comenzó a meterse en mi cama, me di cuenta de que, yo estaba más que despierto, y no estaba soñando nada. Pensé en preguntarle qué era lo que estaba haciendo, pero la verdad es que no soy idiota. Y nada más de ver en su cara, la sonrisa de puta que tenía, supe cuál era su intención. Así que sin hacerme de rogar, y sumamente contento le pedí que se acostase a mi lado. Y apenas lo hizo, nos comenzamos a besar, hasta esos momentos, siempre había visto a Angélica, como una nieta, pero al ver su joven cuerpo, completamente desnudo, metiéndose a mi cama. En lugar de seguir viéndola como mi nieta, la vi como lo que realmente es. Por lo que de estar besándonos, en cosa de pocos minutos, ya me encontraba yo montado sobre su joven cuerpo, penetrando con mi verga, su caliente y húmedo coño. A medida que ella, no paraba de decirme lo sabrosa que era mi verga. Desde antes del fallecimiento de mi mujer, ya no teníamos sexo, por lo que en cosa de breves minutos, la verdad es que me vine. Pero estaba tan y tan excitado, que cuando Angélica regresó a la cama después de lavar su coño, no dudé ni por un instante, en ponerme a mamárselo. Por lo que al poco rato, hice que ella disfrutase de un lujurioso orgasmo, y nuevamente me encontrase en condiciones de volverla a penetrar. Cosa que ella seguramente no se esperaba. Ya que la cara de sorpresa que puso, cuando le dije que se lo quería volver a meter, hasta me causó gracia. Esa mañana, quizás mi nieta pensó que después de ese polvo, yo me daría por satisfecho. Pero se equivocó. Si bien es cierto, que llevaba cierto tiempo sin acostarme con una mujer, también es cierto que desde que a mi mujer, su abuela le dio por querer ser una Santa, yo me las arreglé visitando a una que otra de sus amigas. Incluso en ocasiones hasta dos o tres veces por semana, por lo menos hasta que cuando ella se enteró, ya que de la rabia que le dio, sufrió un ataque al corazón. Pero cuando Angélica, se presentó. Ya estaba yo contemplando, volver a mis andadas. Con lo que no contaba era, que mi nieta fuera tan buena puta, ya que además de disfrutar placenteramente de acostarme con ella, también me ha dado unas cuantas buenas mamadas, sin contar lo bien que sabe mover su culo, cuando le doy por él.
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 310685 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:17) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:49) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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