Un día encuentro con doña Virginia la dueña de casa llorando en la cocina sorprendido pregunto que pasa ella trata de ocultar sus pesadillas y me sonríe,…, déjame dice y me abraza cerrando sus ojos, entregándose por entera a la calentura de sus apremios por un enlace carnal amoroso, desnuda solo tengo que bajarme mis pantalones y calzoncillos para que mi abultado y enorme pene la acose entre sus piernas tratando de meterse en su vagina, ella se abre de piernas para facilitar mi labor y la apoyo en la mesa de la cocina clavándole mi miembro con fuerza y ella que estaba mojada en su caverna sexual lo recibe y este resbala hasta el fondo de su matriz sacándole gemidos de dolor y placer al entrar, se mueve bruscamente en su cintura ardiente de pasión estirando y soltando mi pene en un enardecido placer de ser satisfecha de sus antojos carnales, como se movía era una hembra en plena deleite y su gozo pronto inunda mi pene con sus efluvios acumulados tratando de entregarse a un macho que la satisfaciera y la hiciese gozar de pasión, como se entregaba, gimiendo y llorisqueando caliente de sus ardores y fogosidades
Relato
Debo especializarme en mis estudios y debo irme al sur donde una empresa me promete una práctica de seis meses pudiendo aumentarla o contratarme como ingeniero eléctrico y proyectista en proyectos eléctricos. Mi padre conocía un amigo que tenía un primo en la zona dedicado a la fruta y ganadería siendo propietario de unas tierras y me decía que podría hablar con este para que me tuviera unos meses en su parcela muy cercana a la central eléctrica donde debería ejercer.
Me identifico me llamo Leo tengo 19 años soy egresado de ingeniería eléctrica y proyectos de instalaciones eléctricas, soltero eso si he conocido varias camas con sus respectivas dueñas en ellas.
Llego a la estancia donde me recibe este desconocido señor primo de un amigo de mi padre, el solo hecho de conversar con él se le nota lo vanidoso y desagradable que es, llama a su señora y poco mas le ordena que me atienda como si ella fuera su empleada, la sumisa mujer no habla solo asiente con su cabeza y me guía a una apartada pieza con un baño aparte, todo reducido que dos personas apenas caben en ese dormitorio. Nada digo y trato de acomodarme en ella, la señora desde el patio me dice si deseo algo le avise.
La miro y trataré de describirla es una dama de buen porte con unos vestidos que nada le favorecen, a pesar de ello se nota una mujer de buen talle con unos senos redondos y agradables, su trasero imponente, las piernas largas y un poco delgadas. Pero en general llama la atención bien vestida mataría de impresión positiva. Entre unos 32 o 35 años.
Durante estos días poco la he tratado ya que salgo a la central eléctrica a las 7,00 horas y vuelvo como a las 19,00 horas cansado y con pocas ganas de hablar metiéndome en mis libros para salir de las dudas.
Ella amablemente me buscaba para darme una merienda y en verdad eran sabrosas, se lo agradecía y volvía a mi pieza.
Un día no debo ir en la mañana ya que mi turno era por la noche y al levantarme temprano para tomar un café aunque fuera me encuentro con doña Virginia la dueña de casa llorando en la cocina sorprendido pregunto que pasa ella trata de ocultar sus pesadillas y me sonríe, la abrazo cariñosamente y ella me dice por favor no lo hagas que tus abrazos son distinguidos y amables para mi, mi marido me trata mal y tu me acaricias, este arrebatado que tengo por marido me usa esta mañana sin miramientos y solo se preocupa de saciarse el sin importarle como deja a su mujer y me deja delirante, enardecida ardiente por una unión intima carnal que me satisfaga y se va, ahora llegas tú acariciándome como crees que estoy, si me dice estoy caliente y daría cualquier cosa por una apareamiento sabroso y bien realizado… la miro la cortejo entre mis brazos acariciando su rostro y beso sus labios no me devuelve el beso, insisto y vuelvo a besarla ahora ella me besa con desesperación, beso su cuello y nuca ella vibra y se estremece suspirándome no, no lo hagas…, le sobo sus senos pellizcándole sus pezones, gime angustiada y caliente, abre su boca buscando aire, suspirando y jadeando, no dice, no… permitiéndome abrir su bata de levantarse y debajo está desnuda, beso sus senos, chupo sus pezones, gime y se menea angustiada…, déjame dice y me abraza cerrando sus ojos, entregándose por entera a la calentura de sus apremios por un enlace carnal amoroso, desnuda solo tengo que bajarme mis pantalones y calzoncillos para que mi abultado y enorme pene la acose entre sus piernas tratando de meterse en su vagina, ella se abre de piernas para facilitar mi labor y la apoyo en la mesa de la cocina clavándole mi miembro con fuerza y ella que estaba mojada en su caverna sexual lo recibe y este resbala hasta el fondo de su matriz sacándole gemidos de dolor y placer al entrar, se mueve bruscamente en su cintura ardiente de pasión estirando y soltando mi pene en un enardecido placer de ser satisfecha de sus antojos carnales, como se movía era una hembra en plena deleite y su gozo pronto inunda mi pene con sus efluvios acumulados tratando de entregarse a un macho que la satisfaciera y la hiciese gozar de pasión, como se entregaba, gimiendo y llorisqueando caliente de sus ardores y fogosidades, pronto recibe en su matriz mis chorros de leche tibia inundándole su sexo. Se entregaba feliz a este macho que si sabia satisfacerla de sus deseos de apareamiento apasionado.
Por mas de cinco minutos se queda abrazada a mi cuello y besándome mis labios calmando sus pasiones, luego me mira abrocha su bata y me dice te daré el mejor de los desayunos, a los cuales contesto ya recibí el mejor de estos…, ella me mira sonríe, diciéndome, solo te solicito silencio, solo eso y seré tuya cualquier de estos días nuevamente.
Tomamos un delicioso y recuperador desayuno mientras ella me acariciaba recordándome silencio, solo te pido eso callado que nadie se entere y seré tuya nuevamente, lo hiciste maravillosamente delicioso.
Esa semana tengo turnos de noche y cada mañana llego justo cuando el marido va saliendo al trabajo, Virginia la dueña de casa es una mujer mal tratada por su marido por lo que poco lo respeta a su salida se aproxima a mí y me coquetea acariciándome mi cabeza, mi pelo y mis mejillas.
Siempre está en las mañana con su bata de levantarse y debajo nada, por lo que arrodillándome frente a ella en su asiento, abro su bata subiéndola sobre sus caderas mientras lamía sus raja vaginal, sentía, Virginia, mi lengua acariciándola desde su vagina hasta su oscuro nicho posterior, la dama se estremecía y se entregaba al placer sexual de sentir mi lengua en su vagina, acaricio su clítoris lo que la lleva a un orgasmo de los mas grandioso orgasmo por ella sentidos, sin ser penetrada este semental a logrado un mayúsculo orgasmo de ella, aún sin ser penetrada, que si valió de los engaño para sentirla así entregada en mis brazos, quejándose con ayees de placer y no menos gozadores.
Nos regaloneamos y cuando me preparaba para llevarla a la cama suena el timbre de la casa, es su hermana Matilde quien llega a contarle sus penas por haber sido mal apareada esa noche y esta súper excitada… Virginia le dice justo tengo la solución en mi lecho mostrándome a mí como su delicado tesoro. Matilde es atacada corporalmente y ambas hermanas se recuestan en la cama acompañando al enérgico semental de Leo, en esta Leo aprovecha lo ardiente y desesperada que viene la hermana para recorrerla y estimularla mas de lo prendada que estaba, siente Matilde pegado a su canal vaginal lamiéndola en su sagrada gruta a el joven macho, prontamente es saciada siendo penetrada por ese duro y extendido miembro que se acomoda en sus entrañas, como se meneaba la hermana en forma placentera mientras el muchacho seguía incrementando sus arremetidas de potro salvaje enérgico y reproductor en sus entrañas esta abría aun mas sus piernas para no ser maltratada y pronto entrega sus mojados orgasmos en unos espasmos que la sacuden en una placentera entrega de sus ardores carnales apasionados sintiendo a su vez como este macho la saciaba en sus antojos carnales llenando su matriz de semen que ella recibe entre gritos, gemidos y gustosos deleites voluptuosos en su entrega a su nuevo marido , amo y señor de su cuerpo un muchacho de 19 años que aquieta sus desesperados embelesamiento amatorio de su cuerpo de 30 años madre de dos nenes de 4 y dos años, es feliz ya que su marido no es capaz de consolarla y solo se preocupa de compensarse él su remedio es este semental, su nuevo marido y amante. Queda relajada al lado del semental que abuso de sus desesperados antojos.
El chico cansado agotado de su acción de macho y de haber estado trabajando toda la noche cae en un sopor durmiéndose en ese lecho matrimonial.
Cuatro horas después despierta ante los sabrosos olores que provienen de la cocina donde se acerca a tomar algún alimento. Virginia aún en bata esta ocupadísima en sus gajes de cocinera y no se entera de su presencia hasta cuando es atrapada de sus senos por detrás a la vez que se siente pinchada entre sus nalgas solicitándole sus asistencias un pene duro tieso y anhelante de ser protegido por sus suaves pliegues vaginales o anales, cae en cuatro patas sobre un escaño sintiendo como esa masa de carne y músculo se empalma en su orificio anal separando sus glúteos al tiempo que penetra con gran dolor su oscuro nicho anal, gime y reclama al sentirse empotrada pero nada desmonta al semental que la tiene alterada y ensamblada por su culo y siente como este cada vez clava con mas fuerza su miembro hasta tenerlo entero dentro de su agujero anal, ese dolor molesta, pero a su vez la estimula excitándola diez minutos debe soportar la arremetidas del macho contra su cuerpo, el joven agresor mete sus dedos en su vagina atrapando su clítoris lo cual la desespera y moviéndose como una colegiala, diez minutos mantiene dentro de su cuerpo ese miembro, el macho, ante de que ambos entre suspiros, rezongos y gruñidos culminen una labor de apareamiento satisfaciéndose como dos groseras bestias en celo.
Ambos van a la ducha y en ella mientras se enjabonan se acarician…, nuevamente Virginia es domada como la mujer de este joven amante, quien será desde ahora señor y amo de su cuerpo beneficiándose de él diariamente preñándola a los días siguiente al igual que su hermana Matilde. Ambas mujeres diariamente se desesperaban por servir de esclavas sexuales a su amo y nuevo marido.
Dos años estuvo Leo en esa central eléctrica llegando a ser su máxima autoridad y cultivando la amistad y sexualidad de su secretaria personal Ernestina una mujer de 40 años casada con tres hijos y que tuvo que compartirlo con las otras dos mujeres…, luego les narraré sus conflictos, pasiones y enlaces amorosos.