LAS VISITAS DE MIS 3 HERMANAS EN LA CÁRCEL

Mi familia y yo somos de Tehuacán Puebla, hace tiempo que tuve 34 años de edad me detuvieron por vender "tickets" de casetas de cobro a traileros, me llevaron a la ciudad de Puebla y de una comandancia me remitieron a un CERESO.

"Llevaba los cargos de falsificación, fraude y portación de arma". En estancia estuve 10 días y como mi abogado vio muy duro el caso tuve que avisar a mi familia radicada en Tehuacán; y en cuanto me pasaron a un dormitorio de procesados llegó mi familia (mi madre de 50 años, una hermana de 30 divorciada, otra hermana de 28 casada y la menor de 19 que estudiaba la preparatoria.

Desde que ocupamos una mesa (de cemento) desde las otras mesas varios presos no quitaban la vista de mi madre y hermanas, pues mi madre a pesar de su medio siglo de vida aun denotaba la belleza que portó en su juventud, y que indiscutiblemente había transmitido a mis 3 hermanas que desparramaban de buenas.

En esa visita se pusieron de acuerdo que una vez a la semana (los sábados) me visitarían, se irían turnando una a una mis hermanas, y la menor iría acompañando a nuestra madre; y luego de 2 horas de mostrar su solidaridad para conmigo se despidieron: "en una mesa de enfrente estaba un sinaloense "padrino" de la droga en el penal, y estaba con su (visita) amante una joven casi rubia y de estéticas formas; pero "el padrino" no quitaba la vista de mi hermana mayor.

En la primera oportunidad el Padrino y yo estuvimos conversando en una fondita del penal, y luego de comentar sobre el ambiente y trivialidades del sitio sin más me preguntó sobre mi visita.

_Se ve que eres afortunado.
_¿Por qué vale?
_Vi a tu visita el sábado y tienes una bonita familia ¿son tus hermanas? Las cuatro están muy guapas.
_La Mayor es mi madre, y las otras sí son mis hermanas valedor.
_Discúlpame vato, pero como tu madre está muy joven creí que era tu hermana, aunque la verdad se conserva muy bien, pero ¿no eres celoso verdad?
_No vale, y también tu esposa está muy guapa.
_Que bien que te parezca así, creo que vamos a ser buenos valedores.

Y se despidió invitándome a su celda el día que quisiera, para fumarnos "un pitillo" y darnos unas líneas de coca para escuchar música y platicar un poco, y al darme la mano me dejó una grapa de cocaína que por lo pronto guardé para una buena ocasión ya que al polvo casi no le ponía, pero si me daba mis toques de "café" y me clavaba una que otra mitad de "rivotril de 2 mg."

El próximo sábado llegó mi hermana la mayor con un vestido estival de tirantes y circular pero que no ocultaba su grande cadera y revelaba las abundantes mamas, pues ya no tenía el 92-62-92 que lució años atrás, ahora su cadera medía alrededor de un metro, su pelo oscuro corto y ondulado
le caía sobre los tersos hombros y verdaderamente era muy atractiva; el Padrino estaba con su amante pero se fue a los baños y él se acercó a nuestra mesa, y yo por supuesto que le presenté a
mi hermana a quien claramente le gustó el Padrino, pues se veía que era muy -$- interesante como ella me dijo después; su amante volvió y el Padrino se despidió de mi hermana besándole el torso de la mano.

Mi hermana y yo seguimos recordando viejos tiempos cuando de adolescentes cogíamos a placer pues jugábamos al papá y la mamá (con mis 2 hermanas) y yo fui quien las desquinté nomás por atrás, porque según querían llegar vírgenes al altar. En seguida nos fuimos "a la casita" que armabámos con palos y cobijas cada reo en la explanada... y allí dimos rienda suelta a nuestros deseos que volvieron a revivir; "sabrosas mamadas y exquisita chiquiteada hasta que le chorree el ano y las enormes nalgas que no me las acababa".

_Sí vale, tu hermanita está preciosa, dime la neta: ¿si le llego no te molestas? Claro que no me daré por mal servido si me acepta.
_No hay fijón vale, tú llegale y sí se hace qué mejor.
_Okey... _y al irse me dejó 3 grapas y una carga (de palomas) toques de mota.

En la otra visita llegó mi segunda hermana, menos exuberante que la primera pero de todos modos era un cuerote; que el Padrino también la engullía y libaba con los enrojecidos ojos. Y más cuando se levantó luciendo el apretado jean de mezclilla azul y la tallada playera roja, y como era una tentación irresistible nos metimos a la casita para hacer de las nuestras también recordando los buenos tiempos de nuestra pubertad.

En la primera oportunidad, llegó mi hermana la mayor, el Padrino se sentó con nosotros, yo me fui dizque a los mijitorios para darle chance al Padrino y a mi hermana, quien ya andaba volada por que le llegara el tipo -$- interesante: aunque yo no creí que llegaran a un arreglo tan pronto pues al regresar ya no los hallé en la mesa, porque ya estaban dentro de "la casita" cogiendo; yo pasé cerca de la casita y claramente oí cómo pujaba mi hermana y hasta temblaban las cobijas.

Al terminar el Padrino, me obsequió una carga de grapas (10) y una tira de "Rivotril" avisándome que si me faltaba más nomás le dijera. Y como premio de consolación él lunes me prestó a su amante con quien estuve en "la casita", y fue un buen palo el que nos aventamos pero no se compara con los palotes que me tronaba con mis hermanas.

Tenía todo, los culos de mis dos hermanas (o cuando menos uno), tenía chance con la amante del Padrino, tenía droga que hasta me sobraba para revenderla; pero como que me hacía falta algo y luego de reflexionar un poco caí en la cuenta que para ser completamente feliz, me faltaba el culo de mi hermanita (virgen) soltera.

Mi hermanita estaba cortada con la misma tijera que las otras, 1.65 de estatura y ella sí estaba en forma, como quería: (90-62-90). Ella acompañó casi un año a mi madre en las visitas, pero por diferentes problemas dejó de hacerlo; y empezó a llegar ella sola a la visita.

Ese día sábado llegó con un pantalón a la cadera de mezcla desteñida y sin bolsas traseras con una playera amarilla obliguera, y el Padrino hasta se las tronaba, pero como mi hermana mayor ya hasta le hacía (V.I.) no se atrevió acercarse: "ella y yo estuvimos agarraditos de las manos platicando acerca de su ingreso a escuela normal de maestros, de sus amistades, de su recién novio que cortó y muchas cosas más... pero lo que yo tenía en mente era sus redondas y puntiagudas chichitas y su circular culo.

A la segunda vez que llegó sola puse una cara de compungido y dramáticamente casi se me salían las lágrimas, y con el pretexto de que me dolía la cabeza nos fuimos a "la casita", ahí me recosté sobre sus muslos y hasta me llegaba el olor a jaboncito de su cochito, y como no queriendo mientras me consolaba acariciándome el pelo, yo le empecé acarciar un muslo, ella primero trató de apartarme la mano, pero como mi caricia era muy sutil me dejó que prosiguiera y como vi que se le trepó la calentura me incorporé y besé sus carnocitos labios, y se vinieron otros apasionados besos ensalivados, al tiempo que nos despojábamos de la ropa: "desnuda era muy bellísima, la ubre morena clara las aureolas pigmentadas y los pezoncitos duros bonitos, su espalda era un paraíso y los pocitos que tiene entre la cadera sobre cada nalga parecían ornatos mandados hacer, como mandado hacer era el hermoso culo que no terminaba de acariciar ni de lamer ni de chupar. Me reveló que era virgen de ambos lados aunque ya era una experta mamadora, y me pidió que yo fuera el primero por delante y por detrás. Yo no lo acaba de creer de todo lo que me iba a comer, y comencé a lamerle desde sus vellos púbicos hasta lo más profundo de su vulva, y cuando creí oportuno la penetré con mesura y luego de ligeros gestos mordiendo sus labios empezó a gozar de mis 18 centímetros hasta topar con mis huevos... antes de venirme saqué el miembro y se lo puse en la boca y ella saborreó hasta la última gota de mi semen; otro rato más; y luego de otras mamadas me lo volvió a levantar y fue cuando la empiné para penetrarle el ojete que contraía en lugar de aflojarlo a cada dedeada, hasta que agarró la onda y entró un dedo y casi le metía el otro pero como le ardía paré. Me vestí aprisa y fui con el peluquero quien me vendió un poco de crema líquida, y volví como cuete... entonces mi hermanita volvió a empinarse le embarré bien el ano a la vez que me embadurné el pito; y luego de dos o tres intentonas entró la cabeza y aunque gritó resistió y se lo fui clavando poco a poquito todo: ella entrte gemiditos y risillas empezó a pedir más y que no se lo sacara y que que sabroso pito y muchas cosas más, yo por mi parte no la bajaba de perra y puta y culera y lo que se me venía a la fantasía.

Después de 3 años y dos meses y pagando una "conmutación" por el tiempo que me faltaba (otros 3 años), salí libre un poco triste; ya que durante el tiempo que pugné mi condena fui más mucho más feliz "en la casita" entre las piernas y las nalgas de mis tres hermanas.