los intelectuales tambien cogen

Antes que anda voy a presentarme: me llamo Rodolfo. Soy licenciado en comunicación social, tengo 29 años, soy soltero, alto de 185 cm. de altura, y bastante musculado por el ejercicio, ya que voy prácticamente todo los días al gimnasio y sobre todo, me gustan mucho las mujeres, solamente con algunos excepciones; ellas deben tener no menos de quince años y no más de 65 por lo que podrán apreciar que mi horizonte es muy amplio en materia de gustos.-
En una reunión de seudos intelectuales como éramos todos los que nos encontrábamos, pude divisar a una ex compañera de estudios, Andrea, muy seria para mi gusto, pero muy buena de físico tambien para mi gusto, ya que debía tener 100 de tetas, una cintura de no más de 58 cm y un hermoso culo que debía andar por los 98 o 100 cm, lo que la hacía muy llamativa a pesar de su seriedad, ya que vestía casi siempre con ropa con modelos para señoras de más de 40 años, a pesar de ella tener 23 años.-
Cuando la ví, me acerqué y me hice conocer; ella al reconocerme me dio la mano y no un beso, pero a pesar de todo, iniciamos una conversación acerca de porque estábamos en esa reunión; ella me dijo que siempre le había gustado mucho la lectura y esa era una buena ocasión para leer algún libro con algún tema nuevo; como yo tambien soy un fanático de la lectura, empezamos a charlar animadamente acerca de varios libros nuevos, y la verdad que coincidíamos en muchas cosas, pero en otras decididamente nuestros pensamientos eran realmente opuestos.-
Entre discusiones y aceptaciones seguimos viéndonos pero siempre el tema era el mismo; los libros, hasta que una vez me olvidé de su seriedad y por una de esas cosas raras, Andrea aceptó mi invitación y fuimos a bailar; la verdad que lo mío más que bailar fue una tarde de loca franela, pero no quería echarlo todo a perder y me conformé con sentir sus tetas acariciando mi pecho, mientras mi pija se acomodaba en su pancita, gozando los dos de esa hermosa tarde pero sin pasar a mayores, a pesar que yo, al dejarla a Andrea e ir para mi casa, sentí la imperiosa necesidad de desahogarme y me dice dos flor de pajas pensando en mi hermosa compañera, a la que le estaba sacando la seriedad.-
Mi próxima invitación fue para ir al cine; ella me aclaró que únicamente le gustaban las películas muuuuy románticas; a pesar que a mi me gustan las películas de acción, le dije que yo tambien gustaba de las películas románticas y de ese modo fuimos al cine; empezó la película y le pasé mi brazo sobre los hombros teniéndola abrazada; ella se había vestido con una pollera que le llegaba muy poco arriba de las rodillas, luciendo unas hermosas piernas largas y torneadas; a medida que avanzaba el romanticismo en la pantalla, yo aumentaba mi abrazo, teniendo ya nuestras dos caras juntas, por lo que empecé a darle besitos en el cuello; ella se estremecía y ya se empezaban a oir sus ahogados gemidos; en un momento que los dos principales actores se besaban apasionadamente, antes de yo hacer lo mismo con Andrea, bajé mi mano y le apreté una teta, la verdad esperando cuando menos una bofetada, pero Andrea no dijo nada y entonces aproveché ese momento para meter mi lengua en su boca e imitarnos a la pareja de la pantalla y dándonos un beso apasionado que ella disfrutó lo mismo que yo.-
En otro momento de calentura en la pantalla, mientras que con una mano le acariciaba las tetas, la otra mano la metí dentro de su pollera empezando a acariciarle las piernas cubiertas por sus pantis; ella no dijo nada, solamente me demostró que le gustaban mis caricias, porque yo dejando la mano quieta, ella fue acercando su concha para que la palma de mi mano la pudiera disfrutar; cuando estuve tocando bien su concha, ella cruzó sus piernas agarrando mi mano que no la podía retirar y entonces seguía tocando su concha por encima de su pantis.- Ella gemía cada vez con más intensidad, acercó su carita a mi oído para avisarme que acababa y de ese modo logró un orgasmo tremendo sin siquiera haber sido penetrada, pero la realidad era que su seriedad había desaparecido y estaba demostrando ser una mujer en extremo fogosa; cuando terminó la película le dijo de ir a un hotel para terminar felizmente el día, pero ella me dijo que todavía no estaba lo suficientemente preparada, pero que muy pronto podría suceder lo que los dos estábamos deseando.-
Despues me dijo que lo que ella pretendía era empezar a tomar la píldora anticonceptiva para poder coger sin problemas, lo que hizo al día siguiente y a la semana siguiente ya estaba en perfectas condiciones para coger sin forro y sin problemas; solamente me lo dejó entrever y ahí nomás la invité a ir a un hotel para estar los dos solos y gozar del momento; ella al principio se hizo la histérica, pero al yo insistir terminó diciendo un sí rotundo y hacia un hotel nos dirigimos, como dos buenos intelectuales a los que le gustaban los libros, pero tambien las personas del sexo opuesto Andrea conmigo había perdido su seriedad y eso era lo que más me gustaba; que estuviera deshinibida y que los dos pudiéramos gozar juntos con lo que iba a suceder.- Durante todos esos días de espera, yo me mantuve sin ningun tipo de actividad sexual porque quería descargar en Andrea todo mi potencial.-
Entramos a la pieza y enseguida Andrea se desnudó mostrando todas sus tremendas bellezas; yo hice lo mismo y me lancé a chupar esas dos tetazas sabrosisísimas y mientras se las chupaba y sus pezones se ponían bien duros, le apoyaba mi pioja en su concha y tambien le metía un dedo en el culo; ella al sentir ese dedo hurgando en su intimidad se empezó a mover gozando de mis caricias; al notar esto, saqué un dedo y metí los dos juntos, lo que produjo en Andrea un sinfín de gemidos, hasta que poniendo sus dos piernas sobre mis hombros, me pidió que le ponga mi pija en el culo, lo que no me hice rogar y enseguida la tenía completamente ensartada mientras ella gozaba, reía y lloraba de felicidad; yo, ante sus exquisitos movimientos y por ser la primera vez quer la estaba cogiendo, no aguanté mucho y enseguida le llené el culo de leche, qued+andome dentro de ese culo hermoso mientras me reponía y Andrea seguía con sus piernas sobre mis hombros; mi pija no perdía dureza por lo que me salí del culo y la metí en su concha donde empecé a bombear; era muy excitante notar que mientras la cogía bien cogida, de su orto salió la leche de mi reciente polvo mientras yo gozaba esta vez de su concha; ella tambien gozaba porque le gustaba seguir en esa posición, hasta que lanzando un grito, tuvo ella su primer orgasmo, el que la dejó medio desmadejada, pero enseguida se repuso y volvimos al mete saca sin parar.-
En ese momento ella me pidió cabalgar un rato, entonces nos acomodamos de forma que ella quedara arriba y me diera una hermosa cabalgata mientras yo jugaba con sus tremendas tetas; este juego no duró mucho porque acabé nuevamente, llenando esta vez su concha con mi leche; habían sido dos polvos casi seguidos, por lo que mis fuerzas disminuyeron y le dije que si queríamos seguir debíamos esperar un momento, ella así lo entendió y entonces se recostó a mi lado, abrazándome amorosamente.-
Para el descanso pedimos dos cervezas, las que enseguida las trajerosn bien heladas; las tomamos y reiniciamos nuestra labor sexual; aunque estábamos llenos con mi semen y sus flujos, eso por el momento no nos importó; Andrea me agarró la pija y empezó a hacer lo que sería la mamada de mi vida; mientras hacía esto, yo le metía dos o tres dedos en la concha y los hacía jugar para que ella se calentara nuevamente; insistí tanto con mis dedos, que al poco rato Andrea tuvo un maravilloso orgasmo, el segundo de nuestro encuentro, quedando otra vez destruída, pero de ninguna forma dejó de chuparme la pija hasta que logró ella tambien lo que quería: hacerme acabar nuevamente, sólo que esta vez fue en su boquita donde ella recibió mi caliente leche: la tuvo un rato en la boca y luego se la tragó diciéndome que le había encantado su sabor agridulce.-
Nos repusimos de nuestros respectivos orgasmos y decidimos irnos a bañar para dar por terminada esa hermosa reunión, pero mientras nos bañábamos en medio de toqueteos sin cesar se me paró otra vez la pija y esta vez se la volví a poner en el culo, gozando nuevamente de tan hermoso cofre: esta vez le vacié lo poco que me quedaba en las bolas, pero yo mismo me ocupé de limpiarle bien el ojete, dejándolo preparado para una nueva embestida, que en mi caso no se produjo dado que en esta sesión fueron nada menos que cuatro polvos.-
Seguimos cogiendo por muchos tiempo, demostrando con ellos que los intelectuales tambien cogen