La vecina Olivia

Olivia una vecina madura de unos 43 años la edad de mi madre, es una constante compradora del local de mi padre pero también es una persistente y generosa enamorada de mi padre. Le muestra sus grandes senos con un profundo valle y se inclina frente a él para que tenga mejor vista, es una enamorada de este y se lo demuestra de mil formas, mi padre inmutable fiel a mi madre, yo aprovechaba de mirar esos senos cuando ella se los mostraba a mi papá y por supuesto cuando ella pasaba por mi lado la atracaba contra las bandejas mostradoras de las frutas aprovechando de manosear alguna parte de su cuerpo, ella sonreía y me miraba desaprobando mi actuar…un día llega con un vestido que la favorecía y marcaba muy bien su figura buscando ser atendida por mi padre, pero este había ido de compras con mi madre y estaba yo solito en el negocio…, pregunta por su personaje favorito mi padre, no está le digo salió en busca de mejores horizontes con mi madre, me mira con unos ojos enojada y me replica… me vestí especialmente para él y no está…. Bueno le digo no sabía que venía tan deliciosa dama o sino se queda, una distinguida dama que mata con ese vestido y excita mis pasiones al mirarla…, ahora tengo que cerrar el negocio si me ayudas mejor… me mira y me dice eres muy parecido a tu padre en lo halagador, te ayudaré, pero en verdad ¿me veo bien con este vestido?, me dice…. No solo te ves bien Olivita le digo sino que excitas al mirarte, ay que eres me dice, girándose encantada y mirándome mientras cerramos la cortina del negocio, ella esta doblada en su cintura mostrándome su voluminoso trasero al bajar la cortina, no resisto la tentación y acometo contra ese monumental trasero, sobrándolo en su extensión, sorprendida me mira y me dice esto era para tu padre, pero veo que el hijo lo desea…, y se deja acariciar su trasero dominada por sus deseos de que un macho la manoseé, eres un chico me dice excitador igual que tu padre, pero para ti soy muy mayor me dice, no lo crea le digo se ve joven y creo que me complacería tenerla como mi mujer ensartada en su vagina…, las cosas que dices me reprocha, pero me permite recoger sus vestidos mostrándome sus medias hasta los calzones violetas que lleva, manoseaba sus muslos y ella solo sonreía inquieta…, luego la apoyo en su entrepiernas con mi miembro arrogante y excitado, me mira angustiada no sabe que hacer y me aprovecho para bajarle sus calzones y embutir mi miembro en su mojada vagina…, sus carnes se abren al paso de mi miembro altanero y animoso…, las paredes de su vagina se abren ante el glorioso paso de mi pene en sus entrañas gime desolada al sentirse penetrada por un muchacho joven, luego me abraza diciéndome si tu padre no desea aprovechar esta hembra, que sea el hijo que me goce y me transporte a la gloria…

Coquetamente se quita su camiseta sonriéndome, luego se saca la falda quedando en sujetadores. La tomo entre mis brazos y la empujo hacia la pequeña oficina en ella la acomodo contra mi escritorio y comenzamos a acariciarnos pronto la tengo acomodada sobre el diván de mi escritorio y no se opone cuando le saco sus pocas ropas que quedaban y saco las mías acomodándome entre sus piernas con suavidad, luego froto sus pezones con mis dedos. En ese momento gime demostrándome que me gustaba lo que le estaba haciendo.

Bajo besándola por su cuerpo. Separó sus piernas hasta dejar sus labios vaginales a mi vista con su clítoris abiertos y jubilosos a mi vista. Sus manos apresaron mi cabeza y tomándome de mi nuca se la pega a su sexo.

Comencé a mover mi lengua de forma rápida en su sexo, la oía gemir sin tapujos. No tengo protección me dice, no quiero quedarme embarazada, y mucho menos de un jovencito.

Guié mi miembro hacia su vagina. Quedé extasiado al sentirme dentro de ella, por lo que fue ella misma quien moviéndose lateral y de arriba hacia abajo ejercía el movimiento que me hubiera correspondido a mi.

Me esforzaba en aparearla. Saltaba sobre ella acompañándola en sus movimientos Eso si tenía a veces que pensar en otras cosas para evitar vaciar mi leche tan pronto.

Oí que empezaba a gemir más y sus órdenes eran más descoordinados, entre resuellos.

Estaba llegando a su orgasmo, aceleré mis movimientos y ella sin disimulos me abraza por mi cuello y gime en mis oídos soy tuya…, oh…, ah…, estremeciéndose su cuerpo mientras me dice, como me satisficiste tendremos que repetirlo otro día, pero mas cómodos en mi cama. No tuve al padre, pero el hijo me apareo divinamente.

Días después voy pasando por debajo de su departamento y me tiran una toalla sobre mi, miro y es ella Olivia haciéndome señales que suba…, subo, ella abre la puerta y me introduce en su departamento besándome con desesperación estaba ardiente de pasión tan ardiente que cuando meto mis manos en su entre piernas toco su vagina sin calzones totalmente inundada por sus flujos.

Nos vamos a su cama donde nos desnudamos y acomodamos juntos abrazados y ella abre sus piernas para que me acomode sobre ella acariciándome y besándome con pasión, en verdad esta hembra madura de la misma edad que mi madre me solicitaba sexo con pasión y calentura…, la complazco penetrándola…

Con la entrada de mi pene en sus entrañas enloquece, y comienzo a explorarla física y carnalmente…, reclama, pero no me aleja…, pronto está carnalmente excitada y su carne ardiente desea ser pareada por un joven macho, yo…, déjame quieres metérmelo como se lo mete a mi cuñada su vecino cuando está caliente por falta de hombre que no viene a verla, el vecino tiene 20 años tú eres un muchacho… ¿que edad tienes? 18 años le digo… y comienzo a introducir mi pene en su vagina… es grueso y duro le duele sácalo reclama, pero comienza a mover sus caderas deliciosamente. Minutos después es solo quejidos y sollozos y su respiración entre resuellos calientes al sentirse penetrada y apareada por mí. Respétame soy de la edad de tu madre, ella es mi amiga susurra entre resuellos y ayees de placer… cruzaba sus brazos por mi cuello y sus piernas por sobre mi trasero, estaba desesperada al sentirse penetrada por mi pene, gemía y parpadeaba mientras se agitaba caliente entre mis brazos aceptándome mis duras penetraciones en su cuerpo, sacudido por la llegada de los orgasmos, luego quietud y me acariciaba mi pelo musitándome agradables palabras de invocación al sexo y de agradecimientos por el placer logrado. Esto tendremos que callarlo, por que seguiré siendo tuya me dice.

Transcurre un par de meses y nuevamente soy citado a su departamento, media hora tardo en tenerla desesperada en mis brazos clamando sexo…, se lo doy y ella es una deliciosa hembra gestando el placer de ser mi mujer.

A pesar de tener ella 43 años y yo apenas 18 me permito en desarrollar con ella unos deliciosos coitos que me los agradece y susurra su aprobación, soy tu mujer me gime mi marido ya casi no se la puede conmigo, pero tu me das en el gusto… soy tu mujer, cuando me necesites búscame te estaré esperando.