La recepcionista del hotel

Mes de Agosto de 2018. Galicia, una pequeña aldea con un modesto pero coqueto hotel. Allí fui a pasar unos días y escapar del calor de la llanura castellana. Soy un chaval de 40 años que viajaba solo. Llegué al hotel que había reservado y me encontré la primera sorpresa: coqueto, limpio, bien ubicado. Cuando fui a coger la llave me recibió Nuria, una chica castaña de unos 25 años de cara muy alegre y, aunque en ese momento no la vi completamente porque había un mostrador y estaba sentada, unos pechos normalitos y aunque estaba algo gordita un buen culo.
Me recibió con una gran sonrisa, y después de tomarme los datos me acompañó a ver mi habitación. en ese corto pero interesante trayecto, la pude ver más detenidamente y complete mis sensaciones: era una tia muy maja y que no tenía mal cuerpo pese a estar algo rellenita. Estuvimos hablando de lo que constaba el hotel y me dijo que cualquier cosa que necesitara, no dudara en preguntarlo.
Durante los dos primeros días no pasó nada más allá de los saludos y las preguntas sobre lo que había hecho y que había visto de la zona.; siempre con una sonrisa.
Yo no tenía intención de llegar más allá, hasta que llegó el 3 día. Ese día me encontraba mal, me había levantado con dolor de cabeza y de espalda. Baje como pude a la recepción y pregunté si tenían algún tipo de medicamento. Nuria me contesto que si, me dió un paracetamol y me subí a la habitación. Me quite la ropa y me meti en la cama a ver la tele. En esas estaba cuando llamaron a la puerta. Yo contesté y una voz desde fuera me dijo: tranquilo, no te levantes, entro yo con mi llave.
Así fue. Allí estaba Nuria atenta como siempre me había traido un unguento que usaba su abuela (cosas de aldea gallega). Yo, que no me había dado tiempo a pensar en nada más, me incorpore como pude y le dije que lo dejara en la mesita que luego me lo aplicaba.
Ella contesto: - no hombre, si no te importa, te lo aplico yo para que no te muevas.
- Gracias, contesté. Y procedí a darme la vuelta.
Al finalizar me di la vuelta y no cai en al cuenta que mi polla había aumentado de tamaño imagino que por la situación morbosa. Ella, me miró entre asombrada y encantada y me dijo: - tranquilo, me marcho para que te quedes aquí con "tu amiguito".
- Perdona, se me ocurrió decir.
- Tranquilo, si cuando una trabaja en un hotel ha visto casi de todo.
Es en ese momento cuando vi la oportunidad. Le pedí que me contara anécdotas vividas, mientras yo permanecía tumbado baca arriba en la cama. Me contó que una vez, pensando que los huéspedes se habían ido, entro en la habitación a ver si estaba todo correcto y su sorpresa fue que estaban allí los dos desnudos follando.
- Imagínate mi cara, decía, mientras el tio con todo el rabo tieso me pedía perdón y su pareja se tapaba las grandes tetas que tenía. Nuria me contó que todo eso le dió mucho morbo y que tuvo que irse al baño.
A mi esa historia ya me puso todo a 100 y pensé que si o si me la tenía que follar antes de irme.
Esa misma tarde, después de haber descansado y que mi dolor cediera un poco, Nuria volvió a llamar a la puerta y entró. Me traía un café con un medicamento. Me pidió permiso para entrar y paso, yo seguía en gayumbos pero fuera de la cama.
Yo le di las gracias y le dije que estaba mucho mejor, que en algún momento me tendría que levantar para ducharme y bajar a cenar. Ni corta ni perezosa, saltó: si quieres te puedo ayudar yo!! Le dije que si no la importaba y como me dijo que no, me levanté como pude de la cama y de su brazo me llevo al baño. Fue ahí cuando supe que era ella la que me iba a follar a mi.
Llegamos al baño y me dijo.
- Te puedes duchar o te ayudo?
- Si quieres ayudar....
Ni corta ni perezosa me quito los calzoncillos con delicadeza, abrió el grifo de la ducha y me introdujo en ella. como imaginais "mi amigo" estaba firme y ella lo miraba sin disimulo.
- Alguien se alegra del baño, no crees? y soltó una enorme carcajada.
yo me puse rojo y no conteste.
Instintivamente vi que empezaba a quitarse su ropa y le pregunté:
- ¿Qué haces?
- Ducharte, me dijo. No pretenderas que me moje la ropa. Además así estamos en igualdad de condiciones. No es algo que haga con todo el mundo, pero como tu estas enfermo...
Yo estaba asombrado y encantado a la vez. Tenía a Nuria delante de mi en pelotas. Confirme mis sospechas: algo pasadita de kilos pero con unas buenas tetas y un coñete sin depilar pero arreglado.
Yo no sabía que hacer. Ella si. Comenzó a enjabonarme, hasta que llego a mi polla. Ahí no se pudo contener y la cogió con fuerza. No te muevas, dijo, a ver si te va a doler la espalda. Dicho esto, le quito el jabón y se la metió en la boca.
Yo me estaba volviendo loco. No me movía, todo lo hacia ella. Al cabo de unos minutos, pasó lo que tenía que pasar: solté mi chorro en toda su cara. Ambos nos aclaramos, me puso unos gayumbos se vistió y me dijo: no hemos terminado aún pero con el dolor que tienes hoy no puede ser. Salió y me dejó ahí con un calentón tremendo durante varios días. No bajé ni a cenar esa noche.
Como al día siguiente tampoco bajé a desayunar, se presentó en mi habitación con la excusa de hacer la cama (para lo cual había personas contratadas) y recoger la habitación un poco, aunque yo sospechaba que lo que quería era terminar lo que dejamos a medias. Le dije que estaba mejor, que no hacía falta que se preocupara tanto (en el fondo me gustaba) y que por la tarde podría salir un rato. Ella no me dejó no terminar: me levantó, me sentó en una silla y comenzó a limpiar y hacer la cama dejandome ver su hermoso culo. Como comprendereis, yo ya me estaba empezando a poner a 100.
Terminó, y se giró. Me miró y sin mediar palabra, fue a cerrar la puerta con llave se acercó a donde estaba yo y me dijo:
- Mira chaval, mañana te vas y tenemos que terminar lo que empezamos. Me da igual si te duele o no, a mi no me dejas así!!!
Dicho y hecho. Según estaba yo me bajó los pantalones del pijama y los calzones y se tiro como un aguila a mi polla, que poco a poco cogio tamaño. Torpemente, por los nervios, yo iba desnudandola hasta que la deje unicamente con las braguitas puestas.
Me levantó, me llevó a la cama y me ordenó:
- Ahora te toca aqui poniendome su coño en mi cara.
Obedecí y me pusé a la tarea. Gemia como una loca (creo que nos oyeron en todo el hotel) hasta que soltó todos los flujos habidos y por haber.
Una vez terminado, y como yo tenía la polla tiesisima, se monto encima y se la metió en su coño. Durante un rato seguimos así hasta que me suelta:
- Muchacho, tengo dos agujeros y solo me has llenado uno. Esto me dió un subidón enorme. Con mucho cuidado me giré y le introduje todo el miembro en el agujero oscuro. Gritaba, gemia y yo me voliva loco porque a la vez le comia las tetas con fruición.
En el momento que no pude más se lo dije y me contestó que me podía correr donde yo quisiera, así que decidi dejarla dentro de su culo y soltar todo el semén ahi. Cuando me corrí, saque la polla y ella me limpio las ultimas gotas que quedaban.
Exhaustos, nos dimos un beso. y nos vestimos. Ella bajo a sus quehaceres y yo me duche para luego comer.
Durante el día que faltaba, nos mirabamos y sonreiamos.
Quedé en que volvería y ella me dijo que guardaríaa la habitación para cuando suceda.
Estoy deseando que lleguen las vacaciones otra vez...