Las locuras de mi prima…

Bueno eso pasó, y al yo terminar mi escuela e irme a la universidad, era tremendamente tímido con las chicas, al punto que les tenía hasta miedo de hablarles. Ya en mi segundo semestre de la Universidad, pertenecía a un selecto grupo de estudiantes, de hablar fino y delicado, por no decir afeminado. Todos teníamos en común nuestro pánico a las chicas, y en ocasiones que nos reuníamos a ver películas, no faltaba quien trajera alguna de corte porno, lo que traía en consecuencia de que nos comenzáramos a masturbarnos, y ya se había hecho costumbre, el hacerlo unos a otros. Y ocasionalmente alguno de los chicos, gustosamente aceptaba no tan solo masturbar a otro, sino que también se ofrecían a mamar.

En otras palabras, éramos una cuerda de maricones de closet. Hasta que llegó mi prima, en principio se hospedó en una pensión para chicas, pero comenzó a visitarme en mi apartamento, ya que mis padres me dieron la llave de uno de sus varios apartamentos. Prácticamente ella después de clases, se iba a mi apartamento, lo que rompió en cierta forma la costumbre de mis amigos, de ir a ver pelis porno en mi apartamento. Yo realmente eso no me molestaba, pero un día uno de mis amigos, lo encontré discutiendo con mi prima, reclamándole que no respetaba mi espacio. Fue cuando intervine y a él lo mandé a buen sitio, y al él marcharse sumamente cabreado, lo acompañe hasta la calle, fue cuando me di cuenta de que mi amigo estaba súper celoso de mi prima.

Pero al regresar a mi apartamento, y entrar encontré a mi prima como dicen ligera de ropa, es decir se había desabotonado toda su blusa, dejando a mi vista sus hermosos senos apenas cubiertos por su sostén, yo me quedé boquiabierto, aunque de jovencitos en muchas ocasiones la había visto desnuda, y hasta tocado su coño y ella agarrado mi verga, en ese instante no supe cómo reaccionar. Hasta que ella poniendo cara de afligida, me dijo en un tono teatral, señor no tengo con que pagar la renta, pero por lo que más quiera no me arroje a la calle. Yo me quedé perplejo sin entender lo que ella estaba haciendo, cuando al ella volver a repetir las mismas palabras, pero de manera más sugestiva, como que caí en cuenta de que era una especie de juego. Entonces yo continuando con su juego asumí el papel del dueño de un apartamento que va a cobrar de alguna manera la renta, que le debía esa inquilina.

Así que engolando la voz y tomando una actitud de malote, le pregunté de que manera ella estaba dispuesta a pagarme, si no quería que la botase de inmediato, a lo que mi prima con un suave movimiento dejó caer su blusa, quedando completamente sus senos, apenas cubiertos por su sostén. Yo me acerqué a ella, y sentándome a su lado, la agarré entre mis brazos, y aunque ella procuraba esquivar mis besos, finalmente nuestros labios se unieron, dentro de su juego, yo la comencé a desnudar, y ella en su papel de víctima me decía señor, no me haga eso, acuérdese que soy casada, y mi pobre esposo está hospitalizado.

En medio del juego, el morbo se me revolvió, y comencé a disfrutar de la farsa, al grado que prácticamente le arranqué el resto de su ropa. Ante su supuesto rechazo, y lamentaciones. Hasta que la dejé completamente desnuda, fue cuando ella mientras que yo me bajaba los pantalones, haciéndose la que lloraba de vergüenza me dijo, como que quiere que yo se lo mame primero, y de inmediato ella misma continuó diciendo, sumamente avergonzada, está bien lo hare, porque me está obligando. Pero le pido que por el amor de Dios no le diga nada a mi esposo. Yo seguí con su juego, diciéndole no se enterara a menos que no me hagas caso, al sentir sus labios sobre mi verga, pensé que me encontraba en la gloria.

Mi prima por un corto rato se dedicó a mamar mi verga, yo que estaba a punto de venirme, tuve que detenerla, lo que realmente deseaba era metérselo dentro de su divino coño. Así que continuando con el juego que ella comenzó, le dije. Bueno acuéstate y prepárate, ella sobre actuando hizo lo que yo le ordené, y de inmediato me le fui encima, sentí como mi verga prácticamente se deslizaba por completo dentro de su caliente coño, y la verdad sea dicha, en esa primera ocasión me vine casi inmediatamente.

La falta de práctica, lo ansioso que realmente me encontraba, y en buena parte a mi miedo a las mujeres, hizo que sucediera eso. Pero mi prima, a pesar de ser menor que yo, pero al parecer con mucha más experiencia, me comenzó a decir que no me molestase, que para ser la primera vez estaba bien, y nuevamente se dedicó a mamar mi verga, hasta que por el arte de ella se me volvió a parar. Pero entonces fue ella la que con mucha calma me fue diciendo qué y cómo hacerlo. De esa manera comencé realmente a disfrutar de tenerla bajo mi cuerpo, y escuchando sus profundos gemidos, sintiendo como movía sus caderas. Vi como ella disfrutaba de lo que yo también le hacía, hasta que después de un buen rato ambos alcanzamos el clímax.

Esa fue el primero de muchos encuentros entre mi prima y yo, poco a poco fui aprendiendo a controlarme, como también a encontrarle el gusto a mamar su coño, mientras me mamaba la verga. Un buen día se presentó a nuestro apartamento con una amiguita, quien para mi mayor sorpresa de la manera más descarada mi prima le propuso que mantuvieran un trío conmigo. Si eso me sorprendió, al escuchar a la chica decir que si, no lo podía creer. Esa noche los tres retozamos en mi cama, como nos dio gusto y gana.

Pero como todo lo bueno se acaba, mi prima consiguió una beca de intercambio, y se fue a terminar sus estudios a Europa, pero yo me quedé con una muy buena fama entre sus amigas. Con el tiempo al terminar de estudiar, la he vuelto a ver, y realmente no sé como agradecerle lo mucho que hizo por mí, ya que de no ser por ella, seguramente hoy en día seguiría siendo un maricón de closet, con pánico a las mujeres.