Yo me encontraba en una fiesta, acompañando a mi esposo. Pero como él era el organizador, y debía estar más temprano, se fue en su coche. Yo como tenía que pasar por la peluquería, y después ir a casa a cambiarme de ropa, me fui más tarde en el mío.
Relato
Realmente la fiesta, al igual que todas las fiestas que organiza Eusebio. Quedó muy buena, yo me divertí mucho, quizás porque también bebí mucho. Pero antes de que finalizara la fiesta, me fui despidiendo de todos, y le dije a mi esposo que lo esperaba en casa. Así que arranqué, pero cuando ya iba de camino, comencé a escuchar un ruido, que para mí provenía del motor. Aunque no vi ninguna señal encenderse, por precaución decidí detenerme, en el primer lugar que me pareciera lo suficientemente seguro. Y de ahí llamar a Eusebio. Realmente no tuve que rodar mucho, ya que al poco rato vi un grupo de camiones estacionados a un lado de la carretera. Así que tras detener y apagar mi coche, me bajé. Para pedirles ayuda, rápidamente varios de ellos, se acercaron al coche, y tras yo explicarles el raro ruido que escuchaba, de manera muy diligente, me pidieron que los dejase ver el motor, y que encendiera el coche. En cosa de pocos segundos, uno de ellos me mostró, un vaso desechable, que al parecer, y no sé cómo llegó al abanico del radiador. El ruido desapareció, como por arte de magia, por lo que yo estaba tan contenta, que de momento sin pensarlo, les dije. Pídanme lo que quieran, me han quitado un gran peso de encima, yo hasta pensé que había fundido el motor, o algo peor. Uno de ellos, que me dijo amablemente. Hay señora deje eso, si solo fue una tontería, que cualquiera se hubiera dado cuenta. Pero quizás por lo mucho que yo había bebido, me sentí extremadamente generosa, pero al ver como que no me hacían caso insistí, y les dije. Pídanme lo que ustedes quieran, que les juro que se los doy. Tres o cuatro de ellos, hablaron entre sí, y fue cuando el más viejo, sonriéndose me dijo. Señora ya que usted insiste tanto, déjenos que le demos, una buena cogida. Yo me quedé, como tonta, no podía creer lo que terminaba de escuchar. El tipo que me dijo eso, regresó al grupo, riéndose. Y hasta me pareció escucharlo decir. A esta no le van a quedar más ganas, de seguir insistiendo. Ya ellos habían comenzado a dirigirse a sus camiones, cuando no sé qué, me impulsó decirle al grupo. Si eso es lo que me piden, con gusto lo hago. Todos se detuvieron de golpe, y se me quedaron viendo, como si no creyesen lo que terminaban de escuchar. Al mismo tiempo, me levanté la falda, y frente a todos ellos, me baje las bragas, mostrándoles por completo, mi ya desnudo coño. Preguntándoles, a ver quién va ser el primero. Yo en principio había contado más o menos unos cinco, o seis tipos. Pero al terminar de decir eso, no sé de donde aparecieron más. El que me dijo, que lo que ellos deseaban era cogerme, fue el primero en acercárseme, y preguntarme. Y donde lo hacemos, yo que de momento me sentí sumamente súper excitada, lo primero que se me ocurrió decirle fue. Pues donde va ser, aquí mismo. Así que entre los camiones, y mi auto, me puse de espaldas a él, me incliné ligeramente, mostrándole mis nalgas, ya a los pocos segundos, comencé a sentir como el tipo ese, comenzó a penetrarme, ante la atenta mirada de los demás. Y a medida que él metía y sacaba todo su miembro de mi peludo coño, yo comencé a menear mis caderas, restregándolas contra su cuerpo. En esos momentos, otro de los camioneros se paró frente a mí, sacando su verga del pantalón. Por lo que de inmediato me dediqué a mamársela, hasta que lo hice que se viniera. Su compañero, justo en el momento en que comencé a disfrutar de un loco orgasmo, él también se vino. Y casi de inmediato sacó su verga de mi coño. Yo me sentía de lo más contenta, cuando otros camioneros se me acercaron, uno de ellos trayendo un galón de agua, para que yo me limpiara el coño. Cosa que hice, sinvergüenza alguna frente a ellos. Yo no podía creer, lo que estaba haciendo, pero como lo estaba disfrutando tanto, ni tan siquiera por un segundo, pensé en Eusebio. Bueno, así me fueron penetrando, uno a uno, incluso par de ellos, me dieron hasta por el culo.
Al terminar, no sé si fue por todo el sexo que tuve, o por qué. Pero gran parte de la borrachera que cargaba, ya se me había ido. Así que me monté en mi coche, y seguí para casa. Al llegar, me encontré que ya Eusebio, había llegado, pero como se había acostado, lo que hice fue, quitarme la ropa, y darme una buena ducha. Para luego acostarme, procurando no despertarlo. Al día siguiente cuando mi esposo me preguntó que me había pasado, lo único que se me ocurrió decirle, fue. Es que salí tan cansada de la fiesta, que cuando venía manejando, me dio sueño. Y para no tener un accidente, decidí estacionarme, donde paran los camioneros, para dormir un poco dentro del auto. A Eusebio, eso le bastó.
Hola saludos mi nombre es joselyn,
Tengo 43 anos ,
vivo en el DF,Mi marido es pablo tiene 52
anos ,Tenemos un hijo de 18 anos ,
Relato erótico enviado por Andytorres el 08 de December de 2015 a las 21:47:15 - Relato porno leído 147210 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:00) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:31) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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