Mi madre es victima de su belleza al encontrarse desprotegida por la falta de mi padre.
Relato
Hola me llamo Javier y vivo con mi madre en el estado de México. Siempre me considere muy afortunado por la vida que tenia en lo económico como en lo familiar, al menos hasta hace menos de un año, cuando mi padre que era gerente de compras de una compañía tras-nacional sufrió un accidente en la avioneta donde viajaba y en el cual perdió la vida.
Empezaré por describir a mi madre Miriam es una mujer cuya vida rutinaria no ha mermado su belleza, el gimnasio que tenemos montado en casa a mantenido su metro setenta y siete en perfecta forma y su cuerpo indica 10 años menos de los que tiene en realidad. A ese cuerpo se le añade un hermoso rostro de pelo castaño, unos enorme ojos verdes y labios algo finos. Todo esto junto a su exquisito gusto a la hora de vestir y su plena dedicación a la vida familiar la han convertido a los ojos de los vecinos en la madre y esposa perfecta.
Todo empezó al haber terminado los rosarios de mi padre, se realizo una misa en su honor, compañeros de trabajo, vecinos y familiares y en el cual después de la celebración religiosa se hizo una comida a los invitados, pero por unos motivos u otros solo asistieron mis abuelos, unos tíos que viven cerca de nosotros, también se encontraba Rafael el que fue jefe de mi padre. Se hicieron las presentaciones pertinentes y la verdad es que el don como mi padre le decía era un hombre que imponía, su forma de hablar, la confianza en si mismo y su corpulencia típica de horas de gimnasio y la buena vida dejaron impresionados a mis familiares, menos a mi mamá y a mí que ya lo conocíamos y sabíamos como era el.
Todos estaban hambrientos así que nos sentamos a la mesa que ya estaba servido. El don se sentó justo enfrente de mi madre y durante toda la comida se mostró muy cordial con ella, además se convirtió enseguida en el alma de la comida, ya que continuamente narraba algunas experiencias chuscas vividas con mi padre en el trabajo y que mantenía a todos en vilo con risas de todos los presentes. Tenia a todos entretenidos, a mí no me hacia gracia y se me hacia mas un fanfarrón. Sus constantes miradas a mi madre, que eran de todo menos inocentes no hacían mas que acrecentar mi animadversión hacia el.
Mi madre reía con sus historias al igual que todos los demás pero ella evitaba el contacto visual con el don; ya percatada de que la miraba de una forma descarada. Mi madre ya estaba acostumbrada a este tipo de miradas, pero ella siempre apartaba la vista en señal de que era una mujer casada, que amaba a su esposo y a su hijo y que se debía solo a ellos.
Así transcurrió la comida hasta que un tío propuso comer el postre, mi madre se levanto y se dirigió hacia la cocina y pude ver como el don no perdía detalle de mi madre saliendo del salón del comedor, especialmente de su trasero. Era increíble el descaro con el que lo hacia y más increíble me parecía que nadie se hubiese dado cuenta. Al cabo de un rato mi madre apareció con un gelatina la cual partió y sirvió a los presentes después se sentó y volvió a quedar delante de el. El resto de la tarde transcurrió de manera normal, con el don igual de vivaracho, como a las 6 de la tarde decidieron que ya era la hora de marcharse, mientras que todos recogían sus cosas mi madre se dirigió al hall para encender las luces y abrir la puerta, el don se despidió con un abrazo a mi madre y diciendo:
-Vaya que anfitriona más atenta
Mi madre le sonrió y le respondió -Es lo mínimo que puedo hacer en memoria de mi marido.
Mi madre se encontraba muy deprimida y así duro un par de semanas sin salir de casa, sus amigas trataban de darle animo diciéndole que la vida seguía que pensara en mí y en ella.
Un viernes me encontraba viendo la televisión en la sala cuando la vi bajar con esas mallas de ejercicio que usaba, las cuales se le pegaban al cuerpo como una segunda piel, se veia realmente hermosa (mejor dicho buenísima), también con una camisa ajustada mostrando sus grandes tetas, ella se dirigió hacia el gimnasio, después de un rato fui a verla y ella se encontraba corriendo en la caminadora.
-Mamá que bueno verte haciendo nuevamente tus ejercicios.
-Si hijo y ahora que tu padre no esta tú y yo vamos a pasar mas tiempo.
Al voltearse a tomar su bebida energética, no pude evitar verle ese par de nalgas prominentes, que parecían globos enormes.
Estábamos en la cocina almorzando muy tranquilamente cuando recibido una llamada, era Rafael y al parecer le comentaba algo acerca de la pensión de mi padre.
Mi madre atendió la llamada y quedo muy formal en presentarse, se metió a la ducha y me pidió que la acompañara por que no quería ir sola, se vistió con un vestido elegante. Al llegar a la fabrica solo al entrar impuso su belleza, ya que todos los hombres por donde caminábamos hacia la oficina de el don volteaban hacia donde pasábamos, parecían una jauría de lobos no podían simular. Todos los hombres con los que nos cruzábamos por el camino le regalaban sonrisas a mi madre pero ella ni se inmutaba por que no hacia gestos a nadie, ella era una dama y se daba darse respetar, miraba como algunos murmuraban unos con otros lo bien que tenia su cuerpo mi madre, me imagine las cosas que pensaban puras vulgaridades me imagine ya que reían entre ellos sin dejarla de verla.
Llegamos a las oficinas, donde sobresalía una gran oficina con grandes ventanales y un escritorio al centro, ahí se encontraba Rafael muy cordial con ambos y mas con mi madre nos atendió, que a leguas se le notaba que se le caía la baba por ella, aunque mi madre siempre lo trato de lejos por las miradas lujuriosas que el le hachaba.
Al acercarse mi madre al escritorio, Rafael muy cordial le dio unos papeles a mi madre y que el inmediato clavo sus ojos en el escote de su vestido y en sus tetas, ella fue tajante al tomar los papeles y volverse hacia otro lado para leerlos, el don empezó a explicarle el contenido de lo que decían los documentos el cual era el de un seguro de vida que tenia mi padre como empleado de la empresa, mi madre después de leerlos y escucharlo firmo donde le indico el, cuando todo terminaba mi madre le agradeció a Rafael por todos los servicios hechos por el con un abrazo y que el aprovecho para agasajarse con ella apretándola hacia el y dándole un fuerte beso en su mejilla de mi madre, la cual inmediatamente se separo y se despidió con un adiós, con esto imagine que seria el final la relación entre mi madre y la empresa.
Nuevamente en el trayecto de salida mi madre fue victima de miradas lujuriosas y ya de algunas palabras de doble sentido por parte de los hombres de los talleres y de las oficinas.
De allí en adelante tuve que hacer tiempo para estar en casa mas tiempo, la escuela y las demás actividades de mi edad, los meses pasaron sin muchos sobresaltos, mi mamá continuo con sus actividades normales cuando estaba mi padre. Llego el mes de diciembre y a la casa llego una invitación por parte de la empresa para la cena de fin de año, yo no me acordaba de que cada año asistía con mis padres a la cena que realizaban, mi madre me dijo que deberíamos ir ya que Rafael iba a enviar a su chófer por nosotros para llevarnos ese día. A mi no me hizo gracia, pero no me quedo otro remedio. Así que el día en cuestión allí estaba yo, vestido con mi traje y esperando a mi madre.
Cuando la vi aparecer no pude menos que piropearla "mamá" y quedarme boquiabierto. Se había puesto un vestido largo de tirantes, la falda de tela bastante fina, con una abertura lateral de su pierna izquierda que le llagaba hasta la mitad de su muslo y que dejaba ver su estupenda pierna, la parte superior del vestido mostraba el inicio de su canalillo ajustándose justo en la parte superior de sus pechos, quedando luego la tela a su caer hasta la ceñida cintura y por alguna razón la tela se empeñaba en pegarse en sus bien formadas tetas dejando a adivinar sus redondas formas resaltadas aun mas por un sujetador sin tirantes que apretaba y levantaba un tanto sus pechos, y unos zapatos también negros, con el tacón mas alto que le había visto en años. El pelo lo llevaba revuelto, pero se notaba que lo había revuelto con toda intención. La verdad es que con ese pelo así parecía una jovenzuela que una señora cuarentona, y para acompañarla se había puesto unos pendientes de perla y un collar a juego que le había regalado mi padre hacia años y un pequeño bolso de piel, haciendo juego.
El chófer del señor Rafael llego puntual a las 7 p.m. en una limusina, el restaurante estaba en la colina rodeada de árboles a unos kilómetros de la ciudad, el chófer nos dejo en la entrada y ya en la puerta había una lista con la distribución de los asientos. Miramos en la lista y a nosotros nos había correspondido en la mesa principal. El salón era enorme, con muchas mesas redondas con diez sillas cada una de las mesas, con fundas blancas y un lazo verde. Cuando llegamos a nuestra mesa, ya estaban sentados el resto de las personas que también habían tocado en la mesa, entre ellos Rafael acompañada por su esposa y sus 2 hijas, las sillas que nos tocaron fue junto al don.
Se sucedieron los típicos besos y saludos con los ex compañeros que conocíamos, Rafael que había ido muy elegante con un traje negro el don ayudo a mi madre a sentarse a un lado de el y yo quede al lado izquierdo de mi madre. Rafael dijo:
-Yolanda gracias por haber venido; y que impresionante luces, mi madre reacciono con una vaga sonrisa diciendo
- Gracias tu tampoco estas mal, mientras se acomodaba en su silla.
La fiesta transcurría de manera normal entre platicas aburridas y tontas en algunos momentos y entre mucha bebida, al llegar la hora de la cena se apagaron las luces del salón y solo las velas que habían sobre las mesas encendidas, para hacer una cena romántica y al compás de música adecuada para comer, había una que otra lampara encendida para que no quedara todo en penumbras.
La comida transcurría entre conversaciones frívolas, y justo en el segundo plato, note un ligero temblor de mi madre y vi como su mano apretaba fuertemente la servilleta, al principio pensé que sería debido a una corriente de aire, pero al fijarme a su cara la vi con una expresión extraña, con los ojos entrecerrados y mordiéndose ligeramente el labio inferior con una sonrisa hueca como hipnotizada al tiempo note como Rafael que estaba a su lado con una postura un tanto inclinada y forzada ademas tenía una mirada de concentración, como si la platica en la mesa les fuera intrascendente tanto a el como a mi madre.
Cuando iba a tocarle el brazo a mi madre para preguntarle que le pasaba, observe con sorpresa que algo se movía debajo del mantel enfrente de ella y que Rafael tenia escondida su mano derecha debajo de la mesa. Mi madre parecía ida, disimuladamente me hice un poco para atrás, y sin llamar la atención, mire de nuevo hacia Rafael en busca de su mano, pero no se veía nada.
Se me ocurrió entonces levantarme con la excusa de tomar hielo que había en la mesa auxiliar detrás de mi y simulando un descuido, deje caer algunas servilletas, y pude ver claramente como el don estaba acariciando con su mano, el muslo de mi madre. Me puse nervioso no supe como reaccionar, y al mismo tiempo me hernia la sangre, por que no soportaba que el tipo estuviera toqueteando a mi madre a un metro de mí. Pero por otra parte no comprendía y me molestaba que ella no le cortara su osadía. En un instante observe como deslizo su mano por la entrepierna de mi madre, y la cual se perdía en el interior de su vestido y el cual vi como se empezó a mover la tela en forma rítmica a la altura de su vagina y que mi madre apretaba sus rodillas con fuerza y la expresión de su cara, supe que la tenia en un estado de excitación tremendo, cuando me incorpore a mi silla todos seguían comiendo y conversando, note como el liquido de la copa de mi madre que estaba delante de ella se movía un tanto violento, al tiempo que emitió ella un suspiro seguido de una risita, sin duda para disimular su excitación u orgasmo. El caso es que en ese mismo momento uno de los invitados en la mesa había saltado una gracia de su platica y el disimulo de mi madre no quedo para nada en fuera de lugar. Nadie en la mesa parecía haberse dado cuenta de lo ocurrido a mi madre.
Mi madre reacciono del trance en que había estado sometida por el toqueteo y volteando a ver a Rafael con vista de enojo y de odio que nunca le había visto, mientras el se encogía en su silla con una mirada de temor hacia ella, mi madre me dijo levántate hijo nos vamos mientras les decía a los demás disculpen la molestia y adiós me tomo de la mano y dimos media vuelta comenzando a caminar hacia la salida del salón. Me di vuelta para ver hacia atrás y vi como Rafael y otros dos señores sentados en la mesa que habíamos estado miraban hacia mi mamá y el don con una sonrisa, que me dio mucha rabia. Volvimos a la casa, en un taxi.
Pasaron casi 4 meses de lo acontecido en la cena de fin de año y un jueves regresando del colegio, mas temprano que otros días, al ir caminando y al doblar la esquina de la casa me sorprendió ver el coche en que nos llevaron a la cena de diciembre estacionado lejos de la reja de la casa.
Abrí la puerta de la casa sin más y algún instinto se despertó en mí, y sin saber muy bien porque, cerré la puerta sigilosamente. Rápidamente, el silencio de la casa se vio interrumpida por ruidos confusos que provenían del piso superior y después de unos segundos supe que eran gemidos!.
Subí las escaleras con sumo cuidado para no hacer ruido, la puerta de la habitación de mi madre se encontraba entre abierta, supe con claridad, que los gemidos provenían de su cuarto.
Cuando iba a asomarme al interior recibí un fuerte golpe en la cabeza que me tiro hacia adelante, no pude reaccionar y 2 hombre encapuchados se lanzaron sobre mi atándome de pies y manos.
-Parece que tenemos visitas, dijo un tipo grande y fornido.
-¿Quienes son ustedes?, ¿que quieren?
Volte a mi alrededor buscando a mi madre y alcance a distinguirla estaba hincada a la mitad del cuarto, con la blusa abierta y sin sostén y con los brazos atados a la espalda mientras otro encapuchado parado frente a ella la obligaba a chuparle el pene, el cabrón tenia una polla descomunal debía medir mas de 22 centímetros.
Yo comencé a gritarles y a insultarles en eso se acerco uno de ellos me dio dos tremendas bofetadas que me hicieron callar, sentí un hilillo de sangre de mi boca salir. El que me pego se dirigió a mi diciendo
-Chico, pórtate bien y mira tranquilo como nos cogemos a tu madre o lo mismo decido darte por el culo a ti, estas advertido.
Eso me hizo callar al momento, pensar en ver como aquellos tipos violarían a mi madre me revolvió las tripas, pero pensar en que lo hicieran conmigo me helaba la sangre.
Poco después el mismo tipo que me amenazo se hecho sobre mi madre y vi como la desvestía rompiendo su falda a jalones y su ropa interior, quedando completamente desnuda expuesta ante ellos sin hacer el intento por defenderse.
Mi madre cayo al suelo y uno de ellos aprovecho el instante y puso las piernas de ella por encima de sus hombros, de este modo pudo hundir su pene en su vagina sin ningún impedimento, para mi sorpresa mi madre exclamo "Ummmm" al sentir como su intimidad era invadida por un monstruo de carne, el empezó a moverse con furia hacia adentro y a fuera de ella.
Me asqueaba la escena pero no podía hacer nada, algunas lagrimas caían por mis mejillas por la frustración de no poderla ayudar y evitar su violación.
Los otros 2 encapuchados solo se limitaban a mirar completamente desnudos y con grandes vergas paradas, de repente el que la violaba se giro haciendo quedar arriba a mi madre de el, para ese momento mi madre empezaba a reaccionar a lo que le estaba pasando, estaba recuperando totalmente la conciencia y se daba cuenta de lo que sucedía. CONTINUARA
...Hermanito, ya no sigas. No sabes lo que haces”.-Me decía llorando Astrid.
Yo, cegado me dije a mí mismo que si ya había llegado hasta ahí, no podía irme sin meterle el polvo...
Relato erótico enviado por charly_bo el 11 de June de 2012 a las 00:00:02 - Relato porno leído 247213 veces
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vision42
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:11) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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