Dos días después me encuentro con Loreto cerca del río…, se acerca y me dice así que tu tía Mimi es ahora tu mujer, la miro sorprendido y le digo no se, si ella me contó todo, pero yo también deseo recompensarme con tu pene, quiero ser tu mujer, me dice.
Relato
La miro y le contesto si quieres hoy vamos a la cabaña del bajo y ahí estaremos cubiertos por no estar la trabajadoras en pago… mejor me dice vamos a mi casa mi marido anda de pesca con los niños en Pachucho y en casa hasta la noche no hay nadie y partimos para su casa…
Llegamos y entramos sin abrir ventanas por lo que la casa está en penumbra, ella me dice me cambiaré de pantalones a polleras para estar mas cómoda, no respondo, pero la sigo cuando se saca el pantalón y está en calzones y medias solamente la abrazo por detrás y acaricio con mis labios su nuca y cuello gime y trata de liberarse del abrazo, no lo permito mientras lucha caemos en a cama, ahí la mantengo apresadas sus manos mientras beso sus labios y masturbo su vagina con mis dedos al alcanzar su clítoris le desperté sus sentimientos carnales
Mi mano estaba sobre su vagina y mis dedos jugaban con sus labios vaginales. Seguimos allí parados besándonos y tocándonos con pasión. Dos de mis dedos exploraban su canal vaginal, la chica estaba mojadísima, uno de mis dedos se fue deslizando entró a su vagina, Loreto se estremeció y soltó mi boca para emitir varios gemidos, entonces fui pajeando mi dedo dentro de su caliente vagina que estilaba sus jugos vaginales, con el dedo pulgar le frotaba el clítoris. Ella se abrazó contra mi con su cabeza en mi hombro, deslicé el cierre de su blusa hacía abajo y la prenda cayó de su cuerpo hasta tocar el piso. Luego la fui llevando hasta la cama, la senté sobre el y me hinqué frente a ella, mi intención era hacerle sexo oral, ella entendió perfectamente eso y subió las piernas, abrió sus piernas como una clara invitación hacia su vagina.
Lamí con la punta de mi lengua la entrada de su vagina y subí para acariciar su clítoris. Loreto gemía y se quejaba, era obvio que la estaba pasando de maravilla, pongo la cabeza de mi pene en su sexo y empujo para penetrarla sin dificultad, es tanto la lubricación que tiene que solo necesito de otro empujón para metérsela toda, la tomo de la cintura y comienzo a bombearle mi miembro en su matriz, ella comienza a gemir casi inmediatamente. Sus nalgas son un delicioso agarradero, duras, paradas,. Su vagina envuelve mi verga casi a la medida, las paredes vaginales de Loreto me la aprietan, algo diferente de otras mujeres. Loreto llega a un orgasmo. Cierra los ojos para degustar mi pene en su entrar y salir de su vagina mojada. Nuestros gemidos llenan la casa, sentí que mis testículos están congestionados de leche, no quiero dejar de cogerla, pero mi clímax llega como la llene de leche y como se movía esta vecina en su cama si tuve que tomarme firme del respaldo para no ser desmontado. Es delicioso aparearse a mi vecina Loreto.
Descansamos relajados durmiéndonos una hora a lo menos y nuevamente tengo a Loreto ensartada comienzo a mover el pedazo de carne que tengo dentro de ella, adelante y atrás, tratando de meter más de lo que saco, de esa forma mi pene se va metiendo en su rico sexo al tiempo que ella permanece abrazada a mi cuerpo y sus uñas en mi espalda. Luego de varios minutos en eso, por fin la tengo clavada completamente, mis bombeos se vuelven más constantes y profundos, el ritmo es delicioso, mi pene entra y sale completa de su matriz, unimos nuestros gemidos, ya que yo estoy muy excitado. El vaivén de nuestros cuerpos es acompasado, como si estuviéramos bailando, mi boca busca su cuello y sus tetas y las vuelvo a chupar con todo el morbo posible. El placer que me da su estrecha vagina es exquisito.
De pronto ella me abraza con sus delgados brazos y piernas, siento que se la tengo metida hasta el fondo, luego de unos minutos, emite una serie de quejidos, Loreto está llegando a otro nuevo orgasmo y lo está gozando. Después suelta sus brazos y piernas de mi cuerpo, le ha pasado el clímax y está más relajada ahora recibiendo mis chorros de leche en su matriz. La dejo dormir y me retiro.