Pasaron unos días luego de ese gran fin de semana y no pude ver a mi amada Silvia pues en el trabajo me mandaron a provincia por unos días. Sé que no es para tanto pero para mí era una eternidad pues extrañaba horrores sus besos y caricias, y me hacía falta su olor, sus gemidos....
Relato
Pasaron unos días luego de ese gran fin de semana y no pude ver a mi amada Silvia pues en el trabajo me mandaron a provincia por unos días. Sé que no es para tanto pero para mí era una eternidad pues extrañaba horrores sus besos y caricias, y me hacía falta su olor, sus gemidos. Sin embargo, no dejamos de escribirnos y conversar en las noches para paliar en algo la distancia que nos separaba y obviamente que eso incluía los mensajes más calientes y las fotos más cachondas.
Es más, por tanta calentura pasé mucha vergüenza con un compañero del trabajo que recién conocí. La cuestión fue que le tomé unas fotos con mi celular pues el suyo se había descargado y ante su insistencia por posar con unos amigos, accedí. Olvidé por completo que la noche anterior Silvia me había mandado unas fotos de ella mostrándome hasta el alma. En unas apretándose las tetas, otra con las piernas abiertas enseñándome labio por labio de su vagina y varias más posando como "pollito tomando agua". De verdad no recordé eso al momento de darle el celular a que revise sus fotos, pues me dieron ganas de ir al baño. Así que se lo dejé a mi compañero para que vea que tal quedaron las benditas fotos. Pero al salir del baño "pesqué" al muy cretino ampliando la imagen donde se le veía la concha a mi mujer y molesto le quité mi celular.
Le dije su vida con las groserías más fuertes que pude, pero al rato, ya más calmado, reflexioné sobre mi error y me di cuenta que quizá yo hubiera hecho lo mismo en su caso. En fin, ya había visto a Silvia y por que la viera no se iba a morir nadie. Hablé con él y lo amenacé que quede entre nosotros. Ya más tranquilo me preguntó si era mi esposa o solo un "agarre".
Es mi mujer, le dije, y entonces, sin ánimo de ofenderme, me dijo que era un mujerón pues aparte de bonita era bastante "carnosa", como nos encantan a los hombres. Entramos más en confianza y algo le fui contando de mi historia con ella, cuidando de no darle mucho detalle pero de cierta manera complacido de ver la envidia que le estaba produciendo. Pasaron unos días más y finalmente se acercaba el momento de regresar. Llamé a Silvia y le dije que estaría llegando a la medianoche y que me encantaría verla al día siguiente temprano pues me habían dado el día libre en el trabajo.
Así fue que llegué a Lima bastante cansado y caí como plomo en mi cama. Al cabo de unas horas de descanso, cerca a las 9 de la mañana, me despertó un ruido y sentí que abrían la puerta de mi sala. Efectivamente era ella. Estaba con un vestido floreado bastante corto y sin exagerar se le veía deliciosa. Tanto así que de solo verla ya me estaba poniendo como fierro.
- Me extrañaste bebé?, preguntó coquetamente.
Saqué la sábana que cubría mi verga y se la mostré. Estaba súper erecta, como suelo tenerla por las mañanas. Entonces le dije: Tú qué crees?... por qué no vienes y lo averiguas?
Ella me miró la verga con deseo pero deseaba jugar un poco. Así que lentamente se fue quitando el vestido, a unos metros de mi cama hasta quedarse en ropa interior. Luego se sentó en la silla de al lado y me dijo con voz sensual: ahora quítame lo que falta. Me sorprendió que usara un calzón diferente, bastante más suelto, pues normalmente desde que empezamos la relación suele ponerse tangas e hilos dentales, que desaparecen pues su trasero literalmente "se los come", pero es riquísimo a la vista. Sin embargo esta prenda tenía algo diferente pues a pesar de ser ancha y cubrir gran parte de sus nalgas, era casi transparente y permitía ver claramente todos sus encantos. Sinceramente que provocaba lamerle el culo sin quitarle el calzón. Aún así me resistí y le dije nuevamente: Ven acá mami, ves como se pone cuando te ve?. Y me sobaba la cabeza de mi verga para tentarla.
Aunque estaba que no podía más pues se le hacía agua la boca, puso nuevamente resistencia y se quitó el brassier para luego sobarse los pezones y colocándose de espaldas me dijo: Ven acá y demuéstrame cuanto me extrañaste.
Lo había logrado. Aunque me daba cierta pereza levantarme, no resistí más y fui con la mente fija en molerla a punta de verga. Me acerqué por detrás y le besé el cuello con pasión desbordada, con las manos le acariciaba las tetas y le rozaba los pezones mientras por debajo frotaba mi verga contra su culo aún protegido por su ropa interior. Ella casi desmayada de placer me decía que se la meta, pero yo tenía que pagarle con la misma moneda y hacerla padecer. Metí mi mano en su concha completamente mojada y mientras le frotaba mi verga como si fuese un rodillo, con la mano le sobaba clítoris, haciendo que se encorve y doble las piernas. Por momentos sacaba mi mano y me chupaba los dedos. Le chupaba también las orejas y metía mi lengua con frenesí. Luego bajaba por su cuello y su espalda y terminaba chupándole el culo. Introduciendo casi mi cara entera en esas nalgas que tanto extrañé.
Ella no daba más, me rogaba casi a gritos que se la meta y entonces, con furia, me paré y le destrocé el calzón. Realmente lo hice añicos. Una vez hecho eso sin más que un buen escupitajo, le rellené el culo con mi verga con violencia desmedida, provocándole a cambio las muecas de dolor y deseo más deliciosas que le había visto. A ratos le sacaba la verga para volver a escupirle el culo y continuaba anchando más su recto y hundiéndome más en sus intestinos. Ella estaba por desfallecer pero yo tenía una inusitada energía y no paraba de darle más y más. No le daba respiro y continuaba perforándole el culo mientras mis manos le jalaban el pelo para atrás y le daba al mismo tiempo sendos cachetazos a sus tetas. Hubo un momento donde pareció que no aguantaba e incluso se echó a llorar, pero cuando quise sacársela protestó al instante. Estaba claro que prefería perder la vida antes que se la saque y si iba a morir, quería hacerlo con el culo destrozado por mi verga. Le di unas buenas nalgadas haciéndola gritar aun más.
Al fin luego de casi media hora, sintiendo que me iba a venir, saqué mi verga de su culo (dejándole un hueco enorme) y le llené la cara y las tetas de semen, desfogando así todo el deseo contenido de varios días. Fuimos hacia el baño casi rengueando porque las piernas las tenía pesadísimas y ella casi no podía caminar. Abrí la ducha y recién ahí, mientras nos bañábamos y yo me sacaba toda la mierda de mi verga, conversamos de mi viaje. Es que parece mentira pero nuestra necesidad de sexo era extrema y era prioridad hacerlo antes de siquiera hablar. Padecíamos de una insufrible adicción sexual.
Al rato, mientras me preparaba el desayuno, fui a sacar una maleta con cosas que traje de mi viaje. Le compré un collar de perlas y unos aretes de plata. La dejaron fascinada. Luego saqué una vestido y un par de tangas que compré en un sex-shop y también se las di. Puso una cara de loba cuando vio que una de ellas era con portaligas y con huecos en las nalgas y me dijo que hoy mismo lo estrenaríamos. Al ver el vestido soltó una sonora carcajada pues se dio cuenta que tenía un escote que casi llegaba hasta su trasero.
- Estás loco amor, quieres que todo se me vea?, me dijo.
- Solo te lo vas a poner conmigo al lado, y si es así no tengo problema.
- Te gusta que nos vean no?, me dijo
- Me excita que todos sepan que eres mi mujer, le dije.
Que rico era ver su rostro de enamorada y al mismo tiempo de perra en celo. Sin contenerse más me dijo: Tomemos desayuno y luego voy a hacer que cumplas tus fantasías, mi vida. Nos dispusimos entonces a comer el opíparo desayuno que había preparado. Unas tostadas con mermelada, un jugo de frutas y una ensalada con miel que realmente estuvo exquisita. Sinceramente era la mujer perfecta: una mujer hermosa, despampanante, hogareña, refinada, y para coronarse tenía el culo más rico del mundo… para qué más!.
Nos dispusimos a descansar un rato así que nos tiramos a la cama, ella dándome la espalda y yo abrazándola por detrás, con su cabeza apoyada en mi brazo y el otro bien agarrado de una de sus tetas, y por debajo con la verga media flácida aún pero bien colocada entre sus nalgas. Así nos quedamos dormidos. Al cabo de un par de horas me desperté y la vi cocinando algo. Al verme despertar solo me dijo: hice mucha bulla mi vida? lo siento, no quería despertarte. Ahora que me despertaste, cómo vas a pagar tu pecado, le dije. Sonrió al escucharme y me pidió que la acompañe al jardín interior de mi casa. No entendí pero me dijo que la siga y ahí me explicaría.
Antes de llegar al jardín me detuvo en la puerta y me contó que al entrar a la cocina (mientras yo dormía) a preparar el almuerzo había visto por la ventana que da al jardín a mi vecino don Lucho que estaba en su balcón tomando un baño de sol mientras leía su periódico y ahora, con la idea de cumplir mis fantasías, no se le ocurrió mejor idea de provocar al viejo y que disfrutemos con ello. Sinceramente me encantó la idea. Le di una buena nalgada y fui corriendo por mi cámara y la coloqué en la ventana de la cocina, apuntando a donde estaríamos nosotros. Ella me dijo que primero saldría sola, para tentarlo, y ya luego yo le daría alcance. Me pareció una excelente sugerencia así con sigilo alisté la cámara para filmarla desde que salga de la cocina. Se quitó la ropa y se puso una de las tangas que le traje, arriba nada y encima de todo, una bata de baño. Salió entonces fingiendo no darse cuenta de la presencia del viejo. Llevaba en las manos un bloqueador solar y unos lentes de sol. Entonces se fue caminando hasta una silla para tomar sol en medio del jardín y dándole la espalda al viejo, empezó a quitarse la ropa. Observé que él recién se dio cuenta cuando la vio de espaldas, pero no fue hasta que ella se quitó la bata que el viejo por poco se cae de su silla. Con sigilo se agachó ligeramente y se quedó mirándola mientras yo grababa todo, más que excitado de verlo en ese trance.
Desde la posición del viejo podía ver casi en diagonal a Silvia y vi claramente como el pendejo salivaba de ver como se aplicaba el bloqueador en el cuello y en las tetas. En realidad dos cosas me excitaban de la escena. Primero que el viejo se empezó a masturbar mientras veía a Silvia desnuda, y segundo, que en verdad verla así era una delicia para la vista.
Al viejo, como era de esperar, se le fueron los ojos y el periódico se le fue al suelo. Jamás en su vida vio algo así y su entusiasmo creció más cuando ella, "sin darse cuenta que la miraban", comenzó a echarse bloqueador solar sobre las tetas y frotárselas mientras se untaba. El viejo estaba al borde de la locura. Rápidamente se asomó a su balcón a ver el gran espectáculo y al mismo tiempo se frotaba el pene por encima del pantalón. Había logrado mi cometido.
Solo en ese instante aparecí y continué untándole el bloqueador a Silvia. Solo que esta vez se lo esparcí en la espalda lo más lento que pude para aumentar la agonía del viejo. Al fin, cuando legué a su trasero, cambié el bloqueador por mi lengua, y la recorrí nalga por nalga hasta estar seguro de no dejar vacíos. Finalmente la puse en cuatro patitas y como un animal le comí la concha haciéndola gemir como loca y provocándole al viejo una tarde que nunca olvidará. Al rato nos metimos a la piscina y continuamos haciéndolo por varios minutos más hasta que me corrí dentro de ella.
Fue una fantasía inesperada, una fantasía que incluyó a un extraño y que quedará en mi memoria por ser de las primeras veces que me exponía a tanto. Pero cómo lo disfrutamos. Demás está decir que una a una empezamos a practicar más fantasías, que poco a poco les iré contando…
Una semana antes de su cumple mi esposo me pregunto ¿Qué me vas a regalar? prometiste que me darias lo que yo quisiera, yo pense que me diria que tuvieramos sexo anal mas seguido,yo racionaba mucho ese tipo de sexo ya que mi esposo tiene una verga muy gruesa y cada que tenemos sexo anal lo disfruto mucho si pero me queda el culo muy adolorido, el se vuelve loco con mi culito dice que esta muuy apretadito, pero no fue eso lo que el pidió, lo que queria era un capricho mas lujurioso,de plano me dijo -Quiero que invites a mi comadre Lina a tener sexo con nosotros ,no me extraño que me pidiera hacer un trio ya que ese antojo ya lo había pedido de hace tiempo lo que si me saco de onda fue que me pidiera que invitaramos a Lina ,ella ha sido mi amiga desde que eramos niñas
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el acompañar a mi esposo a hacer unas compras en una ferreteria me encontre a un joven atrevido quien me recargo su vergota en las nalgas y me agrado terminando cogiendo riquisimo tenia una vergota como de burro mmmm que rica
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SOMOS UNA PAREJA QUE DESDE MI MARIDO SE ENTERO QUE LE METI LOS CUERNO, LO UNICO QUE QUERIA ERA VERME HACIENDOLO DELANTE DE EL, VESTIDA COMO UNA PUTA..........
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DETRAS DE MI CASA VIVE UNA NINA MUY LINDA Y ES QUE LO QUE MAS ME ENCANTA ES SU CULO.
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Gus20XXX
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:21) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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