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Las fantasías con mi dulce Silvia (parte 1) ( CON fotos)

Gus20XXX Relato enviado por : Gus20XXX el 29/04/2015. Lecturas: 5446

etiquetas relato Las fantasías con mi dulce Silvia (parte 1) ( CON fotos)   Confesiones .
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Resumen
Evidentemente que no solo estábamos con las amigas. Eso era solo de vez en cuando. La mayoría de veces la esperaba en "nuestro parque" y nos íbamos directamente a mi casa, donde dábamos rienda suelta al deseo y cogíamos como unos enfermos. No había día que no tuviésemos sexo. Era más que un placer. Era en realidad una necesidad. Y nuestros ímpetus fueron rompiendo ciertas "reglas" y poco a poco hicieron que nuestra pasión se desborde por completo hasta el punto de cometer muchas locuras y fantasías en varios lugares....


Relato
Habían pasado ya 3 semanas desde que le propuse matrimonio a Silvia y habíamos quedado en que este tiempo sirva para que hable con Richard y le explique las cosas. Sé que no sería fácil pues es un gran amigo mío y lo lógico era pensar que le enfadaría mucho. Por otra parte estaba el hecho de vivir con ella, cuando nuestros cuerpos ya no soportaban dormir lejos el uno del otro.

De noche, luego de salir del trabajo hablábamos y nos decíamos cuanto nos extrañábamos y nos contábamos las anécdotas del día. Finalizando la semana encontrábamos siempre un espacio para vernos. Pretextando ella cualquier excusa ante su hijo, principalmente salidas entre amigas. El primer gran paso que dimos para consolidar nuestra relación fue cuando me presentó a una de sus amigas, Sharon. Llegamos juntos como amigos y una vez que nos sentamos a tomar un café con ella, nos tomamos de la mano y nos dimos un beso en su delante. La expresión de ella al inicio fue de sorpresa total, pero casi al instante se convirtió en una felicitación sincera, sobre todo al ver tan enamorada a Silvia que no dejaba de llenarme de besos. Poco a poco sus amigas fueron enterándose y aunque a una que otra no le pareció, terminaron aceptando que su amiga era feliz a mi lado. Sin embargo el tiempo pasaba y continuaba siendo complicado el tema de decírselo a Richard y más aún pues ya no podíamos soportar estar separados.

Evidentemente que no solo estábamos con las amigas. Eso era solo de vez en cuando. La mayoría de veces la esperaba en "nuestro parque" y nos íbamos directamente a mi casa, donde dábamos rienda suelta al deseo y cogíamos como unos enfermos. No había día que no tuviésemos sexo. Era más que un placer. Era en realidad una necesidad. Y nuestros ímpetus fueron rompiendo ciertas "reglas" y poco a poco hicieron que nuestra pasión se desborde por completo hasta el punto de cometer muchas locuras y fantasías en varios lugares.

En ocasiones Richard me llamaba o a ella y tenía la particularidad o mala suerte quizá de hacerlo justo cuando estábamos en pleno acto sexual. Y en vez de detenernos, estimulaba más nuestro morbo pues ella contestaba fingiendo estar con sus amigas y tapando el auricular cuando en ese instante le rompía el culo mientras al mismo tiempo aullaba como una loba. Del mismo modo, cada vez que me llamaba a mí, ella me la chupaba como una vampiresa metiéndose mi verga entera hasta la garganta y dejándome doblado y con los ojos blancos, muerto de placer. Un día estaba por salir del trabajo y me llama Richard, primero para saludarme y luego invitarme a pichanguear el Sábado en una canchita de fulbito que está cerca a su casa.

- Te vienes para mi casa a eso de las 10 de la mañana y te quedas a almorzar en casa, me dijo.

Era irónico su pedido pero después de todo, no podía rechazar a un amigo. Así que accedí y quedamos en eso. En la noche le conté a Silvia el plan y sonriendo me dijo: espero que te portes bien nomás.

- Voy a ser un angelito, le dije.

- Y ella matándose de risa me dijo: sí, cómo no!

El Sábado fui su casa y Richard me recibió muy contento luego de algunas semanas que no nos veíamos. Entramos y ahí estaba Silvia. Con ropa de casa pero igual de sabrosa, usando un buzo rosado y una polera blanca que si bien cubrían su cuerpo más de lo que hubiese querido, no eran capaces de tapar sus nalgas (el buzo parecía que iba a explotar a la altura de su culo) ni sus tetas (no usaba brassier). Quise agarrarle el culo al saludarla pero en ése momento Richard nos miraba así que solo darle un beso en el cachete. Ella me preguntó si deseaba un jugo o algo y justo en ése instante Richard me dijo: ve tomando un jugo mientras me cambio, al toque bajo. Y subió a su cuarto a ponerse ropa deportiva.

Apenas sentimos pasos en el segundo piso y que la puerta se cerró. Como si hiciéramos un trabajo ensayado con total coordinación, ella me besó apasionadamente y sin pérdida de tiempo se dio vuelta y se bajó el buzo hasta la rodilla, luego se agachó ligeramente apoyándose en el lavadero dejando al descubierto su vulva exquisita, peladita lista para comerse mi verga. Al mismo tiempo, yo bajaba mi short y le lamía la concha y el culo mientras mi verga se hinchada a más no poder y se ponía más dura que un roble. Me incorporé y se la acomodé bien y empecé a empalarla con fuerza mientras ella gemía despacio aguantando las ganas de gritar como loca. Aún así hacía ruido pues al penetrarla le metía casi hasta los huevos. Su respiración era agitada y sus gemidos deliciosos endulzaban mis oídos. Tuvo que abrir el caño para menguar en algo el ruido. Debido al poco tiempo que disponíamos tuve que acelerar la culeada que les estaba dando, hasta que eyaculé dentro de ella como un loco. Quise desfogar en otro lado pero escuché como Richard bajaba raudamente. No tuve otra opción que "llenarla" y subirme el short de inmediato. Sin querer, hice de mi calzoncillo una mazamorra. Ella a su vez hizo lo mismo y se subió el pantalón aún con mi esperma goteando en su calzón y con la concha repleta de semen.

- Tomaste un jugo?, me pregunto Richard.

- Nada brother, le dije. No quiero estar pesado para poder jugar bien. Préstame tu baño.

Me di una buena lavada y limpié lo mejor que pude mi calzoncillo. Salí al rato y él ya se encontraba esperando junto a la puerta de ingreso, pelota en mano. Nos despedimos de Silvia mientras ella sonreía, no precisamente porque nos íbamos.

Fuimos entonces a jugar y a las 2 horas regresamos a su casa. Como llevé una mochila con mi ropa y toalla quise bañarme luego que lo haga Richard, pero él me indicó que podía hacerlo en el cuarto de huéspedes mientras él se bañaba en el primer piso.

Mientras me dirigía a la escalera entró él al baño, entonces retrocedí sobre mis pasos y aparecí detrás de Silvia, rozando mi verga contra su culo y sobando como loco sus tetas. Ella quiso voltear para besarme pero la volví a poner de espaldas y le bajé el pantalón hasta quitárselo.

- Estás loco, me dijo. Richard va a salir en cualquier momento.

No le hice caso y nuevamente le chupe el culo como me dio la gana. Ella luchó al inicio por tratar de convencerme pero no pudo. Le encantó que meta mi lengua en su ano y se lo sobe con locura. Luego me paré y le dije:

- Báñate conmigo!. Vamos que arriba quiero romper ese culo.

- Amor no por favor que mi hijo se va dar cuenta.

Sin contestarle salí de la cocina y subí al cuarto de huéspedes. Ella llegó al minuto y al verme me dijo:

- Disculpa mi vida. Eres mi marido y yo obedezco en todo lo que tú me pidas.

- Vamos, le dije. Y entramos a la ducha.

Apenas entramos abrí la ducha y empezamos a besarnos y a tocarnos. Le sobaba el culo y le apretaba las nalgas con fuerza mientras ella se excitaba más y más cuando le besaba el cuello. La volteé rápidamente y le sobe las tetas mientras la penetraba por la concha a máxima velocidad, hasta que la hice venir. Luego hice que se agache un poco y la penetré por el culo hasta que, cerca de venirme, le tiré mi esperma en las nalgas. Terminamos al rato de bañarnos y al salir al dormitorio pude sentir pasos en el primer piso. Richard ya había salido del baño.

Ella se puso tensa pues su hijo podía subir en cualquier momento. Pero la tranquilicé diciéndole que no se preocupe, que tenía un plan. Se cambió y se fue para la azotea, según lo que le indiqué.

Me cambié y bajé a darle encuentro a Richard. Conversamos algo y al rato se preguntó dónde se habría ido su madre. Pasaron unos minutos y bajó ella con una caja con ganchos de ropa.

- Y eso?, le preguntó él.
- Fui a tender la ropa en la azotea y aproveché para lavarme la cabeza, le dijo ella.
- Pensé que habías salido, le dijo él sonriendo.

Pasado este momento, algo tenso, nos dispusimos a almorzar y pude darme cuenta que la "travesura" que hicimos la había dejado algo renga. Solo en un momento que Richard fue a sacar ají del refrigerador, pudo hacerme unas señas que indicaban que le dolía el culo luego de ensartarla como brocheta.

Pasamos una amena tarde conversando de varias cosas y a eso de las 6 me dispuse a retirarme. Richard quiso dejarme en casa y accedí, no sin antes haberme despedido de mi dulce Silvia. Aun así, quise darme un último placer y cuando estaba por entrar al auto le dije a Richard que me preste su baño. Riéndose me dijo que vaya nomás y que me esperaría mientras calentaba el carro. Fui de nuevo a su casa pero me dirigí directamente donde Silvia y nos dimos otro apasionado beso con toqueteos incluido y le dije que luego la llamaba. Finalmente salí y le di encuentro a Richard, quien me dejó en mi casa.

Esa misma noche hablamos por Skype y me contó que tuvo mucho miedo que su hijo la descubra pero que le encantó esa sensación de peligro. Cómo quisiera que estés acá me dijo. Y se quitó la bata que tenía, quedando desnuda ante mis ojos. Estaba sola, según me contó, pues Richard había ido a casa de su novia. Era demasiada tentación. Le dije que me espere y salí a toda prisa para su casa. Llegué en 15 minutos y apenas se abrió la puerta la encontré desnuda de la cintura para abajo y usando unos botas con tacos. La parte de arriba era una blusa atigrada muy bonita. No me dijo nada y empezó a andar hacia su sala. Cualquier santo hubiera pecado de inmediato ante esta tentación. La seguí de cerca sin tocarla hasta que llegamos a su mueble. Una vez allí, se volteó y me quitó el pantalón. Me dio una mamada memorable y cuando estuve listo se sentó a cabalgar en mi verga. Cambiamos de posición varias veces. En ocasiones de "cucharita" , de "perrito". Y la mejor fue con ella con las manos en el suelo y con las rodillas en el mueble, pues me permitió penetrarla con más comodidad y fuerza. Luego de que nos vinimos, chorreando de sudor. Nos bañamos y al cambiarnos se puso ella la parte de abajo (que no vi al llegar). Era una minifalda infartante, que destacaba aún más por sus poderosas caderas y nalgas. Me dijo que quería ir a bailar y no tuvo que pedir más pues me entusiasmé de inmediato.

Salimos de su casa y nos fuimos a una discoteca. Le mandó un mensaje a Richard diciendo que no la espere pues iba a quedarse en casa de una amiga y esa noche bailamos y bailamos sin parar. En la discoteca llamaba la atención de todos pues ninguna mujer se le llegaba a los talones. Los hombres se la comían con la mirada y las mujeres la miraban con recelo. Yo me sentía en el cielo pues solo tenía ojos para mí. Además usaba el anillo que le regalé.

Todo era perfecto, y lo fue aún más cuando me dijo al oído: quiero hacerlo en el baño!

Encontramos el momento y entramos al baño de mujeres, colocando cerrojo. Nos besamos a rabiar y sin mediar más, le quité el calzón y lo guardé en mi bolsillo. M senté en el inodoro y la senté de espaldas en mi verga. La bulla intensa nos permitía gemir sin problemas e incluso a ella le permitía pedirme (casi gritando) que le dé más y más duro. Estuve clavándola de perrito unos 3 minutos cuando tocaron la puerta. No hicimos caso y solo nos reímos. Esta vez al eyacular lo hice en su boca y se tomó hasta la última gota. Luego de lavarnos me pidió su calzón pero le dije que quería que se quede así. Estás loco, me dijo. Pero accedió.

Salimos del baño ante la sorpresa de varias chicas que se quedaron mirándonos y fuimos a la pista a seguir bailando. Solo que esta vez ella lo hacía con bastante incomodidad pues la falda se le subía y si antes los hombres la miraban, esta vez con el culo al aire ya parecían unos buitres encima de ella. Salimos entonces de la Disco ante la mirada de los vigilantes del recinto que me miraban con la envidia más grande del mundo.

Esa noche en mi casa le metí más verga que nunca. Haciéndola venir unas 8 veces antes de quedar hecho trapo, y ya extenuados, dormir hasta la mañana. Al despertarme seguía ella durmiendo, así que preparé un jugo de naranja y un café y se lo llevé a la cama. Cuando despertó quedó prendada de mi detalle y me abrazó y llenó de besos. Desayunamos desnudos sobre la cama y estábamos en lo mejor hasta que llegó un mensaje de Richard diciendo que le avise para ir a recogerla. Le contestó ella que estaba en camino y que llegaría aproximadamente en 40 minutos. La verdad luchó por irse pues se sentía en el paraíso. Luego nos cambiamos y la dejé a media cuadra de su casa.

Esta es la primera parte del inicio de nuestras fantasías, las cuales más adelante iban a ir aumentando en locura e intensidad….



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:42) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:20) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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