Las mendigas (2) - Rojer

Acepte la oferta sin pensar, me excitaba pensar que podía ofrecerme aquella mujer en vez del culo de su hija.

Me tumbe en la cama con la espalda apoyada en el cabezal y ella se echó a mi lado, acariciándome la picha con su mano y besándome los pezones, subiendo con su lengua por mi pecho y mi cuello hasta llegar a mi oreja, ensalivándola e introduciendo su lengua en ella y me susurro.

.- Ahora veras, cariño, empieza el espectáculo.

Dicho esto la hija que permanecía desnuda aun desde que me la folle, se subió a los pies de la cama junto con su hermanito y empezó a desnudarlo, cuando lo tuvo despelotado se puso a cuatro patas delante del chiquillo y empezó a mamarle la pollita, que se le puso tiesecita instantáneamente. Esto hizo que la mía se pusiera gorda como nunca, la madre lo noto y apretó más su mano y acelero la masturbación que me seguía haciendo.

La niña se tumbo y se puso al niño encima, para que la penetrara, el crío se la metió de un golpe y empezó un ritmo de follada rápido, la chiquita lo sujetaba por la cintura con sus piernas y desde donde estaba podía ver perfectamente el mete y saca de los hermanos, cosa que me puso fuera de mi, estaba excitado al máximo. De verdad que el espectáculo estaba siendo merecedor del dinero que se iba a llevar esta golfa.

Ella seguía chapándome las tetillas, besándome la oreja y susurrándome obscenidades sobre sus hijos, y yo cada vez estaba más excitado era como una cafetera que iba subiendo poco a poco.

Entonces la chica se separó del hermano y le dio un beso que me pareció interminable y al cual el chiquillo respondió metiéndole al tiempo casi toda la manita en el coñito.

La chiquilla vino hacia mi y se tumbo entre mis piernas boca arriba, comenzando a chuparme los huevos, al tiempo que metía sus dedos en mi culo, primero uno, luego otro y así hasta tres.

Esto unido a la faena de la madre que continuaba chupándome el pecho y masturbándome, me estaban poniendo al borde del éxtasis. Entonces la madre me dio un pellizco en los huevos, que me freno instantáneamente, y me dijo.

.-Todavía no te corras, cabronazo, aun falta lo mejor.

Dicho esto, prosiguieron madre e hija en su labor y el chiquillo se me acerco, se puso de piernas abiertas delante mía con su pollita pegada a mis labios, y sin pensarlo comencé a chupársela, sabia rico, mezcla de los jugos de su hermana y el sabor propio del niño, le agarre las nalgas y lo atraje mas hacia mi metiéndole la punta de mi dedo en el culo, y le seguí chupando por no se cuanto tiempo, me gustaba esa sensación de chupar una pollita.

El chiquillo se separo de mí, y se sentó sobre el pecho de su hermana, me miro, me tiro un beso y una sonrisa, y apartando la mano de su madre me agarro la polla con sus dos manitas, comenzando una suave masturbación. Se inclino y empezó a darme lengüetazos en la punta, me la chupaba como si fuera un helado, pasaba una y otra vez su lengüita ensalivando bien mi capullo.

Posó sus labios y suavemente, poco a poco, se fue introduciendo mi polla en su boquita, con un gran esfuerzo llego a entrarle el capullo solamente, tenia la boquita totalmente llena y seguía moviendo la legua en su interior y masturbándome con sus manitas.

Mi excitación era ya insostenible, entonces empezó a mover la cabeza, haciéndome una mamada divina, solo en el capullo pues no le cabía mas, pero que mamada……… me estaba llevando al paraíso, no se si me excitaba mas el roce que me daba o el hecho de verlo como me lo hacia y como se dilataba su boquita con la desproporción respecto a mi polla.

La hija seguía comiéndome los cojones y follándome el culo con sus dedos, cada vez más rápido y más adentro.

Entonces la madre que no había dejado de chupar mis tetillas y lamer mi cuello y mi oreja, me susurro, correte, correte y dásela toda. Y yo no pude mas y sujete la cabecita del niño y empecé a lanzar disparos de leche que iban directos a la garganta del chiquito, el cual no se aparto ni hizo gesto de salirse, me estuve corriendo un rato largo, jamás había soltado tanta leche, cuando acabe, el niño, relamió toda la punta hasta dejarla limpia, se acerco a mi y me dio un beso en la boca, que me pareció divino. Chupar una lengüecita y una boquita tan chica me encanto.

La niña también me beso largamente y comenzaron a vestirse.

La madre me dio un beso también, recogió su dinero y se despidió diciéndome.

.- Gracias por ser tan amable y generoso con el dinero, a lo mejor vengo a verte otro día y te traigo otra sorpresa, algo que también te gustara………

No dudéis que si esto ocurre, os lo contare puntualmente.

Y para aquellos que su morbo se centra mas en el dinero, os diré que tan solo fueron 150 € lo que se llevaron estas mendigas putitas.