La visita de mi tío Alberto… ( CON fotos)

Por lo que cuando mis padres, se fueron de viaje a visitar a unos parientes en Tenerife, y mi tío llegó como de costumbre, yo lo dejé pasar. Ya estando dentro, cuando preguntó por los viejos, y le dije que estaban de viaje. Mi tío simplemente tomó asiento en una de las butacas de la sala, y como de costumbre abrió una botella que él mismo siempre trae. Yo fui al bargueño de la casa, saqué una copa, y luego me senté para hablar un rato con él. Fue cuando mi tío, me dijo en un tono de voz muy solemne. Sabes Anastasia, que es de muy mala educación dejar que el invitado, beba solo. Yo la verdad, que ni idea tenía que eso fuera así. Pero no fue hasta que mi tío, me dijo directamente. No seas mala anfitriona, y búscate una copa para que me acompañes. Desde luego, que hice lo que mi tío me dijo. Y apenas regresé, de inmediato me sirvió un trago, quizás un poco menos, que lo que él mismo se sirvió. Brindando de inmediato por la familia. Yo la verdad es que no estoy acostumbrada a beber, pero a medida que mi tío continuó bebiendo, yo por no ser descortés, también seguí bebiendo. Al rato, después de que ya nos habíamos bebido, casi media botella. Mi tío como de costumbre, se quitó su camisa, quedando en camisilla. Mientras que yo, a medida que seguí bebiendo, comencé a sentir un gran calor por todo mi cuerpo. Pero aun y así seguí bebiendo, acompañando a mi tío. Mientras charlábamos de un sinfín de tonterías, hasta que en cierto momento, mi tío Alberto me preguntó, si había algo en la cocina, para usarlo de tapa. Yo me acordé de haber visto, un queso, unas uvas, y algo de pan. Y tras mencionárselo a mi tío, me dirigí a la cocina, para regresar, con todo eso. Por lo que seguimos, bebe, que bebe. Ya estaba yo tan mareada, que cuando le dije a mi tío, que me moría de calor, él simplemente me dijo. Tienes suerte, de que estás en tu casa, ya que si quieres, te puedes quitar todo, y te aseguro que yo no voy a decir nada, claro está a menos que no te atrevas. Lo cierto es que ni lo pensé, y frente a mi tío, me quité la poca ropa que cargaba puesta, quedando completamente desnuda frente a él. Pero como vi que mi tío, pareció no importarle que yo me desnudase, me quedé de lo más tranquila. Mientras seguimos charlando, sobre canciones. Y de momento que me da por ponerme a cantar, y como si me sintiera que estaba en un escenario, hasta me subí a la mesa de centro, mientras cantaba, y mi tío observaba mis nalgas. Diciéndome entre risas, que yo tenía un buen canto. Pero al bajarme de la mesa, me di cuenta de que mi tío, también se había quitado la camisilla, fue cuando me dijo. Te voy a decir un secreto, para que tus seños estén siempre firmes. Llena de curiosidad me le acerqué, y él agarrando su copa, y una de mis tetas, al tiempo que me mojaba el pezón, me dijo. Con esto, tus tetas se van a poner bien firmes. Y casi de inmediato, comenzó a mamármela. Yo que en mi vida, ninguno de mis novios, me había hecho algo así, cuando sentí los labios de mi tío, chupándome el pezón, lo que desee fue que continuase haciéndolo. Por lo que yo misma, comencé a introducir mi otro pezón dentro de mi copa. Y casi de inmediato, mi tío se dedicó a chuparlo también. Así por un rato, mi tío me estuvo chupando, y mamando las tetas de manera bien rica. Cuando no se si por accidente, o con toda intención, derramó la bebida de su copa, sobre mi coño. Yo comencé a reírme, y lo único que se me ocurrió decirle, a mi tío, fue. Ahora me dirás que, que eso es magnífico, para tener un buen coño. Mi tío riéndose, me dijo. Tú lo dirás en broma, pero es la pura verdad, y sin perder tiempo dirigió su cara directo sobre mi coño, y separándome las piernas, se puso a mamarlo. Imagínense ustedes, si cuando mi tío me mamó las tetas, casi me vuelvo loca por el placer que me hizo sentir. Cuando sentí su boca, chupando mi vulva, los labios de mi vagina, así como mi clítoris. Casi me desmayo, pero del placer que sentí, al tener su boca contacto con todo mi coño. Hasta el punto que yo se lo restregaba en la cara a mi tío, al tiempo que me di cuenta, y no sé cómo, que él se estaba quitando los pantalones. Yo estaba tan y tan deseosa de seguir disfrutando, de las caricias y besos que me daba mi tío Alberto, que cuando me vine a dar cuenta, ya tenía toda su sabrosa verga dentro de mi coño. Esa noche mi tío, hizo conmigo lo que le dio la gana, ya que hasta además de darme sabrosamente también por el culo, me puso a mamar su verga, en par de ocasiones más. Cuando me vine despertando, ya mi tío se había marchado, yo estaba algo más que confundida, y no es que nunca me hubiera acostado con un hombre. Pero con mis novios me pasaba, que apenas me lo meten, se vienen. Mientras que mi tío, dura, dura, y bien dura que se le pone. Por lo que estoy bien deseosa, que nos vuelva a visitar, que ya me las apañare yo para llevarlo a mi habitación, si mis padres están en casa.