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La vida de puta de Carolina ( CON fotos)

Brelovehot Relato enviado por : Brelovehot el 29/05/2017. Lecturas: 5207

etiquetas relato La vida de puta de Carolina ( CON fotos)   Infidelidades .
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Resumen
Hola amores, sigo con el relato de mi vida loca, espero les guste, besitos calientes.


Relato
Me desperté algo tarde y después de bañarme me arregle con un vestidito rojo pantaletitas negras, brasier y liguero con medias negras también, me pinte los labios y salí a la calle, camine hasta el negocio de don Arcadio y entre decidida, él estaba descansando en uno de los sillones, me vio y enseguida se levantó fue a mi encuentro diciendo…
— Que tal carol, ¿Cómo estás?
— Bien don y solo pase a saludarlo
— ¿Bueno carol pero podemos aprovechar que ya estás aquí y me des una rica mamada de verga no crees?
— ¡Ay no se don usted solo quiere hacerme de cosas!
— ¡Pero ¡qué otra cosa podemos hacer! ¡No me dirás que podemos platicar como si fuéramos noviecitos!
— ¿Bueno no, pero porque siempre tiene que ser sexo y solo eso?
— ¡Jajajaja a que carolina tan ingenua! ¿Y qué esperabas con lo cogible que estas? la verdad solo de verte uno te quiere meter solo la verga y estar coge y coge contigo.
— No diga esas cosas don porque me da mucha pena.
— Pene es lo que te voy a dar güerita rica.
Y diciendo esto me jalo hacia su oficina en donde casi me avienta en el sofá y me ordeno que me desnudara mientras el cerraba bien la tienda para que nadie nos fuera a interrumpir, yo un tanto confusa me empecé a despojar de mi ropa porque bien sabía lo que en realidad estaba buscando cuando fui a ver a don Arcadio, regreso y yo ya estaba desnuda solo con mi liguerito y medias acostada en el sofá, el al verme como un gato glotón se relamió los bigotes y me dijo…
— ¿Me alegra ver que eres una mujercita muy obediente y ya estas listas para las cogidas y mamadas que nos vamos a dar verdad?
— Lo que usted diga don
— Ya ves que te cuesta dejarte hacer, entonces comenzó por meterme la verga en la boca y a bombearme con fuerza y rápido que casi me ahogaba con la cantidad de saliva que esto producía en mi boca, y ya con la experiencia que había adquirido con don Clemente solo lo deje hacer y relaje los músculos de mi boca para facilitar la cogida que me estaba dando, me empezó a pellizcar los pezones y a sobarme las chiches y todo esto me calentaba de una manera tremenda que solo quería que no parara nunca, el don me empezó a dedear el culo y eso fue una nueva sensación para mí ya que jamás me habían tocado ahí, mi esposo en alguna oportunidad lo quiso hacer pero ya me negué y ahora un desconocido me lo hacía y yo no proteste, más bien abrí un poco más las piernas para que todo fuera más fácil y ante esa demostración de aceptación el solo me decía . . .
— Que culito tan apretado y rico tienes carol, hasta me dan ganas de estrenarte, ¿quieres que estrene ese rico culito?
— Como usted quiera don Arcadio.
— ¿Voy a estrenar o ya te han chiquitiado?
— No don nadie me lo ha hecho por atrás.
— ¿Y tienes tiempo para que te lo haga con mucha calma o lo dejamos para otra ocasión?
— Cuando usted lo disponga don, si quiere hoy o cuando quiera.
— ¿Mejor te espero hoy en la noche aquí para poder cogerte a mi gusto y llenarte de mis mocos que te parece? ¿Te espero a partir de las 20:00 para que no tengas problemas, está bien?
— Si está bien don por aquí voy a estar a esa hora.
— Para que no te duela mucho el chiquito lo vas preparando, ahorita que pases por el negocio de don Elías te compras una zanahoria y un pepino, la zanahoria la más grande que tenga y en tu casa le pones crema o aceite de ese que usan ustedes las mujeres y te lo metes con mucho cuidado en el chiquito, y una vez que entre todo lo dejas ahí un buen rato hasta que ya te entre sin problemas y después le sigues con el pepino, y así cuando te dé por el chiquito ya no te duela tanto, bueno vete y déjame trabajar.
Y diciendo esto me levanto del sofá y yo besándolo Salí.
Llegue a la tienda de don Elías y me dirigí a donde sabia se encontraba todo lo que tenía de verduras, frutas y legumbres, me fije en las zanahorias y tome tres para no despertar sospechas entre ellas iba una que era muy grande y gruesa, y también me lleve un pepino un poco más grande que la zanahoria, los lleve a la caja y don Elías un tanto malora me dijo…
— ¿Que esta aburrida güerita? ¿Si quiere yo la entretengo con mucho gusto jejejeje?
Yo solo lo mire, pague y me retire de ahí.
Llegue a la casa y enseguida me fui a la recamara y con aceite para el cuerpo lubrique bien la zanahoria y me la empecé a meter por mi culito el cual no quería dentro de si ese intruso que le causaba dolor y apenas lograba introducirlo un poco, el enseguida expulsaba lo ya introducido y así seguí hasta que por fin se rindió y permitió la entrada a la zanahoria intrusa, quizás fuera por tanto querer sentirlo dentro que cuando por fin entro ya no sentí tanto dolor como esperaba y también aprendí un truquito y este es que al introducirlo debo pujar y así entra más fácil y no causa tanto dolor, me deje un buen rato el pepino dentro de mi culito hasta que me lo retire y lo volví a meter casi sin problemas, a las 19:00 hrs me empecé a arreglar, quería estar muy sexi para mi hombre y entregarle mi culito, salí a los 10 minutos para las 20:00 llegue y vi la puerta de la cortina solo emparejada por lo que entre sin mayor problema, sentado en el sofá de la zapatería se encontraba don Arcadio completamente desnudo y con su hermosa verga semi erecta, me indico que me acercara, camine hacia él y me indico que me pusiera de rodillas lo cual quería decir que se lo mamara, me hinque y empecé a mamar su rica verga hasta que me ordeno me pusiera recostada sobre el respaldo del sofá y en seguida me pregunto…
— ¿Hiciste lo que te ordene que hicieras putita?
— Si don, con la zanahoria primero y después con el pepino.
— ¿Y qué tal te gusto jajajajaja?
— Me sentí un poco incomoda
— Bueno lo que pasa es que necesitas una buena verga en ese lindo culito que tienes, ya verás que tan pronto te acostumbres a la verga por el culo vas a querer más y más jajajajaja, bueno quítate la ropa y prepárate que ya te la voy a meter, ¿Me avisas cuando estés lista?
— La verdad me da un poco de miedo que me vaya a lastimar.
— ¿Ya no me quieres dar ese culito de puta que te cargas?
— Como cree don, si quiero que me haga suya por atrás, pero tengo miedo.
— No te preocupes te lo voy a meter con mucha suavidad.
Don Arcadio me lubrico el ano y con mucha suavidad me empezó a meter la cabeza de su verga, en ese instante sentí un dolor no tan intenso como había oído que decían las mujeres que lo hicieron por el culo, poco a poco sentía como ese gran pedazo de carne entraba en mis entrañas, hasta que con un envión triunfal me la metió hasta el fondo, así se quedó un buen rato sin moverse y poco a poco me lo empezó a meter y a sacar cada vez más rápido lo que me causo una enorme sensación de ansiedad combinada con un placer un poco raro que no se explicar pero que sin embargo me agradaba a la par que me sentía dominada por ese macho al cual le había dado el culo, cosa que ni a mi marido alguna vez que me lo pidió le negué, y heme aquí empinada en el sofá y dejando que un hombre viejo y que casi no conozco me coja por el culo y yo gozándolo.
— ¿Te gusta putita?
— Siiiiiiii, me encanta, note un río de semen corriendo por mi interior, me la saco inmediatamente, para luego introducirla nuevamente y seguir el bombeo de su propia leche, luego se salió de mí, yo me quedé allí, sin poder moverme, me ardía el culo y estaba segura de que me sangraba, pues vi correr por mis piernas un líquido medio oscuro, espeso, que supuse que era producto de la combinación del color blanco del semen de don Arcadio y la sangre de mi adolorido culo.
Luego nos quedamos recostados exhaustos en el sofá por un rato, de pronto se levantó y con una media sonrisa me dijo…
— ¿Estas algo sucia carol, creo que debemos ponerle remedio a eso no crees?
Sin esperar mi respuesta y casi a rastras me llevo hacia el baño a la zona de la regadera y me ordeno me pusiera de rodillas lo cual hice no sabiendo que pretendía hacerme, la respuesta vino en seguida cuando sentí un chorro de orines en mi cara y cuerpo, a la sorpresa inicial le siguió un placer morboso al sentirme dominada y humillada por el don y sabiendo que esto le gustaría, con lo que seguía escurriendo de los orines, el me ordeno que solo me los secara pero que no me lavara y así me fuera a mi casa enseguida salió mientras yo me secaba con un trapo que había por ahí, ya más o menos seca y con un olor a orines salí de ese cuarto y ahí estaba el don sentado fumando un cigarro y tomándose una copa, al verme sonrió y me dijo…
— ¿Qué tal doña Carolina le gusto por el chiquito, según me di cuenta le encanto mucho verdad?
— Como es don, ¿por qué se burla de mi después de todo lo que me hizo?
— ¿Contéstame bizcochito te gusto o no? ¿Me lo vas a seguir dando?
— Usted sabe que, si se lo voy a seguir dando todas las veces que quiera, y si me gusto
— Bueno ya vete porque es noche y por aquí hay muchos maloras y no quiero que te falten.
Yo solo le dije que sí, antes de salir le eche los brazos al cuello lo bese en la boca, abrí la puerta y me fui.
Camine despacio por la calle hacia la casa porque el culo me dolía y ardía y poco a poco se fue atenuando la molestia y para cuando llegue a la casa ya no me dolía ni ardía, me desvestí y entre a la regadera me di un delicioso baño, al caer agua caliente en mi adolorido ano me producía extrañas sensaciones así que deje que el agua acariciara por un momento mi ano y después salí me arregle de nuevo para comprar algo de pan para mi merienda, camine hacia la panadería y antes de llegar escuche una voz que me decía…
— Hola güera me alegra verte de nuevo
Gire la cabeza para ver quién me hablaba, aunque bien sabía quién era.
— ¿Hola don Clemente mi amor por aquí hacia la panadería y usted?
— Pues como siempre muy caliente y solo de verte hasta la verga se me paro mira
Y baje la mirada hacia su bragueta en la que vi su rica berga bien parada y camine hasta donde estaba y le acaricie la verga con mi mano, lo cual le agrado porque me dijo…
— ¿Así me gusta güera, que atiendas a tu macho, que te parece si vamos a mi cuarto un rato para que me lo mames?
— ¿Hasta adonde vive usted don? — Por aquí cerca como a tres calles, ¿qué dices?
— como usted quiera mi amor, usted manda.
El me abrazo por la cintura y me condujo hacia su cuarto, que efectivamente se encontraba a tres calles en una vecindad ya muy maltratada por el tiempo, entramos y casi en seguida abrió una puerta, entramos a su cuarto que estaba muy desordenado y olía a rancio, bajo su mano hacia mis nalgas y las estrujo con ansias y en un rincón había una cama que había visto mejores días, hacia ella nos dirigimos y tan pronto llegamos me indico que me sentara y tomándome de la cabeza me restregó su bulto en la cara con todo y pantalón a la vez que decía…
— ¿Así me gusta que te dejes hacer lo que yo quiera sin protestar pincha güerita y con lo alzada que eras conmigo y ahorita me vas a dar una rica mamada y te tragaras mis mocos verdad?
— Si mi amor lo que usted quiera hacerme o que le haga
— Así me gusta putita, ¿vas hacer mi puta hasta que yo me canse de ti verdad?
— Si mi amor hasta que se canse de mí, al escuchar mi respuesta me tomo por el pelo y me beso con un beso muy furioso, como queriendo morderme, su lengua se enredaba con la mía mientras repetía…
— Eres mía, eres mía, eres mía
Yo nada dije y cerré los ojos en una completa entrega a este hombre que en un tiempo desprecie y que ahora solo quería complacer en lo que me pidiera, el dejo de besarme y se abrió la bragueta, saco su verga la cual puso en mi boca y yo empecé a mamar con mucha suavidad disfrutando de cada metida y sacada de repente me tomo por el pelo y empezó a meter y a sacar su verga con más rapidez dejándola en ocasiones muy dentro de mi garganta hasta casi sentir que me ahogaba pero no le decía nada, solo lo miraba con ojos de pasión y cachonda sumisión, así me tuvo hasta que sentí que estaba a punto de explotar y yo me prepare para recibir sus mocos en la garganta y tragar los mas que se pudieran, con un rugido y un violento jalón hacia adelante me incrusto su verga en la garganta se empezó a vaciar y yo a tragar, cuando termino le limpie la verga con la lengua a la vez que lo exprimía muy bien para dejarlo seco, la saco de mi boca y se recostó pesadamente en la cama, yo me acosté junto a él y lo abrace dejando mi cabeza sobre su pecho que olía a macho, ya repuesto me beso los pezones y también le daba mordiditas que me causaban a la vez dolor y placer yo solo quería estar así sintiendo las cosas tan ricas que don Clemente me hacía abrazada a él oliendo su aroma a macho, de repente se levantó y me ordeno ¡empínate que te quiero chiquitear! Yo solo me di vuelta y me puse de a perrito y pidiéndole…
— Hágalo despacito mi amor lindo que me puede lastimar con esa vergota que tiene.
— ¡Tú vas a aguantar como te la quiera meter! ¿O te tengo que pedir permiso?
— No se enoje mi amor solo es una súplica métamela de la manera que quiera ¡soy suya!
— A huevo que eres mía y que no se te olvide.
Ya mi ano estaba algo lubricado por los fluidos que habían escurrido de mi cosita, de repente sentí dentro de mi ano su tremenda verga que se abría paso sin piedad dentro de mis entrañas lo cual me hizo dar un tremendo grito por el dolor que esto me causaba.
—hayyyyyyyyyyyyyyyy— solo pude exclamar y lágrimas resbalaban por mis mejillas pero no dije nada, el me bombeaba de manera frenética y el dolor poco a poco fue cediendo al placer hasta que lo empecé a disfrutar y sentir una gran ansiedad al sentirlo entrar y salir, era una tremenda desesperación y solo me quedaba cerrar los ojos y morder la almohada, el me la metía y sacaba a la vez que repetía….
— ¿Que rico aprietas el culo güerita puta, dime te gusto como te la metí?
— Si mi amor me gusto sentir su verga dentro del culo, me causo un gran placer, y lo abrace por el cuello y bese su boca con mucha pasión.
Todavía nos estuvimos cachondeando un buen rato y el no dejaba de meterme mano, de pellizcar mis pezones, de besarme el cuello, oídos y boca, sobarme las nalgas, mi cosita y las piernas, yo solo lo dejaba hacer y le sobaba la verga, después de un tiempo me dijo…
— ¿Bueno putita ya vete para tu casa y te portas bien eh?
Yo solo le dije…
— Si mi amor, que sueñe conmigo, lo bese de nuevo y me fui.
Conocí a doña Olga en el mercado al que voy a comprar el mandado para la semana, ahí me platico que tiene una pequeña lonchería (especie de negocio que vende comida y bebidas alcohólicas de forma semi clandestina) y necesitaba una mesera que atendiera a los clientes y me pregunto si me interesaba el trabajo, le dije que no necesitaba trabajar ya que mi esposo solventaba todas las necesidades de la casa, ella insistía diciéndome que un dinerito extra para mí no me caería nada mal además que solo trabajaría cuatro horas de las 12:00 a las 16:00 y las propinas solían ser buenas, para que no siguiera molestando le dije que lo iba a pensar, me dio su dirección y seguimos platicando sobre otras cosas.
Me encontré a doña Olga en el mercado y como siempre me pregunto si ya había pensado sobre el trabajo, le dije que como es que si daban buenas propinas todavía no encontraba mesera, ella me dijo que los hombres que asistían a su negocio no se distinguían por ser muy educados, más bien eran todo lo contrario y en ocasiones manos largas, el pensar que algún borracho y desconocido me manoseara y me hablara de manera grosera me excito más de lo que pudiera admitir alguna vez pero me mantuve firme en mi decisión de no aceptar el trabajo que me ofrecía doña Olga, cuando de repente me hizo una proposición…
— Mira Carolina te quiero pedir un gran favor y espero me puedas y quieras ayudar.
— Dígame doña Olga
— ¿Mira necesito que me ayudes a atender las mesas, aunque sea este solo día, ya que no tengo a nadie de confianza que dices?
— Bueno solo por este día le voy a ayudar ¿y a qué hora empiezo?
— De una buena vez para que terminemos temprano
Y diciendo esto empezó a caminar y yo solo la seguí.
Llegamos a su negocio muy convenientemente instalado de tal manera que casi no se notaba que existía de no ser porque de vez en cuando salían de ahí hombres ya muy borrachos, entro por una puerta corrediza y yo tras de ella, dentro del lugar había varias mesas todas ellas llenas de borrachos que hacia escándalo y que al vernos entrar por un momento se quedaron en silencio, fue uno de ellos el que rompió el silencio diciéndole a doña Olga…
— Vaya que sorpresa tan rica nos trae doña, apenas como me la receto el doctor jajajajaja
— Ya dejé de decir cosas Casiano no sea que me la vayan a espantar y si es así voy a tener que cerrar porque no habrá quien los atienda.
— No se preocupe doña por aquí se la vamos a cuidar muyyyy bien jajajajaja.
El señor Casiano aparentaba unos 55 años muy mal vividos, de complexión robusta, moreno, barba cerrada y estatura regular, vestía unos pantalones de mezclilla muy deslavados y hace mucho que no conocían el agua y jabón, camisa negra y de mirar torvo.
Doña Olga me llevo hacia un pequeño casillero y me indico que ahí podía guardar mis cosas, guarde mi bolsa y fui a buscarla para que me indicara lo que iba a hacer…
— Mira Caro tu solo me vas a decir que quieren tomar y la meza de la que se trate, yo me encargo de ir anotando y hacer la cuenta del consumo, así será para ti más fácil ok.
— Esta bien doña
Me dirigí hacia las mesas y los borrachos enseguida me empezaron a llamar
— ¡Mamacita tráeme una jarra de cerveza y te tomas una conmigo!
— ¡Biscocho ven a sentarte en mis piernas!
— ¡Culito dame de tomar!
Y cosas así, hasta que don Casiano que al parecer era el que mandaba a los demás, con voz alta dijo… ¡A callar bola de borrachos que van a asustar a la palomita!
Todos como niños regañados dejaron de decir cosas, me acerque a don Casiano y dándole las gracias le pregunte que quería tomar…
— Quiero una media botella de brandy, la doña ya sabe de cual y por favor me lo llevas a la casita.
Diciendo eso se levantó y se dirigió hacia el fondo del negocio, yo me apure a anotar los pedidos y el número de las mesas para no equivocarme, le di la lista a la doña quien me los iba surtiendo y yo llevando a las mesas, al terminar me llamo la doña y me entrego una botella de medio litro con un líquido de color ámbar y me indico se lo llevara a don Casiano señalándome una puerta que se encontraba al fondo del corredor, camine hasta el fondo y toque en la puerta y la empuje.
Don Casiano estaba sentado en una especia de sofá rodeado de una mesa circular, me indico me acercara lo cual hice dejando la botella y un baso en la mesa, pregunte si quería algún refresco y me indico que no, pero en seguida me tomo por la muñeca diciendo…
— ¿Cómo te llamas güerita?
— Carolina
— ¿Y dónde te tenían escondida que nunca te había visto por aquí?
Yo le explique que solo estaba ayudando a la doña por ese día ya que era casada y no tenía necesidad de trabajar.
— Mira nadamas que suerte tengo al haber venido hoy que no pensaba venir y encontrarme con una mujercita tan rica como tú, ¿Qué edad tienes?
— 26 años
— Me gustan mucho las jovencitas como tú, son muy ricas, anda ve a atender las mesas y luego regresas
— ¿Quiere que le traiga algo más?
— Solo botana y tu cuerpecito
Salí de ese cuarto y me dirigí a las mesas para ver si les hacía falta algo, me pidieron algunas cosas, se las serví y le dije a la doña…
— El señor del privado quiere botana
— ¿Cómo se está portando Casiano?
— Hasta ahora creo que bien
Me dio un plato que contenía lo que parecía caldo de res y me indico se lo llevara, caminé hacia el privado toque y entre, puse el plato sobre la mesa y de nuevo me tomo por la muñeca jalándome hacia él.
— Siéntate un rato güerita para que descanses
— Gracias señor, pero quiero seguir trabajando
— Anda siéntate un ratito
Y diciendo esto se hizo hacia el centro del sofá
Yo me senté en la orilla, el don paso su brazo sobre mis hombros y me atrajo hacia él, me empezó a decir cosas al oído y eso me puso muy nerviosa.
— ¿Me das un beso güera putita?
— Como cree don si ni lo conozco y además soy casada
— Eso no importa, si no se lo dices a tu marido yo menos se lo digo
— Pero yo si lo voy a saber y con eso basta
— No pasa nada güera, mira— Y diciendo eso me beso varias veces el cuello sin que yo se lo impidiera.
— Mejor así lo dejamos don— y Salí casi corriendo del privado, me dirigí a las mesas para ver si hacía falta algo, serví lo que me pidieron y me fui a sentar, doña Olga me dijo que como iba todo hasta ese momento y le dije que todo bien.
— Ahí te hablo el del privado
Hasta entonces me di cuenta que arriba de la puerta había un foco que se encontraba encendido y de repente se apagó, fui a ver lo que quería el don aunque ya lo sabía.
— Güera no me dejes tan abandonado, ¡ven a sentarte aquí!
Yo me fui a sentar en la orilla del sofá y el don enseguida me abrazo y jalo hacia él.
Me empezó a besar el cuello y oído a la vez que repetía… —Que rica estas güera, como para llevarte a mi cama.
Me seguía besando y su mano me empezó a sobar uno de mis pechos y a pellizcar mi pezón, yo solo me deje hacer por ese señor, me tomo por la barbilla y me dio un beso en la boca metiendo su lengua el ella, yo dócilmente aceptaba, de repente me soltó y me dijo…
— ¡A qué hora sales para esperarte en otro lugar güera, te tengo que meter la verga a como dé lugar!
— La señora me dijo que a las cuatro me podía ir.
— Dile a la doña que me de mi cuenta y te espero a tres cuadras en el jardín no me vayas a dejar colgado eh
Salí del privado y le pedí la cuenta a la doña la cual estaba en gran platica con un señor que parecía abonero, me dio una nota con la cuenta y se la llevé al don, pago y salió del negocio, yo estaba excitada y ansiosa de don Casiano.
A las cuatro le dije a la doña que ya me tenía que ir, ella me dijo que sí que ya venía una muchacha para ayudarla, me dio mi dinero y salí de ahí, camine casi corrí hasta el jardín y llegando el don me dijo que me esperaba en el hotel que estaba enfrente, camine hasta la entrada y empuje la puerta para entrar, él ya estaba pagando la habitación me tomo por la cintura y nos fuimos a ella.
Entramos y enseguida mi tremenda cachondes hizo que abrazara por el cuello al don y lo besara en la boca, el a su vez manos le faltaban para tocarme por todos lados a la vez que me decía…
— ¿Qué rica estas putita y se ve que tragas verga como desesperada, quieres que te la meta?
— Si don quiero que me coja como usted quiera.
Don Casiano me condujo a la cama agarrando mis nalgas me empecé a desnudar y él como un lobo hambriento solo se relamía con mi tierna carne, me mordisqueo todo el cuerpo haciéndome sentir corrientes eléctricas dentro de mí, lo que hacía que me convulsionara como si de un ataque se tratara.
El me movía a su antojo como a una muñeca, ya me volteaba de espaldas, boca abajo, de lado, con las piernas abiertas en V y apuntando hacia el techo, con las piernas dobladas hacia mis nalgas, de repente me voltea boca arriba y pone mis piernas en sus hombros y yo bien sabía lo que seguía después, su verga apunto hacia mi cosita y yo solo le dije…
— Métamela de una sola vez quiero sentirla toda adentro, y cerré los ojos para poder aguantar y disfrutar de la penetración.
El don se afianzo bien y de repente escuche su voz que me decía…
— Hay te va la verga güera, espero que la puedas aguantar.
Sentí un tremendo dolor seguido de un placer como nunca lo había sentido y el don sin piedad me la metía y sacaba de manera frenética solo le importaba su placer, yo sentía que me faltaba el aire seguido de una relajación que me hacía gozar a pausas y quizás eso era lo que me tenía como drogada ya que sentía muy intensa la bombeada que el don me hacía lo cual causo terminar dos veces de una manera deliciosa, buscando que eso se repitiera lo animaba diciendo…
— Así papi lindo hágame gozar como nadie lo ha hecho, cójame todo lo que usted quiera mi rey soy suya, y otras palabras más que al parecer surtieron su efecto ya que el don redoblo la penetración causándome un intenso placer, yo no paraba de besarlo de incitarlo y como recompensa termine una tercera vez.
—Ayyyyyyyyyyyyyy mi rey adorado que rico me está cogiendo, me mata ayyyyyyyyyyyyyy
El seguía dándome duro hasta que sentí se tensaba y explotaba dentro de mí.
— Ahí te van mis mocos putita para que tengas un crio mío.
Su semilla entro en un chorro que apago la calentura que tenía en mi cosita, me causo un enorme placer, el don después de terminar, me lo saco y unos hilitos de mocos dejaron su marca en las medias, él se recostó a mi lado y yo satisfecha lo abrace y así nos quedamos descansando un momento.
Pasados 20 minutos el don volvió a dar signos de querer darme más.
— Putita quiero chiquitiarte así que empínate y para bien ese culito rico que te cargas.
Yo solo me di vuelta y quede boca abajo y empine el culo, él me puso unas almohadas debajo de mí y así quede más empinada y dispuesta a que me llenara el culo ese hombre del que apenas sabia su nombre, me empezó a lubricar el culo con aceite para bebe que tomo de mi bolso y metía y sacaba sus dedos de mi chiquito, hasta que de repente dándome una fuerte nalgada me dijo…
— ¿Ahora si putita ahí te va la verga, la quieres de una vez toda o poco a poquito?
Mi respuesta fue inmediata — Métamela toda de una vez don Casiano, quiero sentirlo por completo dentro de mí.
— Jajajajajaja ¿se ve que te gusta la verga verdad putita?
Y de un solo envión me la enterró hasta lo más profundo de mí ser, sentía un dolor intenso a medida que su verga se enterraba en mí, pero no grite, solo mordí la almohada y algunas lágrimas rodaron de mis ojos, pero llego el delicioso placer que me hizo olvidarme del dolor y empecé a gozar de esa rica verga…
— ¡Así mi rey lindo cójame hasta que se canse, soy toda suya papito rico…!
— ¡Hay mi amor que rico coge!
Y el don se afanaba en darme más duro y rápido hasta que después de un buen rato me dijo…
— Ahora si putita hay te van mis mocos para que te llenen ese culito
Y dándome una fuerte metida me vacío dentro toda su leche con una fuerte exclamación de satisfacción agggggggggggggggggggggg ¡que rico culo!
Cayendo en seguida sobre mi espalda y así nos quedamos un buen tiempo.
Más tarde el don se levantó y dándome una nalgada me dijo…
— Vámonos putita porque se me hace tarde, me levante y ya ni tuve tiempo de lavarme mi cosita y salimos del hotel, ya eran casi las 8 de la noche y el sin despedirse se fue caminando y me dejo ahí parada, pare un taxi y me fui a la casa, cuando llegue pague y salí, le había indicado al taxista donde me dejara a casi tres cuadras de la casa, camine hacia ella y sentía como los mocos del don escurrían entre mis medias lo cual me hizo sentirme muy cachonda, llegue a la casa, me bañe y caí rendida en la cama.


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:23) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:55) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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