sorprendido entre abro la puerta y entro a esta ¡oh! sorpresa, las mujeres están con sus polleras a media cintura mirando unos videos proyectados en la pared de atrás que desde afuera no se ve, y unas a otras algunas se acarician sus piernas y otras sus partes íntimas, dos tenían sus manos ocupadas gestionándose sus vaginas. Me acerque a la mas bonita de piernas que era una de las visitas de afuera, y manosee yo sus piernas y vaginas introduciéndole mis dedos en ella
Relato
Que felicidad soy Leo mi abuelo en compensación de todos mis sacrificios por colaborar con la abuela y con él, me ha comprado una camioneta usada, pero en buen estado mecánico con algunos abollones por ahí. Como cumplí 18 años puedo manejarla.
Me envía a casa de sus parientes por allá en el sur a buscar nueces, pasas y almendras. Estos parientes trabajaban esos productos y también trabajaban el queso de cabra.
Pensaba en unas viejas mujeres en el campo y me llevo una agradable sorpresa estas parientes maduras si, pero de unos 40 a 45 años…, me sorprende eso si que ellas se dicen viudas si sus maridos están presentes, estos si que son viejos uno de 62 años y el otro de 66 años.
Al anochecer estos caballeros se van temprano como a las 20:00 horas a la cama, las mujeres se quedan tomando mate y conversando para luego ir a la reunión dicen, van a una cabaña alejada por la parcela y en ellas se juntan con dos mujeres mas de los alrededores de unos 35 una y la otra de 37 años me dicen.
Son las 21:30 horas los dos varones duermen por los ronquidos y no sabiendo que hacer me acerco a la cabaña, está en penumbra y se escuchan resuellos, gemidos y suspiros, sorprendido entre abro la puerta y entro a esta ¡oh! sorpresa, las mujeres están con sus polleras a media cintura mirando unos videos proyectados en la pared de atrás que desde afuera no se ve, y unas a otras algunas se acarician sus piernas y otras sus partes íntimas, dos tenían sus manos ocupadas gestionándose sus vaginas. Me acerque a la mas bonita de piernas que era una de las visitas de afuera, y manosee yo sus piernas y vaginas introduciéndole mis dedos en ella… Micaela como aullaba de placer…, jugaba con su clítoris y ella bufaba ardiente de pasión abriéndome sus piernas, saco mi pene y saco sus calzones…dejé de jugar con su clítoris y penetre su vagina con mi pene… Ay amor… me digo al sentir ese glande entre sus muslos, clávamela hasta el fondo antes de que me desmaye, me dice poniendo una cara de mujer anhelada y deseada… nunca en mi vida me imaginé ponerle os cuernos a mi marido . Sentía ese glande en su vagina. Se lanzó sobre la alfombra de la pieza y yo sobre ella, me recibe llena de amor y pasión, creí que nunca lo haría, pero aquí estoy yo, dispuesta a todo con tal de satisfacer mis deseos de sexo. Era increíble pero era cierto, me abrazaba desesperada por sexo, necesitaba y deseaba ser apareada por mi pene.
Como se meneaba que las otras mujeres observaban sus movimientos, bufaba al sentirse empalada…, que placer que le estaban dando, era difícil de explicar con solo palabras, me dolía muchísimo pero a la vez quería más y le gustaba más que cuando lo hacía con mi esposo. Empecé a gritar y a gemir del dolor y placer, mis gemidos se escuchaban por todo el cuarto, y es que con ese tamaño de pene cualquiera se pone así, comencé a arañarle la espalda y a besarlo con todo y lengua, nos besamos con la lengua y nos acomodamos apretándonos más. Todo el olor a sudor y a sexo se sentía en todo el cuarto y yo seguía recibiendo más y más. Sentía su respiración en todo mi cuello y mi cara, era excitante, me estaba apareando de una forma increíble, cada vez más fuerte. Hasta que me extinguí a su lado, este macho seguía metiéndose en mi vagina y por último se vacía de sus líquidos inundándome…, que placer recibir esa leche. Me deja descansar, pero mi pariente Camila se abrazaba encima de este macho.
Aprovechándose de la situación, subí más sus faldas con mi mano a la parte superior de sus muslos, casi llegando a la parte de su prenda íntima, pasaba mi mano por todo el muslo y luego subía y bajaba. Camila caliente y excitada al sentir esa mano, la volvía loca. En una de esas subí mi otra mano a sus pechos y los comencé a acariciar muy suave por encima del vestido. Después de un rato yo ya no hacían ningún esfuerzo por rechazarme y comencé a sentirme más a gusto. Siempre con el miedo que implica estar haciendo algo prohibido, sentía que estaba disfrutando al máximo de lo que estaba pasando, recordé a su esposo durmiendo y roncando, mientras yo me deleitaba con su hembra…, recordó ella sus deseos y se revolcó con Leo en la alfombra estaba extasiada y loca de pasión. Nuestros cuerpos empezaron a temblar y mecerse rítmicamente. Empezó a gritar y a gemir del dolor y placer, sus gemidos se escuchaban por todo el cuarto, y es que con este miembro extendiéndole su vagina, cualquiera se pone así, comenzaba a arañarme la espalda y a besarme con todo, nos besamos con la lengua y yo seguía penetrándola más y más fuertes. Seguía gimiendo y después de unos minutos sentí cómo su cuerpo comenzaba a experimentar un temblor que se apoderaba de mí y de ella, sin más preámbulo nos mojamos juntos…, como me satisfacía si me arañaba la espalda extasiada y excitada. Se entrego con pasión y extasiada cae agotada.
Era el terror de esas hembras cuando se reunían en la noche a sus sesiones…, había probado a Micaela una hembra de 35 años y luego a Camila la esposa de uno de mis parientes de 40 años, quería mecerme con Amelia de 44 años la esposa de unos de mis primos lejanos y también con Juana de 37 años de la parcela vecina… Juana era gordita, pero empeñosa cuando tenía sexo y sobre todo cuando el macho la excitaba era de temer, pero él ya me estaba penetrando, sentí como su glande duro y grueso invadía lentamente mi vagina, que ya estaba empapada, permitiendo la penetración lenta e inexorable de ese pene magnífico, me hacía sentirme mujer de nuevo, el placer era enorme y deseaba me partiera de una vez, me ocupara esa cavidad anhelante de sexo, lo sentí tan rico, ambos nos subimos completamente a la cama, entonces comenzó como un experto a subir y bajar sobre mi cuerpo, mientras la transpiración y el deseo llenaba de placer nuestros cuerpos, su polla me taladraba completamente mi vagina
En pocos minutos estaba a punto de saciarme, comencé a perder el control sobre todo cuando me sentí vibrar entera, me sacudía de placer, su pene implacablemente me estaba taladrando, entrando y saliendo sin parar, hasta que un grito de placer me salió de la garganta, mientras el placer se apoderaba de todo mi cuerpo, quedé casi sin fuerza, cuando sentí como un nuevo chorro de leche bañaba esta vez mi vagina. Ambos nos quedamos quietos, no hablábamos, de pronto sentí como nuevamente su polla se ponía dura en mi interior, pensé que era la compensación, por haber estado cinco años sin sexo por la enfermedad de mi esposo. Habían sido muchos años sin sexo, pero sintiendo la polla de mi semental, como comenzaba a moverse en mi vagina saturada de fluidos suyos y míos, entendí que tenía hombre para mucho tiempo, mientras comenzaba a mover mis caderas, en busca de darle todo el placer que merecía mi nuevo amante. Como gritamos cuando nos saciamos mutuamente. Luego se acabo la reunión y cuando íbamos a casa Amelia me dice y yo no fui satisfecha eso lo remediamos le dije y la tomo entre mis brazos y la lleve debajo de un sauce levante sus vestidos saque calzón y mi cabeza del pene se hundió en mi empapada vagina, les puedo asegurar que se me escapo una lagrima pero así y todo seguí, a pesar de que el me dijo la saco! yo le pedí que no que la deje hasta ahí, siguió con suaves movimientos y creo que algo mas entro no se cuanto se que volvió a doler horrores y rápidamente mis orgasmos aparecen vibrando bajo el cuerpo del macho que me esta ensartando y me llena mi vagina de semen, como vibro y me entrego a este semental. Dos días se queda con nosotras ese semental cada día por la mañana soy penetrada y se que las otras mujeres también son forzadas a entregarse a este macho, cuando se va a la capital para nosotras es un alivio.
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309822 veces
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Por eso dedica 30 segundos a valorar Las dod mujeres.
learcu
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:41) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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