Una señora viaja a un lugar de bellos paisajes, vuelve maravillada y quiere escribir una novela sobre el lugar y sus vivencias. Ella es enfermera y no sabe cómo comenzar la tarea de escribir,es por ello que busca a través de las redes sociales un profesor que le enseñé. Lo contacta y bueno uds lean lo que sucede ...
Relato
Eliza es enfermera desde hace 20,. y hace 26 que está casada con Wilson , tienen dos hijas , una de 20 y otra de 14. Con su marido la rutina les apagó el fuego de su vida sexual, solo de vez en cuando y como por compromiso. Por ello y muchas cosas más, fue que Eliza se fue de vacaciones a Punta de los cisnes un hermoso balneario, para despejar su cabeza, para retomar las energías. volvío maravillada por las sensaciones obtenidas y decidió que debía escribir una novela sobre este paseo aventura. Debía buscar ayuda y para ello recurrió a las redes sociales, encontró un perfil maravilloso, un profesor muchas veces premiado por sus obras y además le encantaba realizar talleres individuales para principiantes. Se contactó con él y después de explicar su proyecto quedaron de encontrarse en la casa del maestro.
Los días previos estuvo muy nerviosa, ansiosa, por su nuevos proyectos. Al fin llegó el día y fue hasta la casa del maestro que vivía a las afueras de la ciudad.
Cuando entró a la casa , creyó entrar a un templo literario, bibliotecas llenas de colecciones de libros, cuadros alusivos , y un aroma especial , el de los escritores.
Eliza es una mujer de altura baja, pero con una gran sonrisa y unos grandes senos que parecen de otro cuerpo.
Ella fue con una ajustada blusa de algodón blanco, y una pollera corta, de tacos altos para elevar su estatura. En seguida se dío cuenta que los ojos del maestro, un hombre que andaría en los 60 y pico de años, se fueron a su busto. Esto la alertó, pero sintió una sensación linda en su entrepiernas, se preguntó si se había excitado un poquito. Si así fue porque se sintió humeda.
El maestro muy amablemente la invito a subir a su escritorio, era un recinto especial, con una gran ventana, que le daba una luminosidad especial, un gran sillón de cuero marrón y un escritorio empotrado en otra gran biblioteca.
Ella comenzó a explicarle su proyecto, pero veía, que le maestro la escuchaba sin quitar sus ojos de sus pechos, que buscaba introducir su vista por ese canal que se insinuaba en la blusa. Se sintió muy halagada y más húmeda, hincho sus pechos y cruzó las piernas para que pudiera observar sus muslos, que sabía estaban bien formados. Observó su pantalón de mezclilla gris, que se levantaba en la bragueta y se sintió más mojada, se sabía deseada, cuánto tiempo hacía que no sentía está sensacion.
El maestro se acercó y sin más trámites la abrazo y acercó su rostro barbado a los labios de la alumna, está no se retiró , alzó más los senos, y sintió al unisono como la besaba y le acariciaba los senos por encima de la blusa.
Ella sintió que se desataron todos los volcanes apagados, se dejó llevar, y sintió que se mojaba toda, el hombre suavemente descorrió la blusa y dejó al aire sus portentoso senos, que al ser acariciados estaban más grandes y los pezones parecían reventar. Luego sintió la mano en su entrepierna corriendo sus diminutas bragas, y que los dedos se introducían en su cueva empapada, y gimió, de placer.
Retribuyó los besos de lengua, y con su mano fue en busca del falo del maestro, y vaya sorpresa era muy grueso y estaba muy duro, parecía un gran mástil, ahí su placer aumento, y lo comenzó a acariciar desde el tronco hasta la glande, mientras disfrutaba los besos que le daba el maestro a sus grandes tetas. Le quitó las bragas y le besó la vagina, luego con sus labios apretó el clitoris, ella sintió que se corría en un orgasmo diferente, y explotó con el mástil duro entre sus manos. Sintió una sensación exquisita pero quería más, y tuvo más, el la recosto en brazo del sillón con las nalgas hacia atras y con la punta de aquel grueso falo, le acaricio la rajadura del ano, y luego bajaba hasta la entrada de su cueva hierviente y mojada, sabe que en algún momento le pidió , enterrala, enterrla, , el maestro la calentó un poco más, le sobó bien los pechos erguidos y duros, y entonces empujo aquel pijo en la cueva , sintió su grosor, pero gozo y a las primeros enviones se corrió en un gran orgasmos, dejando miles de gemidos como luces de colores por el escritorio, el maestro continúo con su obra y ahora la penetró por el ano, hacia mucho tiempo que no se lo hacían, así que tuvo un poco de dolor, pero aguanto, el maestro lo hizo suave, y lento, cuando la sintió lubricada, se lo enterró y ella gritó de felicidad, y otra vez se corrió. Quiso que el se corriera , movío las caderas, pero el la cambió de posición y el puso el mástil cerca de su boca, ella que se sabía experta en chupar penes, pensó ahora es mío. y comenzó a lamer desde los testiculos hasta el prepucio, y así sentía que el maestro se comenzó a estremecer, luego se la puso toda adentro de su boca, y chupo, suave, luego más fuerte, la sentía palpitar dentro de su boca, es mio pensó. pero el maestro dispuso cambiar la posición, le colocó el mástil entre las tetas, y ella empezó a pajearlo, y ahora si sintió que se venía, se calentó de nuevo, estaba muy mojada, cuando subía el mastil le lamía la cabeza, el maestro gemía de placer, y ella también, al fin explotó fue un surtidor que le llegó hasta los ojos, ella también se corrió , y las últimas gotas se las trago , porque quiso besar ese mástil nuevamente.
Luego se recostaron sobre el sillón de cuero marrón, el maestro le dijo muy quedó esta es la introducción en la próxima comenzamos con la clase.
Una quinceañera caliente, logra lo que tanto ansía: descubrir que el sexo va mas allá de meterse tímidamente un dedito. Su portero le dará una dulce lección.
Relato erótico enviado por euterpe el 11 de October de 2004 a las 10:03:00 - Relato porno leído 196021 veces