El miércoles 19 de julio, recibí un mensaje por WhastsApp. En el que una persona, me informaba que mi esposo se encontraba con una de las vendedoras, de mi negocio. En un motel barato. Luego cuando me puse a revisar el mensaje me di cuenta de que fue la misma puta, quien me mandó el mensaje.
Relato
Yo en esos momentos, tenía ganas de matarlos a los dos. Pero sobre todo a Raimundo, por tratar de engañarme, con esa cualquiera. La verdad es que aunque llegué al motel, y me aseguré de ver el coche de mi esposo. Cuando me dirigía a la habitación en que los dos se encontraban, estaba pensando en cómo vengarme, aparte de sorprenderlos. Y justo antes de tocar la puerta, se me ocurrió algo tan descabellado, que conociendo a Raimundo, sabía que le dolería mucho más, que si lo matase. Además no tenía con que matarlo a él, y a su amante. Me abstuve de tocar la puerta, en su lugar, di media vuelta y me marché, pensando en cómo iba a llevar mi venganza acabo. Por lo que apenas llegué a mi casa, llamé a varios conocidos, y sin vergüenza alguna, les pedí que me hicieran un pequeño, gran favor.
Cuando mi marido, llegó esa noche a casa yo lo esperé lista para salir. Raimundo al verme, me preguntó que sucedía, y yo haciéndome la inocente, le recordé que había quedado conmigo en llevarme a bailar. Lo que en realidad no era cierto, pero en el estado que se encontraba, quizás por lo mucho que ya había bebido, o por el cargo de conciencia, no se atrevió a decirme que no. A pedido mío fuimos a un Pub, propiedad de uno de mis conocidos. Y ya adentro a medida que estuvimos bailando de manera bien pegados, me aseguré que Raimundo se pusiera a beber bastante, aparte que dentro de su bebida, sin que él se diera cuenta, desde luego. Le puse media pastilla de somnífero molida. Al verlo ya algo mareado, me dediqué a excitarlo, a buscar que me besara, y de manera desvergonzada agarrase mis senos, al mismo tiempo que introducía una de sus manos, bajo mi falda. Ya que con toda intención, no me puse las bragas, ni el sostén.
Ya al poco rato Raimundo, estaba bien deseoso de que nos fuéramos a casa, para que tuviéramos sexo. Pero bastó que yo le insinuase que lo hiciéramos lo más pronto posible, para que él tratase de penetrarme, mientras estábamos sentados en la mesa. Por lo que de la manera más sensual, y excitante me seguí besando con Raimundo, calentándolo hasta más y no poder. Comencé a subir mi ajustada y corta falda, para ofrecerle mis nalgas a él. Pero de momento el mismo Raimundo se dio cuenta de que a pesar de lo deseoso que se encontraba por penetrarme, su miembro no le respondía. Al principio me dijo que había bebido mucho, pero cuando, le dije. Que si deseaba que le diera una mamada. Gustosamente me dijo que si, por lo que yo aun sabiendo que hiciera lo que hiciera, su miembro no se iba a levantar, metiéndome bajo la mesa me dediqué a mamárselo. Pero nada de nada, ya que como hacía pocas horas que se había acostado con la puta de la vendedora, conociéndolo sabía que por lo menos hasta la mañana del siguiente día, no iba a estar en condiciones de hacer nada, y encima de eso el relajante muscular que le comencé a dar molido con lo que estaba bebiendo, aunque no lo llegaron a dormir, impidió que pudiera tener una mísera erección. Después de un corto rato, el mismo Raimundo, sumamente frustrado, me pidió que me detuviera, que no sabía que le pasaba.
Ese era el momento que yo esperaba, por lo que haciéndome la que estaba muy bebida comencé a pedirle a Raimundo a toda voz, que me penetrase, que me complaciera, aunque fuera un poquito. Mientras que Raimundo sumamente borracho, y avergonzado, también a toda voz, me decía que no podía. Yo haciéndome la que deseaba tener sexo con él, hasta comencé a quitarme la ropa. Lo que llamó la atención de algunos tipos dentro del Pub. Raimundo al verme así, y sin él poder hacer nada, trató de calmarme, al darse cuenta de que varios hombres nos rodeaba, haciendo calientes comentarios, de lo que ellos gustosamente me podían hacer. El dueño del Pub, convenció a Raimundo y a mí para que fuéramos a uno de los reservados. Donde yo ya prácticamente desnuda, no dejaba de pedirle a mi marido que me lo metiera. Al tiempo que varios de los tipos se fueron agolpando en la puerta del reservado, sin dejar de decirle a él, lo mucho que cualquiera de ellos, podía hacer por mí. Raimundo de seguro se sentía sumamente impotente, ya que entre mis desesperados e histéricos gritos, pidiéndole que me penetrase, y aquellos tipos ofreciéndose para hacerme feliz. De momento casi llorando, comenzó a decir. No sé qué le pasa, a mi mujer, jamás había hecho algo así, y yo ahora tampoco sé que me pasa, que no puedo complacerla. En ese momento uno de ellos, le dijo. Lo mejor que puedes hacer, es decirle que lo haga con nosotros, mira que si no la complacen se puede volver loca.
Raimundo, realmente no lo pensó mucho, ya que de inmediato respondió un lastimero sí. En cosa de pocos segundos yo me encontraba rodeada por los cuatro amigos míos, incluyendo al dueño del Pub, ya que los había llamado, antes de salir de casa, y contado lo que yo deseaba hacer. Frente a Raimundo, y casi a un mismo tiempo, dos de ellos me penetraron por el culo y mi coño, mientras que a un tercero gustosamente le mamaba su verga, al tiempo que al cuarto lo masturbaba descaradamente frente a Raimundo. Que sin poder hacer otra cosa que quedarse viendo, como esos cuatro tipos, hacían conmigo lo que les daba la gana. Al poco rato, Raimundo se quedó dormido, mientras que mis cuatro amigos y yo seguimos folla que folla. Esa noche, yo disfruté como nunca, y me di el gustazo, de que mi marido me viera siendo follada por cuatro tipos. Al momento en que me desperté, pensé que Raimundo, estaría sumamente molesto. Pero no fue así, aunque no quiso hablar del tema, actuó como si nada hubiera pasado. Lo que me lleva a preguntarme, sé habrá realmente arrepentido, o será que le gustó ser cabrón. Yo no sé, lo que sí sé fue que despidió a la vendedora, cuando le mostré el mensaje, que ella me había mandado.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 515279 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 301071 veces
Si te ha gustado Lo que hice, cuando me enteré que mi esposo me era infiel… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:04) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:34) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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