Lo que hice en mi noche de boda, por la rabia que me dio. ( CON fotos)

La boda fue esplendorosa, mis amigas con sus trajes de quedaron exelentes, el padrino con su traje oscuro, parecía gente decente, nadie pensaría que es un traficante de drogas de mediano nivel. Bueno en fin la boda como tal, fue todo un excito. Pero algo con lo que yo no contaba fue que mi cuñadita, la muy perra, por ahorrarse algo de dinero, en lugar de champan, compró cerveza. Y se imaginan ustedes a ese montón de borrachines, bebiendo y brindando en mi noche de bodas. Para colmo de males, el pendejo de Efraín agarró una borrachera, como nunca antes la había agarrado, en los años en que ya habíamos vivido juntos.

Bueno lo cierto es que, ya cuando estaba por finalizar la fiesta, yo estaba indignada, con mi marido, con su familia, y con todo aquel que se me atravesaba en el camino. Tenía tanta y tanta rabia, que cuando nuestro padrino, ya estando conmigo se dio cuenta de que yo estaba bien molesta. Me preguntó que me sucedía, y llorando pero de la rabia que tenía encima, le conté todo. Y hasta le pregunté que podía hacer yo en mi noche de boda, con un marido completamente borracho. El Manuel, nuestro padrino, se sonrió, y me dijo, bueno quizás si tú quieres puedes hacer lo que te venga en gana, si el pendejo Efraín, se quedó borracho, y dormido, en su noche de bodas. Tú, te repito, puedes hacer lo que quieras, y con quien quieras. Fue cuando se volteó, y dirigiéndose a su guardaespaldas, que estaba a pocos pasos de nosotros dos, le preguntó si era o no cierto lo que él decía. Su guardaespaldas sonriendo, y mirándome de manera lasiva, le respodió desde luego que si jefe. La señora si quiere divertirse, el resto de la noche, no tiene nada más que decirlo.

Yo no se si fue la rabia que tenía contra Efrain en ese momento, o que, pero nada más me bastó escucharlos a ellos dos, para que sin más ni más, yo comenzara a quitarme el estúpido traje de novia que tenía puesto. Ya que más que una novia, parecía una puta. Y así mismo me sentía. En un abrir y cerrar de ojos,mientras el guardaespaldas me clavaba su verga dentro de mi coño, al Manuel yo le mamaba su verga gustosamente. Y así mientras que uno me hacía una cosa, el otro me hacía otra. O sea que mientras Manuel me tenía bien clavada por el culo, su guardaespaldas me lo enterraba por el coño o por la boca, y así sucesivamente estuvimos folla que folla toda la noche, sin parar.

Yo perdí la cuenta del numero de veces que me la enterraron ellos, como también perdí la cuenta del sin numero de orgasmos que me hicieron disfrutar, mientras el cabrón de Efraín, continuaba durmiendo a nuestro lado, la gran borrachera que había agarrado.


En la mañana al despertarnos, ya el Manu, y su guardaespaldas se habían marchado. Cuando Efraín se despertó, y me vio completamente desnuda, con mis piernas bien abiertas, por joder le dije que me volviera a mamar el coño, como lo había hecho la noche anterior, cosa que desde luego hizo, y con mucho gusto de su parte. Bueno yo no le he dicho nada todavía, de lo que sucedió mientras él se quedó dormido. Pero solo de pensarlo, en ocasiones me dan unos ataque de risa tremendos...