La puta amante de mi jefe, de mujer tímida a perra caliente

Me apretó las tetas y me dijo esto no puede ser, soy casado, pero nos fuimos y me besó con lengua hasta me agarró el poto y me dijo hasta mañana. Al otro día me llevó a su oficina y me manoseo y me decía ahora cumpliremos de a poco tu sueño, para mi fue rico y excitante, me comencé a convertir en la puta profesora de mi jefe directo.

Empezamos a juntarnos fuera, en cualquier lugar donde hubiese cama, me abría las piernas y me comía mi clítoris como loco y me metía dedos, yo pedía que me lo meta y me daba como loco, yo parecía perra caliente y me dejaba dar duro , terminábamos y volvíamos a trabajar.

Empezamos de a poco a perder miedos, todos sabían que me lo comía, me daba igual, ya me lo ponía en su oficina, en laboratorio y hasta una vez en una sala de clases, todos se habían ido y me sentía caliente, me dijo siéntate y me lo puso entero yo mojada , gemía como podía y me deje chupar tetas y cabalgue su duro pene, parecía poseída, con mi jefe dándome en la sala que hacía clases, gran experiencia, me gustaba ser utilizada como su amante, siempre caliente y entregando mi mejor sexo.

Tengo muchas anécdotas reales con él, mi mentor en la cama, aprendí el 69, uff se lo mamaba y él me mojaba, me calentaba y me lo metía hasta dejarme sin aliento, me daba hasta 5 veces en 4 horas, tan pura fui que andaba siempre pensando en su miembro y me dejaba culear como fuera. Como era casado, me tenía que acostumbrar a sus horarios y cuando no podía él, yo buscaba a otro hombre que me diera duro, fue un semestre intenso, me comí unos penes de amigos o conocidos, los llamaba y sabía que sacaría mis ganas de comer y que me den, me dejaba hacer de todo, pero mi amante no lo sabía porque siempre he sido una mujer bajo perfil, no sé me nota lo pura,que soy y en esa época, con menos de 30 años, tenía cara de pava.

Bueno, así estuve un semestre , trabajando y comiendo la verga favorita de toda mi vida, han pasado más de 10 años, soy casada y feliz, pero ser amante de mi jefe, ser su perra caliente y una puta ardiente, ha sido lo mejor de mi vida, sexo duro, andaba pidiendo que me lo metan y fue un gran semestre, no volví a ser la misma, después me convertí en fácil para abrir las piernas, hasta que conocí a mi amor y deje de ser una mujer ardiente, me tientan mucho varios que hice felices mamando sus penes, pero mi amor tiene el tremendo pene y me encanta, así que mi época de perra caliente, es sólo un dulce y ardiente recuerdo, que viene a mi mente cuando me masturbo pensando en mis aventuras Hot de esos tiempos.