Lina ya estaba completamente empapada. Aquella mujer era una auténtica bomba en la cama, no entendía como el tonto de su marido no la complacía. Bueno mejor para mí, pensé fugazmente
Lina se retorcía con aquellas caricias, perdía el control hasta acabar lanzando un fuerte grito mientras le llenaba su vagina con mis jugos. Lina gritaba y se estremecía
Relato
Quedo yo Ricardo con mis 16 años egreso de mi enseñanza básica y a los casi 17 comienzo la enseñanza media quiere mi madre que la continué en la capital, ya converso con una de sus amigas una señora doña Lina de 36 años amiga de mi madre y de la familia de mi fallecido padre, ella le dijo que si, que me enviara y ella me acogería en casa, claro que al marido no le gusto mucho la idea ya que tienen dos hijos de 13 y 9 años ambos estudian y uno mas es un estorbo, pero ella lo convenció y aquí estoy ...
Una mañana me levanto con deseos de encerar la casa como me había solicitado doña Lina, pero la encuentro en la cocina llorando y muy dolida con su marido, al llorar a veces gemía fuerte y le digo vamos a mi cama y así no despertamos a sus hijos que duermen ya que van por la tarde a clases, ella se deja llevar a mi dormitorio y cierro la puerta con seguro para no ser molestados..., ella me cuenta que su marido es un animal prehistórico por que toda la tarde y parte de la noche la estuvo acariciando y encolerizando sus sentidos sensuales, pero al irse a la cama uno de sus amigo lo invita al club y el sale llegando borracho tarde y ella estaba excitada carnalmente por las caricias de su macho, vuelve borracho se duerme y ahora en la mañana ella le provoca aguijoneándole para tener sexo y este se enfada y sale a su trabajo dejándola mas que excitada casi desbaratada por sus glotonerías de tener sexo y el sale enfadado...., Lina se mete las manos entre sus piernas sobándose su vagina irritada y esperanzada en ser usada y no paso nada, Ricardo se atreve a meter sus dedos entre sus piernas y Lina casi se desmaya meneándose excitada ante las caricias de este novel macho, abrazándole y besándole en la boca, Ricardo se calienta y comienza a devolver los besos y la acaricia abrazándola, Lina no lo rechaza al revés le cruza sus brazos por su cuello, excitado el joven macho besa y recorre con sus dedos las carnes de la hembra, la cual gime y solloza alterada y deseando que la líen en abrazos y besos acomodándose en la cama para que Ricardo puede enlazarse subiendo sobre su cuerpo y aparearla, estaba esta hembra excitadísima era una mujer desesperada, fogosa, ardiente, gozadora apasionada y carnalmente vulnerable y esperanzada de ser enlazada sexualmente apareándose con este juvenil macho... imagínate, le dice a Ricardo que a mis 36 años con casi quince de años de casada tengo dos hijos, cuando debería tener a lo menos unos cuatro, pero mi marido es poco amigo del sexo..., en cambio yo soy casi una ninfomana me gusta el aparearme y mi marido me estimula, pero no me sacia. Tú ¿deseas saciarme? Quiero ser saciada, hazme tuya y sácate tus ropas, Ricardo apenas estaba con una blusa y su pantaloncito de fútbol, sácatela y ella se saca sus calzones, se abre la bata de levantarse quedando a disposición del macho, este es un juvenil macho, pero no es ignorante, sabe lo que la mujer desea y se ubica entre sus piernas mientras ella toma su pene ya excitado y exaltado largo y duro ella lo acaricia y lo siente mas grueso que el de su marido llevándoselo a su vagina y lo deposita en su entrada.
Ricardo no era necio, sabía que esta hembra estaba reclamada por sus hormonas de ser encajada y maltratada meneándose en la cama, la madre de esos niños estaba ardiente y él la calmaría,. Siente ella como esa masa de carne, nervios y músculos penetra en sus carnes vaginales abriéndola hasta casi partirla en dos, grito y gimió de dolor y placer, arañó la espalda del destructor de su vagina al tiempo que lo besaba ardiente sintiéndose apareada y bien apareada por este juvenil macho, sentía que este pene era mejor que el de su marido mas grueso y largo llegando a extraerle rápidamente sus orgasmos con su bruscas y violentas arremetidas contra su cuerpo, levanta sus piernas cruzándoselas por su trasero al tiempo que lo abraza y entre gemidos y jadeos le entrega su orgasmo, eres mío le dice..., soy tu hembra, dame mas duro..., ¡ah..., oh!, quiero tu leche..., dame tu leche en mi rendija sexual... ¡oh...oh!, Mm...mm..., que caliente es tu leche... Dios me estas meando..., no le dice el macho, es mi leche que tu fabricaste en grandes cantidades en mis cogones..., eres deliciosa..., ahora eres mía... se relajan bajando el ritmo de sus penetraciones Ricardo y la besa y ella lo abraza y devuelve ese beso... está entregada a este macho.
Que haremos ahora pregunta Ricardo..., guardar silencio le dice Lina, esto debe quedar en secreto entre nosotros dos y nadie más... ¡ah! y te contaré que estoy en mis días de fertilidad así que casi seguro que tengo un hijo tuyo aquí en mi vientre
A la mañana con la salida de los sementales a sus labores Paula su vecina se acerca y le dice cuando te aparees satisfaciéndote en plenitud por las tardes, cierra las ventanas, tus gemidos de pasión y entrega se escuchan clarito y el rechinar del catre igual. Conozco a tan potente macho, le pregunta..., si, dice Lina es mi regalón que tengo como invitado... no dice Paula si es un niño..., pruébalo y veraz que niño es y te hará gritar de gozo y delicia, descuídate y veras... te lo enviaré para que te consienta sufriendo en tu cama cuando tus hijos duerman o estén en el colegio. Envíamelo cuando estén en el colegio así podré gritar a gusto, recuerda que soy caliente y el sexo me estimula.
En ese día martes Lina se aparea una vez más con su Ricardo
Así pues me tumbó boca arriba con las piernas bien abiertas y se colocó en posición inversa a la mía ofreciéndome su cálido sexo a escasos centímetros de mi boca. No tardé un segundo en notar como sus labios se hacían con mi enhiesto miembro empezando a chuparlo con ganas. Devolví sus caricias echando a un lado la braguita y hundiendo la cabeza entre sus piernas. Comprobé con gran satisfacción como Lina ya estaba completamente empapada. Aquella mujer era una auténtica bomba en la cama, no entendía como el tonto de su marido no la complacía. Bueno mejor para mí, pensé fugazmente
Lina se retorcía con aquellas caricias, perdía el control hasta acabar lanzando un fuerte grito mientras le llenaba su vagina con mis jugos. Lina gritaba y se estremecía groseramente con la llegada de su orgasmo, había Ricardo logrado arrancarle a aquella madurita nuevos orgasmos Estaba seguro de pasarlo muy bien mientras estuviera en casa de ella, mientras Lina solo le decía soy tu mujer, soy tu hembra... cuando me necesites aquí estará tu puta abierta de piernas, eres mío aunque te envié a otras mujeres recuerda... eres mío... Ahora en esta tarde te vas a la casa de la vecina Paula, te desea así hazla tuya para que se queda callada, hazle un niño también a ella... ahora anda... Es Paula una adorable hembra su exuberante cuerpazo, es alta, pelo largo castaño, tetas enormes y un culazo tremendo que dan ganas de tocarlo nada más verlo por desgracia mal comprendida y saciada por su marido llevándola a un cataclismo carnal en sus excitaciones, arrebatos y frenesíes sensuales. Claro que he sacado ganancias de esa rareza del marido
Tenía unos pezones medianos algo erectos por la sensación de contacto con la tela y ligeramente se notaban el par de juego con las areolas que daban una nota de color a su tirando a blusa
El pelo del pubis era mas oscuro tirando a negro o castaño oscuro, se dibujaba una línea de unos dos dedos de grosor que recorría todo mi monte de Venus asemejaba un pequeñísimo erizo, sus labios mayores estaban rasurados y solamente quedaba algo de esa franja peluda al inicio del capuchón de su clítoris. Esa visión de su vulva con el depilado corto pero dejando ver que era una mujer hecha y derecha, apetecible, desesperada por sentirse acoplada por un apareamiento, le gustaba y parecía de lo más sensual esperándome que la dominara clavándole mi miembro en su vagina para poder descargarse de sus desesperados deseos carnales… No la hice esperar mucho. La agarré de las caderas ayudándola a clavarse aún más si eso era posible. Se mantuvo quieta unos segundos tratando de acomodarse al tamaño de mi pene para empezar a degustarlo moviéndose de manera lenta. La ayudé siguiendo el ritmo que Paula marcaba de manera exquisita. Aquella mujer sabía lo que se hacía, sabía moverse lento cuando hacía falta para pasar a adquirir mayor velocidad cuando lo consideraba apropiado. La obligué a tumbarse sobre mí haciéndome con sus redondos senos los cuales empecé a chuparlos mientras comenzaba a cabalgarla, explotó y yo a su vez llené su vagina con mis abundantes jugos. Pensé que quien había encontrado un tesoro con aquella mujer era yo. Observé como lloraba plenamente agradecida por los orgasmos que le había hecho sentir. Traté de buscar mi oportunidad ahora que la tenía completamente entregada y dirigí mis dedos hacia la entrada de su estrecho ano. Paula se quedó quieta mirándome a los ojos me dijo con voz autoritaria... de ahí soy virgen y ningún hombre lo gozará es mío. Tranquila... Eso solo lo ocuparé si tu lo deseas soy un caballero, le dije..., la comencé a besar a acariciar y pase mi lengua por sus piernas, su vagina y su orto... la agarre y la hice afirmarse de su catre, se agarró con fuerza al cabecero de la cama abriendo bien las piernas a la espera de recibir su tan apetecido regalo. Me arrodillé tras ella apretándome con fuerza haciéndola sentir mi dura barra de carne. Paula lanzó sus nalgas contra mí tratando de sentir aún más mi excitada cabeza del pene. Introduje mi mano entre sus piernas descubriendo su empapada cavidad la cual se mostraba deseosa de admitir a su terrible invitado. Coloqué la cabeza de mi miembro a la altura de su coño apretando levemente contra él pero sin querer todavía introducirme dentro de ella. Quería que enloqueciera, que me lo pidiera ella como así ocurrió, entonces le dije primero dame tu culo y luego nuevamente te doy hasta lograr tus orgasmos, dámelo ya no me hagas sufrir me dice... estaba exasperada. Empecé a apretar levemente sobre la entrada de su vagina presionando más fuerte hasta que logré introducirme poco a poco en su interior. No tardó mi grueso glande en ingresar dentro de su ansiosa vagina. Ayudé dicha entrada acariciando su inflamado clítoris con mis dedos con lo cual logró relajarse por completo. Introduje milímetro a milímetro, centímetro a centímetro mi aparato en sus entrañas hasta acabar golpeando sus nalgas con mis cargados cojones. Cuando estaba desesperada se lo saque y le solicite su culo, hazlo, hazlo grito excitada y le coloque mi cabeza en su orto y suavemente trate de abrirlo se resistió, entonces de un solo golpe se lo enterré lanzó un grito desgarrador aullando como una desesperada. Se quedó quieta degustando aquel rígido plátano que le entregaba con tanto placer. Se giró con dificultad hacia mí buscando mis ojos con su mirada complacida. Empecé a moverme primero despacio para ir adquiriendo poco a poco mayor velocidad. Los suspiros de satisfacción de ella rebotaban contra la pared. Lanzaba las nalgas hacia atrás ayudándome en la entrega de su ano, estaba siendo sodomizada me pertenecía por sus dos agujeros que tenía entre sus piernas, me permitió llenarle su intestinos de leche lanzadas por mi pene, luego me pide que la satisfaga nuevamente por su vagina y llega a sus orgasmos gritando como loca de placer, esta mujer era mía.
Me retiro a casa de Lina y en ella escucho cuando amabas mujeres conversaban se decían mutuamente que este chico es un gran macho..., si un gran semental también le dice Lina... debemos cuidarlo es un tesoro para nosotras nadie dudará de el estando en nuestras casa..., cuidémoslo no lo explotemos que puede enfermarse dice Paula..., una semana tú y otra yo finaliza..., lo conversaremos con él, para así estar todos de acuerdo.
Dos semanas después visito a Paula, pero esta está con una visita mi profesora de arte, una joven profesora que gustaba mostrarnos las piernas en clases y nos desesperaba al acercarte a ti dejando caer su largo pelo, sobre tu cara, decía en su conversación cuando llegue, que como habían hombres como su marido, estos ignorantes que pensaban como hombres que, no era necesario saber satisfacer, ni siquiera excitar a la mujer que pretendían poseerla en la cama, creían como eran sus esposas estas tendrían por obligación a estar caliente y a su disposición, se llamaba Cynthia, estaba casada con otro profesor del colegio ambos eran jóvenes de unos 28 o 30 años.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces