Lo hicimos dentro de la Iglesia…

Bueno yo me encontraba entre triste y brava conmigo misma, cuando al voltear por curiosidad a ver quien más se encontraba en la Iglesia, que veo a mi nuevo compañero de clases, el día anterior, apenas salimos del cine me desaparecí, y él como que no se dio cuenta de todo lo que había pasado.
Yo le dije a mi madre que iba a saludar a una amiga, y caminé hacía la entrada principal de la Iglesia, y Rubén de inmediato se fue tras de mí, al darme alcance en el portón principal, me preguntó que había pasado, y le vine con el cuento de que mi madre me había llamado, mientras estaba en el baño pidiéndome que rápidamente la encontrase en los restaurantes del Centro comercial.

En ese instante, vi la puerta que conduce a la escalera que lleva al lugar donde se encuentra el órgano y donde el coro de la iglesia interpreta las canciones que acompañan la misa, solo que ese día ni el coro ni el organista se encontraban, así que tomé de la mano a Rubén, y sin ser vistos atravesamos la puerta, lentamente fuimos subiendo la escalera, hasta la segunda planta, desde donde se ve toda la gente que está en la Iglesia. Justo de tras del viejo órgano de tubos, hay una cortina, y tras ella un pequeño espacio donde los músicos acostumbran colocar los instrumentos después de la misa, solo que en esos instantes, ese espacio solo se encontraba un pequeño reclinatorio para rezar.

Así que mientras el padre Jesús continuaba dando la misa, Rubén y yo nos escurrimos tras la cortina, y apenas quedamos ocultos tras ella, nos comenzamos a besar de la misma manera que lo estuvimos haciendo el día anterior en el cine. Yo en esos momentos cargaba puesta una mini falda blanca, y como no quería que se me llenase de polvo, apenas Rubén colocó su mano sobre mis nalgas, y comenzó a bajármela, dejé que me la quitase, aclarándole que únicamente lo hacía para que no se me ensuciara. De la misma manera me quitó la blusa, y él se quitó también sus pantalones, y camisa. Colocando toda la ropa sobre un pequeño reclinatorio que había en ese lugar.

Rubén y yo seguimos besándonos, nos recostamos en el piso, y sentí sus manos sobre mi piel, cuando de momento lo veo a él y hasta los interiores se había quitado, fue cuando noté lo erecto de su miembro. Y sin perder tiempo, continuamos besándonos, y él arrancándome las pantis y el sostén. Yo sin que él me dijera nada, separé mis piernas, y sentí como su miembro se deslizó completamente dentro de mi coño. Aunque mi novio, mejor dicho mi ex novio y yo nos habíamos besado y hasta masturbado mutuamente, jamás habíamos llegado a ese punto. Y la verdad es que me arrepentí de no haberlo hecho mucho antes.

Rubén se colocó sobre mi cuerpo, y rítmicamente me continuó penetrando, mientras que yo después de un ligero ardor que sentí dentro de mí, comencé a mover mis caderas como si en ello me fuera la vida. La verdad es que una cosa es que le agarren el coño a una y otra es sentir dentro toda una verdadera verga como la de Rubén. Yo actuaba como una verdadera loca, moviéndome y pidiéndole que me diera más y más duro, mientras que el con sus labios sobre los míos introduciendo su lengua dentro de mi boca hacía que dejase de habar. Yo no podía controlarme, quería seguir y seguir hasta que de momento disfruté de un tremendo orgasmo. Fue cuando Rubén sacando su verga de mi coño, la colocó frente a mi boca, y sin que él me lo dijera me dediqué a mamársela hasta que se vino dentro de mi boca.

Al terminar nos sacudimos el polvo, nos vestimos y como pude me arregle. La cosa es que salimos justo cuando terminó la misa, Rubén me volvió a invitar al cine, cosa que yo gustosamente acepté.