mujer acomplejada de sus enormes tetas, su homeópata le levanta su autoestima y algo mas
Relato
Hola
Mi nombre es Taís mi talla en sostén es 36 c. Por lo que ven soy voluptuosa, por consiguiente atraigo las miradas masculinas. Me pongo ropa muy oscura, y cruzo los brazos con frecuencia. Yo hablaba con mi amiga Emily; ella me dijo hay un señor que sabe mucho de aumento y reducción. El no es médico ni nada, cobra barato y es muy profesional. Debes pedir cita. Thaís pidió cita en un centro de medicina natural llamado lo tradicional. Ella la pidió telefónica mente. La cita se la dieron en 25 días. Ya que dicho personaje es muy solicitado. Ella fue al centro natural, la enfermera le dijo que pasara y este la atendió. Era un señor mayor, sarco, de contextura gruesa. Ella tenía pena. Ella lo saludó normal, tomó sus datos. Y le preguntó sque por que estaba allá y quién la recomendó. Ella le suministró los datos. El le dijo que se quitara la blusa y el sostén. El miró impactado sus grandotas tetas, ella se sonrojó, el la examinó y le dijo que es tratamiento natural era lento pero efectivo, aparta de ello no era costoso. Ella respondió muerta de la pena no hay problema. Ella continuó con varias sesiones del tratamiento, pero no veía resultados. El le dijo yo le dije que era lento, pero eficaz. Ella continuó. De pronto comenzó a exitarse por los masajes, y le gustaba el tratamiento. Ella se iba sin sostén y llegó un día quitarse la blusa. El masajista se asustó y le dijo: Dejeme hacer mi trabajo, ella lo tomó de la cabeza y lo llevó asus pezones. El ni corto ni perezoso, comenzó a chuparlos como si fuera un bebé. Ella meneaba sus ubres, y el las palmetaba con la mano. Nuevamente se le insinuó y golpeaba con sus tetas la cara. El les daba muchos besos. Ambos se desnudaron totalmente y empezaron amarse y su palo se levantó, yo bajé hasta su pene y lo puse entre mis senos. Ambos nos amamos, alargando su tratamiento, y continuemos en el mismo sitio y el mismo lugar. Fue de ataque es un hombre mayor pero muy ardiente y se portaba como bebé, yo seguía consitiéndolo. A mi masajeador amoroso
La rocé la cadera con mi cara, pero el volvía a mis pechos, su palo estaba duro y firme rozante. <<<<<<
Le dije ¡esto! He inmediatamente le subí la falda metiendo mi mano entre sus piernas tocando su zona vaginal, puso resistencia y trato de gritar pero yo le dije severamente que o me entregaba su cuerpo o la denunciaba.
Relato erótico enviado por reycolegial el 30 de July de 2009 a las 12:08:52 - Relato porno leído 100067 veces