Las mendigas (1) - Rojer

Hacia solamente una semana que me había trasladado may nuevo piso y me encontraba en casa solo y aburrido, me disponía a salir en busca de alguna amiga cuando sonó el timbre, mire por la mirilla y vi la cara de una mujer de unos 25 años, me extraño pero abrí la puerta.

Se trataba de una de esas rumanas vestidas como de cíngara que van pidiendo por las casas, le acompañaba una muchachita de unos 10 años y un pequeño de 2 añitos. Me contó que eran sus hijos que había sido madre muy joven y que estaba sola con ellos en España y que necesitaba que la ayudara.

Me pidió algo para comer y dinero, mi primer impulso fue cerrarles la puerta, pero vi un no se que en su mirada y les deje pasar mientras buscaba algo en la nevera.

Les di tres bolsas llenas de comida me miro de una manera un poco picara y me dijo que le diera algo de dinero.

.- El dinero se gana, no se regala, le conteste.

Ella sin pensárselo dos veces y sin darme tiempo a reaccionar se abrió la blusa y me mostró un par de tetas preciosas, se veían duras y bien puestas, me dijo que las tocara, que las chupara, que se entregaba a mí y que si me apetecía me la follara a cambio de dinero, que necesitaba dinero urgentemente.

Mire algo confundido a la niña que sostenía al pequeño en brazos y me sonrió como si ver en esta situación de su madre, fuera de lo más normal.

Me acerque entonces a la madre y le acaricie los pechos, le chupe sus pezones oscuros hasta ponerlos como piedrecillas de duros al tiempo que le pasaba la mano por la entrepierna por encima del vestido, presionando con mis dedos en su chocho.

Entonces le puse una cantidad de dinero, que me pareció aceptable a su oferta encima de la mesa, lo miro y comenzó a desnudarse, la contemple mientras lo hacia y en verdad que estaba mejor de lo que aparentaba bajo esas ropas anchas. Se sentó en el sofá y abrió las piernas en compás invitándome a montarla.

Pero mi idea era otra, le añadí una cantidad de billetes mayor al doble de lo que había, ella me miró extrañada y entonces le dije,

.- Todo eso por tu hija y si me satisface te daré otro tanto después.

La niña parecía no estar molesta con mi decisión, la madre miro a su hija, me miro a mí y con una sonrisa me dijo,

.- Esta bien, ella no es virgen, ya lo ha hecho un par de veces no te desilusionara.

Mire a la niña, que había dejado al pequeño en el suelo y se comenzaba a desnudar, cuando quedo totalmente expuesto su cuerpecito vi que tenia ya tetitas, unos bultitos apetecibles como mitades de limón, y unos muslitos torneados rematados en un culito excepcional, se acerco, me abrazo por el cuello y me dio un beso hundiendo su lengua en mi boca y jugando con mi lengua y mis encías.

La cojí en brazos y la deposite en mi cama, me desnude y me tumbe a su lado, comencé a chuparle sus pechitos, que respondieron poniéndose encabritados y durísimos, fui bajando hasta llegar a su chochito calvo y empecé a mamarlo, jugando con mi lengua en su botoncito y metiéndole un dedo en su vaginita. Ella se aferro mientras a mi pene y empezó a mamarlo con una maestría como si lo hubiera estado haciendo toda la vida, creí que me salía el alma por allí, a pesar de su edad se la tragaba casi entera, y sin poder aguantar descargue en su boquita, no se retiro, al contrario, cerro sus labios y succiono para no dejar escapar ni una gota, luego siguió relamiendo y chupando hasta que consiguió ponérmela en forma de nuevo.

La puse en el filo de la cama, le levante las piernecitas en "v" y se la metí, lentamente hasta el fondo de su chochito, comencé a bombearla y ella parecía enloquecer, note como se corría unas tres veces antes de que me vaciara de nuevo, esta vez dentro de su coñito.

Mire a la madre que nos observaba desde la puerta, masturbándose como una posesa y le dije,

.- Esta niña te ha hecho ganar una buena suma, pero si me complace y me hace irme una vez más, te doblo lo que te he dado. Me gustaría irme dentro de su culito.

Y besando en la boca y mirando a los ojos a mi pequeña amante le pregunte,

.- ¿Qué respondes tu, tesoro?

Pero la madre no le dejo contestar, y sentencio,

.- Si me das en doble como dices te daremos algo que no olvidaras en tu vida, algo que te va a proporcionar un placer que jamás has sentido, te lo juro

Sin pensar en que pudiera ser lo que me ofrecía acepte, y entonces ella………..

Pero esto mejor os lo cuento otro día, de acuerdo.