Las cuñadas

Las Cuñadas

Unos amigos de papá nos invitan a un rodeo en donde uno cancelaba la entrada y todos los tragos eran gratis no así la comida.

Carlos un hombre maduro de 39 años, gordo y amigo del alcohol al séptimo quiosco ya hablaba medio beodo con las bebidas alcohólicas que había ingerido, su mujer Maritza se enojo y se vino a mi lado tomándome del brazo, oye me dice media hora después hacemos buena pareja ¿Cuántos años tienes? Me dice…. Voy a cumplir 18 digo a pesar de haber cumplido mis 17 hace cinco meses. ¿Y tú? 37 dice. Mi padre se entretenía con los dos hermanos cual de los dos mas borrachos después de recorrer los puestos de cerveza y vino, El cuñado Daniel de Carlos ya ni caminaba, por lo que se sentaron en unas bancas del parque y mi padre medio curado también prefirió descansar a los diez minutos cada uno dormía en su mundo alcohólico. Las mujeres Maritza una hembra madura consistente con bonitas piernas que no le importaba mostrarme al subirse por las cercas que habían, su cuñada Sandra otra mujer de unos 35 años me presionaba con molestos halagos y apretones, no sabía como reaccionar ante estas mujeres ambas con algunos grados de alcohol en su sangre, pero ardientes como ellas solas podían ser y sus maridos durmiendo su embriagues al igual que mi padre.

Me retiré entre unos matorrales que me cubrieron por completo, así de grandes y tupidos eran que me taparon, y alejados de la feria había soledad sin gente que perturbara. Se me habían olvidado las cuñadas allí llegaron ambas a manosearme y apretarme mis brazos y piernas, reaccioné abrazándolas y revolcándome entre estos matorrales con ellas, a estas no le importó quedar con sus vestidos subidos y se vieran sus calzones, al ver tantas piernas desnudas reaccionó mi cerebro y mis sensualidad se excito, aprovechaba de tocar esas deliciosa y lindas piernas sin que ellas se opusieran aún mas Sandra me dice con placer toca mi machito esta mujer necesita ser perturbada lleva dos semanas sin sexo…, Maritza la escucha y me dice aprovecha Leo esta loca esta excitada y ardiente, su marido borracho ni se enterara, dale jugo de tu pene. Mi ego se excito antes estas ardientes palabras y mi pene parecía el puntal de una carpa de circo en mis pantalones.

De pronto Maritza mete su mano en mi pantalón y tomando al miembro entre sus dedos dice… es tremendo y tiene una horrible cabezota, te va a partir Sandra y lo saca fuera de mis vestimentas, entre ambas comienzan a besarlo y chuparlo, pronto este solo deseaba descargarse ante tales caricias. Sandra se había sacado sus calzones y aparece una rubia y enredada maraña de vellos rubios…, Maritza toma mi pene y lo encamina hacia la vagina de su cuñada esta estaba tan asequible que mi pene apenas se apoya en sus labios vaginales se introduce por la humedad de esta hasta mas allá de la mitad, Sandra entre gemidos, gruñidos y placer lo recibe acariciándolo con su caverna sexual y permite que este ingrese hasta el fondo de su matriz llenándola de suspiros apasionados y comenzó a mover sus caderas deliciosamente en ocho, no parando hasta que siseando y endureciéndose entrega sus orgasmos al miembro que desgarra sus entrañas…, y recibiendo a su vez chorros de semen en estas al ser penetrada salvajemente por este juvenil amante. Este panorama y los quejidos y suspiros de placer alteran a Maritza y bajándose sus calzones se acomoda este pene que deseaba descansar en su boca succionándolo hasta que este nuevamente se desarrolla esplendorosamente y lo lleva a su matriz.

Como se revolvía esta madura y rolliza hembra, parecía que se le iba la vida en este proceso, me costaba mantenerme encima de su cuerpo clavándola con mi activado pene, en verdad era uno de los más exquisitos placeres que he saboreado en mi vida, cuando estaba a punto de estallar dentro de su vagina ella me abraza, me enrolla sus piernas entre mis piernas y bufando deja escapar un prolongado gemido al tiempo que me muerde uno de mis labios y luego lo suelta con un ronco gruñido diciéndome tuya…, eres un chiquillo, pero soy tuya…, succionaba su vagina mi pene y este responde provocado con chorros de semen que vacío en su matriz, la inundo con mi leche al tiempo que exclamo eres deliciosa, quiero mas…, ambos nos quedamos abrazados descargando nuestros fluidos de espasmos, nos sentíamos en el cielo entregándonos nuestros chorreados placeres, quietos y desarmamos nuestro apasionado abrazo solo cuando su cuñada nos dice ya, ya que puede venir gente y nos descubre apareándonos, como unos delirantes amantes del sexo.

Volvemos al lado de sus maridos y mi padre a los cuales sacamos de sus relajados sueños y continuamos recorriendo la feria…, finalmente contrataron un taxi y nos fue a dejar a casa mi padre se bajo en nuestra casa que fue la primera visitada y Sandra le dice a mi padre…, préstenos a Leo para que nos ayude a bajar nuestros maridos en las casas…, accede esto y continuo viaje.

Bajamos lo maridos mas dormidos que despiertos con tanto tragos en sus cuerpos. Maritza a esta altura también mareada se recuesta en un sofá, y todos se entregan a unos reparadores sueños, nos miramos con Sandra y nos sonreímos fuimos a la cocina a tomarnos un café, pero al tratar de ingresar en esta nos tropezamos y abrazados para no caernos riendo nos apoyamos en la mesa de la cocina, ella debajo de mi cuerpo.

Trata de separarse, pero estimulado y activado por el goce de sentir su cuerpo arrimado al mío, no lo permito y mis manos recogen sus vestidos acariciando su entrepiernas este rápidamente se moja y ella se saca sus calzones permitiéndome que al bajar mis ropas mi pene se acomode entre sus nalgas…, me miraba ladeado en mi actuar sin oponerse, la abrazo y apretada a mi cuerpo la traslado a la pieza continua que usan para acumular la ropa para el lavado o planchado y en los colchones de esa desnuda cama la recuesto…, no se opone a ninguno de mis movimientos pronto la tengo con sus piernas abiertas y ubicado entre ellas…, como estaba apretando su vagina sintió como la trataba de penetrar y exclamó dando un grito y abriendo bien los ojos ¡ah!, esto era lo que quería, me quieres dar todo, dale, dame todo quiero tu pene, muévete, quiero sexo, que rico lo haces, estas muy bueno, eres un macho, eres un muchacho, pero que rico lo haces rufián, mientras decía todo esto me movía como una verdadera perra, nos besábamos como locos, solo me decía no te vayas a venir todavía, dame mas, déjame llenita de tu semen hasta arriba, la empecé a someter con fuerza, forcejeando con los pies, tratando de cubrirla hasta el fondo y ella apretándose, luego finalizado el acto en donde la llene de leche, me dio dos cachetadas en mi rostro y me dice ofuscada cuando desees sexo debes solicitármelo con cariño. Te diré que eres un buen semental, pero debes tomar en cuenta que eres un mozalbete para mí y soy casada con hijos.

Al despedirme me dice, te espero el Martes que estaré sola toda la tarde. Volví a mi casa y me relajé agotado.

Por supuesto el martes estuve allí y han transcurridos muchos martes mas, Sandra y Maritza son mis señoras, cada una de estas hembras maduras me jura que después de sus maridos soy el único macho que las seduce y enajena. No tengo por que dudarlo así que confío en ellas y mientras se apareen conmigo estoy feliz.

Ahora he cumplido mis 18 años y pienso en estas maduras mujeres que cohabitan conmigo siendo una 19 años mayor y su cuñada 17 años. Bueno ellas me solicitan y yo cumplo, este día de cumpleaños Maritza me dicen que quiero de especial y en bromas le contesto a tu empleada de labores está de llevarla a la cama…, esta sonríe diciéndome siempre pensando en el sexo, ten cuidado con Begonia esta mujer de 25 años lleva dos de casada y aún su marido no es capaz de embarazarla creo que este no sabe satisfacerla.

Al día siguiente me llama cuando voy por la calle y me dice al entrar, ya esta listo tu regalo, como único requisito esta quiere quedar embarazada…, así que préñala. Y tomándonos de los brazos nos lleva a un dormitorio diciendo ahora a reproducirse, cerrando la puerta. En verdad eres capaz de preñarme me dice, que el doctor me dijo que ayer y hoy eran los mejores días para embarazarme y el necio de mi marido llego cansado tarde y se durmió…, comenzando a sacarse la blusa luego su falda quedando en sujetadores y calzones para luego quitarse ambas…, no me demore en desnudarme y apresándola entre mis brazos le dije si quieres un hijo yo te preñaré de dos, tirándola a la cama, esta mujer era morena de pelo negro, senos no muy grandes, pero se notaban duros, sus pezones dos guindas deseosos de que los mamaran, bonito talle y piernas robustas no me dejó mirar mas pues me agarro entre sus brazos me atrae a su cuerpo y me dice cómeme perro, soy tu perrita golosa pidiendo que me penetren con ese desencajado y desbaratado pene. Y tomándolo entre sus dedos lo guía a su vagina que estaba húmeda y mi pene resbala hasta el fondo de sus entrañas como gime, y ahoga un grito de dolor al ingresar salvajemente hasta su matriz…, luego me dice ahora préñame, soy tu hembra, dame duro quiero sentirte preñarme.

Como nos bamboleamos se movía como una culebra y yo metía y sacaba para volver a meter mi pene en su vagina, desesperado ante las demostraciones de ella de placer … sollozaba y gemía angustiada antes mis duras penetraciones por fin ella comienza a suspirar y entrelazando sus piernas por detrás de mi culo gime apretándome mientras mi, mi pene era bañado en líquidos vaginales ante su espasmo delicioso que anunciaba su entrega y suspira repetidas veces mientras me entrega sus encantos del orgasmo y a su vez recibe mis ríos de leche que buscan el óvulo para fecundarlo.

Esta hembra fue mi regalo de cumpleaños, pero ese mes estuve tres veces mas de cumpleaños y cada apareo era mejor que el anterior. Dos meses después Begonia anuncia su embarazo y se retira del empleo en casa de Maritza.